domingo, 26 de enero de 2025

La gran hipocresía trumpista: inmigrantes y prostitución

 Publicado en El Espectador, Enero 30 de 2025  


En la febril actividad con la que inició su mandato, Donald Trump silenció la memoria histórica. La razón es simple: prefiere no recordar que su abuelo alemán emigró para hacer fortuna en Norteamérica con negocios que ofrecían “compañía femenina”.


Gwenda Blair, autora the The Trumps: Three Generations That Built an Empire, cuenta la saga familiar desde la llegada a Nueva York en 1885 de Friedrich, un alemán de 16 años. Tras un lustro ya hablaba inglés y era Frederick, ciudadano norteamericano, que en la zona roja de Seattle abría un bar restaurante con “habitaciones privadas para damas”.


A finales del siglo XIX, con la fiebre del oro en Yukon, Canadá, el inmigrante  germano expandió operaciones. Su nuevo establecimiento hotelero New Arctic, fue reconocido como el mejor de Bennett, un pujante pueblo después abandonado. Un lector del periódico local recomendaba a las mujeres respetables no dormir allí pues “podrían oír cosas repugnantes para sus sentimientos y, además, en boca de depravadas de su mismo sexo”.



Para 1900 Trump vivía en White Horse, un pueblo al final del ferrocarril recién construido al sur de las explotaciones de oro. Montó otro restaurante muy bien localizado, al frente de la estación, pero en un terreno sin escrituras. También ofrecía a los clientes “un bar, instalaciones de juego y áreas separadas, cerradas con cortinas de terciopelo oscuro, para las ‘damas deportistas’". Resumiendo, el abuelo de Donald fue un proxeneta. 


Aunque no sabía que el oro de Yukon se agotaba, enfrentó un problema urgente: La Policía Montada anunciaba suprimir el juego y la venta de licor, además de erradicar las “damas escarlata” del centro. No esperó a confirmar si su restaurante sobreviviría. Como muchos buscadores de oro partió con la pequeña fortuna que había amasado, más de medio millón de dólares actuales. 


Un año después, al visitar a su madre en la ciudad alemana de Kallstadt, se casó con una vecina, Elizabeth Christ, que tenía 5 años cuando él emigró. Regresó con ella a Nueva York y trabajó como barbero y administrador de restaurante siempre atento a nuevas oportunidades. Pero ella añoraba a su familia y regresaron a Alemania donde Frederick enfrentó un inesperado escollo burocrático: había emigrado demasiado joven para prestar servicio militar y regresaba cerca del plazo para no estar obligado. Pensó que sería suficiente depositar su dinero en la tesorería municipal pero las autoridades regionales se opusieron. Los recién casados no pudieron recuperar su ciudadanía alemana ni extenderla a su hija y fueron deportados. Trump lo tomó como un simple revés: haría fortuna en el nuevo mundo. Hacia 1910 ya había encontrado cómo. El condado de Queens en NY era entonces un barrio poco desarrollado pero con futuro. Frederick compró suficientes terrenos para convertirse en magnate inmobiliario. Lamentablemente, con apenas 49 años, murió por la epidemia de gripa española dejando a su hijo Fred, demasiado joven, a cargo del negocio. 


A primera vista, Fred era el polo opuesto de su padre: metódico y trabajador, “mantuvo la cabeza baja, se ocupó de los detalles y se concentró en el trabajo 24 horas del día, 7 días por semana”.  Durante la Gran Depresión, cuando la construcción se estancó, administró una tienda de comestibles manteniendo el radar sobre oportunidades de negocios no siempre legítimas. Cuando supo de audiencias judiciales sobre los activos de una empresa hipotecaria local, “no dudó en presentarse como un próspero ejecutivo inmobiliario. Era una mentira rotunda, pero le sirvió para convertirse en uno de los mayores promotores inmobiliarios de Brooklyn y Queens”. Después, cuando las garantías respaldadas por el gobierno y las reducciones de impuestos le permitieron construir miles de viviendas, se las ingenió para aprovechar las lagunas en la regulación y multiplicar sus beneficios. 


Lo que se hereda no se hurta. En la dinastía creada por el inmigrante alemán nadie desafiaba sus órdenes ni, después, las de su hijo Fred, “un hombre increíblemente frío y malvado”, padre intransigente a quien todos temían y que sólo le hablaba a los hijos varones. “Crecí en un sistema muy patriarcal. Había mucha misoginia, y ser chica en esa familia era automáticamente un obstáculo” recuerda Mary, nieta de Frederick. 


Cicatero y minucioso como su padre, Donald se hizo cargo del negocio familiar de construcción en los setentas. Para reducir los costos de su ostentosa Trump Tower no tuvo inconveniente en contratar “trabajadores polacos indocumentados a quienes les pagaba en negro y que dormían en la misma obra”.  


El nuevo presidente planea, básicamente, aplastar el sistema de inmigración que Biden trató de recomponer tras el primer cuatrienio trumpista. Al locuaz afiebrado por deportar gente sin papeles, convendría recordarle su origen y su pasado. Y coronar con una enfática recomendación: ¡Desfronterízate, NP! (Nieto de Proxeneta)


REFERENCIAS


Gracias a Rafa por la "pulga en la oreja"


Bier, David (2025). “Biden Fixed the Immigration System that Trump Is Once Again Smashing”, The Unpopulist, Jan 24


Blair, Glenda (2015). “The Man Who Made Trump Who He Is”. Politico Magazine, Agosto 24 


Cole, Dermot (2015). “Donald Trump's grandfather got rich in the Yukon with hotels known for 'female companionship’”. Anchorage Daily News, Julio 7


Friedman, Chloé (2024). “Qui est Fred Trump, ce père redoutable qui a façonné Donald Trump ?”. Madame Figaro, Nov 24



domingo, 19 de enero de 2025

Muxes y Mariposas que desafían la narrativa LGBT

Publicado en El Espectador, Enero 23 de 2024 

De las minorías LGBT, la trans es la más estigmatizada por ser la menos entendida. El Secreto del Río, en Netflix, reduce esa deficiencia y, tal vez, la transfobia asociada a la ignorancia.  


Con guión, actores, escenografía y fotografía impecables, sumados al buen suspenso, la serie cuenta la inquebrantable amistad entre dos niños, uno “raro”, “distinto” y matoneado, en un pueblo de Oaxaca donde viven muxes. El término en zapoteco lo explica Lukas Avendaño, de ese colectivo: “es cualquier persona que nació hombre pero que no actúa de manera masculina”. Según la terminología occidental el “travesti o transexual de hombre a mujer” o el “gay muy afeminado” podrían encajar en esa categoría “siempre que haya un fuerte componente de identidad étnica” aclara Pablo Céspedes, un estudioso. 


Marinella Miano, antropóloga mexicana con tesis doctoral sobre muxes, anota que “solo las relaciones sexuales entre un muxe y un heterosexual tienen significado. Las relaciones entre muxes o entre un muxe y un hombre gay no tienen sentido, de hecho son inconcebibles”. Ningún muxe dormiría con un hombre homosexual.

 


“Así me lo trajo Dios”, dicen las madres, pero no como castigo sino como bendición, aclara Lukas. Además, la Iglesia católica se adaptó sabiamente a la tradición de tres géneros, profundamente arraigada en las tradiciones locales. Precisa que ”los muxes siempre han tenido un papel importante en la Iglesia católica local”. Por ejemplo, preparan las decoraciones para los oficios religiosos. En Tehuantepec “tienen su propia hermandad dentro de la Iglesia”. Estas realidades no encajan en el discurso activista anticatólico. 


La serie resume e ilustra bastante evidencia etnográfica y periodística pero respalda solo parcialmente la narrativa trans de algunas feministas y activistas LGBT que no han superado a Judith Buttler o Michel Foucault. Se quedaron en reflexión teórica pero anticientífica, generalizando experiencias individuales sin el minucioso trabajo de campo requerido para contrastar hipótesis sobre la transfobia y evaluar intervenciones para reducirla sin cambiar el mundo. Y también para los guiones y reportajes de calidad, que siempre dejan más dudas y afán por aprender que certezas. 


Bien lejos de la aceptación e inclusión de las muxes, en Colombia Las mariposas del café, un grupo de indígenas trans Emberá que recolectan grano en Santuario, pequeño municipio entre Risaralda y Chocó, tuvieron que escapar muy jóvenes de sus lugares de origen dejando atrás a sus familias. “Ser una wera pa es una condena al destierro, a caminar errante entre pueblos extraños”, anota Sam, una Mariposa. Lamenta la “condena de ser muertas vivientes para los suyos”. 


En octubre de 2024, después de un largo proceso legal, las Mariposas por fin recibieron su cédula de ciudadanía con cambio de género. Eso les permitirá tener derechos antes no ejercidos, tan elementales como servicio de salud, comprar un pedazo de tierra o viajar en avión. 


Sin embargo, este avance no les garantiza poder reintegrarse a sus comunidades, ni a sus familias. “Volver a sus resguardos no es una opción porque sus paisanos podrían cortarles el cabello, golpearlas o condenarlas al ostracismo”. Cuando Sam se atrevió a visitar a su familia no soportó “las miradas de juicio y las murmuraciones”.  La  discriminación en su contra llegó al extremo de negarle el “certificado de oriundez” que le hubiese ahorrado esfuerzo para los documentos. Ni siquiera tuvo cédula masculina por falta de registro civil: a su papá “siempre le pareció un trámite tedioso que no servía para mucho”. El activismo LGBT ya debería reconocer que la cultura occidental heteronormativa tan criticada sí protege sus derechos. 


La discriminación desde entorno más cercano contra estas personas trans no ha sido sólo pasiva. A principios de 2018 fue noticia la persecución de un grupo de ellas por la Guardia Indígena de su comunidad Emberá. Vinieron al mismo Santuario para “devolverlos y convertirlos de nuevo en hombres” mediante “la permanencia en el cepo y varias horas de trabajo comunitario”. Como habían dejado de ser hermanos, los llamaban primos. Eso no impedía que les pagaran por tener sexo, además sin preservativo. “Los emborrachan, tienen relaciones sexuales con ellos y luego les toman fotos, los degradan, los ridiculizan”. El caso tuvo amplia resonancia. Lena Mucha, antropóloga y fotógrafa alemana, contribuyó a un reportaje en National Geographic. La situación no la asombró pues “la diversidad sexual no es algo inherente a una cultura sino a la humanidad, cada día se visibiliza más a nivel global como muestran los casos de niños ‘trans’ en Estados Unidos, Rusia, Alemania”. Con el rigor de una foto difusa puso en el mismo saco a muxes, Mariposas  y adolescentes trans de Europa o EEUU. En Oaxaca le recordarían que el estatus muxe no se adopta individualmente como identidad subjetiva: es asunto comunitario. En el resguardo Emberá le dirán que eso toca curarlo. 


REFERENCIAS


Netflix, El Secreto del Río


Bedoya, Juan Felipe (2024). “Las Mariposas del Café: las indígenas trans que logran el cambio de sexo en su cédula”. El ColombianoNoviembre 8


Brady, Heather & Mucha, Lena  (2018) “Las mujeres trans indígenas que han encontrado un refugio en las plantaciones de café de Colombia”. National Geographic, Abril 13


Caparrós, Martín (2013) “Muxes de Juchitán”. Lado B, Agosto 2


Flores Marcos, Juan Antonio (2010). “Travestidos de etnicidad zapoteca: una etnografía de los muxes de juchitán como cuerpos poderosos”. Anuario de Hojas de WarmiNum 15


García, Yarley (2024). “Sin tierra y sin identidad: el viaje invisible de las Emberá trans”. ContextoDiciembre 11


González, Karla (2023). “En Tlaxcala exhibirán cinta sobre la realidad muxe”. El Sol de TlaxcalaEnero 21


INFOBAE (2019). “El drama de las trabajadoras sexuales trans en la Ciudad de México: una lucha diaria por sobrevivir”. Infobae, Nov 20


López Torres, Nuria (2021). “Muxes: flores de Guiechachi”. Naiz, Octubre


Miano Borruso, Marinella (2010). “Entre lo local y lo global. Los muxe en el siglo XXI”. XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles : congreso internacional, Sep 2010, Santiago de Compostela, Españapp.2447-2464.


Ramírez, Jacobo & Ana María Mular (2022). “Hybrid gender colonization: The case of muxes”. Gender, Work & Organization, Nº29: pp.1868-1889 


Rodríguez, Pau (2018). "Muxe, la identidad que cuestiona la división de géneros desde una región de México". El Diario, Junio 29


Rubio, Mauricio (2018) “Mujeres trans, niñas y justicia indígenas”. El EspectadorMarzo 8


Synowiec, Ola (2018). “Quiénes son los muxes, el tercer género que existe en el sur de México”, BBC Travel, Nov 28


Umaña Mejía, Fernando (2018). “Fotógrafa alemana vino a Risaralda en busca de los indígenas ‘trans’”. El TiempoFebrero 22 


 

lunes, 13 de enero de 2025

De la paz autoritaria al autoritarismo fofo y sin amagos de Paz Total

 Publicado en El Espectador, Enero 16 de 2025

Carente de chavismo espontáneo y legitimidad electoral, Nicolás Maduro consiguió “continuar en el poder, sostenido en la llamada unión cívico-militar-policial perfecta”.


El desesperanzador diagnóstico tras la ridícula posesión del dictador es de José Natanson, periodista, politólogo y ensayista argentino que en 2024 publicó un “Ensayo sobre la descomposición” de Venezuela en el que compara la drástica diferencia entre la falta de actividad política que ahora persiste sólo en los despachos de la municipalidad con lo ocurrido en el suburbio caraqueño de Petare, tan poblado como la mayor favela carioca, cuando llegó al poder Hugo Chávez y produjo “una ebullición en el barrio, que se abrazó al comandante como pocos lugares de Venezuela”. Con el fraude electoral más descarado de la historia latinoamericana, ¿cómo logró Maduro mantenerse sin apoyo del pueblo ni de la mayoría de democracias occidentales?


Un factor crucial fue conservar unidas las FFAA. Para eso incluso lo ayudó la oposición que invitó reiteradamente al estamento militar a “respetar la Constitución”. Así, primó la obediencia sobre “hacer cumplir la voluntad popular” algo más difuso y difícil de volver operacional. Desde 2002 Chávez politizó las instituciones castrenses devolviéndoles el derecho al voto. Además, con gran habilidad, sedujo y recompensó a subalternos leales. Al asumir el poder, Maduro reforzó esta militarización del ejecutivo. 


Actualmente Venezuela contaría con más generales activos que todos los países de la OTAN sumados y cerca del doble de los EEUU. Si existen desacuerdos en cuanto al número -entre 500 y 2000- hay consenso en que muchos manejan rentables negocios basados en intermediar bienes y servicios: “controlan buena parte de la provisión de alimentos, la energía, el Metro de Caracas, la minería, la producción de aluminio, acero y hierro, los puertos y las aduanas y el transporte de carga aéreo, y son dueños directos de un centenar de empresas bajo la órbita del Ministerio de Defensa”, anota Natanson. Con este sólido y diversificado respaldo económico, los militares son más que aliados o socios del gobierno y “constituyen un mismo dispositivo político, como en Cuba, un país que Maduro había estudiado de joven”.



Desde abajo, el dictador aseguró firme adhesión concediendo franquicias de pequeña magnitud, como el transporte de gasolina y la venta minorista en estaciones de servicio en las que “se crean colas paralelas, más rápidas, mediante el pago de un peaje (coima) al oficial a cargo, tenientes o capitanes que de este modo logran triplicar o cuadriplicar su salario”.  


En Colombia nada se asemeja al poder económico castrense o a la cercanía del ejecutivo con los militares. Parecería lo contrario, empezando por el Ministerio de Defensa en donde ha primado la desconfianza mutua.  “Los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional fueron depurados con la intención aparente de evitar resistencias o eliminar focos de perturbación, lo cual ponía en riesgo el proyecto de Paz Total”, planteó al iniciarse el Gobierno del Cambio Luis Felipe Vega en Razón Pública. También lamentó la “falta de confianza del alto gobierno en los mandos medios de las Fuerzas encargados de la gestión directa del recurso humano” que hizo imposibles arreglos de peajes como los diseñados por Maduro para mejorar los ingresos de oficiales de rango menor. Esos privilegios siguieron en manos de contratistas privados corruptos. Por último, los militares del dictador manejan la seguridad en un sentido amplio que incluye labores de policía y servicios de inteligencia. En ese frente, es inconcebible en Colombia la influencia de los cubanos sobre los militares venezolanos. 


Estas peculiaridades en el manejo de la coerción estatal “impiden consolidar el control sobre el territorio” lo que a su vez implica dificultades insalvables para la Paz Total. El diálogo resultó insuficiente con curtidos guerreros. 


El Cartel de los Soles es el término usado para resumir “la colusión entre el narcotráfico y el poder que el sector castrense logró durante los años de revolución bolivariana”. Aunque sus orígenes son confusos, un hecho escueto es que su accionar se localiza en las zonas de entrada -como los estados de Zulia y Táchira, limítrofes con Colombia- y salida de la droga. De allí proviene el control sobre el bajo mundo venezolano. Maduro, entrenado en Cuba, supo mantener el monopolio de las armas, legales e ilegales, objetivo que el Petro está lejos de alcanzar.  El desapego a los militares, vinculado con la torpeza de idealizar su pasado de lucha armada contra el Estado, hacen que sus arranques voluntaristas y autoritarios, típicos de un comandante, no de un político, carezcan de la contundencia y el terror que produce el uso sistemático de la violencia contra la oposición. Paradojas del poder en una democracia.


REFERENCIAS


IC (2022). “El Cartel de los Soles”. Insight Crime, May 14


LR (2020). “Por qué Venezuela tiene más generales que todos los países de la OTAN”. La Razón, Septiembre 26


Lustig, Carola (2009)”. La nueva izquierda: Triunfos y derrotas de los Gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Chile, Uruguay y Ecuador”. PostData Revista de Reflexión y Análisis Político, Nº 14, pp. 233-236


Natanson, José (2024). “Venezuela como autoritarismo caótico”. Nueva Sociedad, Agosto


Natanson, José (2025). “Venezuela, el triunfo de la paz autoritaria”. Nueva Sociedad, Enero


OCCRP (2020). “How Venezuela Bought Military Loyalty”. Organized Crime and Corruption Reporting Project, April 10


Rubio, Mauricio (2022). "Cuba y la inteligencia militar venezolana" El Espectador, Noviembre 10


Scharfenberg, Ewald (2015) “Nueva luz sobre el misterioso cartel de los Soles”. El País, Mayo 15


Vega, Luis Felipe (2023). “Petro y las fuerzas armadas: un panorama oscuro”. Razón Pública, Agosto 28


VOA (2019). “Admiral: US Military Ready to Protect Diplomats in Venezuela” Voice Of America - Reuters, Feb 7

lunes, 6 de enero de 2025

La izquierda corrupta en el poder: Maduro, sus discípulos y la justicia

 Publicado en El Espectador, Enero 9 de 2025

En 2024 se hizo evidente la variedad de opciones para manejar, legítima o ilegalmente, recursos públicos a nombre del pueblo. Gabriel Boric y Nicolás Maduro se consolidaron como casos extremos.


Quedó claro que contra los corruptos, de izquierda o derecha, sólo sirve la justicia, no la política.  Un lamentable daño de la narrativa hegemónica para la comprensión del Estado y la acción colectiva es que la represión debe reemplazarse por prevención, diálogo y perdón. El palpable fracaso de la Paz Total, su ineficacia, sus incoherencias, confirman ese yerro, anterior al Gobierno del Cambio, incluso a la paz santista que reforzó la tradición de escaso recurso a la justicia penal contra la violencia. Los crecientes golpes mundiales a la corrupción, y los intentos fallidos, demuestran que las sanciones y multas sí funcionan. Precisamente por eso los gobiernos con máscara democrática pero autoritarios o dictatoriales buscan controlar la justicia y los medios de comunicación, otra piedra en el zapato. 


El dilema lo confirma la reacción -¿genuina, demagógica?- de Gustavo Petro al hacerse públicos los pagos a congresistas con recursos de la UNGRD para apoyar reformas sociales. Sentenció que los corruptos “no merecen estar en este gobierno y si delinquen deben ir a la cárcel”. En eso se desmarca de otros tiranos y autócratas. Medidas coercitivas contra personas cercanas al gobierno hoy parecen improbables en España: Pedro Sánchez tiene a su entera disposición al Fiscal General a quien el mismo sistema represivo estatal -Guardia Civil con jueces y fiscales independientes del ejecutivo- investiga y acorrala por torcido. La mano dura contra la corrupción del PP, hoy en la oposición, también ha impuesto a políticos y funcionarios infractores penas severas y devolución de los recursos sustraídos. En Colombia, empiezan a conocerse condenas por corrupción durante el gobierno anterior. Pero Benedetti, ahí. 




Una prueba ácida del rechazo a las corruptelas y del respeto por los valores democráticos es la actitud ante el régimen de Nicolás Maduro. En España se habla del sanchismo chavista. El enredo petrista es patético: aún no hay acuerdo sobre la asistencia a la posesión del dictador fraudulentamente reelegido. El Canciller Murillo propuso una movida insólita de política exterior: que el embajador decida, como asunto personal, si representa a su país. “Al final, él tomará la decisión que considere y la comunicará” anotó tranquilamente. Pase lo que pase en Caracas el 10 de enero, es palmario que Maduro inhabilitó a la principal opositora, ignoró cerca de 2 millones de votos en las primarias y, tras las elecciones del 24 de julio, no ha acreditado su triunfo a pesar de tener bajo férreo control las instituciones electorales y el poder judicial. Todo el mundo sabe, literalmente, que hubo fraude, agravado por detenciones arbitrarias, incluso de jóvenes, con amenazas y acusaciones de terrorismo contra opositores. 


El periodista Joseph Poliszuk, coordinador del equipo venezolano de los Panamá Papers señalaba en 2019 que los jueces penales en Venezuela mantenían estrechos vínculos políticos y económicos con el gobierno. “El 40% simpatizan y/o son militantes de base del Partido Socialista; 8% son, o han sido, contratistas del Estado, muchos en el ejercicio de sus funciones”. Otros habían ejercido roles paralelos como suplencias en el Consejo Nacional Electoral, o en el Tribunal Supremo de Justicia, en donde casi la totalidad de magistrados “tiene una historia de filiación política con el chavismo”.  Poliszuk tuvo que huir de Venezuela con otros periodistas a raíz de una demanda penal puesta por un empresario mencionado en un trabajo de investigación. No confiaban en la imparcialidad judicial. “Siempre hablamos de presos políticos, pero para que haya presos políticos tiene que haber jueces políticos… Los magistrados son tan responsables como los generales de lo que está pasando en Venezuela”. 


En Colombia, aunque la oposición radical señala que “durante 2024 Petro logró lo impensable, tomarse la Contraloría, la Defensoría, la Procuraduría y la Fiscalía concentrando todo el poder en sus manos”, no se puede ignorar que la Defensora del Pueblo, ternada por él, criticó duramente el nombramiento del porno Embajador en Tailandia y que una exasesora presidencial fue encarcelada por el mismo escándalo de corrupción en la UNGRD. Sin embargo, a pesar de varios presuntos implicados, unos son más iguales que otros ante la ley: la justicia no ha actuado con la misma severidad dependiendo de misteriosos factores. Y Benedetti, ahí. 


Tampoco tranquiliza Gustavo Bolívar afirmando que “aquí todo el mundo roba”. Y aún menos los esporádicos ataques del petrismo contra el CNE, la magistratura o algunos periodistas. Sobre todo en un ambiente en el que los presos políticos se achacan sobre todo a los militares cuando algunos de ellos han sido víctimas de jueces políticos. 


REFERENCIAS


AALJ (2019). “Jueces penales venezolanos mantienen lazos políticos y comerciales con el gobierno”. Acceso a la JusticiaMayo 24


Díaz Gamboa, Santiago (2025). “Caso Ungrd: los expedientes que están pendientes por resolverse ante la justicia”. El EspectadorEnero 3


EE (2025) “Hay diferencias en el Gobierno por asistencia a la posesión de Maduro”. El EspectadorEnero 2


EP (2024). “El Supremo de Venezuela, un tribunal que imparte justicia a la  medida de Nicolás Maduro”. El PaísAgosto 23 


LSV (2024). “Emilio Tapia es condenado a 6 años por corrupción de Centros Poblados”. La Silla VacíaDiciembre 19


Osorio, Camila (2024). "La ruidosa salida de Ricardo Bonilla golpea el corazón del proyecto político de Petro". El País, Diciembre 5


Palomino, Sally (2015). "Absuelto el militar colombiano que lideró la retoma del Palacio de Justicia". El País, Diciembre 17


Paredes, Norberto (2024). “"Te meten en un cuarto sin oxígeno hasta que no puedas respirar": las celdas de castigo en Venezuela que denuncian los detenidos por "terrorismo" tras las elecciones”. BBC News MundoDiciembre 6


Ramos, Marcos (2024). “Petro pide cárcel para funcionarios de su gobierno que pudieran estar vinculados a delitos de corrupción”. CNN ColombiaJulio 18


Rodríguez Sevilla, Daniel (2024). “Sandra Ortiz, exasesora presidencial de Petro judicializada por el escándalo de corrupción en la Ungrd, fue recluida en la estación de Carabineros de la Policía”. InfobaeDiciembre 23



Sánchez, José (2024). “La Asociación de Fiscales acusa a Pedro Sánchez de colocar a “su” fiscal general “dentro de su propio Gobierno””. InfobaeDiciembre 30


Santaeulalia, Inés y Juan Diego Quesada (2023). “María Corina Machado arrasa en las primarias de la oposición en Venezuela”. El PaísOctubre 24

 Ysart, Federico (2024). "Sanchismo chavista". ABC, Junio 22