Publicado en El Espectador, noviembre 27 de 2025
En la última entrevista de Daniel Coronell, Gustavo Petro reiteró su esencia bolivariana, desmarcándose del santanderismo. Sobre su altercado con Trump, hizo alusión al período de Independencia, cuando “los soldados eran indígenas y negros y, en cambio, los generales eran blancos y tenían esclavos”. Negó tajantemente que el asunto tuviera que ver con su desplante en las calles de Nueva York invitando a los soldados norteamericanos a rebelarse.
En abril de 1988, cuando Coronell conoció personalmente a Petro, el entonces guerrillero, en plena guerra sucia, también enfatizó ser convencido bolivariano. Tras denunciar la desaparición de varios compañeros habló de “los contenidos de la lucha de Bolívar… la espada que se concreta no en el pedazo de metal que le pertenece al pueblo sino en una propuesta de paz para el país… una nación del tamaño y los sueños de Bolivar. La espada seguirá en manos del pueblo hasta (alcanzar) los objetivos de justicia social, de paz para todos, de verdadera democracia”.
Días después de la Toma del Palacio de Justicia, desde las “montañas del Cauca”, Alvaro Fayad, Comandante General declaraba que su grupo “fue ante la Corte Suprema de Justicia a entablar una demanda armada y a convocar a un juicio público contra el gobierno de Belisario Betancur. Fue, ante el más alto tribunal de justicia, a solicitar un pronunciamiento sobre la constitucionalidad del Acuerdo de Cese del Fuego y Diálogo Nacional suscrito en agosto de 1984. Fue, ante hombres de honor y leyes, a pedirles asumir conocimiento sobre el cumplimento que hicieran las partes en el desarrollo y ejecución de dicho compromiso, cuyo fin era la paz en su dimensión más pública y humana: la justicia social y la democracia política… Instaurar la demanda, convocar al juicio, eran los objetivos del Operativo Antonio Nariño por los Derechos del Hombre”.
Difícil concebir un galimatías más incoherente, taimado y demagógico para, sin el más mínimo arrepentimiento, iniciar el blanqueo de un ataque demencial, presentándose ante una sociedad más santanderista que bolivariana como herederos del Hombre de la Leyes. Destacar las múltiples diferencias entre ambos próceres ayuda a entender la coyuntura política actual.
La primera y más protuberante es el militarismo. Bolívar pasó buena parte de su vida en campañas militares que dirigió personalmente. “La guerra es mi elemento; los peligros mi gloria” dijo en una carta al General Urdaneta. Santander, abogado de formación, tenía una visión del poder civil y legalista. Aunque participó en la guerra como general, su rol fue más político y, anota David Bushnel, de “administrador minucioso e incansable”. La fijación de este "abanderado consciente del siglo de las luces” por la separación de poderes fue constante. En particular, se preocupó por la rama judicial. La Constitución de Cúcuta buscaba una judicatura independiente y un Senado con funciones de control sobre el ejecutivo. Bolívar, por su lado, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura (1828), se autoproclamó “Presidente-Libertador” con facultades absolutas, suspendió la Constitución de Cúcuta y gobernó por decreto. Aunque admiraba a Montesquieu consideraba que en las nacientes repúblicas, azotadas por guerras civiles y caudillismo, era indispensable un poder ejecutivo fuerte y centralizado. Una judicatura demasiado autónoma podría convertirse en obstáculo para gobernar.
Un aspecto curioso del M-19, la izquierda bolivariana, es que, según Bushnel “los colombianos adheridos al Partido Conservador han valorado más a Bolivar y perceptiblemente menos a Santander que los adheridos al Partido Liberal”. Para un célebre vocero de esta posición, Laureano Gómez, “Santander había sido un mentecato, desmedidamente ambicioso de poder y de lucro, enemigo de la fe cristiana, y cuanta cosa más le sugería su fertilísimo ingenio de polemista”.
Secuela nefasta del excesivo militarismo bolivariano ha sido el reclutamiento de menores de edad. En julio de 1819, Bolívar proclamó la ley marcial. Debían alistarse “todos los hombres desde la edad de 15 años”. Pero eso no impedía que se reclutaran menores, hasta de 6 años. El historiador Tomás Perea anota que “la participación de los menores de edad fue constante, vinculándose al ejército a edades tempranas”. Con una muestra de 134 registros de soldados calcula que el 42% estaban entre 6 y 15 años, superior al 36% de la “minoría civil”, entre 15 y 21, que aún no podía votar.
Bolivarianos convencidos, los insurgentes del M-19 siempre reclutaron personas muy jóvenes. Bastante revelador de la insensibilidad de Gustavo Petro a esa lacra fue el soberbio “soy comandante y sé de la guerra” como réplica a las críticas por el bombardeo en Guaviare en el que murieron menores de edad. Como si faltaran discrepancias, con argumentos de juristas víctimas de la Toma de Palacio, el santanderismo se fortaleció al conmemorarse los 40 años de esa tragedia.
REFERENCIAS
AGN (sf). “Documento 134. Carta del Libertador Simón Bolívar al General Rafael Urdaneta 14 de Abril de 1827” Archivo General de la Nación, Documento 1343
Bushnell, David (1968) “Santanderismo y bolivarismo: Dos matices en pugna”. Desarrollo Económico, Vol. 8, No. 30/31, Jul. - Dec., 1968, pp. 243-261
Coronell, Daniel (2022). “El día que conocí a Petro”. Los Danieles, Jun 22
Coronell, Daniel (2025). “Entrevista completa exclusiva a Gustavo Petro, presidente de Colombia”: Univisión Noticias, Oct 21
__________________ “Mis impresiones de la entrevista con el presidente Gustavo Petro”. El Reporte Coronell, W Radio, Oct 22
Decreto Orgánico de la Dictadura de Bolívar (1828, sf) SCRIBD
Fayad Delgado, Alvaro (1985, 2013). “Declaración del Movimiento 19 de abril tras la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en 1985”. Oiga Hermano, Hermana, nov 5
Perea Tobón, Tomás (sf). “Menores de edad en la independencia participación y dinámicas de funcionamiento en el ejército”. Libro Abierto
RS (2025). ““Soy comandante y sé de la guerra: Petro justifica bombardeo en Guaviare y asegura que desconocía la presencia de menores”. Semana, nov 16
Rubio, Mauricio (2019). “El M-19 y la muchachada del barrio”. El Espectador, Dic 12, Blog personal
Rubio, Mauricio (2025). “Puntillazos a la narrativa del M19 sobre la toma del Palacio de Justicia”. El Espectador, nov 13, Blog personal



