domingo, 24 de diciembre de 2023

¿Cinismo, inocentada o complicidad?

 Publicado en El Espectador, diciembre 28 de 2023

Si el canciller Alvaro Leyva hubiese aplazado nueve días la condecoración a Florence Thomas, algunos la habrían confundido con el típico “¡pásela por inocente!”. En realidad, consolidó un apoyo incondicional.  


De esta ceremonia, sorprende la retórica feminista de quien ha mostrado no serlo. “Buenos días a todas, todos y todes… Florence Thomas ha enseñado a domar al patriarca que todos tenemos dentro… desde el Ministerio hemos puesto la igualdad de género en el centro de la política exterior… Es nuestra responsabilidad como hombres reconocer las violencias de género, erradicarlas e impedir desde nuestras acciones diarias que sigan sucediendo… Por primera vez la palabra feminista resuena por los pasillos, las salas de juntas y los espacios de esta entidad”. Días después, Leyva recordó en redes sociales que “hace seis meses me comprometí con los Movimientos de Mujeres, Feministas y Personas LGBTIQ+ a trabajar de la mano… Colombia necesita diseñar e implementar la Política Exterior con enfoque de género, conocida también como Política Exterior Feminista. Así la llamaremos”, sentenció. En las fotos de ese momento histórico aparece Florence Thomas. 


El escepticismo con tan loables propósitos no requiere machacar la pataleta machista del canciller con Martha Lucía Zamora o su renuencia para condenar a Hamás, verdugo de mujeres. Son más ilustrativas sus desavenencias con Laura Gil, la académica feminista que nombró viceministra y rápidamente destituyó. Los desacuerdos de Leyva con su subalterna subieron de tono. Culminaron con el despido de la funcionaria, considerado “inapropiado” y “un oso diplomático” incluso por gente del Pacto Histórico. La afectada se enteró de su salida desde Viena, cuando participaba en la Comisión de Estupefacientes de la ONU. Con un lacónico comunicado, la Cancillería anunció su reemplazo por Elizabeth Taylor Jay, “una especialista en estudios feministas” que además es de la minoría étnica indígena Raizal, a tono con la política de justicia racial. En la misma línea woke, Florence Thomas elaboró una lista de mujeres influyentes del 2021 que encabezó Francia Márquez por su “larga lucha de resistencia en cuanto a la cuestión afrodescendiente”. 



Aunque Leyva nunca explicó por qué tumbó a Laura Gil, la razón habría sido  difusa, no puntual. “Diferencias por el enfoque de género en la Cancillería podrían provocar la salida de la viceministra”, había anticipado la prensa. Ante los rumores, “diferentes organizaciones de mujeres, feministas y colectivos diversos” le dirigieron una carta a Gustavo Petro. Señalaban que “Laura Gil ha representado de forma muy positiva el trabajo de las mujeres”. Así, según grupos activistas, la viceministra estaba ejecutando con buen criterio lo que meses después Leyva denominaría “Política Exterior Feminista”. 


Ante la crisis, Mauricio Jaramillo-Jassir, especialista en relaciones internacionales, anotó que “Laura Gil era una de las caras visibles del compromiso del gobierno con una política exterior distanciada de las prácticas malsanas anteriores…. Asimismo, se (esperaba) que por su recorrido y posturas… encarnase la promesa de una política exterior feminista”. Buscando entender por qué Leyva sacó a su encargada de Asuntos Multilaterales, Éber Gutiérrez de El Espectador, recuerda su “excesivo protagonismo” y, sobre todo que sobresaliera “en los grandes foros internacionales en temas de género”. 


Con buen desempeño en el exterior, Laura Gil opacó al canciller, que debió sentirse incómodo ante una mujer dinámica, preparada y autónoma que no necesita protección patriarcal. Además de cínico, el pretendido feminismo de Leyva es parroquial y limitado a mujeres excluidas o víctimas.  


Florence Thomas silenció ese atropello de Leyva contra Laura Gil después de varios años destacándola como feminista. Fue más solidaria cuando en 2013 la misma académica renunció a Mañanas Blu porque su jefe y un colega la acosaban laboralmente. Se dijo que la censuraron pero ella aclaró que sólo hubo agresión verbal. Según varios testimonios, los comentarios machistas al aire eran frecuentes. “A la internacionalista Laura Gil la querían en mañanas Blu, pero muda”, resumió la periodista Gloria Ortega. Algo así buscaría Alvaro Leyva para ejecutar su Política Exterior Feminista. 


Sobre aquel suceso, Florence Thomas escribió una columna en la que equipara a Laura Gil con Pili, una joven wayuu que en la película “La eterna noche de las doce lunas” encierran para el ritual de paso de niña a mujer. En una confusa amalgama menciona amenazas, azotes, bofetadas, lapidaciones, infibulación, escisión del clítoris y feminicido para concluír que en ambos casos “está representada la eterna historia del encierro y silenciamiento de las mujeres”.


Las profesionales independientes que no piden protección sino que ejercen su derecho a la igualdad fastidian a algunas feministas centradas en minorías y victimismo. Machistas con poder como Leyva las impulsan, hasta las condecoran, por encarnar ese cómodo idealismo, políticamente impecable y ávido de reformas legales pero indiferente a los resultados. Ellas aceptan complacidas los honores de pendencieros que son dadivosos con quienes no los evalúan ni critican sino que silencian sus descaches machistas. 


Les deseo un 2024 menos cargado de guerras, rencillas, sorpresas e incoherencias.



REFERENCIAS


Palabras de Alvaro Leyva en la condecoración de Florence Thomas, Dic 19 /2023


Gutiérrez Roa, Eber (2023) "¿Qué hizo Laura Gil para que Álvaro Leyva la sacara de la Cancillería?". El EspectadorMarzo 15


Infobae (2021). "Las 10 mujeres del año en Colombia según Florence Thomas", Dic 9


Infobae (2023). "Diferencias entre Álvaro Leyva y Laura Gil por el enfoque de género en la Cancillería podrían provocar la salida de la viceministra". Feb 22


Jaramillo-Jassir, Mauricio (2023). "¿En qué queda la Cancillería tras la salida de Laura Gil?". Razón PúblicaMarzo 19


Ortega Pérez, Gloria (2013) "A la internacionalista Laura Gil la querían en Mañanas Blu, pero muda". Sentipensantes Periodismo y AnálisisAgosto 18


Rubio, Mauricio (2023). “Machismo Petrista”. Razón PúblicaDic 10 


Thomas, Florence (2013). “El encierro de las mujeres”. El TiempoSep 10

domingo, 17 de diciembre de 2023

Trabajar gratis para una multinacional

Publicado en El Espectador, Diciembre 21 de 2023 


Por varios años disfruté el esfuerzo personal y ad-honorem asociado con comprar en Ikea. Pero esta empresa y muchas otras se desmadraron con una variante, que ya incomoda e indigna, del trabajo gratuito de la clientela. 

El gigante sueco de enseres para el hogar revolucionó el mercado de muebles con la estrategia de disminuir los costos de ensamblaje y transporte de sus productos exigiéndole al comprador asumirlos parcialmente. Fundada en 1943 como venta por correo, Ikea introdujo muebles en su catálogo de 1952. Un empleado decidió enviar una mesa con las patas empacadas por debajo del tablero. Así se ahorraba el último paso de la manufactura y reducía sustancialmente los gastos de envío. A su vez, fue necesario sofisticar la ingeniería para facilitarle al comprador el acoplamiento de piezas. Amoblar un hogar se convirtió en un símil de sesiones de Lego que le sumaban desafío y entretención al ahorro. Nunca me sentí explotado, ese esfuerzo voluntario era gana-gana. 


Por aquel entonces, años 2000, Ikea aún no automatizaba el pago. Las cajas registradoras seguían manejadas por empleados y no por clientes sin contraprestación. La primera máquina de autopago (self-checkout machine) apareció en 1986 en un supermercado norteamericano. La implantación primero fue lenta pero se tornó epidémica: hace diez años había menos de 200 mil aparatos en el mundo y actualmente ya habrían superado el millón. Ikea dio ese paso en 2005 con resultados diferentes por región. Hubo aspectos positivos para la tienda, como el ahorro de espacio y personal pero también costos como el aumento de fraudes. Muchos consumidores rechazaron el esquema que “deshumaniza” la venta. Ikea también fue precursor del click and collect: la compra en línea con recogida del paquete en el almacén. Aquí es mayor el ahorro para la empresa, en espacio de parqueo, pero el cliente también gana. 



Desde siempre, el gigante sueco tuvo en cuenta a quienes preferían no ensamblar muebles y ofrecía ese servicio. En 2017 dejó de hacerlo al adquirir TaskRabbit, empresa norteamericana  que opera como plataforma de la gig-economy (economía del empleo temporal) eufemismo para describir al sector que busca flexibilizar el mercado laboral haciendo el cruce entre la oferta disponible de autónomos y la demanda de trabajo. Quienes predican la estricta regulación del mercado laboral tienen aquí menos argumentos que contra los servicios de entrega a domicilio en los que el trabajador depende de un sólo patrón. TaskRabbit es más asimilable a la figura del cuenta propia que opta por un horario flexible y sin jefe. 


En materia de tercerización, Amazon ha dado recientemente pasos positivos para entregar el producto. Como alternativa del envío a domicilio, ofreció primero la posibilidad de hacerlo a casilleros o lockers en espacios semipúblicos como los parqueaderos. Poco a poco extendió a los pedidos el esquema utilizado para las devoluciones -entre 5% y 15% de las compras- con pequeños comercios muy variados: kioscos de prensa, papelerías, estancos, mercerías… Esta última etapa, aparentemente artesanal, es intensiva en tecnología que favorece tanto al vendedor y al cliente como a los pequeños comercios. Es gana-gana-gana.  


Conocí a Nuria, dueña de Nu&Ca, una papelería del barrio, hace un par de años al hacer una devolución de Amazon. Mi experiencia anterior había sido en una oficina de correos con más papeleo y menos amabilidad. En aquella ocasión charlamos sobre su experiencia con el zar del comercio global. “No me deja mucho dinero pero aprendo informática y me distrae un poco”, anotó. La semana pasada volví a Nu&Ca para recoger un pedido y mi sorpresa fue mayúscula al ver el local convertido en un espacio con anaqueles llenos de paquetes para entregar al lado de una peculiar miscelánea con juguetes, cosméticos y hasta ropa femenina. Cuatro personas esperaban en la cola y una pareja salió con compras por valor de 120€, impensables en una papelería pequeña. Esta vez no hablé con Nuria, que estuvo muy atareada escaneando códigos de barras. Se veía contenta. Como si Amazon compensara con este arreglo la clientela que le quitó. 


Volviendo a las máquinas de autopago, cabe esperar que su implantación en Latinoamérica sea más lenta que en el mundo industrializado. Los avances tecnológicos en el comercio colombiano siempre han tardado. Por ejemplo, todavía en 2002, un pedagógico reportaje buscaba convencer a los tenderos que una caja registradora “le garantiza mayor seguridad y le puede ayudar con su contabilidad”. Las antipáticas máquinas self-checkout se empiezan a anunciar en el país y han sido adoptadas por unas pocas multinacionales, como Ikea. A diferencia de la mayoría de avances tecnológicos que desplazan mano de obra pero aportan otras ventajas, aquí se trata de una burda y abusiva transferencia de ingresos del trabajo al capital. Nada más apropiado que el gobierno del cambio para prohibirlas por razones distributivas. 



REFERENCIAS



Banerjee, Rajarschi (2020). “The Changing Face of Retail: Digital Transformation at IKEA- Part II”. CMO March 31


Banerjee, Rajarschi (2020). “The Changing Face of Retail: Digital Transformation at IKEA- Part IV”. CMO, May 20


ET ( 2002). “La Registradora: Una buena ayuda en el negocio”. El Tiempo, Abril 1 


HD (2019). “Coming Full Circle: Revolutionary Ideas In Grocery Shopping”. History Daily, June 3


IKEA Life at Home. A better everyday life


NL (2023) “El mercado colombiano ya está listo para las soluciones de autopago en almacenes y tiendas comerciales”. ItNewsLat Jul 18



PYMNTS (2019). “How TaskRabbit, With IKEA, Is Reshaping The Gig Economy”, Oct 18

martes, 12 de diciembre de 2023

Una fraternidad bien machista

Publicado en El Espectador, diciembre 14 de 2023

La nueva hermandad de Gustavo Petro con jeques árabes, arquetipos globales de la oligarquía y las desigualdad, es tan misteriosa como patriarcal.


Un punto clave de la agenda colombiana en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) que tuvo lugar este mes en Dubai era insistir en la urgencia de que los países ricos dependan menos de los combustibles fósiles. 


La agenda paralela, que no oculta, del primer mandatario era seguir acusando a Israel y a sus aliados por el “genocidio” del pueblo palestino. Para eso machacó que los movimientos migratorios de los oprimidos del sur hacia el privilegiado mundo desarrollado son resultado del cambio climático. Y que la guerra actual en Gaza es la antesala de lo que el bárbaro poder militar occidental “desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por la crisis climática quedemos sin agua”. 


Como buen demagogo, Petro recurrió al fantasma del nazismo. Sobre la emigración por falta de agua advirtió que “Hitler está golpeando los hogares de la clase media europea y norteamericana”. También recordó que políticos y fanáticos de derecha acaban aliándose: “la proyección de la crisis climática y el actual genocidio al pueblo palestino, ¿están desconectados? Lo que vemos en Gaza es el ensayo del futuro”.


A pesar de que la preocupación por el impacto del calentamiento global sobre los marginados del sur sugeriría dialogar con representantes de los países responsables de causarlo, según el registro tuitero de la visita a Dubai, la prioridad del mandatario colombiano fue establecer contacto con los jeques árabes, principales productores de los combustibles cuyo consumo debería disminuir. 




Se reunió con el Jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, jefe de Estado de Emiratos Árabes Unidos y también con el Emir de Qatar, Jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, con quien discutió la posibilidad de un tratado de libre comercio. El líder histórico que ocasionalmente promueve, ¿o promovía?, el decrecimiento busca “un gran frente de inversiones árabes en Colombia” que no se limite a la desprestigiada y dañina esfera económica. Espera “una fuerte alianza entre Colombia y el mundo árabe. Para ellos soy su hermano. Hermanos somos en la historia”.


Sorprende que alguien tan inclinado a platicar sólo con quienes comparten su ideología, acoja esa súbita fraternidad con soberanos en las antípodas de un mandato presidencial autoproclamado formalmente feminista y anti patriarcal. En su Programa de Gobierno, Gustavo Petro le prometió a las mujeres “saldar la deuda de representación política, igualdad y autonomía económica frente al hombre” y anunció que ellas ocuparían por lo menos la mitad de “todos los cargos públicos en todos los niveles y las ramas del poder”. 

 

En 2021, Human Rights Watch (HRW) publicó un informe sobre la situación de la mujer en Qatar. Allí se analizan no sólo costumbres opresivas y misóginas  sino leyes que legitiman una supuesta superioridad masculina. HWR anota que “las mujeres en Qatar deben obtener permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas gubernamentales, trabajar en muchos puestos gubernamentales, viajar al exterior hasta determinadas edades y recibir algunas formas de atención de salud reproductiva”.


En el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, con dudas por pagos por debajo de la mesa para obtener la sede, la concentración de observadores y periodistas foráneos incrementó las críticas a las limitaciones de los derechos de las mujeres -que debían respetar las leyes religiosas impuestas y ceñirse al pudor de la indumentaria para asistir a los estadios- y de la población LGBT, que debía evitar comportamientos reveladores de homosexualidad. También se destacó el maltrato, a veces letal, a los muchos trabajadores inmigrantes: varios miles de ellos habrían muerto de calor en la construcción de los estadios. Gianni Infantino, presidente de la FIFA salió a defender a las autoridades locales, a señalar que “es hipócrita que Occidente dé lecciones de moralidad” y a denunciar una campaña de desprestigio inusual en este tipo de eventos.  


Para los Emiratos Árabes Unidos el mismo HRW publica otro informe. Señala que, sin desconocer algunos avances en la situación de la mujer, persiste una gran discriminación legal. “Las leyes todavía otorgan a los hombres la autoridad de tutor sobre las mujeres y algunas lagunas jurídicas permiten sentencias reducidas para los hombres que matan a una familiar”.


Hay evidencia de la capacidad de los petristas para declararse anti patriarcales y feministas pero, simultáneamente, mostrar actitudes y comportamientos profundamente irrespetuosos de los derechos femeninos (Ver “Machismo Petrista” en Razón Pública). 



Sin embargo, es inevitable preguntarse qué busca Petro llamando tanto la atención sobre su nueva hermandad con jeques árabes en franca contradicción con dos de sus principales banderas: el cambio climático y la igualdad de género. La respuesta podría estar por el lado de su última y explícita obsesión: promover el apoyo al “pueblo palestino”, eso sí, sin criticar a Hamás. 


REFERENCIAS


Garzón, Camilo Andrés (2023). “Petro en la COP 28: Sancocho ideológico que une Gaza y cambio climático”. La Silla Vacía, Dic 1 


HRW (2021) “UAE: Greater Progress Needed on Women's Rights”. Human Rights Watch, March 29


HRW (2021) “Everything I Have to Do is Tied to a Man. Women and Qatar’s Male Guardianship Rules”. Human Rights Watch, March 29


Rubio, Mauricio (2023). “El descalabro de un mitómano sectario”. El Espectador, Nov 2. Blog personal


Rubio, Mauricio (2023). “Machismo Perista”. Razón Pública, Dic 10 

sábado, 2 de diciembre de 2023

La infancia de la corrección política

 Publicado en El Espectador, Diciembre 7 de 2023


De manera errónea se asimilan las expresiones cautelosas para no ofender a ciertos grupos a una extensión del marxismo, pero su origen se podría vincular a la gran guerra 1914-1918. 


En el centro de esa confusión está Antonio Gramsci cuyas ideas, empaquetadas en el llamado marxismo cultural, invadieron las universidades norteamericanas y el comunismo europeo en los sesenta. También contribuyó al desacierto la Escuela de Francfort, corriente académica cuyos miembros de origen judío, como Herbert Marcuse y Eric Fromm, abandonaron la Alemania nazi para refugiarse en EEUU. 


El movimiento contracultural norteamericano posterior fue una reacción a la guerra de Vietnam, pero la corrección política, ese “antitradicionalismo militante, negación del pasado y entronización del subjetivismo, es producto del trauma (causado por) la Primera Guerra Mundial”. 



Stefan Zweig anota que “toda una generación de jóvenes había dejado de creer en los padres, en los políticos y los maestros; leía con desconfianza cualquier decreto, cualquier proclama del Estado. La generación de la posguerra se emancipó de golpe, brutalmente, de todo cuanto había estado en vigor hasta entonces y volvió la espalda a cualquier tradición, decidida a alejarse de todos los pasados… Por el simple gusto de rebelarse se rebelaban contra toda norma vigente”. Hasta el punto que en el sistema educativo los alumnos “controlaban a los maestros e invalidaban los planes de estudio porque debían y querían aprender sólo aquello que les venía en gana”. 


Esa total liberación y superación del pasado opresor surgió a raíz un insólito entusiasmo inicial seguido por el súbito y espantoso polo a tierra que impuso la guerra más sangrienta de la historia. “Nunca olvidaré las multitudes guerreras que entraron en Downing Street mientras el Gabinete deliberaba sobre la alternativa de paz o guerra... multitudes de jóvenes manifestaban a favor de la guerra contra Alemania” declaró el Primer Ministro británico en Agosto de 1914. 


Testimonios similares se tienen de Berlín, París, San Petersburgo o Viena en dónde hordas juveniles se reunían eufóricas para celebrar la declaración de hostilidades entre países supuestamente civilizados. Incluso el activismo progresista dio ese paso. Emmeline Pankhurst, destacada sufragista, “después de una notable y muy radical campaña por los derechos de las mujeres, que incluyó huelgas de hambre, incendios provocados y roturas de ventanas, pasó de un programa reformista a un nacionalismo reaccionario de extrema derecha tan pronto estalló la guerra”.


La sorpresa fue mayúscula puesto que Europa estaba más integrada que nunca en comercio, comunicaciones y transporte. La democracia ya era el eje en la mayoría de las constituciones. Se creía que en un continente tan interconectado era impensable una confrontación bélica, y mucho menos que se recibiera con entusiasmo. “En aquellas primeras semanas de guerra de 1914 se hacía cada vez más difícil mantener una conversación sensata con alguien. Los más pacíficos, los más benévolos, estaban como ebrios por los vapores de sangre” recuerda Zweig. 


Se esperaba que la guerra durara poco y para Navidad las familias se reunieran como siempre. Pero el crecimiento económico previo con gran avance tecnológico militar “convirtieron aquel conflicto bélico en una larga y colosal matanza”.


Un giro también inesperado fue que los entusiastas de la guerra no pudieron sobrellevar el traumatismo posterior. Se declararon engañados por el sistema tradicional manipulado por ancianos. Buscaron chivos expiatorios para tranquilizar conciencias y emprendieron la reacción contracultural en la que germinó la corrección política tras el armisticio. La incapacidad para asimilar el desastre se tradujo en amnesia selectiva. Los promotores del ánimo belicoso mutaron a víctimas. “Esta renuncia a asumir las consecuencias de sus actos… constituye el primer episodio de una afección exclusiva de Occidente que es consustancial a la corrección política: la infantilización”. El júbilo se transformó en una cascada de reacciones pueriles y una desenfrenada manipulación de la realidad. 


La contracultura surgida décadas después de otra guerra, la del Vietnam, fue una sofisticación de este primer episodio de deformación de los hechos y evasión de responsabilidades que reemplazó la conciencia de clase por la identitaria cuya principal característica es no haber logrado decantar la coherencia interna, por exceso de minucia y complejidad. 


Se impuso la noción de que para garantizar derechos se deben tener en cuenta las diferentes identidades que, por efecto de la interseccionalidad, adolecen de “innumerables ejes de división: raza, sexo, clase, sexualidad, identidad de género, religión, salud mental, tamaño corporal…” y un infinito etcétera.  


Así, la corrección política adquirió una dinámica propia que es “intrínsecamente incoherente (pues) genera de manera constante nuevas reglas contradictorias entre sí… Estas reglas, lejos de desaparecer gradualmente, se dividen y multiplican en un proceso de mutación sobre el que la sociedad apenas tiene control”. Todos, todas, todes, todXs… acabamos sufriendo la nueva policía de la moral, las costumbres y el lenguaje. Entretanto, los conflictos, guerras y violencias, siguen estallando, aunque ya prácticamente nadie los celebre.


REFERENCIAS


Benegas, Javier (2020). La Ideología Invisible. Claves del nuevo totalitarismo que infecta a las sociedades occidentalesMadrid: Disidentia 


Konrad, Maximilian (2015). "The European War Enthusiasm of 1914 en Lakitsch, Reitmair, Seidel (eds.) Bellicose Entanglements 1914 – The Great War as a Global War, Wien 15-42.


Maloy, Terje (2018) "Propaganda in World War I, an Illustrated Account". Midt i Fleisen, Nov 12


Wasserman, Moisés (2023). "Identidades: atrás como cangrejo". El Tiempo, Dic 1


Zweig, Stephan (sf). El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Acantilado