Publicado en El Espectador, mayo 29 de 2025
“Petro es lo de menos” afirma con supino cinismo un analista casi en simultánea con la salida de Ángela María Buitrago, exministra de Justicia. Abogada idónea, preparada, recta, incorruptible, en las antípodas del fanatismo, estuvo comprometida a fondo con el proyecto petrista hasta el viraje definitivo del régimen con el show del Consejo de Ministros por TV. “(Buscan) que yo tome decisiones porque alguien piensa que las tengo que tomar… Que (cambie) personas valiosas, trabajadoras… Y eso no lo voy a hacer” explicó a su equipo al despedirse. Agregó que las discrepancias con el presidente siempre las discutió de frente. No entiende por qué ahora él puso en duda las razones que la llevaron a renunciar. “Están documentadas, una a una, desde marzo de 2025. Son ciertas”, afirma categóricamente. “No solamente en el contenido, sino en la forma”. Corresponde a las instituciones resolver qué pasó: ella presentó “denuncia ante la Procuraduría y la Fiscalía”. Sin estridencia, demostró que “renunciar también es servir… y que sí existen funcionarios para quienes gobernar no es obedecer”.
Esta no fue la primera baja tras el imPacto Histórico del Consejo televisado. "Habrá cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo” trinó entonces el líder supremo cuando ya habían dimitido Susana Muhamad, ministra de Ambiente, Juan David Correa, de Cultura y Jorge Rojas del Departamento Administrativo de la Presidencia. Muhamad, estrella del gabinete, explicó su renuncia por “la llegada de Armando Benedetti como jefe de Despacho del presidente, un proceso de empoderamiento político que genera muchos riesgos para la defensa de lo público y la integridad del Gobierno, pero también como representación política frente a la violencia de género”. Correa señaló haberse incomodado con el consejo de ministros al aire y el nombramiento de Benedetti. Después precisó que “no puedo estar sentado con alguien demandado por maltrato a mujeres”. Rojas, con pocos días en su cargo, también expresó su inconformidad con el mandamás. Augusto Rodríguez, cercano a Petro desde la guerrilla, director de la Unidad Nacional de Protección, se sumó a la protesta: “desde que Benedetti llegó a la campaña yo puse alertas y me enteré de sus artimañas” para evadir la justicia. Así, “destapó la caja de Pandora de la infiltración de Papá Pitufo”.
La desconfianza con el capitoste se extiende a medios y periodistas que nadie osaría descalificar por derechistas. Consideran grave la evidencia de “un ministro del Interior que opera desde el centro del poder, como si la ley fuera negociable. Convencido de que la justicia nunca lo tocará”. El “ministro en fuga” no es el único lunar antidemocrático del Gobierno del Cambio. Según La Silla Vacía, “cinco ministros y dos altos funcionarios han salido del gobierno denunciando presiones y propuestas de dudosa legalidad”. Tan crítica como la salida de Buitrago es la de Luis Carlos Reyes, ex cabeza de la Dirección de Aduanas e Impuestos Nacionales (DIAN), quien entregó a la Fiscalía un listado de 62 políticos investigados por “supuestamente recomendar o pedir cuotas” en dicha entidad. El antiguo zar de impuestos agregó que la suegra de Benedetti y Nicolás Petro “le solicitaron el control de las aduanas de Barranquilla y Cartagena para ubicar a personas recomendadas”. La jauría busca cooptar las tareas indelegables de cualquier Estado, que son privadamente las más rentables y pululan en Colombia: recaudar tributos y administrar justicia.
Antonio Elorza, al analizar los escándalos que en España rodean a Pedro Sánchez, constata que la ciudadanía padece un déspota que les niega a los parlamentarios, también elegidos por el pueblo, “toda capacidad de razonamiento y les exige comportarse como simples marionetas, forzados a cumplir cuanto Él ordena, y sin rechistar”. En forma independiente de la complejidad de un problema o la necesidad de reflexionar y matizar, “les toca obedecer ciegamente”, como en las mafias. Ese poder omnímodo no se ejerce personalmente sino de manera indirecta. Se alcanza así “el despotismo, una variedad extrema de absolutismo donde el gobernante practica el abuso de poder sistemático sobre sus subordinados. Actúa de manera arbitraria, atendiendo exclusivamente a su propia voluntad”. Recordando a Montesquieu, Elorza precisa que ese poder se magnifica, “no ejerciéndolo de modo directo, sino por medio de un lugarteniente”.
En la Colombia Humana, la triste ironía es que mientras desde la plaza pública el déspota pregona que “el pueblo es quien decide los momentos, los días, los tiempos” el que dictamina cómo se asignan estratégicamente los recursos estatales es un comisionista que espanta a la élite petrista. Ojalá la narrativa oficial no llegue al extremo de postular a Benedetti como el verdadero pueblo, con enfoque de género.
REFERENCIAS
Carrizosa, Cristina (2025). “Renunciar también es servir”. El Espectador, mayo 22
Cuervo, Jorge Iván (2025). “Petro es lo de menos”. El Espectador, mayo 16
Cueto, José Carlos (2025). “4 razones de la crisis política que sacude a Petro en Colombia y que provocó una oleada de renuncias en su gabinete” bbc.com, febrero 10
Delgado, Juan Lobo (2025) “La guerra entre Augusto Rodríguez y Armando Benedetti, una olla a presión en el Gobierno”. El Tiempo, febrero 15
Elorza, Antonio (2025). “El déspota”. The Objective, mayo 20
LSV (2025). “Lista de recomendados de la DIAN: Corte aumentó a 62 los investigados”. La Silla Vacía, marzo 12
Ortega Carrascal, Jaime (2025). “Ministra de Ambiente de Colombia: La presencia de Benedetti en el Gobierno es un riesgo”. EFE, febrero 12
Parada Lugo, Valentina (2025). “Jorge Rojas renuncia a la dirección de la Presidencia tras el consejo de ministros televisado, seis días después de ser nombrado por Petro”. El País, febrero 5
Quevedo, Norman (2025). “Exministro Juan Correa reveló detalles sobre su renuncia al Gobierno Petro”. Infobae, Febrero 6
Torres, Jhon (2025). “Las denuncias de Ángela María Buitrago”. El Tiempo, mayo 18