Publicado en El Espectador, Mayo 21 de 2020
Columna después de los memes
Una
secuela del coronavirus, asociada a la necesidad de más pragmatismo, será desprestigiar
la charlatanería anticientífica. Una de esas fábulas activistas tiene
que ver con la familia.
Para
seguidores de Engels, la estructura familiar es perversa y prescindible. Menosprecian
biología, historia, antropología,
literatura y un largo etcétera. Contradicen ciencia, sentido común y la
observación de cualquier sociedad, sobre todo en épocas de crisis. Su retórica, taimada y contradictoria, la
manipulan tanto como cualquier dinastía oligárquica.
Marcela
Iacub, feminista francesa, propuso hace años que la familia tradicional
desapareciera y el Estado se encargara de la crianza. Pregona que la maternidad
y la prole son “los principales enemigos de las mujeres”. Cuando le preguntaron
si tenía hijos respondió: “no, tengo
un perrito”. Como ella, abundan à gauche quienes consideran la familia un
dogma religioso, un artificio cultural superable. Millones de personas buscando
afanosamente confinarse con los suyos demostraron exactamente lo contrario: es
una institución universal y natural. En su afán por hacerse propaganda, Claudia
López colgó un video que
subliminalmente respalda la crianza estatal: bebés recién nacidos en un
hospital público con la familia encerrada en casa.
Feministas soñadoras han propuesto
la sororidad, una asociación solidaria de mujeres contra el patriarcado. Aunque
desde los sesenta militantes gringas proclamaban “sisterhood is powerful”, el término
siempre fue controversial. El “síndrome de la abeja reina” se refiere a mujeres
poderosas detestables con sus congéneres. Una encuesta del 2015 mostró que 22%
de las francesas prefieren trabajar únicamente con hombres mientras que el
entorno sororo, exclusivamente femenino, lo aprecian solo 4% de ellas. Antes,
en 1973, un estudio norteamericano encontró que las jefas o directoras tendían
a “tratar mal a sus subordinadas, incluso a sabotearlas para proteger sus
privilegios”. En Colombia tampoco hay acuerdo. Carolina Sanín, considera nefasto un concepto que elimina la
crítica entre mujeres, a la que no le tiene agüero: según ella, el día de la
madre es “para recordar que el logro más grande de todo ser humano es
sobrevivir a (esas) garras”. Cándidamente, Catalina Ruiz-Navarro anota que
"hacemos parte de un sistema que nos tiene jodidas y nos vamos a aliar
para enfrentarlo". Sin Rosas Blancas, por supuesto.
Los
regímenes totalitarios siempre buscaron control estatal temprano de la educación.
Al iniciarse, la dictadura cubana estimuló el embarazo adolescente para
reclutar y adoctrinar simpatizantes incondicionales desde la cuna. Pero para
ejercer su tiránico poder, los hermanos Castro se aferraron a la estructura
tradicional, con vínculos de sangre. El tirano mayor murió admirado por la gran
familia progre.
El
M-19 utilizó intensamente la retórica parental. Antes de irse al monte, su
máximo líder ilustró el sentido de
la familia para la política armada.
-
Oiga compadre -dijo Jaime Bateman mirando los postes de la calle- es que no van
a alcanzar para colgar oligarcas
-
Ajá, compadre, ¿y yo caigo ahí?
-
Usted se salva porque usted es mi compadre
El
mismo comandante pregonaba la cadena de afectos “de la mamá, las hermanas, la amante… que
defiende de la muerte, del peligro”. Lina, colegiala reclutada en Bogotá encontró en la militancia “una
forma de vida familiar que no había disfrutado en su infancia”. Su peculiar
parentela la entrenó para la guerra, para luego ser destacada por sus aportes a
la paz.
Un
afán de las Farc después del bombardeo a Raúl Reyes fue encontrar las caletas
que, además de las que financiaban la guerra, reservaba para su familia. Esa
previsión pensional fue común entre comandantes que manejaban finanzas con
doble contabilidad. Al mejor estilo narco, los subversivos comunistas les
dieron a sus hijos educación en colegios privados de élite y en el extranjero.
Esa generación profesional habría presionado el fin de la guerra para disfrutar
en paz y en familia su dinero sucio. Con retórica igualitaria, que muchos intelectuales creyeron a pie juntillas,
esos patriarcas rentistas, siempre preocupados
por la injusticia social, enmudecieron ante los recientes desatinos y atropellos contra familias
desprotegidas. No serán ellos quienes ayuden al pueblo en esta crisis.
La política solo les interesa cuando afecta el patrimonio familiar. El
populismo lo dejan a los narcos.
REFERENCIAS
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BBC (2018) "Sororidad, la palabra que plantea una especial forma de apoyo entre las mujeres". BBC Mundo, Marzo 9
Blanc, Aurélia (2018). "Sororité et ta soeur!". Causette #88, Avri
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Cibercuba (2019). “Las "patrullas click": el gobierno cubano pone a niños a vigilar el consumo de combustible en los barrios”. Sep 18
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Duzán, María Jimena (2016). “El guerrillero del San Viator”. Semana, Sep 27
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Medellín Pérez, Iris (2018). La gente del sancocho nacional: Experiencias de la militancia barrial del M-19 en Bogotá, 1974-1990. Bogotá: Opera Prima - Editorial Universidad del Rosario
Rubio, Mauricio (2019) "Cuba, M-19 y reclutamiento de menores". El Espectador, Sep 26
____________________ "El M-19 y la muchachada del barrio". El Espectador, Dic 12
Villamizar, Darío (1995). Jaime Bateman. Profeta de la paz. Bogotá: Compaz
______________ (2007). Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario. Bogotá: Intermedio
https://www.bluradio.com/salud/el-canto-de-excombatientes-farc-para-sobrellevar-aislamiento-por-coronavirus-245530-ie435