domingo, 25 de febrero de 2024

Gustavo Bolívar, de guionista a político

 Publicado en El Espectador, Febrero 29 de 2024

Antes de incursionar en la política, el excandidato a alcalde de Bogotá fue un colombiano sobresaliente en varias dimensiones. Con el petrismo perdió polo a tierra, mucho know-how y algo de sentido común. 


Nacido en Girardot, este “escritor, empresario, periodista, guionista y político”, sexto hijo de médico y enfermera, emigró a Bogotá a los 11 años al morir su padre. Gracias a una profesora se apasionó joven por la literatura y en el colegio escribió una primera novela que dos décadas después adaptó a la TV. Pasó unos semestres por la Universidad de la Sabana sin asimilar conservadurismo. Militó en las juventudes galanistas donde conoció a Enrique Parejo, reemplazo de Lara Bonilla como Ministro de Justicia tras su magnicidio. Después, como embajador en Budapest, Parejo fue víctima de un ataque de los extraditables. Bolívar se presentó en su despacho para colaborarle en la lucha con una estrategia escrita. Trabajó ocho años en el Consejo de Bogotá al lado de este quijotesco antimafioso. 


Publicó algunas obras antes del salto a la TV con Unidad Investigativa, un espacio de crónica roja. Lanzó la serie Pandillas guerra y paz reconocida en varios países e hizo nueve documentales sobre el desarme de pandilleros en distintas ciudades, “procesos que él mismo dirigió y llevó a buen término”.


Tuvo gran éxito internacional con Sin tetas no hay paraíso. A finales de 2013 un panel de intelectuales le hizo por televisión un juicio con aroma soviético. “¿Estamos listos para contar la historia de los Castaño en TV?” fue la trascendental pregunta que se hizo esta autoridad moral. “Yo no veo los canales nacionales” confesó una acusadora. “No resistí al tercer día” anotó otro. Estrenándose la serie, María Jimena Duzán, la anfitriona, decidió “no volverla a sintonizar”. El acusado invitó a aplazar el debate para después de los 75 capítulos programados, pero también le reprocharon la programadora, RCN, “un canal que se ha plegado mucho al poder”. 



“No estamos listos para contar esa historia porque las víctimas de los Castaño están vivas” sentenció la improvisada Inquisición. La serie podría “entorpecer ideológicamente el proceso de paz que avanza en La Habana”. Con interés por la TV y un mínimo de información sobre Bolívar, el debate habría tenido algún interés. Tras el enjuiciamiento, el acusado aclaró: “yo he militado en la izquierda toda la vida, ¡ustedes me conocen!”.


En 2010 Bolívar inauguró en Girardot el Paraíso Hotel Estudios, un megaproyecto para invertir sus ahorros de $1.500 millones de entonces, algo como un millón de dólares de hoy. La idea original era más ambiciosa que un negocio turístico: un proyecto cultural para apoyar el sector audiovisual. Parte del terreno estaría destinado a “que las productoras alquilen y construyan sus propias ciudades escenográficas, graben y los artistas se hospeden ahí mismo”. 



Tras dos décadas de febril y exitosa actividad como empresario y guionista, siempre controvertido por la élite intelectual cachaca, Bolívar volvió a la política. Aceptó la propuesta de Gustavo Petro para encabezar la lista de los Decentes al Senado. Hacer parte del régimen del cambio para un capitalista multimillonario es factible si revela públicamente su ideología de izquierda. 


Bolívar apenas conocía al político que rechazó su apoyo financiero para la campaña a la alcaldía, pero su admiración se fortaleció con la destitución por el Procurador Ordoñez. El apoyo se volvió incondicional en las últimas presidenciales cuando Petro le aseguró con el Pacto Histórico una nueva curul. Ahí surgió la metamorfosis del analista social hecho a pulso, recursivo, pragmático y minucioso observador, que a pesar de su débil formación teórica le daba sopa y seco a la academia, no sólo en auditorio sino en relevancia, hacia una mala réplica de líder voluntarista con propuestas de acción pública sin diagnóstico riguroso, medición ni evaluación de resultados pero sí con compinchería ramplona, perceptible en sus trinos. “Mis mejores deseos para mi amigo y hermano Alexander López al frente del DNP… su liderazgo y compromiso con la causa progresista lo llevarán a entregarle grandes y prontos resultados al país… (Quienes) ahora denigran de (Petro) no solo son desleales y traidores sino que nos dan la razón a quienes pensamos que sin lealtad ninguna revolución triunfa… La dimensión universal que ha construido Petro a base de sabiduría y conocimiento de los problemas planetarios y de un entendimiento humano de la geopolítica debe molestar”.


Su amplio y atípico conocimiento del bajo mundo también quedó inoperante cuando más se requería. “Si aquí hubiera más ricos, hoy no habría tanta pobreza… en la medida que haya menos pobres, aquí va a llegar la paz… El presidente irá a los territorios a unir a la fuerza pública con la sociedad civil para ese empeño de la Paz”. Unas consideraciones tristemente pobres, candorosas e inconducentes para un experto internacional en pandillas, tetas, mafiosos y sus silenciados vínculos. 


REFERENCIAS


Dávila, Vicky (2023). “Tienen la política como una empresa criminal”. Entrevista a Gustavo Bolívar. Semana, Enero 9


Dominguez, Luz Ángela (2023). “Gustavo Bolívar: ¿cómo pasó de escritor a ser el más fiel seguidor de Gustavo Petro?”. El Tiempo, Agosto 3


Duzán, Maria Jimena (2013). "No la vuelvo a ver", Semana Marzo 23 


ET (2010). “El megaproyecto de Gustavo Bolívar se hizo realidad”. El Tiempo, Feb 27


Infobae (2022) “Gustavo Bolívar les pidió a los empresarios “no llorar tanto” por la reforma tributaria”. Sep 5


Posada Tamayo, Simón (2013). “Con Tres Caínes he perdido plata: Gustavo Bolívar”. El Tiempo, Abril 17


Restrepo, Juan Diego (2013). "Las ofensas de 'Tres Caínes'", Semana Marzo 8 


Rubio, Mauricio (2013). "El interpretador, la izquierda y el juicio al guionista": El Espectador, Nov 28


Wikipedia, Gustavo Bolívar

domingo, 18 de febrero de 2024

Pablo, Sofía, los medios y el sanchismo

 Publicado en El Espectador, Febrero 22 de 2024

Aunque proclama ser demócrata, tolerante e incluyente, Pedro Sánchez tiene  claros devaneos autócratas. Hace lo que sea por aferrarse al poder y combate con vehemencia el disenso. 


Aunque logra hacerlo, en Galicia las urnas le acaban de enviar un mensaje de alerta. El País sentencia que el PSOE, manejado al capricho de Sánchez, debe hacer “una autocrítica seria en sus filas”. También califica de “fracaso inapelable” el desempeño de Sumar, principal aliado del gobierno socialista, en las mismas elecciones. 


Una muestra puntual del unanimismo que impuso el sanchismo en un sector importante de la opinión es una entrevista que le hizo Pablo Motos a Sofía Vergara hace unas semanas en el programa “El Hormiguero” de la cadena Antena 3.  



Este espacio televisivo es un talk show que lleva 17 años y se transmite en directo desde 2017. Además de entrevistar políticos, artistas, deportistas y celebridades en cualquier campo, se presentan shows de magia, concursos, secciones de divulgación científica y una vez a la semana una tertulia. Rasgos esenciales del programa son la crítica irreverente, el sarcasmo y la mamadera de gallo. Su director Pablo Motos empezó en la radio, saltó a la TV y encontró un formato tan ligero y divertido como popular. El programa se exporta a los EEUU y con los avances en IA que permiten doblajes a otras lenguas sin alterar la voz original planean llevarlo a lugares tan diversos como China o los países árabes. 


Para la entrevista que durante la promoción de Griselda en Europa le hizo Pablo Motos a Sofía Vergara tuvo la precaución, tal vez redundante, de advertirle que abundarían las bromas. Y así fue, de lado y lado. 


La reacción de los medios y las redes sociales fue desmedida. Nuria Roca, una de las participantes en el panel semanal, contabilizó más de 500 titulares en la prensa, casi todos del mismo corte. “Sofía Vergara (SV) incendia El Hormiguero (EH) con Pablo Motos (PM) dentro… SV destruye a PM… lo pone contra las cuerdas: de mentiroso a envidioso”. 


Hubo columnas de opinión sobre la entrevista. Dos  de ellas en el diario El País. Una, por ejemplo, sentenció que la actriz colombiana “ha puesto de relieve que los deslices machistas del presentador de EH no pueden obviarse más tiempo”. También le hizo eco a los trinos de varios influencers para concluir que “5.100.000 espectadores vieron cómo Sofía ponía en su sitio al misógino… lo que se pide a una mujer que aparece en un plató como el de EH  es que no esté allí, o al menos que no intervenga en profundidad”. 


También en El País, otra periodista anotó que PM estuvo en la entrevista “acelerado y descolocado” para luego emprenderla contra SV: “la actriz es doctora cum laude en cachirulos, en graciosos de casete de gasolinera… Y ayer se divirtió, y cómo, en EH”.


Al oír las críticas PM pregunta, “¿a ver si los de El País me tienen manía?”. ¡Nooo! lo tranquilizaron en el panel “¡qué malpensao eres, de verdá!!… Lo dicen para que mejores. Los buenos amigos se dicen la verdad, Pablo… aquí se es muy crítico con el gobierno, y El País también… si coincidís no puede ser manía”.


Más medios analizaron la entrevista. El Huffpost acudió a “una experta en comunicación verbal y no verbal quien anotó  que  “esta mujer se convirtió en un monstruo que se lo comió a punta de inteligencia”. Casi nadie le preguntó a la invitada lo que pensaba. Tuvo que aclarar que: “la entrevista con PM fue como amigos, no tengo ningún problema con él”.


Juan de Val, otro participante en el panel, resume la situación. “Esta tertulia y este programa hacen daño. Eso lo sabemos todos… Y pretenden desprestigiarlo. A todos nosotros y en especial a PM. La realidad es que esto es una campaña. Y Moncloa hace la estrategia. Y los periodistas afines… Lo que tienen en la cabeza es convertir en realidad una cosa que no es verdad”. Sobre los vainazos a SV concluye. “es una artista que es libre y dice lo que le da la gana… Eso lo que tendría que ser es un ejemplo”. 


Un pecado imperdonable de PM fue haber entrevistado a Alfonso Guerra, socialista de la vieja guardia quien, fuera de ser contundente contra la amnistía que negocia Sánchez con los independentistas, resumió el nuevo gobierno con una frase: ”se pelean mucho por salir en la tele”. 


Preocupa que en una democracia consolidada como la española, un sutil autócrata tipo Pedro Sánchez tenga el descaro de quejarse de un complot de “mentiras, manipulación y maldades” de la prensa en su contra y vaya, poco a poco, eliminando la crítica, el desparpajo y el sentido del humor en los medios. Si por España llueve…


Entrevista a Sofía Vergara

Los falsos titulares sobre la entrevista a SV


Caballero, Ángeles (2024). “Sofía Vergara, o cuando subestimas al de enfrente”: El País, Ene 9


EPN (2023). "Sánchez justifica acudir ahora a todos los medios para "pinchar la burbuja" del sanchismo inflada con mentiras y maldad". Europa Press News, Jun 25


Labari, Nuria (2024). “Y Pablo derrapando con su moto”. El País, Ene 17


Mendo, Alberto (2023). "Alfonso Guerra, rotundo: "Quienes dieron un golpe de Estado no merecen la amnistía"". Antena 3, Nov 22

sábado, 10 de febrero de 2024

La ruta de los brasieres, ida y vuelta

 Publicado en El Espectador, Febrero 15 de 2024


En todas las astucias de Griselda Blanco para abrir nuevas rutas de exportación de droga o blanqueo de dinero se percibe la huella de sus años de aprendizaje en el barrio Antioquia donde creció. 


La serie con Sofía Vergara revela que la comparsa de damiselas que Griselda recibía en el aeropuerto de Miami llevaba brasieres con “doble copa” cargados de cocaína. Por ingenuidad, sexista o puritana, en aquella época los agentes de aduana gringos no requisaban a las mujeres. La manufactura de los sostenes de dónde, en el motel, Griselda sacaba entusiasmada apreciables cantidades de cocaína se vio facilitada por la especialización del Barrio Antioquia en corsetería. Es probable que en este combo de “mulas" precursoras varias conocieran trabajadoras de alguna fábrica de ropa interior femenina.

 


Aunque la serie no da detalles sobre el regreso a Medellín de estas cómplices de Griselda para entrar cocaína a los EEUU, seguramente la patrona usaba el mismo equipo humano para volver al país con ropa, lingerie e implementos lujosos lavando con ese contrabando sus beneficios. Otra fuente anota que la Viuda Negra traía “mercancía para las putas de Lovaina y damas de la sociedad paisa”. Una “distinguida fiscal” recuerda que “la clase alta de Medellín le compró ropa a Griselda. Nos traía carteras y perfumes finos por encargo… Nosotras estudiábamos derecho y le sacamos, por cuotas, las primeras carteras Louis Vuitton y Givenchy que se vieron por Medellín”. El interés no era solo tener amigas elegantes sino recoger pesos con la venta de bienes de lujo comprados con los dólares recibidos por la droga. Esos  contactos iniciales tal vez facilitaron después la corrupción de la justicia.  


Para Griselda, conocer los gustos y caprichos de la élite no fue un simple tic arribista para imitarlos al amasar su fortuna. Fue precisamente esa capacidad la que le permitió revolucionar el mercado al por menor de cocaína. Hasta entonces la clientela del polvo blanco operaba en el bajo mundo. "Los historiadores del uso de drogas en los EEUU han señalado que estaba asociado con grupos minoritarios marginados y han argumentado que esto fue un factor determinante de las leyes contra el consumo”. Además, la conexión entre droga y delincuencia era fácil de hacer puesto que mucha gente WASP pensaba que su país sufría una ola de crimen de minorías no blancas. 


A mediados de los setenta la cocaína empezó a ser consumida por artistas y celebridades de Hollywood a Nueva York. Esta droga se volvió popular en la cultura disco y se consumía frenéticamente en lugares como Studio 54. El libro The Pleasures of Cocaine de Adam Gottlieb (1976) apelaba a la desastrosa experiencia de la prohibición para abogar por la legalización. El consumo del estupefaciente también se extendió entre amantes de la música rock, como ilustra la canción Cocaine, popularizada por Eric Clapton en 1977. "Si quieres pasar el rato, tienes que sacarla, cocaína”.


Un artículo de primera página del New York Times de 1982 revelaba el “uso generalizado” de la cocaína en la meca del cine. La nueva tendencia llevó a las aseguradoras a modificar sus pólizas para las películas de manera que reflejaran los peligros asociados a las drogas. Algunos médicos entrevistados por el NYT reportaban impresiones de sus pacientes. Un psicofarmacólogo de Los Angeles afirmaba que “la cocaína no perjudica la vida laboral o familiar de los consumidores”. Otros anotaban que los usuarios gastaban entre 2 y 12 mil dólares a la semana en su consumo. Con el tiempo aparecieron clínicas de luxury detox. 


En el speech que la Griselda de Sofía Vergara les da en Miami a sus colaboradoras molestas porque no les ha pagado, el análisis del mercado potencial es certero. “Hay mucha gente a la que todos los sueños se le han hecho realidad. Cuando uno ya no tiene sueños, uno pierde algo muy importante: esa sensación que da lo nuevo. Esa gente de la que les estoy hablando son los blancos, son los ricos, los malparidos esos que ya lo tienen todo. Esa gente representa ese mercado grandísimo por explorar, un mercado que todavía a nadie se le ha ocurrido usar”.


Tras la lección de mercadeo con economía de las clases favorecidas viene el coaching de emprendimiento. “En esta maletica nosotras tenemos el poder de devolverles la emoción a esas vidas aburridas. Que se les vuelvan excitantes otra vez. ¿Qué tenemos que hacer? Darles una probadita. Ustedes son las mejores vendedoras del mundo. Ya no van a trabajar en un burdel. Ahora van a trabajar para ustedes”. Difícil imaginar algo más alejado del victimismo en ese auditorio y el afán de redimirlo.


Arturo, un capo de Medellín, anota:

  • Entonces, ¿vamos a poner a las peladas a vender cocaína?
  • No, Arturo, la van a regalar

El resto es historia. Que mucha gente dogmática debería asimilar.



Lindsey, Robert (1982). “Pervasive use of cocaine is reported in Hollywood”. The New York Times, Oct 31


Soto, Martha (2013). La Viuda Negra. Intermedio Editores






lunes, 5 de febrero de 2024

La Griselda de Sofía Vergara

 Publicado en El Espectador, Febrero 8 de 2024


La nueva serie sobre el narcotráfico colombiano ha tenido un éxito arrollador a nivel global. Algunos parroquianos han advertido que no la verán. Desprecian elementos útiles para entender nuestra enredada historia de violencia.




Lamentablemente esos moralistas seguirán siendo caja de resonancia para la sarta de mitos sobre el “conflicto armado” que aún aflige al país. Una de esas leyendas insiste en la asociación directa entre miseria y violencia, ignorando que el mayor combustible de la guerra, el tráfico de drogas, no surgió en territorios aislados y marginados que con los años acabarían involucrados sino en las zonas más industrializadas y pujantes del país. 


Ana Lucía Restrepo, la madre de Griselda, fue abusada sexualmente por su patrón en la finca donde trabajaba. “Cuando la esposa del agresor descubrió la verdad despidió a Ana y a su hija de 3 años”. Emigraron a Medellín al vecindario que después se convertiría, por decreto, en zona roja de la ciudad. 


“La violencia colombiana empezó en el Barrio Antioquia… la historia de este barrio es la historia de Colombia” sentencia un líder comunitario. Los primeros asentamientos fueron de familias campesinas atraídas por la prosperidad de Medellín donde a principios del sXX ya había una vigorosa actividad industrial y comercial. El barrio “fue receptor de artesanos, familias de clase obrera e inmigrantes campesinos”. Con el auge textilero, allí se alojaron operarios y surgió un polo de fabricación de ropa interior en el que trabajaban muchas mujeres. La Violencia de mitad de siglo tuvo allí “algunas de sus más demenciales manifestaciones… una señal, un color, un artefacto era suficiente para provocar la tortura de los cuerpos de las víctimas”.


Un punto de quiebre en la vida del barrio Antioquia fue el decreto 517 de 1951 que buscó localizar allí la zona de tolerancia. Para algunos habitantes, esta medida “es la raíz de la violencia colombiana, una violencia creada por el Estado… Marcó el momento en el cual todo empezó a pudrirse… la violencia que el barrio vive hoy es el legado de la que vivió con el decreto 517”. El bajo mundo de Medellín, muy congregado en Guayaquil, en el centro de la ciudad, se trasladó súbitamente al barrio Antioquia. “El primer día del decreto, treinta casas del barrio se transformaron en prostíbulos, cuarenta y cinco días después había doscientos quince”.  


En ese ambiente sórdido creció Griselda, con su madre dedicada a atender malandros y futuros mafiosos. No sorprende que, de pequeña, ya fuera una experta carterista ni que a los 11 años, con un grupo de menores vecinos secuestraran a un niño que mantuvieron varias semanas mientras negociaban el rescate. Como no les pagaron, ella misma le pegó un tiro.   


A los 14 años se voló de la casa para evitar la violencia sexual de su padrastro y se casó con un delincuente dedicado a la falsificación de documentos y a enviar inmigrantes ilegales a los EEUU. 


Así, a la pobreza campesina con el “problema de la tierra” como causa de la violencia colombiana deben sumársele el abuso de menores y las malas compañías para acercarse a la génesis del conflicto más largo del mundo. 


La secuela infalible de la visión de las “causas objetivas de la violencia” es otro mito: el rebelde o subversivo, generalmente marxista, que toma las armas para dirigir al pueblo hacia la toma del poder. A la intelectualidad que no supera esta leyenda le incomodan personajes como Griselda Blanco que, motivados por el lucro más que por la justicia social, han logrado darle poder, económico o político, a las clases marginadas urbanas. La Madrina, como la llamaban algunos, se posicionó en Miami “gracias a una red de mujeres prostitutas que conocía desde Medellín y que entrena para que viajen periódicamente con la droga escondida entre su ropa”. Para eso se requería no sólo tener abundantes contactos en el barrio Antioquia. Tocaba ser una mujer solidaria y con mucha empatía hacia ellas. La antítesis del cliente soberbio, despectivo y violento típico entre los capos del narcotráfico que siempre rehusaron trabajar con prostitutas, del pandillero proxeneta o del comandante guerrillero violador. 


Los marielitos que organizó Griselda para defenderse de sus enemigos en la sangrienta guerra por el control del menudeo de cocaína que estalló en Miami en los años ochenta también ilustran su capacidad de darle “una oportunidad de poder efectiva a los jóvenes no educados”. Fidel Castro, socialista, abrió el puerto del Mariel a los cubanos que quisieran emigrar. Además, vació las cárceles para enviar a los EEUU miles de "inadaptados y criminales" que saturaron los servicios de asistencia y pronto “asaltaron a ancianos jubilados, robaron sus delicatessen y convirtieron varios distritos en un paraíso para los traficantes de drogas”. Con discursos tan maternales como incendiarios la líder mafiosa aglutinó y dirigió estas insólitas milicias en un ejército popular que envidiaría cualquier político radical de izquierda en Colombia. Continúa.



REFERENCIAS


Díaz Cardona, Andrea (2024). "Griselda": qué es verdad y qué es ficción en la serie sobre la reina de la cocaína que protagoniza Sofia Vergara". BBC News Mundo, Enero 31


Guarnizo, José (2024) "Griselda sus verdaderas Víctimas - Prefacio" Vorágine.co 


Hernández, Sebastián (2024). “Griselda entre las diez series más vistas de Netflix en ochenta países: así le ha ido a la producción de Sofía Vergara”: Infobae, Ene 24

Meek, Alison (2011). "Murders and Pastels in Miami: The Role of Miami Vice in bringing back Tourists to Miami". Florida Historical Quaterly, Vol 90 Nº3 

Riaño, Pilar (2000). "¿Por qué a pesar de tanta mierda este barrio es poder?". Revista Colombiana de Antropología, vol. 36, ene-dic, pp. 50-83