martes, 29 de enero de 2019

La encrucijada ante el terrorismo

Publicado en El Espectador, Enero 31 de 2019

El carro bomba del ELN en la Escuela de Policía debería contribuír a que bajen de la nube quienes daban por descontado un acuerdo con una guerrilla pródiga en fanatismos. 


“Todo policía o militar enemigo es un objetivo de guerra. (Los culpables) deberán ser pasados por las armas o degollados. Es recomendable emplear el degüello de estos entes infrahumanos”. Con estos lineamientos de Federico Krutwig en Vasconia nació ETA. El mismo político afirmaba que “para un pueblo oprimido, es imposible entrever otra posibilidad que la liberación nacional”. La misión es liquidar el sistema opresor, nunca llegar a acuerdos conducentes a reformas. 


La autojustificación de las acciones armadas deshumaniza y radicaliza el enfrentamiento con el enemigo, que se deslegitima y termina siendo culpable por las acciones propias, así sean demenciales. Es común asignarle a las víctimas intenciones imaginarias que justifiquen eliminarlas. Al reconocer la autoría del atentado, el ELN acusó al gobierno por no darle “la dimensión necesaria al gesto de paz" y alegó que mataba a quienes "luego realizan inteligencia de combate y conducen operaciones militares". 


La violencia se convierte en “imperativo ritual”, casi un fin en sí misma. Conlleva autoafirmación, legitimación y cohesión interna del grupo; “da confianza y realidad a una causa que es remota e intangible… (es un) sacramento inmolatorio (que) engrendra mártires”. La reflexión anterior, también referida al terrorismo etarra, ayuda a entender la lógica del ELN, cuyo himno proclama “¡Ni un paso atrás… liberación o muerte!”. El fanatismo fundacional no se esfumó, sigue siendo característico del grupo. 


Roberto Sancho Larrañaga, español especialista en conflictos e historiador de la UIS compara los inicios de ETA en Euskadi con los del ELN en Santander. Señala varias similitudes: procedencia urbana, clase media universitaria y, sobre todo, fuerte raigambre católica. En ambas organizaciones tuvieron importancia definitiva sectores de la iglesia inmersos en entornos con aguda problemática social. Un ícono del ELN es Camilo Torres, líder contestatario citadino que terminó inmolándose como guerrillero. 


A través de Golconda, con la Teología de la Liberación, un sector de la Iglesia Católica participó en el movimiento subversivo. La zona de San Vicente del Chucurí, donde el cura Torres hizo contacto con la cúpula del ELN, se convirtió en un santuario de la Unión Camilista. No es coincidencia que los españoles Manuel Pérez y Domingo Laín, personajes claves en la evolución de esta guerrilla, fueran sacerdotes. El cura Pérez “no se arrenpentía de nada. Podía sufrir los reveses más aplastantes pero quedaba convencido de haber obrado como tenía que obrar”, seguramente guiado por designios divinos. El Enemigo, con mayúscula, era ubicuo como el diablo. El ejemplo de Camilo atrajo por décadas incorporaciones a la guerrilla “por la causa de Cristo y la redención del pueblo colombiano”. Los ajusticiamientos internos se veían como un proceso de purificación. Uno de los muchos intentos fallidos de diálogo se denominó “Acuerdo de Puerta del Cielo”. El talante religioso abarcó las relaciones de pareja: por varios años se impuso el celibato, la homofobia era explícita y radical. 


Un fundamentalismo tan bien cultivado lo complementaron décadas de guerra sucia e ingentes recursos provenientes de actividades criminales, como el narcotráfico o sofisticados métodos para negociar, no la paz sino extorsiones y secuestros.


La reciente acción terrorista generó una avalancha de opiniones, no violentas ni religiosas pero igualmente delirantes: desde recordarles a curtidos criminales su nuevo error político, exhortándolos a respetar la ley y la jurisprudencia, hasta percibir otra oportunidad para dialogar. Nostálgicos compungidos por la llave de la paz echada al fondo del mar, intelectuales con reiterada aversión al trajín político y burocrático, incluso ex funcionarios partícipes en marrullerías con el voto o flagrantes infracciones al código penal, por ejemplo en operativos contra grandes capos, se rasgan las vestiduras ante el incumplimiento de un protocolo secreto. 


Un antídoto contra las sugerencias ilusas y legalistas podría ser Mis Años de Guerra, de León Valencia, ex eleno autor del mejor relato autobiográfico sobre la complejidad de la confrontación armada. “En la guerrilla anidaba también la desmesura, una suerte de alucinación idealista”. Es ilustrativa la referencia a combatientes del M-19 cuando volvieron de Cuba, a donde habían viajado para evaluar el ataque al Palacio de Justicia. El ELN acogió a Álvaro Fayad quien admiraba la fuerza del grupo en la Costa. “Decía que la estábamos desperdiciando” e imaginaba “la toma de Sincelejo como parte de una campaña militar con iniciativas similares en el sur del país. No lo veía difícil”. La mayor hecatombe del conflicto no disuadió de la violencia al grupo insurgente considerado modelo de apertura y disposición al diálogo político. Esta anécdota y la historia del ELN deberían bastar para calibrar la posibilidad de negociar con rebeldes mesiánicos, que además son mafiosos, e invitar a las barras bravas de la paz a que aterricen. 








Broderick, Joe (2000). El guerrillero invisible. Intermedio

Duque Gómez, Diana (1992) “El ELN y la Teología de la Liberación”. El Tiempo, Junio 26

EFE (2018)  “ELN se atribuye la autoría del atentado contra la Escuela General Santander”. El Espectador, Ene 21

ET (2019). “Este es el protocolo pactado para salida de Eln de país de diálogos”. El Tiempo, Ene 21

Sancho Larrañaga, Roberto (2003). Guerrilla y terrorismo en Colombia y España: Eln y Eta. Editorial UNAB

Valencia, León (2008). Mis años de Guerra. Norma

jueves, 17 de enero de 2019

Putas feministas


Texto después de las gráficas







Critico constantemente a las feministas, pero jamás les endilgaría un término que hasta ahora ha sido su antítesis, ideológica y sexual. El título de este escrito alude a una nueva tendencia en la prostitución: reivindicar igualdad de género, derechos sexuales y capacidad de agencia; delatar la hipocresía y las incongruencias para rebelarse contra el fanatismo. 

Pocas insumisas señalan que su vinculación al comercio sexual la indujo el feminismo, como Salem, escort española. Pero varias recuerdan haber sido sexualmente hiperactivas desde jóvenes. Son comunes los testimonios de una actitud favorable al sexo casual desde jóvenes. Valérie anota, con doble sentido, que siempre tuvo “culo inquieto”, algo que le fue útil cuando quiso reciclarse laboralmente. Leer la entrevista a una escort le abrió una verdadera caja de pandora de nuevas posibilidades.

Saisei-chan escribió un manifiesto. Desde que se inició, “un factor sería permanente y decisivo: el estigma de prostituta”. Licenciada en filología francesa y estudiante de psicología, le interesan los derechos de las trabajadoras sexuales, “especialmente los mecanismos de control social de la sexualidad femenina de los que se sigue sirviendo el patriarcado. Las Putas Feministas hemos dicho BASTA”. McKinnon y Dworking, “difundiendo su retórica enferma, niegan y obstruyen la vida misma”, pregona Linda.

Valérie remata: “basta de decidir por un colectivo sin las personas que hacemos parte de él. No es lógico, no es equitativo, no es feminista”. Según ella, dignificar la prostitución requiere desmitificar el sexo y, sobre todo, respetar la libertad individual: “que una mujer, sí, una mujer, pueda utilizar sus genitales para trabajar”. Piensa que el sexismo más flagrante es el doble estándar que conoce bien: mujer que se acuesta con muchos hombres es una zorra; si eso lo hace el hombre, es un casanova. 

Machacando la libertad personal, Apoiloina anota que “fundamental en el empoderamiento femenino es dejar de preocuparse por el culo de las demás”. Están dispuestas a combatir el patriarcado, apoyan que se investiguen y persigan los responsables de la trata de mujeres, pero rechazan el maternalismo redentor y parcializado. Viktoria recuerda que cuando trabajaba en condiciones indignas en restaurantes, “nunca tuve que justificar por qué estaba sufriendo en mi carrera". Su familia sabe a qué se dedica: el diálogo en temas sexuales fue sin tapujos. 

Ariadna es “una cualquiera, pro derechos humanos, animalista y feminista que lucha por el reconocimiento y los derechos del trabajo sexual”. Señala que “es la corrupción lo que hay que abolir y no nuestro trabajo”. Agrega que “luchar contra la trata es perfectamente compatible con derechos y reconocimiento a las trabajadoras sexuales”.

Su feminismo es algo ecléctico, nunca explícito, detesta que le digan puta, pero Eva, acompañante colombiana en España, está orgullosa de haberse liberado de los hombres para vivir independiente y a su manera. Su padre fue un borracho irresponsable y maltratador. Por él aprendió desde niña que “uno no debe dejar que la pareja lo machaque”. Estando embarazada, sorprendió a su compañero con una de las novias de su hermano, que era casada. Decidió vengarse: “voy a pasar por las manos de todos, así sean sus amigos, lo que caiga, no seré más su mujer sino la mujer del pueblo”.  La aburrieron “las bailaditas que terminaban en polvo gratis. Uno se siente usao”. Llegó a España donde la cuñada, muy celada por el esposo. Una ecuatoriana que trabajaba en un club le explicó que “los hombres pagan y tú mandas. Si eres lista vas a hacer con ellos lo que tú quieres”. Puso anuncios: “madurita, cariñosa, simpática y discreta. Salidas”. Cuando llegan los clientes “les echo un abracito y quedan desarmados”. Con más de cincuenta años “me siento en mi mejor momento, ellos me dan alegría, me he vuelto coqueta. Ahora voy más segura, con paso firme”. Asume su oficio sin remordimientos. “No me duele lo que me da de comer. Me siento más sirvengüenza por los años que aguanté (conviviendo) sin recibir nada”. Sabe que mejor no enamorarse, ni que se enamoren de ella, por los celos. No se siente rebajada ante nadie. “Quisiera defender esto que hago y donde haya que ir a hablar, voy. Estoy ejerciendo una profesión y, aparte de eso, estoy haciéndole bien a los hombres. Cada día me encuentro más a gusto con este trabajito”. 

Como Eva, casi todas las prostitutas colombianas son cabeza de hogar. De acuerdo con una encuesta realizada en Bogotá en el 2018, tres de cada cuatro de ellas no han abandonado el oficio porque consideran que su nivel de vida no lo podrían alcanzar con ningún otro trabajo. La flexibilidad de horario también es muy apreciada pues les permite atender y mantener a su familia, educar hijos e incluso ahorrar, una hazaña que logran el 70% de las encuestadas. Todo esto a costa del capitalismo y el patriarcado que supuestamente las están explotando. 

Por defender una doctrina, con más irresponsabilidad y soberbia que comprensión de la situación de algunas mujeres financieramente satisfechas, para no hablar de la falta absoluta de compasión con otras que están marginadas, estigmatizadas y desprotegidas, una legión creciente de abolicionistas, aupadas y financiadas por el puritanismo anglosajón, obnubiladas con el modelo sueco, pretenden volverlas clandestinas a todas, criminalizando a sus clientes, o que den varios pasos atrás en sus posibilidades de ganarse la vida, para reciclarse con cursitos de modistería. 

Económicamente solventes, las putas feministas tienen un futuro político promisorio. Saben que una gran fuente de incoherencias del feminismo es la prostitución y que hace mucha falta debatir, denunciar y ventilar las contradicciones. Como frecuentemente proclaman las feministas tradicionales, para avanzar en este campo en favor de las mujeres es indispensable “romper los estereotipos” que las perjudican. 



REFERENCIAS

Álvarez, Pilar (2018). “España enfila hacia la prohibición de la prostitución”. El PaísSep 8

Álvarez, Pilar (2018). “En una sociedad democrática no cabe la prostitución” Entrevista a Pilar Llop. El País, Dic 27

Cortés, Carmen (2012). Detesto que me digan puta. Gakoa

EFE (2015) “Detesto que me digan puta, el mundo de las prostitutas colombianas en España”. El Espectador, Sep 22

Martinez, Aashta (2017) “El problema con las putas es que trabajamos con la vagina, intocable y divino órgano”. Entrevista a Valérie May (prostituta alternativa). DosManzans.comOct 15

Rubio, Mauricio, Marlene Espitia y Patricia Mugno (2018). "Encuesta de Servicios Sexuales en Bogotá", Metodología, Formulario Frecuencias Simples


Rubio, Mauricio y Marlene Espitia (2018). "El Mercado del Sexo en Colombia. Elementos para un Diagnóstico". Tercer Foro Hablemos de Actividades Sexuales Pagas en Bogotá - Presentación 

San Narciso, María (2016). "Soy puta por elección. No quería trabajar 12 horas por 600 euros". El EspañolDic 4

The Stripper, Jacq (2017). "Inquisitive Strippers III". Blog, Mar 11

El Manifiesto de las Putas Feministas

Hablemos de Prostitución: el discurso sobre la trata


Cita Sheila Jeffreys contra la prostitución y la pornografía (por ahora)

viernes, 11 de enero de 2019

Una feminista sexualmente liberada

Publicado en El Espectador, Enero 24 de 2019
Columna después de las gráficas







Salem, estudiante española de historia del arte, relata su recorrido desde la doctrina feminista hasta una completa emancipación sexual.

Reconoce que su experiencia es controversial y no convence a mucha gente. Se inició joven en el feminismo, cuando “una increíble profesora me mostró los hilos”. Se define feminista interseccional pues reconoce múltiples sistemas de opresión patriarcal.

Varios años de relaciones afectivas y sexuales insatisfactorias la decepcionaron. Sufrió matoneo y discriminación “por ser una mujer con un impulso sexual verdaderamente alto”. Buscaba “no tener que entregar, sin ninguna contraprestación, esfuerzo emocional y sexual a los hombres; sacarle provecho al atractivo físico en lugar de pagar un alto precio”. Soportó burlas y humillaciones. “Una vez, cuando me teñí el pelo, aguanté pocos días pues no pude manejar la escalada en el matoneo”. Los problemas los ocasionaba tanto su físico como su intenso e inagotable deseo sexual. “Mis parejas masculinas no podían seguirme el ritmo y, a menudo, me reprendían. Tampoco sabían manejar mi poliamor. Encima, varias compañeras me miraban con desprecio, me criticaban por ser la zorra del grupo”.

Empezó a planear salidas a su situación. “¿Qué tal cobrar? Así podría poner yo las condiciones. Así sería yo la instigadora activa: mi sexualidad ya no estaría al servicio del patriarcado sino de mí misma. ¿La cereza sobre el pastel? Podría vivir de las pocas cosas que ya sabía hacer mejor que nadie. Así, decidí dedicarme al striptease”.

Su vida cambió radicalmente. “De repente, estaba en una ciudad diferente, haciendo nuevos amigos, desnudándome por dinero, masturbándome por dinero, besándome con mujeres por dinero. Estaba viviendo el sueño, mi sueño. Ninguna de las otras strippers me criticó por ser sexualmente hiperactiva”. Se acabaron los chistes sobre cómo se follaría todo lo que se moviera, “no más miradas desagradables por mis vestidos y ropa interior. Encontré una comunidad que me apoyó por lo que era: una puta gloriosa”.

Salem se volvió luego escort y ahora puede montar “los más excitantes y seductivos affaires para y con mis clientes”. Aprecia que después de cada encuentro no la llamen a preguntarle dónde anda, o con quién. “No esperan que pase mi tiempo libre con ellos, cuidándolos. No esperan que me acueste sólo con ellos. No me reprenden por ser sexualmente agresiva. No tienen problema con que yo lidere la faena buena parte del tiempo. ¡Au contraire! Me buscan para eso”. Encuentra irónico que en sus ratos con clientes sea cuando logra “follar de una manera que es la más auténtica y sincera para mí”. Además de su tiempo, su empeño emocional, físico, sexual y erótico están, para ella, adecuadamente compensados. “Pues sí. El feminismo me llevó a convertirme en una puta profesional. Mi análisis feminista sobre los esfuerzos sexuales y emocionales que asumen las mujeres y las personas no binarias me llevó a cobrar por ellos. Le estoy cobrando al patriarcado mi apariencia, mi sexualidad y mis formas de expresión. Y, ¡carajo!, eso es bien revolucionario para mí”.

En 1991, los psicólogos JA Simpson y SW Gangestad propusieron una metodología para analizar las diferencias individuales en sexualidad. Con el Inventario de Orientación Sociosexual (SOI por su sigla en inglés) buscaban captar la variabilidad en la disposición a tener relaciones sexuales con una pareja diferente de la habitual. Hicieron encuestas de auto reporte a una muestra de mujeres y hombres sobre estrategias de flirteo, fantasías románticas, emociones, afectos y actitudes hacia el sexo casual. Resumieron las respuestas en un índice: quienes obtienen un puntaje bajo –sociosexualidad restringida- tienden a la monogamia, prefieren cortejos largos e invierten bastante en relaciones estables, de largo alcance. La sociosexualidad irrestricta, por el contrario, se caracteríza por mayor facilidad para tener sexo, incluso con extraños, y menor intensidad romántica en las relaciones, tal como cuenta Salem o lo han hecho escorts y cortesanas de varias épocas. 

Yo sospecho que entre feministas y prostitutas existe una brecha de sociosexualidad que dificulta la empatía. Las primeras, restringidas, imaginan que las segundas, irrestrictas, deben ser rescatadas, cual pecadoras o víctimas. Décadas atrás, Helí Alzate y María Ladi Londoño, precursores de la sexología experimental colombiana, documentaron ese escollo para el diálogo político. Dicho esto, sería apresurado afirmar que la actitud hacia el sexo es uniforme entre las mujeres que cobran por ofrecerlo. Mientras veinte de cada cien prostitutas encuestadas en Bogotá en 2018 piensan que su primera experiencia fue “agradable o muy agradable”, un tercio la considera “horrible”; la mayoría declara que al iniciarse “sabía lo que hacía”, como Salem, pero algunas reportan haber sido forzadas o engañadas. La oferta de servicios sexuales es variada y compleja como la sociosexualidad de las proveedoras que, entre muchos factores, dependería de gustos, ambiciones, temores, personalidad e historia individuales, peculiaridades que al feminismo radical actualmente le importan tan poco como la emancipación sexual.


REFERENCIAS

Alzate, Heli, Maria Ladi Londono (1984). “Vaginal erotic sensitivity”. Journal of Sex & Marital Therapy, 1521-0715, Volume 10, Issue 1, 1984, Pages 49 – 56. Texto completo del artículo


Alzate, Heli, Maria Ladi Londono (1987). “Subjects' Reactions to a Sexual Experimental Situation”. The Journal of Sex Research, Vol. 23, No. 3. pp. 362-367

Rubio, Mauricio (2012). “Helí Alzate, las feministas y las prostitutas”. El MalpensanteNº 30, MayoVersión completa

Rubio, Mauricio, Marlene Espitia y Patricia Mugno (2018). "Encuesta de Servicios Sexuales en Bogotá", Metodología, Formulario Frecuencias Simples

Rubio, Mauricio y Marlene Espitia (2018). "El Mercado del Sexo en Colombia. Elementos para un Diagnóstico". Tercer Foro Hablemos de Actividades Sexuales Pagas en Bogotá - Presentación 

Salem (2018). "How being a feminist led me to Sex Work". Blog Personal

Schmitt DP (2005) “Sociosexuality from Argentina to Zimbabwe: A 48-nation study of sex, culture, and strategies of human mating”. Behavioral and Brain Sciences 28; 247-311


Simpson JA & SW Gangestad (1991) “Personality and sexuality: Empirical relations and an integrative theoretical model”. En  Kathleen McKinney & Susan Sprecher (Ed) Sexuality in Close Relationships. NY-London Psychology Press. Cap 4


jueves, 10 de enero de 2019

Platos labiales y autoestima

Publicado en El Espectador, Enero 17 de 2019






Agbo, Njideka (2018). “The Ethiopian Tribe Where A Lip Plate Makes You More Attractive”. The GuardianJan 11


Bays, Daniel H. (2005) “The Foreign Missionary Movement in the 19th and early 20th Centuries”. National Humanities Service

Cosoy, Natalio (2016) “El silencioso problema de la mutilación genital femenina en Colombia”. Semana, Ago 14

Lan Cassel, Susie (2007) “Footbinding and First-World Feminism in Chinese American Literature”. Journal of Asian American Studies, Volume 10, Number 1, February pp. 31-58

LaTosky, Shauna (2006) “Reflections on the lip-plates of Mursi women”. En Strecker, Ivo & Jean Lydall. The Perils of Face: Essays on Cultural Contact, Respect and Self‐Esteem in Southern Ethiopia. Berlin: Lit Verlag. 

Schiavenza, Matt (2013). “The Peculiar History of Foot Binding in China”. The AtlanticSep 16

SI (2005). “Mursi land threatened by government”. Survival InternationalAugust 8

Van Gulik, R.H. (1996). Sexual Life in Ancient China. New York: Barnes & Noble

jueves, 3 de enero de 2019

El feminismo y su Buen Salvaje

Publicado en El Espectador, Enero 10 de 2019






Bedinelli, Talita y Lola Hierro (2018). “Las 100 últimas tribus felices del mundo”. El PaísDic 31

Chagnon, Napoleon (1988) “Life histories, blood revenge, and warfare in a tribal population”.  Sciencevol 239 

Evald, Pierre (1998). “The Andaman Islanders – A State of the Art Report”. Blog personal

Ferguson, Brian (2001). “Materialist, cultural and biological theories on why Yanomami make war”. Antropological Theory, Vol 1(1): 99–116

Ferguson, Brian (2003). “The Birth of War”. Natural History Magazine July/August

Harris, Marvin (1975). Cows, pigs, wars and witches. The riddles of culture. NY: Vintage Books

Keeley, Lawrence (1996). War before civilization. The myth of the peaceful savage. NY, Oxford: Oxford University Press

Rubio, Mauricio (2018). "Solteros involuntarios". El Espectador, Mayo 30

Swancer, Brent (2017). "A Mysterious Island and a Deadly Lost Tribe". Mysterious UniverseJuly 28

martes, 1 de enero de 2019

Befana y los Reyes Magos

Publicado en El Espectador, Enero 3 de 2019






Burton, Krista (2018). “My shopping habits help Amazon take over the world. Alexa, this ends now”. The GuardianDic 12

Pozzi, Sandro (2018). “El ‘efecto Amazon’ cambia la economía”. El PaísSep 24

Semuels, Alana (2018). “I Delivered Packages for Amazon and It Was a Nightmare”. The AtlanticJun 25

Somaney, Jay (2015). “Chinese Government Has A Huge "Stake" In Alibaba”, ForbesOct 18

TC (2018). “Amazon headquarters: here’s what it will take to be the winning city”. The ConversationFeb 7