sábado, 1 de noviembre de 2025

Menopausia con memoria selectiva, sin víctimas del M19 ¿Y qué?

 Publicado en El Espectador, Noviembre 6 de 2025


  • ¿En qué momento pensó que las armas eran lo que tocaba?
  • Uno podía ser hippie o guerrillero… como la gente que encontré era muy distinta, era gente alegre… no tenía esa cosa tan radical y tan fuerte… era descomplicada, no era dogmática… Más un entorno, la revolución cubana, el Che Guevara, símbolos muy poderosos. Eso me marcó, no porque me gustaran las armas…
  • Había cierto romanticismo… ¿está reconciliada con la decisión o hay algún arrepentimiento? 
  • Sería deshonesto decir que hay arrepentimiento… Somos de una época. Uno actúa de acuerdo con ese momento… menos mal llegó la paz. Todos los días le agradezco a Carlos Pizarro que de manera pronta… (terminara) 16 años de vida (guerrillera). El ELN lleva 60.
  • La guerra la llevó a la cárcel y a la tortura… ¿le cuesta recordarlo? ¿Quisiera no conversarnos de eso?
  • No tengo problema… lo asumí como parte de lo que nos podía pasar
  • ¿Cómo hizo para resistir? ¿Para no cantar?
  • Pues recurrir a mis afectos. Decía Jaime Bateman que a la hora de la tortura no vale la ideología ni el pensamiento político sino las lealtades
  • ¿Volvió a ver a sus torturadores?
  • En Urabá iba con Navarro en campaña, pasó un militar y lo reconocí… ese estuvo en la tortura e hizo el papel del bueno… lo que hice fue esculcar mis sentimientos… no había odio, ni rabia ni resentimiento
  • ¿Hubo perdón?
  • Sí… Hoy estamos en el encuentro de víctimas. Por fin el ELN aceptó ese tema

  • A mitad de 2024, Yolanda Ruiz y Maria Elvira Samper entrevistaron a Vera Grabe de manera prudente, casi tierna. La única vez que mencionan las víctimas es cuando ella, jefa de la delegación del Gobierno en los diálogos con el ELN, alude a la reticencia del grupo hacia el tema. La charla se centra en las circunstancias en las que la ex comandante, parte de la dirección y “secretaria general y responsable de relaciones internacionales del M-19”, pudo ser víctima. Del entorno que la llevó, casi obligó, a tomar las armas. O del alejamiento de su familia y la clandestinidad. O del machismo: la conversación daba para preguntarle cómo la trató en Libia Muammar Gadafi, reconocido misógino, cuando, embajadora del movimiento bolivariano continental, lo visitó en 1981. 


    Con aspavientos, las entrevistadoras indagan por los sufrimientos de una víctima de carceleros y torturadores, cuando estuvo detenida tras el robo de armas del Cantón Norte. Hubiese sido interesante averiguar cómo compara su angustiosa situación con la de José Raquel Mercado unos años antes y, sobre todo, cómo terminaron esas dos detenciones no voluntarias. Eso sin hablar de las muchas víctimas de secuestro del M-19. Aunque numéricamente la contribución de las FARC o el ELN es mayor, el liderazgo para expandir la tecnología fue crucial. 


    Un cenit de la charla es cuando esta superviviente del turbayista relata cuando su padre, refugiado alemán de la Segunda Guerra, la visitó en las instalaciones militares, a las que “llegó con frutas y comida” y la vio magullada por los golpes. Tras confirmar los rumores que ella era del M-19, le habría dicho “me siento muy orgulloso. Has podido luchar, lo que nosotros no pudimos hacer… (y has sufrido) los mismos comportamientos de los nazis”. 


    El tema de las acciones militares se despachó rápido: 

    • Usted estuvo en combate; ¿pudo haber matado?
    • No, no creo por el lugar que tenía, ahí no me mandaban mucho…
    • Usted manejaba ametralladora, ¿quién le enseñó?
    • (Risas) Yo no era buena para lo militar. Tenía un lugar raro, era parte de la dirección pero no me mandaban a dirigir tropa
    • ¿Estuvo enterada de los planes para tomarse el Palacio de Justicia?
    • Como eso se manejaba en un círculo muy chiquito… nunca nos enteramos. Estábamos en Antioquia armando un grupo con el EPL… 


    En el 2000 Vera Grabe reveló que “los mágicos nos ayudaban… Nos prestaban sus fincas donde hacíamos las reuniones de la dirigencia M19-EPL en Antioquia”. En 2007, Virginia Vallejo publicó que su amado Pablo le había dado un avance en dólares a Iván Marino Ospina, comandante del M19, “para recuperar mis expedientes y meterles candela”. Esos detalles de público conocimiento no bastaron para una réplica escéptica de tan curtidas periodistas sobre un evento crucial cuya narrativa vuelve a estar en disputa. 


    En su discurso de aceptación del Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un periodista (2010), María Elvira Samper reflexionó sobre la ética del oficio y lanzó un interrogante que se hizo célebre: "¿cómo evitar que el periodista perro guardián acabe convertido en perro faldero?”. ¿Será machista plantear que la menopausia aumenta la preferencia por lo faldero?