lunes, 30 de noviembre de 2020

Racismo, misoginia y otras taras

 Publicado en El Espectador, Diciembre 3 de 2020

Columna después de los memes





“¿Por qué hemos querido ser tan ciegos?” se pregunta en una implacable columna Alma Guillermoprieto. Con agudeza resume el lamentable paso de Donald Trump por la Casa Blanca.


Lo compara con Hugo Chávez quien “también invadía todos los rincones del pensamiento de los venezolanos”. Anota que ese payaso, aún con célebres admiradores en Colombia, solo lo pudo silenciar la muerte. Según ella, el talante totalitario de ambos residía en creer que las instituciones democráticas “se pueden tumbar a patadas”. 


Recuerda el infame asesinato de George Floyd en Minneápolis por un policía y se indigna de que este hombre haya pagado meses de cárcel por un gramo de cocaína mientras financistas adictos de Wall Street quedan tranquilos. La sorprende que electores norteamericanos no vieran las protestas de Black Lives Matter sino las vitrinas rotas y los saqueos. Concluye que “es el racismo el que generó el monstruo” y evoca el desastre de la esclavitud. 


Todo lo que dice es cierto, pero la renombrada periodista sugiere que el policía asesinó a Floyd por ser blanco, no negro. Queda implícito que un uniformado afrodescendiente habría mostrado mayor compasión por alguien de su color. ¿No es eso racismo puro? Para ir más allá de Trump y sus prejuicios, hay que indagar un mínimo por las razones que llevaron a ese policía específico a mostrar semejante crueldad con un ciudadano. No todos los policías blancos matan negros: es inaceptable y falaz acudir a la tez para explicar comportamientos. La indignación que causó esa muerte no ha debido depender del color de piel de la víctima. Black lives matter no contribuye a superar la tara racista. Los DDHH son universales, All lives matter. 


También es racismo silenciar población blanca, supuestamente privilegiada, que sufre desgracias. Anne Case, profesora emérita de Princeton destaca la ola de suicidios y muertes por sobredosis entre los blancos sin estudios. Por su sostenido aumento desde hace dos décadas, su tasa de mortalidad contrasta con la de cualquier otro grupo, incluyendo los negros de clase trabajadora.  Los 74 millones de votantes por Trump no pueden volverse una masa informe: son una población en extremo compleja, con mujeres insensibles a las denuncias por acoso contra el presidente e hispanos que debieron oponerse a las nefastas políticas inmigratorias. 


Los progresistas que critican al republicano más odiado del mundo lo comparan con Obama, prueba palpable de que la esclavitud no explica bien la realidad actual. Como él, en EEUU abundan ejemplos de personas negras o de cualquier origen privilegiadas en muchísimos aspectos. 


Por su parte, el buenazo de Obama le dió impulso definitivo a las demandas más delirantes del colectivo LGBT, como hombres colados en campeonatos deportivos femeninos, o baños “género neutrales” impuestos en colegios y universidades o la insufrible manía del lenguaje correcto. Tan arbitrarios e insoportables como Trump son esos activismos que buscan controlar minuciosamente todo lo que decimos y creemos. Rafael Gumucio, escritor chileno radicado en Nueva York, cuya hija estudia en escuela pública, se impacienta cuando ella le dice que ya no se llaman latinos sino latinx. Donde la joven ve un entorno de libertad, él siente “la opresión extraña de ser corregido en mi propia casa porque mi forma de hablar ofende, duele y oprime”. No entiende ese racismo, homofobia y transfobia de “las que soy fatalmente portador" y mucho menos “que se admita la fluidez de las identidades sexuales y no también las de la raza”, o sea el mestizaje que caracteriza casi cualquier sociedad contemporánea.


¿El sexo se elige? Se pregunta con tranquilidad un artículo de El País sobre la posibilidad de que el gobierno socialista español elimine cualquier requisito médico para que quien se considere hombre o mujer lo sea legalmente. El colectivo transexual está eufórico: querer ser mujer bastará para que el Estado lo reconozca. Lunáticos y lunáticas apoyan este exabrupto que tumbará todos los avances alcanzados por el feminismo para que varones que no se “sienten” así aprovechen ciertas ventajas y perjudiquen beneficiarias por ser mujeres: misoginia profunda. 


La gran falla de Alma Guillermoprieto radica en silenciar razones de peso para entender millones de personas saturadas de la manera como ciertos sectores progresistas, acérrimos críticos de Trump, afianzaron retóricas que pisotean la ciencia, corroen la democracia, patean instituciones y se entrometen en todo lo que hacemos, decimos y pensamos. Como hicieron Chávez, Castro, Mao, Franco y muchos dictadores.


Ideologías de estirpe marxista acabaron torpedeando su médula conceptual. “Ya no somos capaces de soportar la complejidad de la historia” afirma un director alemán de cine que ha indagado las heridas mal cicatrizadas causadas por el nazismo en su país. Esa anotación cae como anillo al dedo a las diversas militancias que además de ignorar la ciencia invaden cualquier terreno para sacar adelante su fanatismo, tal como hace ese detestable populista de derecha. 



https://elpais.com/opinion/2020-11-21/ee-uu-y-sus-elecciones-explicados-con-13-anos.html

Case, Anne & Angus Deaton  (2020) Deaths of Despair and the Future of Capitalism. Princeton University Press

https://www.efe.com/efe/usa/sociedad/obama-comprometido-con-derechos-de-las-personas-lgbt-en-dia-contra-homofobia/50000101-2928045

https://elpais.com/sociedad/2020-11-20/el-sexo-se-elige-depende-de-a-quien-pregunte.html

https://elpais.com/opinion/2020-11-13/por-que-hemos-querido-ser-tan-ciegos.html

https://isr.umich.edu/news-events/insights-newsletter/article/obamas-election-reduced-perceptions-of-racism-but-boosted-opposition-to-race-related-policies/

https://www.elespectador.com/opinion/una-puerta-que-se-abre/

https://www.mirror.co.uk/sport/other-sports/cycling/transgender-cyclist-accuses-woman-defeated-20702168