domingo, 23 de noviembre de 2025

El eterno y obsesivo bolivariano en un país santanderista

 Publicado en El Espectador, noviembre 27 de 2025


En la última entrevista de Daniel Coronell, Gustavo Petro reiteró su esencia bolivariana, desmarcándose del santanderismo. Sobre su altercado con Trump, hizo alusión al período de Independencia, cuando “los soldados eran indígenas y negros y, en cambio, los generales eran blancos y tenían esclavos”. Negó tajantemente que el asunto tuviera que ver con su desplante en las calles de Nueva York invitando a los soldados norteamericanos a rebelarse.


En abril de 1988, cuando Coronell conoció personalmente a Petro, el entonces guerrillero, en plena guerra sucia, también enfatizó ser convencido bolivariano. Tras denunciar la desaparición de varios compañeros habló de “los contenidos de la lucha de Bolívar… la espada que se concreta no en el pedazo de metal que le pertenece al pueblo sino en una propuesta de paz para el país… una nación del tamaño y los sueños de Bolivar. La espada seguirá en manos del pueblo hasta (alcanzar) los objetivos de justicia social, de paz para todos, de verdadera democracia”. 


Días después de la Toma del Palacio de Justicia, desde las “montañas del Cauca”, Alvaro Fayad, Comandante General declaraba que su grupo “fue ante la Corte Suprema de Justicia a entablar una demanda armada y a convocar a un juicio público contra el gobierno de Belisario Betancur. Fue, ante el más alto tribunal de justicia, a solicitar un pronunciamiento sobre la constitucionalidad del Acuerdo de Cese del Fuego y Diálogo Nacional suscrito en agosto de 1984. Fue, ante hombres de honor y leyes, a pedirles asumir conocimiento sobre el cumplimento que hicieran las partes en el desarrollo y ejecución de dicho compromiso, cuyo fin era la paz en su dimensión más pública y humana: la justicia social y la democracia política… Instaurar la demanda, convocar al juicio, eran los objetivos del Operativo Antonio Nariño por los Derechos del Hombre”. 


Difícil concebir un galimatías más incoherente, taimado y demagógico para,  sin el más mínimo arrepentimiento, iniciar el blanqueo de un ataque demencial, presentándose ante una sociedad más santanderista que bolivariana como herederos del Hombre de la Leyes. Destacar las múltiples diferencias entre ambos próceres ayuda a entender la coyuntura política actual. 


La primera y más protuberante es el militarismo. Bolívar pasó buena parte de su vida en campañas militares que dirigió personalmente. “La guerra es mi elemento; los peligros mi gloria” dijo en una carta al General Urdaneta. Santander, abogado de formación, tenía una visión del poder civil y legalista. Aunque participó en la guerra como general, su rol fue más político y, anota David Bushnel, de “administrador minucioso e incansable”. La fijación de este "abanderado consciente del siglo de las luces” por la separación de poderes fue constante. En particular, se preocupó por la rama judicial. La Constitución de Cúcuta buscaba una judicatura independiente y un Senado con  funciones de control sobre el ejecutivo. Bolívar, por su lado, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura (1828), se autoproclamó “Presidente-Libertador” con facultades absolutas, suspendió la Constitución de Cúcuta y gobernó por decreto. Aunque admiraba a Montesquieu consideraba que en las nacientes repúblicas, azotadas por guerras civiles y caudillismo, era indispensable un poder ejecutivo fuerte y centralizado. Una judicatura demasiado autónoma podría convertirse en obstáculo para gobernar. 


Un aspecto curioso del M-19, la izquierda bolivariana, es que, según  Bushnel “los colombianos adheridos al Partido Conservador han valorado más a Bolivar y perceptiblemente menos a Santander que los adheridos al Partido Liberal”. Para un célebre vocero de esta posición, Laureano Gómez, “Santander había sido un mentecato, desmedidamente ambicioso de poder y de lucro, enemigo de la fe cristiana, y cuanta cosa más le sugería su fertilísimo ingenio de polemista”.


Secuela nefasta del excesivo militarismo bolivariano ha sido el reclutamiento de menores de edad. En julio de 1819, Bolívar proclamó la ley marcial. Debían alistarse “todos los hombres desde la edad de 15 años”. Pero eso no impedía que se reclutaran menores, hasta de 6 años. El historiador Tomás Perea anota que “la participación de los menores de edad fue constante, vinculándose al ejército a edades tempranas”. Con una muestra de 134 registros de soldados calcula que el 42% estaban entre 6 y 15 años, superior al 36% de la “minoría civil”, entre 15 y 21, que aún no podía votar. 


Bolivarianos convencidos, los insurgentes del M-19 siempre reclutaron personas muy jóvenes. Bastante revelador de la insensibilidad de Gustavo Petro a esa lacra fue el soberbio “soy comandante y sé de la guerra” como réplica a las críticas por el bombardeo en Guaviare en el que murieron menores de edad. Como si faltaran discrepancias, con argumentos de juristas víctimas de la Toma de Palacio, el santanderismo se fortaleció al conmemorarse los 40 años de esa tragedia. 


REFERENCIAS


AGN (sf). “Documento 134. Carta del Libertador Simón Bolívar al General Rafael Urdaneta 14 de Abril de 1827” Archivo General de la Nación, Documento 1343


Bushnell, David (1968) “Santanderismo y bolivarismo: Dos matices en pugna”. Desarrollo Económico, Vol. 8, No. 30/31, Jul. - Dec., 1968, pp. 243-261


Coronell, Daniel (2022). “El día que conocí a Petro”. Los Danieles, Jun 22


Coronell, Daniel (2025). “Entrevista completa exclusiva a Gustavo Petro, presidente de Colombia”: Univisión Noticias, Oct 21


__________________  “Mis impresiones de la entrevista con el presidente Gustavo Petro”. El Reporte Coronell, W Radio, Oct 22


Decreto Orgánico de la Dictadura de Bolívar (1828, sf) SCRIBD


Fayad Delgado, Alvaro (1985, 2013). “Declaración del Movimiento 19 de abril tras la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en 1985”. Oiga Hermano, Hermana, nov 5


Perea Tobón, Tomás (sf). “Menores de edad en la independencia participación y dinámicas de funcionamiento en el ejército”. Libro Abierto 


RS (2025). ““Soy comandante y sé de la guerra: Petro justifica bombardeo en Guaviare y asegura que desconocía la presencia de menores”. Semana, nov 16


Rubio, Mauricio (2019). “El M-19 y la muchachada del barrio”. El Espectador, Dic 12, Blog personal


Rubio, Mauricio (2025). “Puntillazos a la narrativa del M19 sobre la toma del Palacio de Justicia”. El Espectador, nov 13, Blog personal 

sábado, 15 de noviembre de 2025

Lecciones de periodismo de la generación seducida por el M19

 Publicado en El Espectador, noviembre 20 de 2025



Ramón Jimeno, autor de Noche de lobos, experto en el Palacio de Justicia, ha ignorado evidencia incoherente con la narrativa del M19 sobre ese ataque. Un detalle pertinente es que al autor lo llamaron del M19 para entrevistar a Clara Helena Enciso, única guerrillera sobreviviente de la toma que, según recuerda él, estaba escondida en un lugar de Bogotá al que lo llevaron vendado. Allí la protegían los del Frente Ricardo Franco, verdugos de Tacueyó. Enciso “ya estaba en contacto con el comando del Eme y le hicieron una versión oficial. (Su testimonio) estaba muy ligado a esa instrucción del comando.… Después se abrió más, lloró y contó episodios dramáticos del baño… cuando capturan a Irma (Franco)”, la otra guerrillera que salió del Palacio y luego desaparecieron. 


Jimeno destaca la diferencia entre estas dos insurgentes. “Irma trataba muy duro a los rehenes, era una guerrillera. Clara Elena no lo era… estaba encargada de las comunicaciones y era muy amable con todos”. En su libro la  considera mal preparada para la toma. Su novio, Elvecio Ruiz, encargado por Fayad para dirigir el operativo, se oponía. Ella presionó, fue incluida, pero su entrenamiento no fue militar: “estuvo en la Corte estudiando expedientes sobre la inconstitucionalidad del Tratado de Extradición”. Este dato clave no impidió que Jimeno descartara por absurda la tesis del dinero narco para la toma. Al final, los comandantes, no concedieron el imprimátur. Le informaron a Jimeno que “lo sentimos mucho, no puede usar el reportaje, es una decisión de  la Dirección del M19 para seguridad de Clara Helena”. 


El periodista pregona la teoría de la “ratonera”: los militares sabían de la toma desde antes. Para encerrar y aniquilar al M19, habrían quitado la vigilancia. Pero esa decisión dependía de la Policía, entonces sospechosa de colaborarle a los narcos. Su experiencia y el mismo relato también contradicen la hipótesis. Días después de la masacre, el comando superior del Eme ya operaba normalmente, entregándole a la única testigo viva la “versión oficial” del incidente, supervisando la narrativa y censurando un reportaje. No tenía ningún sentido para el ejército exterminar un grupo guerrillero si la cúpula de mando estaba afuera, sana y salva, prácticamente intacta. Otra evidencia incómoda que Jimeno desdeña. 


Clara Helena Enciso es la médula del libro Noches de Humo, de Olga Behar, quien convivió con ella un mes en México. El mismo Fayad hizo el contacto justo después de la toma para una entrevista que no pudo hacerse. Sorprende que una guerrillera rasa supiera detalles que en un grupo compartimentado pocas personas conocen. Según el libro de Behar, “la negociación (se haría) en el Cauca y los guerrilleros que salieran del Palacio serían trasladados a Siloé y Aguablanca, Cali, donde el M19 tenía gran influencia”. Surge una inquietud: ¿la periodista ya conocía a Gerardo Ardila, importante estratega del M19 con quien se casaría después? Curiosamente, no lo menciona en sus libros, ni siquiera en su autobiografía. Revelar conflictos de interés le parecía superfluo. 


En una entrevista reciente, Behar anota que su primera reacción al enterarse del ataque fue recordar la captura de rehenes de 1980 en la Embajada Dominicana. Aún sospechando, tal vez sabiendo, los objetivos del “juicio armado”, el curso de acción obligado debía seguir el guión revolucionario: un replay de la Chiqui doblegando militares y al gobierno con la guerrilla volando impune hacia Cuba, “territorio libre”.  


Behar revela que la experiencia de Palacio la convenció que, para estar informada, Colombia necesitaba “periodismo comprometido y de autor”: superar los afanes de reportera sometida a los tiempos impuestos por el nieto de Laureano que nunca la censuró y mezclarle ficción al oficio. Así, el libro del humo es una “novela histórica” con cuatro personajes: la justicia, representada por el Magistrado Reyes Echandía, la sociedad civil por Eduardo Umaña Luna, abogado de las víctimas desaparecidas por los militares, Clara Helena Enciso que personifica la guerrilla y los militares tipificados por el Rambo Criollo, un soldado de 21 años que en la retoma salvó rehenes, incluso unos magistrados, pero que, por señalar excesos, fue hostigado y amenazado. Unos brochazos , según esta periodista, bastan para describir el contexto. 


No podían faltar en esa entrevista referencias a Nuremberg y criminales nazis burlándose de sus víctimas judías, para compararlos con militares colombianos  despreciando enemigos guerrilleros en los Consejos de Guerra. Es chocante que periodistas célebres de los ochentas, todavía bajo el embrujo de delincuentes políticos sanguinarios y sin remordimientos, pretendan dictar cátedra en técnicas de reportaje o ética periodística. Sin ninguna duda sabían proteger sus fuentes y cultivar contactos clandestinos. Pero fuera de eso, bastantes periodistas jóvenes podrían instruirlos en rigor, imparcialidad ideológica y, sobre todo, distinguir hechos de opiniones.

sábado, 8 de noviembre de 2025

Puntillazos a la narrativa del M19 sobre la toma del Palacio de Justicia

 Publicado en El Espectador, noviembre 13 de 2025


Para la conmemoración de 40 años de la toma del Palacio de Justicia, dos hijos de magistrados asesinados, Mauricio Gaona y Carlos Medellín, le dieron sendos puntillazos a la leyenda manufacturada por el M-19 y adoptada por sus hinchas. A su vez, Helena Urán ya había confirmado que su padre, Carlos Horacio Urán, salió vivo del Palacio y luego fue muerto por militares. 


Con evidencia aparecida estos últimos años, reforzada por expedientes penales, queda claro que la participación del M19 no se limitó a buscar un estrambótico “juicio armado” al presidente: también cometieron crímenes atroces. El mejor documentado es el de Manuel Gaona Cruz. Se conocen ahora no sólo las circunstancias sino los antecedentes y los motivos del grupo asaltante para asesinarlo. 


Según Lucía Bermúdez, secretaria del Magistrado Nemesio Camacho, los guerrilleros gritaban “¡que salga Manuel Gaona!¡Que salga Medellín!… Solamente llamaban a los Magistrados de la Sala Constitucional”.  José Gabriel Salom, magistrado auxiliar, declaró que salió del baño donde estaba con Gaona. Almarales los tranquilizó: “a ustedes no les va a pasar nada porque son mi última salvación”. Quería sacarlos al fuego cruzado, pero Gaona se rebeló.

  • ¡Salga!, repitió Almarales
  • ¡No! yo no me muevo de aquí… 

Entonces “Almarales dio la orden: acaben con esos (HPs) y nos dispararon… Sentí un fuerte golpe en el hombro izquierdo por la cabeza de Horacio Montoya Gil (Magistrado)… (después) otro tremendo golpe en la cabeza producido por la de Manuel Gaona Cruz”. Salom permaneció bajo ese cuerpo inerte “hasta que ordenaron quitar los cadáveres”. Varios testigos cerca a Gaona presenciaron su ejecución. Jorge Antonio Reina, conductor, recordó que “salí y me quedé en la puerta del baño al lado del doctor Gaona. Un guerrillero le dijo que se hiciera por la orilla… por detrás vino y le disparó en la cabeza, cerca a la nuca. Me tiré al piso. A los que iban saliendo los iban asesinando en el descanso de la escalera”. El magistrado Hernando Tapias Rocha declaró “yo fui uno de los pocos magistrados que se salvó de no ser ejecutado por el M19”.


El día del asalto, la Sala Constitucional de la CSJ iba a discutir la ley que aprobaba el tratado de extradición. El ponente del estudio era el magistrado Gaona que había sido amenazado por los extraditables. La evidencia sobre financiación de la toma por Pablo Escobar es precaria por estar basada en testimonios cercanos a él. Lo que se sabe es que los guerrilleros buscaban magistrados de las salas constitucional y penal. Varios de otras salas pudieron salir.


El levantamiento del cadáver de Gaona se hizo el 7 cuando el ejército había tomado control. La necropsia “revela tres heridas de bala con trayectorias de entrada en el parietal izquierdo, en la cara lateral del cuello derecho, y en el omoplato superior derecho”. En 1986 la Procuraduría, basada en estas pericias y declaraciones juradas de sobrevivientes, atribuyó la muerte de Gaona al M19. En 2020 la Comisión de la Verdad de la CSJ confirmó esa conclusión. “Las trayectorias, distancias de disparo y tipos de lesiones no eran compatibles con fuego cruzado”. 


Interpretando a su acomodo esas pruebas forenses e ignorando las declaraciones de testigos presenciales divulgadas, entre varias otras instancias, por Mauricio Gaona, en una entrevista reciente, Ramón Jimeno, experto en la masacre y soporte importante de la narrativa del M19, afirma categóricamente que “las pruebas de balística confirman que Gaona murió por balas del ejército”. Para sostener esa visión contraria al nuevo consenso, la adorna con falacias. No tenía ningún sentido, dice, “que Almarales los matara después de haberlos cuidado durante 16 horas”. El amable centinela, según sus rehenes, les hizo explícito que ellos eran moneda de cambio, por eso los protegía. Como Gaona se negó a la orden de exponerse a la balacera, el abogado guerrillero ordenó matarlo a quemarropa por la espalda. Jimeno alcanza a enaltecer al asesino: “el único acto humanitario que hubo es el de Andrés Almarales que autoriza la salida de los heridos, las mujeres y los últimos rehenes”. Eso a pesar de que, reitera, “ellos sólo querían un juicio justo”, algo extraño con armas y rehenes. Culmina su incoherencia legitimando un esperpento: si Betancur accede a negociar “¿ellos hubieran cogobernado?… posiblemente sí… Gobiernan ahora y no pasa nada… (no era) el acabose que el M-19 llegara a una negociación de tú a tú”. 


De manera irresponsable y provocadora, Gustavo Petro trinó que “el informe científico forense… determinó que ninguna bala proveniente de armas del M19 se encontró en los cuerpos de los magistrados asesinados en Palacio”. Carlos Medellín reviró: “¡falso, falso, falso!”. Eso no pudo saberse. Pero quedaron testimonios presenciales imposibles de tapar. 


REFERENCIAS


Castro, Cristina (2025) “La muerte del magistrado Gaona fue por arma de fuego de un miembro del M-19: autor del informe de la Comisión de la Verdad”. semana.com, noviembre 3


Correa, Juan David (2025). Entrevista a Ramón Jimeno. Conversaciones Pendiente, youtube nov 6


CR (2025). “El testimonio que cambia la historia del Palacio de Justicia” Entrevista a Mauricio Gaona, Caracol Radio, octubre 24


Gaona, Mauricio (sf). “Manuel Gaona Cruz 1941-1985”. Semblanza, Vida, Muerte, Legado


Gómez Maseri, Sergio (2025). “'El 6 y 7 de noviembre de 1985 se asesinó la justicia, se asesinó la verdad, se asesinó la historia', Mauricio Gaona, hijo de magistrado asesinado”. El Tiempo, noviembre 5


Hernández, Juan Miguel (2025). “Nilson Pinilla: Algunos militares propiciaron la toma del Palacio de Justicia para cobrar represalias contra el M-19”. El País, noviembre 6


Montes, Gustavo, Laura Isabel Sánchez y Paulina Mesa (2025). “Falso, falso: hijos de magistrados asesinados en el Palacio de Justicia responden a Petro”, El Espectador, noviembre 7


Rubio, Mauricio (2025). “Los rehenes y la explicación del M-19 sobre el Palacio de Justicia”. El Espectador, julio 10, blog personal

sábado, 1 de noviembre de 2025

Menopausia con memoria selectiva, sin víctimas del M19 ¿Y qué?

 Publicado en El Espectador, Noviembre 6 de 2025

  • ¿En qué momento pensó que las armas eran lo que tocaba?
  • Uno podía ser hippie o guerrillero… la gente que encontré era distinta, gente alegre… no tan radical ni tan fuerte… era descomplicada, no era dogmática… (El entorno era) la revolución cubana, el Che Guevara, símbolos muy poderosos. Eso me marcó, no porque me gustaran las armas…
  • Había cierto romanticismo… ¿está reconciliada con la decisión o hay algún arrepentimiento? 
  • Sería deshonesto decir que hay arrepentimiento… Somos de una época. Uno actúa de acuerdo con ese momento… menos mal llegó la paz. Todos los días le agradezco a Carlos Pizarro que de manera pronta… (terminara) 16 años de vida (guerrillera). El ELN lleva 60
  • La guerra la llevó a la cárcel y la tortura… ¿le cuesta recordarlo?
  • Lo asumí como parte de lo que nos podía pasar
  • ¿Cómo hizo para resistir? ¿Para no cantar?
  • Recurrir a mis afectos. Decía Bateman que a la hora de la tortura no vale la ideología ni el pensamiento político sino las lealtades
  • ¿Volvió a ver a sus torturadores?
  • En Urabá iba con Navarro en campaña, pasó un militar y lo reconocí… ese estuvo en la tortura e hizo el papel del bueno… lo que hice fue esculcar mis sentimientos… no había odio, ni rabia ni resentimiento
  • ¿Hubo perdón?


A mitad de 2024, Yolanda Ruiz y Maria Elvira Samper le hicieron a Vera Grabe una entrevista inofensiva, cautelosa: eludieron el delicado asunto de las víctimas. La entrevistada, delegada del Gobierno en los diálogos con el ELN, lo mencionó de pasada al recordar que “estamos en el encuentro de víctimas. Por fin (aceptaron) ese tema”. Las periodistas destacaron las circunstancias en las que la ex comandante, parte de la dirección y “secretaria general y responsable de relaciones internacionales del M19”, pudo ser víctima. Del entorno que la llevó a tomar las armas. O de torturas. O de la clandestinidad y el alejamiento de su familia. O del machismo de los guerreros. Tal conversación daba para preguntarle si en Libia Muammar Gadafi, reconocido misógino, la maltrató al visitarlo como embajadora del movimiento bolivariano. Sobre el complejo dilema entre maternidad y guerrilla cabía mencionar la intromisión de Bateman en su derecho a decidir, un incidente útil para comparar éticamente al M19 con las FARC.  


Con aspavientos, las entrevistadoras oyeron los sufrimientos ocasionados por carceleros y torturadores tras el robo de armas del Cantón Norte. Hubiese sido impertinente pedirle que comparara su situación con la de José Raquel Mercado. Ni hablar de incomodarla con los muchos rehenes y familias afectadas por secuestros del M19. Todavía menos sondear si en 1986, después de la toma de Palacio, su grupo contribuyó, con Pablo Escobar, a difundir y consolidar esa lacra. 


Un cenit de la charla es cuando esta superviviente del régimen Turbay relata la visita que le hizo su padre, refugiado alemán de la Segunda Guerra, en las instalaciones militares; “llegó con frutas y comida” y la vio magullada por los golpes. Tras confirmar los rumores que ella era guerrillera, le habría dicho “me siento muy orgulloso. Has podido luchar, lo que nosotros no pudimos hacer… (y has sufrido) los mismos comportamientos de los nazis”. 


El tema de las acciones militares se despachó rápido: 

  • Usted estuvo en combate; ¿pudo haber matado?
  • No, no creo. Por el lugar que tenía, ahí no me mandaban mucho…
  • Usted manejaba ametralladora, ¿quién le enseñó?
  • (Sonrisas) Yo no era buena para lo militar. Tenía un lugar raro, era parte de la dirección pero no me mandaban a dirigir tropa
  • ¿Estuvo enterada de los planes para tomarse el Palacio de Justicia?
  • Como eso se manejaba en un círculo muy chiquito… nunca nos enteramos. Estábamos en Antioquia armando un grupo con el EPL 


En el año 2000 Vera Grabe reveló que “los mágicos nos prestaban sus fincas donde hacíamos reuniones de la dirigencia M19-EPL en Antioquia”. Hace pocos días, María Elvira Samper endosó la teoría de la "ratonera", recordó que “Juan Guillermo Ríos, en el noticiero, anunciaba que iba a pasar una cosa muy terrible” y sentenció que “los militares sabían… desprotegieron el Palacio”. En la entrevista a Vera Grabe tal vez era brusco e insolidario replicarle que inteligencia militar ya sabía de la toma pero ella, parte del Comando Superior Nacional de la guerrilla atacante, lo ignoraba.


En su discurso de aceptación del Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un Periodista (2010), María Elvira Samper reflexionó sobre la ética del oficio y acuñó una frase que se hizo célebre: "¿cómo evitar que el periodista perro guardián acabe convertido en perro faldero?”. Aunque sea machista, procede preguntarse si la menopausia favorece lo faldero ¡Y qué!


REFERENCIAS

Calle, Maria Clara (2015). “El precio por la verdad del holocausto”. Verdad Abierta, Mayo 14


Cardona, Lorena (2018) “Por la paz haremos hasta lo imposible, incluso la guerra”. Entre holocaustos y militancias: memorias del M-19 a través del relato de Vera Grabe Loewenherz”. En Flier P (2019). Historias detrás de las memorias. Pasados Presentes


Correa, Juan David (2025). Conversaciones Pendientes, Entrevista a María Elvira Samper, Noviembre 2


Grabe, Vera (2000). Razones de Vida. Bogotá: Planeta


LSV (2023). “Esta es Vera Grabe, la Nueva Jefa Negociadora del Gobierno con el ELN”. La Silla Vacía, diciembre 12


Rubio, Mauricio (2012). “Ella Quería ese Hijo, él no. él Insistió y ella Cedió”, La Silla Vacía. Febrero 28


______________ (2022). “El misterioso boom del secuestro”. El Espectador, Marzo 10, Blog personal


______________ (2025)- “Petro y la conmemoración, lánguida en 2025, de “aquel 19 de Abril””. El Espectador, Mayo 1, Blog personal


Ruiz, Yolanda y María Elvira Samper (2024). “Del M-19 a la paz, maternidad y menopausia” Entrevista a Vera Grabe, Menopáusicas ¡Y qué!, Agosto 26 


PCN (2001) “The kidnap industry in Colombia Our business?”. Pax Christi, noviembre


Samper, María Elvira (2011). “Discurso al recibir el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un Periodista 2010”, Revista Anthropos Nº 23, Enero