viernes, 16 de mayo de 2014

Telenovelas y derechos de las mujeres

Publicado en El Espectador, Mayo 22 de 2014
Columna después de las ilustraciones




Fatmagul - Capítulo 1 de la serie
Subtítulos en Español


Mujeres egipcias viendo Gumus




Kismet - Ces séries qui changent la vie.
Documental emitido el 9 de Marzo de 2014 por ARTE TV. Disponible en Youtube
En francés sin subtítulos


Deambulando en un 4x4 por la playa, cuatro hijos de papi se fijan en una hermosa campesina. Novia de un pescador, trabaja como cocinera en una elegante casa en donde esa misma noche la vuelven a encontrar.

Más tarde, tomados, pasan del acoso a la violación de la joven casi frente a su prometido que, celoso enfermizo, no hace nada por impedirlo. Las familias tratan de ocultar el incidente pero varias personas apoyan a la muchacha que al final pone la denuncia. En el juicio se confunde y no logra identificar a los violadores. Pero el impacto que ha tenido la decisión de Fatmagul -como se llama esta heroína de una telenovela turca- sobre la judicialización de la violencia sexual en los países árabes ha sido considerable.

Samira Brahim participaba en una manifestación en el Cairo cuando fue sometida por la policía a un “examen de virginidad”. La desnudaron e inspeccionaron íntimamente en un despacho con la ventana abierta y un oficial tomando fotos en su celular. El objetivo era destruir sicológicamente a las diecisiete jóvenes detenidas, amenazándolas con un proceso por prostitución. Originiaria de una región conservadora, sus amigos la rechazaron y tuvo enormes dificultades con su familia; no querían que pusiera una denuncia, pero acabó haciéndolo. Fue la única de las víctimas que acudió a un tribunal militar y logró que se proscribiera el humillante procedimiento. Muchas mujeres se lo agradecieron y contaron que también habían sufrido acoso sexual. Samira no duda en señalar que fue gracias a Fatmagul que decidió acudir a la justicia. Dina Farid, una militante feminista egipcia señala que las mujeres violentadas acuden poco a las autoridades. Reconoce que las telenovelas han contribuído a minar un obstáculo que parecía infranqueable. “Es gracias a ellas que hay muchas más mujeres dispuestas a denunciar”. Las guionistas de Fatmagul hicieron grupos focales que se convirtieron en comités de apoyo a la protagonista. Para garantizar el realismo de la escena del juicio, se contactaron defensores de víctimas de abusos y violaciones para contratar como extras a mujeres reales sensibles al tema. La filmación acabó siendo una manifestación a favor de la víctima bajo el lema “nunca más sola”.

La influencia de las telenovelas no se limita a las denuncias. Una mujer de los emiratos árabes vivió trece años con un hombre que no quería. La habían obligado a casarse casi niña y decidió cambiar de vida al ver las series. “Comprendí que las mujeres podían reivindicar sus derechos. Estuve muy impresionada por Fatmagul, la heroína maltratada hasta el día que alguien la ayuda a enfrentar a los atacantes y poner una denuncia”. En otra telenovela turca que muestra el divorcio como una posibilidad real, cuando la mujer está infeliz su esposo trata de darle gusto. Las televidentes árabes empezaron a preguntarse por qué sus maridos no las trataban así, y a exigirles. “Nuestra serie preferida es Gumus. Antes los medios egipcios hablaban sobre todo de violencia, de guerra, de injusticia -dice una televidente- Gumus trajo un aire de romanticismo a la TV,  llegó en un momento en que los egipcios demandaban programas de este tipo”.

Aunque el documental “Esas series que cambian la vida” sólo ofrece como evidencia algunos testimonios y opiniones, un Consejero de Gobierno para Asuntos Matrimoniales árabe permite sospechar que el impacto ha sido significativo. Al hablar de la demanda de divorcio interpuesta por una mujer recuerda que le exigieron al marido no dejarla ver esos episodios “románticos y violentos” en un aparato comprado por él. “Esas telenovelas que nos presentan como modernas y civilizadas tienen una influencia desastrosa”, concluye el funcionario.

“La clave del éxito de una serie es un escenario realista que cautive al espectador y le recuerde su propia vida” anota un productor turco de culebrones. Ese principio tan elemental lo ignoran con frecuencia algunos trabajos académicos que supeditan la descripción realista a la doctrina. Con las críticas a los dramatizados sobre los capos quedó claro que una élite intelectual colombiana no es fanática de la TV, y menos de las series nacionales. El activismo en el país parece anclado a herramientas decimonónicas, como sugerirle ideas ilustradas al soberano para que legisle o salir a la plaza pública para presionarlo, ignorando algunas que le llegan directa y eficazmente a millones de personas, en particular a quienes no les interesan las manifestaciones, ni la política, ni la jurisprudencia, ni el twitter, pero que no se pierden su telenovela.