sábado, 26 de abril de 2025

Petro y la conmemoración, lánguida en 2025, de “aquel 19 de Abril”

 Publicado en El Espectador, Mayo 1 de 2025 




En 2024, el cumpleaños del presidente, que coincide con el del nacimiento del M-19, se celebró en todo el país. En Bogotá, la Plaza de Bolívar se llenó con banderas de la organización. Se armaron tarimas y se invitaron artistas. Los empleados públicos disfrutaron el Día Cívico de la Paz con la Naturaleza  decretado para esa fecha.


Este año, en un tiktok de esa lamentable efemérides, la escasa asistencia ocupaba una ínfima fracción del espacio programado. En su cuenta oficial, Petro colgó un conmovedor collage de abrazos con ancianos y ancianas, con su familia, bailando y hasta con Pepe Mujica. Las banderas del M-19 se esfumaron. 


Entre los factores que pudieron contribuir a esa conmemoración tan lánguida está el manejo de imagen del responsable de la Paz Total, al que se le fue la mano machacando su glorioso pasado guerrillero. Semejante yerro se devolvió como “tiro por la culata”. El harakiri tocó fondo con su descache sobre el atentado terrorista en Huila: “Ejemplo del Catatumbo para el mundo. Así se pasa de la guerra a la paz”. El séquito enmudeció, observadores ecuánimes lo calificaron de demencial y fue rápidamente borrado. 


Ilustrativo de haber abierto esa dolorosa caja de Pandora con las víctimas es un artículo, el pasado 10 de marzo, de Paulina Mesa Loaiza, joven periodista de El Espectador, medio difícilmente asimilable a la extrema derecha. El título ya es sugerente: “Las heridas abiertas en las víctimas de los crímenes del M-19”. El contenido, con acceso al archivo de ediciones impresas, es devastador con la romántica imagen impuesta por los compañeros de armas de Aureliano que él busca perpetuar. 


El citado artículo anota que el secuestro y vil asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, precisamente el 19 de abril de 1976, “marcó un punto de quiebre entre los ideales de esa guerrilla… fue uno de los primeros y grandes errores en la historia del M-19”. Además, ofrece detalles de ese crimen infame: como la foto enviada por los secuestradores “con un ojo golpeado y morado, custodiado por dos encapuchados con ametralladora y la espada de Bolívar, atrás una bandera del M-19”, o el sainete de juicio popular por “traición a la Patria, traición a la clase obrera, enemigo del pueblo”. Quienes mutarían luego a luchadores por la paz montaron entonces una consulta popular para la decisión de asesinar a Mercado. “La guerrilla publicó en los principales periódicos once preguntas para juzgarlo… (por) su supuesta relación con la oligarquía”. Después de un angustioso silencio de varios días, el rehén indefenso fue condenado a muerte y luego asesinado a mansalva “aquel 19 de abril”. Basado en “historias que circulaban entre los del Eme”, el escritor Ramón Molineras, en El saxofón del cautivo, narra que esta ejecución fue decidida en Bogotá, en casa de una "novia de la High de Bateman mientras desayunaban fresas con crema”. 


Paulina Mesa recopila luego crímenes atroces, como los secuestros para “financiación del M-19 a costa de las víctimas” incluyendo el fracaso con Martha Nieves Ochoa que condujo al grupo Muerte a Secuestradores que consolidó alianzas dentro del Cartel de Medellín y con otros sectores. Recuerda la toma de rehenes en la Embajada Dominicana que anticipa “la herida profunda y abierta: la toma del Palacio de Justicia”. El artículo concluye que el perdón individual y parcial de algunos ex guerrilleros es insuficiente. “Aunque el indulto fue la única salida que se le ofreció al M-19 para hacer la paz, ese proceso dejó una gran deuda con la verdad y el perdón”. Un detalle anodino pero revelador es que el único comentario de lectores a este trabajo periodístico es “Petro la debe”. A años luz del lodazal después de las columnas de opinión a favor o en contra del Gobierno del Cambio. La lucha encarnizada es por la narrativa, no por la evidencia, considerada inocua. 


Al enorme déficit de debate sobre el pasado del M-19 hay que sumarle la reticencia de la élite progresista para dar el paso crucial de condenar cualquier forma de violencia con fines políticos. Ante esa aprobación tácita, Aureliano resurgió con brío: para el 1º de mayo, ya anunció que “desenvainaré la espada de Bolívar ante el pueblo”. En medio de fotos con actitud desafiante y discursos combativos de Carlos Pizarro -“nuestro comandante es el pueblo”- las amenazas a la democracia son explícitas: “El día que vuelva a la Presidencia de la República será porque el pueblo ha hecho una revolución”. Esta, anuncia, podrá emprenderse con decretos, sin engorrosas leyes: una institución como el Congreso “se vuelve ilegítima si le quita la voz al mandante… El pueblo tendrá entonces la posibilidad de actuar de otras maneras…”


REFERENCIAS


González, Luis Eduardo (2025) "El día que vuelva a la Presidencia será tras una revolución: Petro aviva debate sobre la reelección". El Olfato, Abril 25


Hernández, Gustavo (2024). “Petro decretó este 19 de abril de 2024 como día cívico para ahorrar agua y energía”. PortafolioAbril 18


Mesa Loaiza, Paulina (2025). “Las heridas abiertas en las víctimas de los crímenes del M-19”. El EspectadorMarzo 10


Sánchez Moreno, Juan (2025). “Petro aseguró que Catatumbo es ejemplo de paz con un video de civiles apagando un incendio de un atentado: políticos reaccionaron”. InfobaeAbril 18