sábado, 25 de noviembre de 2023

Ikea y los cacaos invitados por Petro

 Publicado en El Espectador, Noviembre 30 de 2023

El 21 de noviembre se publicó la foto de un evento social en Cartagena que nadie habría imaginado. Dos meses antes, el gigante sueco de los muebles aterrizaba en Colombia. Ambos sucesos tienen puntos en común. 


El elegante almuerzo en la Casa de Huéspedes Ilustres reunió a doce de los empresarios más pesados del país con un reducido grupo de funcionarios del gobierno. Más que un simple ágape fue un acontecimiento político, como lo ilustra el detallado cubrimiento por medios sin tradición en páginas sociales. Además de política hubo economía, orientada a generar confianza inversionista. 



Tras el desconcierto inicial, algunas conjeturas permiten interpretar la reunión. Una posible lógica sería el modelo sueco de desarrollo económico y socialdemocracia. El Nobel de economía de 1974 lo compartieron Friedrich Hayek y el sueco Gunnar Myrdal. Hayek defendía las libertades individuales. Su inquietud era práctica: la disponibilidad de información. “El conocimiento  necesario  para  generar  prosperidad  no  cabe  en  una  sola  mente”. Solo la sociedad libre, insistía, permite que cada cual utilice su limitado conocimiento y lo transmita. Myrdal, por el contrario, promovía el desarrollo planificado, orientado por expertos. 


El dirigismo de Myrdall acabó imponiéndose en Europa bajo el liderazgo de Suecia. Allí, hace un siglo la socialdemocracia renunció al marxismo para controlar sin violencia el capitalismo. Evitando expropiar los medios de producción prefirieron planificar minuciosamente la demanda para que la empresa privada produjera bienes considerados prioritarios por las autoridades. Era necesario cambiar las costumbres y la manera de pensar; buscar que se consumieran productos “adecuados” a objetivos colectivos. Alcanzar la sociedad soñada sin estatizar la producción requería dirigir la vida privada con paternalismo, tecnocracia, minuciosa planificación e ingeniería social. Gunnar Myrdal y su esposa Ava, militante feminista, lideraron las políticas sociales suecas a partir de los años treinta. Al implementarlas se debilitaron “los lazos familiares y sociales de los individuos” y se fortaleció “la dependencia del Estado y sus políticas”. 


Así, la cordialidad de la reunión entre grandes cacaos y gobierno del cambio podría leerse como el primer paso de un acercamiento al gran capital para ensayar la versión no coercitiva del intervencionismo económico, como se hizo en Suecia hace décadas: sin alterar la propiedad de los medios de producción. 


¿Qué tiene que ver un negocio de muebles con ese ambicioso acuerdo entre burocracia y oligarquía económica? Una historia sobre el “espacio culturalmente codificado” de esta tienda global muestra que su papel fue más allá de una estrecha colaboración con el Estado sueco. “IKEA ayuda a construir, reproducir y difundir una narrativa … (que) muestra la imagen de Suecia como una pequeña nación pacífica, homogénea y trabajadora, que ejemplifica los ideales de progreso social y económico de la Ilustración, evitando al mismo tiempo sus aspectos más violentos… La tienda IKEA es un espacio de aculturación, un archivo vivo en el que los valores y rasgos identificados como distintivamente suecos se comunican a los consumidores a través de sus líneas de productos de identificación nórdica, un recorrido por la sala de exhibición minuciosamente dirigido y una narrativa nacionalista”.  


Cualquier colaboración entre este gobierno y los grandes conglomerados empresariales tiene buenas posibilidades de ser ejecutada siempre que los segundos reciban la contraprestación adecuada. Que esos arreglos tengan el impacto social que seguramente espera el presidente es otra cosa.


La peculiar historia sueca, su aislamiento geográfico, la agricultura casi colectiva y el bruk, manufactura instalada en zonas rurales bajo influencia comunitaria, impidieron el desarrollo de una cultura individualista y permitieron establecer una administración centralizada y fuerte que llevó al Estado de Bienestar. La alta calidad de la burocracia y el débil poder legislativo reforzaron esas bases. Poco aficionados a divagar y filosofar, los suecos concentraron sus esfuerzos en ingeniería, innovación y excelencia administrativa. Un sistema educativo público monolítico y la destreza macroeconómica para enfrentar la gran depresión con keynesianismo reforzaron la creencia en las ventajas de planificar e intervenir la actividad productiva. Con mayor éxito y menor oposición que el leninismo, la socialdemocracia sueca manipuló el entorno y moldeó mentalidades para la nueva sociedad. Además, Suecia ya estaba pacificada con monopolio estatal de la coerción. 


El rol de IKEA en la configuración del capitalismo orientado y dirigido por un Estado fuerte y un gran capital dócil es digno de análisis. Por lo pronto, la locura causada por su apertura en Colombia, el nombre de la tienda como tendencia en redes sociales y las largas colas de espera bajo la lluvia para acceder al “diseño democrático asequible y funcional para todos”, como precisó la embajadora sueca, le deberían mostrar al gobierno que la relación del pueblo urbano con el capitalismo y el consumo es bastante más compleja que la explotación del trabajo por el capital. Valores pequeño burgueses motivan más que el decrecimiento, el sindicalismo o la protesta. Hasta malas interpretaciones de Hayek difundidas con técnicas histriónicas de influencer pueden definir elecciones. 

 


REFERENCIAS



Barría, Cecilia (2023). "Qué es la Escuela de Austria en la que se inspira Javier Milei y cómo influye en sus radicales ideas económicas". BBC News, Nov 20


Benegas, Javier (2020). La Ideología Invisible. Claves del nuevo totalitarismo que infecta a las sociedades occidentales. Madrid: Disidentia


Davis, Steven & Magnus Henrekson (1995). "Industrial Policy, Employer Size and Economic Performance in Sweden". NBER Working Paper series, WP 5237


Easterly, William (2013). The tyranny of experts. Economists, dictators and the forgotten rights of the poor. Nueva York, Basic Books, 2013.


Hayek, Friedrich (1973). Law, legislation and liberty. Volume I – Rules and order. Chicago: The University of Chicago Press


Huntford, Roland (1972). The new totalitarians. New York: Stein and Day.


Lindqvist, Ursula (2009). “The Cultural Archive of the IKEA Store”. Space and Culture 2009 12: 43


Pacheco Daniel y Edgar Quintero (2023).  “Los huéspedes ilustres de Petro: adentro de la reunión con los cacaos”. La Silla Vacía, Noviembre 22


martes, 21 de noviembre de 2023

Secuelas de la infidelidad sobre las hijas

 Publicado en El Espectador, Noviembre 23 de 2023

La “incorporación neurológica” de la madre en la hija, esa transmisión de emociones y angustias potenciadas por la facilidad innata para interpretar gestos es particularmente sensible a los cuernos maternos. 



Sheila, una paciente de Louann Brizendine, contribuyó con su experiencia a desarrollar la teoría sobre cómo la infidelidad masculina puede generar secuelas que se transmiten a la prole femenina de la mujer directamente afectada. 


Con su primer marido, Sheila tuvo dos hijas, Lisa y Jennifer. Cuando nació la primera todavía funcionaba bien el matrimonio. Año y medio después, al llegar Jennifer, las circunstancias habían cambiado. Su esposo había revelado su faceta de mujeriego irredimible hasta el punto que los hombres engañados por sus conquistas amenazaban a Sheila. Su suegro, muy poderoso, le había advertido que le haría perder la custodia de sus hijas si abandonaba con ellas el estado para buscar apoyo familiar. En ese ambiente tan cargado de tensiones Jennifer se volvió recelosa al extremo. A los seis años le aseguraba a su hermana mayor que su intachable padrastro engañaba a la madre. Su sistema nervioso “había captado la insegura realidad perceptiva de sus primeros años de modo que, incluso las buenas personas, le parecían peligrosas”. Las dos hermanas, con genética similar y criadas por la misma persona, diferían por haber pasado sus primeros años sujetas a distintas circunstancias emocionales: la mayor había disfrutado una madre tranquila y segura mientras la segunda sufrió las reacciones de una mujer temerosa y angustiada. Se estima que los dos primeros años de vida son cruciales para que una niña absorba “una imagen de la rea­lidad que la afectará el resto de su vida”. 


Aunque lejos de lo asimilable al experimento natural de Lisa y Jennifer, muchos conocemos hijas de hogares en las que la infidelidad masculina ha hecho estragos. Yo puedo mencionar dos casos con personas que conozco directamente, ambas latinoamericanas. La primera sufrió los cuernos más tempranos y descarados que se puedan imaginar: mientras nacía su hija mayor y el esposo la acompañaba en el trabajo de parto, una de sus amantes los acompañaba mentalmente desde una sala de espera en el mismo hospital. 


Las peleas por celos fueron pan de cada mes para esa niña que desde que tuvo uso de razón anunció que se iría de su país, más específicamente para Inglaterra. Así lo hizo apenas pudo, a los 18 años, con ayuda financiera de la familia extensa. Logró combinar trabajo con estudios de administración en los que conoció al que hubiese sido el hombre de su vida: responsable, trabajador, hogareño y monógamo empedernido. Aunque viven  juntos, después de varios años ella no quiere casarse ni mucho menos tener hijos. Varias veces ha estado a punto de empezar nueva vida sola en otra ciudad. Su madre, divorciada hace tiempo del donjuán, no puede ni mencionarle que de pronto quisiera empezar una relación, mucho menos con un compatriota. La desconfianza  hacia los hombres de esta hija criada en medio de los cuernos maternales es explícita, visceral y persistente. 


Para el segundo caso no tengo información sobre infidelidad paternal en edades muy tempranas de las hijas pero no es demasiado arriesgado inferirla con remembranzas de la niñez y adolescencia. Los recuerdos son de una de las afectadas, la mayor. Las escenas eran como de Buñuel. La señora que a medianoche, en bata y con rulos, entraba a la habitación de las hijas a despertarlas “porque su papá no ha vuelto ni me ha llamado”. El discurso que seguía, entre amargado y resignado, acompañado con leche y galletas, era siempre una variante sobre lo insensibles y sinvergüenzas que pueden llegar a ser los hombres. Más o menos una variante del que aún persiste en algunos círculos.


La eventual secuela de este entorno sobre la primogénita fue su falta de interés por el sexo como mujer adulta. Sería fácil pensar que esa actitud la compartió con su hermana y compañera de habitación. Pues no. Sobre ella, las secuelas de la cátedra nocturna contra el género masculino fueron precisamente las opuestas. “Desde la universidad, ella se los comía a todos” afirma sin titubeos alguien que las conoció bien. Para esa persona, el caso de esas dos hermanas tan similares en muchos aspectos, mismos colegios, misma familia, y tan distintas en la cama fue suficiente para un desconcierto total.


Cada vez hay más literatura sobre la actitud del feminismo de distintas olas ante la infidelidad que en algún momento trataré de resumir. Por ahora, en la misma pista de Brizendine, será más interesante analizar el impacto del activismo de una madre sobre las relaciones de pareja y las prioridades de trabajo de hijas criadas bajo la influencia de ciertas fórmulas, principios y dogmas. 


martes, 14 de noviembre de 2023

El insondable vínculo entre madre e hija

 Publicado en El Espectador, Noviembre 16 de 2023


Sólo recientemente la neuropsiquiatría empieza a descubrir y analizar la imborrable huella que puede dejar una madre sobre su descendencia femenina. 



Aunque para muchas activistas, cada vez menos influyentes, sigue siendo herejía reconocer que las disparidades entre el cerebro de mujeres y hombres, sutiles pero profundas, ayudan a explicar buena parte de sus actitudes, conductas o desencuentros esta “sor­prendente colección de diferencias cerebrales estructurales, químicas, genéticas, hormonales y funcionales” es apenas un anticipo de los factores que determinan sus relaciones con los demás. De nuevo usaré extensivamente citas textuales de El Cerebro Femenino, de Louann Brizendine, cuya lectura y consulta repetida vuelvo a recomendar como herramienta clave para entender personalidades y situaciones específicas.  


Un punto crucial es que “hombres y mujeres tie­nen diferentes sensibilidades cerebrales ante el estrés y el con­flicto, que se registran más profunda­mente en zonas del cerebro femenino”. Con mayor aversión a los enfrentamientos ellas cuentan con mejores herramientas para detectarlo y prevenirlo, como una “capacidad casi mágica para leer las ca­ras y el tono de voz en cuanto a emociones y estados de ánimo se refiere”. 


Aunque este arte se refina y sofistica con los años y la educación, también hay una “una aptitud innata para la observación… La primera cosa que el cerebro femenino induce a hacer a una bebé es precisamente estudiar los rostros. Durante los prime­ros tres meses de vida las facultades de una niña en contacto visual y observación facial mutua irán creciendo en un 400%”. Esa capacidad masculina tarda años en desarrollarse. 


Los círculos cerebrales especializados en captar signifi­cados de caras y tonos de voz también “impulsan a las niñas a analizar muy pronto la aprobación social de los demás” y en particular de la madre. 


En un experimento con infantes de 12 meses se les pedía entrar a una habitación con su madre. Quedaban solos y se les pedía que no tocaran un objeto. Con la madre al lado sin decir nada explícitamente -solo su mirada y expresión- muy pocas de las niñas manipularon el objeto prohibido. “Mi­raban la cara de las madres diez o veinte veces más que los ni­ños, esperando signos de aprobación o desaprobación”. Los ni­ños, por el contrario, deambulaban por la habitación y, sin fijarse en la madre, palpaban repetidamente el objeto prohibido. “Los ni­ños de un año, con su cerebro masculino formado con testosterona, se sentían impulsados a investigar el entor­no, incluso aquellos elementos que tenían prohibido tocar”.


Desde la primera infancia, la mujer está más preparada que el hombre para evitar conflictos y mantener la armonía social. “Las chicas participan juntas en la toma de de­cisiones con el mínimo de estrés, conflicto o alarde de estatus. Los chicos usan el lenguaje para dar órdenes a otros, hacer que se hagan las cosas, presu­mir, amenazar, ignorar la propuesta de un compañero y aplas­tar los intentos de hablar de los demás”.


“Las chicas llegan al mun­do con mejores aptitudes para leer caras y oír tonos vocales humanos… pueden oír una gama más amplia de frecuencias y tonos de sonido de la voz humana que los niños”.


¿Cuál es la función de este “aparato tan delicadamente sintonizado para leer rostros, percibir tonos emocionales en las voces y responder a indicios tácitos en los demás” como el que cuentan las mujeres desde que nacen? La respuesta es simple: para rela­cionarse con los demás. “Ése es el principal quehacer del cerebro femenino y es lo que impulsa a una mujer desde bebé”. Esa predisposición la prepara para la crianza y también para la supervivencia en un ambiente de machos hostiles ante los cuales tal vez requiera contar con un grupo de congéneres para defenderse, como hacen las hembras en los grupos de bonobos.


Particularmente importante para una niña pequeña es la aprobación o rechazo de su progenitora. Las niñas, más que los niños, responden con rapidez a los esfuerzos maternales para detener pataletas y lloriqueos. Además, por “su aptitud para observar indicios emocionales, una niña incorpora, en realidad, el sistema nervioso de su ma­dre al suyo propio. El entorno del sistema nervioso que una niña absorbe durante sus primeros dos años constituye una imagen de la rea­lidad que la afectará el resto de su vida”. 


La descendencia femenina queda profundamente afec­tada, casi marcada, según lo tranquila o agitada que haya sido la interacción con su madre durante los primeros años de su vida. Los hijos varones, por el contrario, son más inmunes a las emociones maternales durante la crianza. Esta “incorporación neurológica” de la madre en la hija empieza con el embarazo.


Es fácil testear el modelo propuesto en el entorno cercano, por ejemplo con las secuelas de la infidelidad masculina sobre las hijas.  Continúa

lunes, 6 de noviembre de 2023

Israel, Palestina, Pinochet y la toma de Palacio

 Publicado en El Espectador, Noviembre 9 de 2023 

Al no condenar a Hamás, Petro abrió la caja de Pandora del pasado del M-19. Resurgieron dos ataques terroristas a la embajada de Israel en Bogotá y el entrenamiento militar con la OLP de Arafat.  


El evento organizado por la Corte Suprema de Justicia para los 38 años de la Toma del Palacio de Justicia alborotó esos recuerdos y machacó otra gaffe de Petro. Hace un par de meses, cuando se cumplían 50 años del golpe militar en Chile, en un Acto de Reconocimiento al Movimiento Sindical, el mandatario comparó lo ocurrido en Santiago el 11 de Septiembre de 1973 con la retoma del 7 de Noviembre de 1985 en Bogotá. Para eso, unificó la autoría de ambos ataques (“lo mismo que hicieron con el Palacio de Justicia lo hicieron con el Palacio de la moneda antes”), anotó semejanzas militares (”rodearon el Palacio con tanques, dispararon contra las paredes y los aviones bombardearon por el techo”) y sentenció enfático que “quienes han desatado esta violencia en Colombia, los dueños de la codicia… son peores que Pinochet… allá uniformados, aquí de corbata… El de aquí fue más asesino que el de uniforme”. 



Tras un resumen de ese día aciago, Mauricio Reina subrayó “los dos hechos igualmente atroces”, la toma y la retoma. Puntualizó que la “reflexión retrospectiva es lo que permite medir verdaderamente con la vara de los valores democráticos” a los distintos grupos involucrados. Celebró la llegada al poder por votación popular de un ex guerrillero reinsertado de ese grupo pero lamentó salidas en falso, como la aludida comparación con el golpe en Chile, “sin hacer referencia a que antes de la retoma vino la toma por parte del grupo guerrillero… Esa vara que mide de manera desigual los hechos dependiendo de quién haya sido el protagonista histórico preocupa, sobre todo ignorando la gravedad de la toma por parte del M-19 del Palacio de Justicia”. 


Esta acción delirante y sangrienta, con la que el grupo guerrillero buscaba capturar y mantener rehenes a los más altos dignatarios de la justicia quedó prácticamente blanqueada del historial de ataques del M-19. Lograron convencer que su objetivo era simplemente hacerle un “juicio armado” a Belisario Betancur por haberlos traicionado en la búsqueda de la paz. 


El informe final de la Comisión de la Verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia (CVPJ 2010 p. 339) cita al mandatario conjeturando sobre las posibles consecuencias si el gobierno hubiese accedido a las demandas de los atacantes. Adriana Echeverry y Ana Mª Hanssen (Periodistas) entrevistaron a Gustavo Petro (GP) cuando era Representante a la Cámara. Difícil no percibir en las respuestas de este parlamentario elegido popularmente cierta añoranza por la gesta revolucionaria y la vía armada. 

  • (Periodistas) ¿Qué habría pasado si el Ejército cesa el fuego?
  • (GP) Yo creo que el Ejército pensó una cosa que podría ser cierta: si la toma del Palacio de Justicia salía bien, llegaríamos al poder porque el apoyo popular era manifiesto. Y con una toma de esas, después de poner al gobierno a negociar, lo que seguía era la toma del poder. Y eso, más que asustar al Ejército, asustó a la oligarquía colombiana
  • (Periodistas) ¿Cuál era el plan que debían seguir si hubieran logrado retener vivos a los Magistrados?
  • (GP) Comenzar con el juicio, iniciar un proceso político y tomarse el poder. No desde el Palacio, pero sí concentrar la capacidad política más grande, la capacidad de convocatoria popular más grande posible, con un conocimiento militar muy fuerte y con una fuerza militar igualmente fuerte. Y hacer lo que se hizo en Nicaragua: entrar con fusiles, tanques, guerrilleros y centenares de miles de personas, todos al mismo tiempo. 


Tras las últimas elecciones locales, que sólo la guardia pretoriana del presidente se niega a ver como un rechazo a su azaroso e incomprensible estilo de gobernar, la izquierda moderada buscó rescatar su imagen. “Es el presidente más culto, más leído, más inteligente de la historia de la república de Colombia. El más curtido en política... ha logrado prestancia a nivel internacional”. Lo compararon con Alfonso López Pumarejo o Carlos Lleras Restrepo pero, en el otro extremo, lo reprendieron pública y maternalmente por sus desatinos como gobernante y presuntos problemas de adicción: “si quiere cambiar a Colombia debería sincerarse y dejar de decirnos mentiras”. Las incivilidades no son sostenibles.  


El antiguo comandante, sus alfiles, admiradores y seguidores deben empezar por condenar la violencia política de cualquier origen. Globalmente están aliados con fanáticos y tiranos, lejos las democracias funcionales, incluso de Gabriel Boric que sufrió de cerca a Pinochet y condenó no sólo a Israel sino a Hamás. Los ex combatientes del M-19 deben sumar el arrepentimiento por el daño que causaron a víctimas inocentes. De ese pasado opaco y sangriento no hay nada, absolutamente nada, que valga la pena rescatar.


REFERENCIAS


Duzán, María Jimena (2023). "Carta al presidente Gustavo Petro". Cambio, Noviembre 7


Echeverry, Adriana y Ana Mª Hanssen (sf). Holocausto en Silencio. Veinte años en busca de la verdad. Planeta


 Gómez, Jorge Aníbal, Herrera, José Roberto y  Pinilla, Nilson (2010). Informe final : comisión de la verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia, U del Rosario, Comisión de la Verdad - Palacio de Justicia



Infobae (2023). “Gustavo Petro insistió en comparar retoma de Palacio de Justicia con golpe de Estado en Chile”. Sep 15


Landínez, Damian (2023). "Corte Suprema conmemora 38 años del holocausto del Palacio de Justicia". Blu Radio, Noviembre 3


Martínez Kasab, Lucero (2023). "Comentario a la pregunta de María Jimena Duzán al presidente Petro sobre su vida privada". La Nueva Prensa, Nov 5