sábado, 17 de diciembre de 2022

El conflictivo pesebre francés

 Publicado en El Espectador, Diciembre 15 de 2022


Siempre he admirado el laicismo francés, salvo al acercarse Navidad cuando sale a flote una faceta absurda, discriminatoria y débil ante el activismo. 


Este año el Consejo de Estado confirmó la prohibición de poner un pesebre en el espacio público de Beaucaire, un pequeño pueblo provenzal. Desde hace varios años este municipio, junto con Béziers, un poco al oeste, desafían la orden de no armar pesebres: sus tercos alcaldes los siguen haciendo. Hace dos años, el Tribunal Administrativo del departamento ordenó que no se instalara ninguna decoración, pero el municipio apeló la decisión alegando que el arreglo no era propaganda religiosa sino una manifestación con “carácter cultural, artístico o festivo”.





Hasta hace pocos años la alcaldía de París exhibía un pesebre frente al ayuntamiento. Fue al comenzar la década pasada que se intensificó la polémica alrededor de los símbolos religiosos. El debate jurídico ha sido intenso. Un tribunal administrativo considera que se trata de algo “desprovisto de cualquier significado religioso cuando se instala temporalmente, por fuera de los lugares de culto durante la época de Navidad”. Otra sentencia aclaró que así sea “reproducción exacta de la escena del nacimiento de Jesus de Nazareth descrita en el evangelio según Lucas y tenga un significado religioso, si es una exposición enmarcada en animaciones culturales organizadas durante las fiestas de Navidad, un pesebre no se puede considerar algo que reivindique los símbolos de la religión cristiana”. Una historiadora resume la situación. Aceptando que es innegable su origen cristiano, “lo cierto es que hace tiempo que ha ido más allá del ámbito religioso. Es una tradición, un rito de fin de año para muchas familias, cristianas o no”. 


A pesar de lo anterior, las demandas judiciales contra los pesebres aumentaron. En 2010, por primera vez, el tribunal administrativo de Amiens anuló una decisión del consejo municipal sobre la instalación de un pesebre en la plaza principal de la ciudad. Al año siguiente surgieron controversias en la capital. En 2013 el arreglo en una estación de trenes fue tapado. En 2014 la polémica se intensificó pues la decisión de instalar un arreglo fue impugnada y el conflicto generó sentencias contradictorias que llevaron al primer pronunciamiento restrictivo del Consejo de Estado: se debían respetar "las disposiciones constitucionales y legislativas que garantizan el principio de laicidad”. Se retomaba una ley de 1905, en la que se apoyaron varios gobernadores de departamento para prohibir pesebres en sus municipios. La respuesta fue doble: rechazar la interdicción y aparición de nuevos pesebres en pueblos donde no se hacían.  Según una encuesta de diciembre de 2014, el 71 % de la población francesa estaba “más bien a favor” de la presencia de pesebres navideños en edificios públicos.


El movimiento anti cristiano no surgió sólo en Francia. En 2013, en un distrito de Berlín, el gobierno local quiso dar nombres neutrales a las festividades. El mercado navideño pasó a llamarse “Winterfest”. Ese mismo año, en un condado de Australia, un gobierno local prohibió exhibiciones para Navidad o Semana Santa al considerarlas "demasiado ofensivas”. En 2012, el Mercado de Navidad de Bruselas pasó a llamarse "Plaisirs d’Hiver”. Un año antes, en Ontario, Canadá, una escuela pública anuló el espectáculo de Navidad y lo reemplazó por un concierto de invierno en febrero. También en 2013 la Consejería de Educación de la provincia española de Asturias envió una circular a los colegios pidiéndoles eliminar términos excesivamente religiosos como Navidad y Semana Santa para referirse a las vacaciones escolares. Una asociación de padres católicos calificó esto de “ataque estúpido” y vaticinó que la gente seguiría usando los términos de siempre.


A raíz de la iniciativa de algunos profesores de escuelas públicas italianas que cancelaron los villancicos de final de año, los padres de familia protestaron. Entre ellos estaba  el presidente de la Confederación de Marroquíes en Italia: “nuestros niños siempre han celebrado la Navidad. Condenamos esta instrumentalización de la presencia islámica”. A pesar de eso, se construyen cada vez menos pesebres en las escuelas y los villancicos fueron reemplazados por "himnos a la paz y la igualdad”. Pero los padres que “valoran la tradición y reivindican sus valores y su identidad” obtuvieron en 2015 la dimisión de un alcalde que quería “descristianizar” las celebraciones de fin de año. 


En otras partes del mundo la tendencia es la opuesta. Por el creciente número de estudiantes matriculados en universidades extranjeras, en la China las celebraciones cristianas del fin de año han ganado terreno, a pesar de la férrea oposición del gobierno. En Turquía, donde más del 99% de la población es musulmana se adoptó una variante navideña, la del Noel Baba. 


La pregunta que queda abierta es por qué se intensificó la cruzada anti cristiana al iniciarse la década pasada. Mi conjetura para Francia es que en eso jugó un papel el activismo promotor del “matrimonio para todos”. 

lunes, 12 de diciembre de 2022

Obama, la SOPA y los hackers

 Publicado en El Espectador, Diciembre 15 de 2022

La represión irracional y fanática no siempre es de derecha. Un caso ilustrativo es el de la persecución generada por la paranoia con los hackers de Barack Obama, líder demócrata. 


Uno de los mitos que desmontó la guerra de Ucrania fue el de los piratas informáticos rusos que, según los expertos en ciberseguridad, representaban una terrible amenaza para la democracia norteamericana. Poco después de la invasión ordenada por el presidente Vladimir Putin, sus hackers mostraron que, como en todos los países del mundo, son una mezcla de activismo antisistema, voluntarismo ideológico y actos delictivos. Estas acciones, sin embargo, rara vez buscan sabotear gobiernos extranjeros: están dirigidas contra el poder local. Así, durante 2022, afiebrados informáticos, “saquearon datos financieros de personas en Rusia, vandalizaron sitios web y transfirieron a activistas del extranjero los correos electrónicos secretos del gobierno ruso de varias décadas… se difundieron más contraseñas y datos sensibles de Rusia que de ningún otro país del mundo”. Si eso ocurrió en medio de un enfrentamiento  bélico entre Rusia y las democracias occidentales, resulta difícil tomar en serio la pretensión de que esos mismos jóvenes gastaron recursos y energía en querer alterar, por ejemplo, el resultado de las elecciones en los EEUU unos años atrás. 



El gran logro del genial hacker Aaron Swartz para tumbar la aprobación de la censura a Internet agazapada en la SOPA (Stop Online Piracy Act) fue desactivar los miedos irracionales de los políticos sobre los peligros de Internet, en donde, imaginaban, podía ocurrir cualquier desgracia. Uno de esas paranoias ha sido, precisamente, la de misteriosos piratas foráneos obstinados en sabotear, desde Rusia, procesos electorales en los EEUU. 


A finales de 2016, cuando Hillary Clinton perdió la elección presidencial ante Donald Trump, culpó de su fracaso a la más estrambótica de las alianzas: FBI con hackers rusos. Poco después de su revés, ante un foro de mujeres, la contrariada demócrata destacó el final de la campaña, cuando James Comey, director del FBI, envió una carta al Congreso revelando que la agencia federal había sabido de la “existencia de emails del servidor que Clinton usó como secretaria de Estado”.


Clinton también atribuyó su fracaso a Wikileaks que había filtrado correos electrónicos del jefe de campaña, John Podesta, supuestamente robados por piratas informáticos rusos. Esos mismos hackers, además, habrían actuado de manera coordinada con Vladimir Putin quien, según ella, “interfirió en nuestras elecciones, y que lo hizo para hacerme daño y ayudar a nuestro oponente”. Esa supuesta alianza estratégica entre el gobierno ruso y los ciberpiratas del mismo país es justamente la fábula que desbarató la guerra de Ucrania. 


Ante la derrota frente a Trump, el presidente Barack Obama no le hizo eco a su ex Secretaria de Estado a pesar de que, un año antes, él mismo manifestaba su preocupación con los hackers y la necesitad de combatirlos. Se trataba de un flagelo que no desaparecería sino que se agudizaría. Se quejaba del sistema informático estatal norteamericano por vetusto y vulnerable. 


La realidad que silenciaron tanto Obama como Hillary Clinton es que en su staff  había varios abogados de la industria del entretenimiento a favor de endurecer los derechos de propiedad intelectual y por lo tanto decididos antihackers. Sus dos funcionarios más importantes, Joe Biden y la Secretaria de Estado, fueron particularmente activos; ella estaba especializada en propiedad intelectual. Cuando cayó la SOPA, la administración Obama buscó revivirla, convirtiendo la transmisión de información con copyright en delito grave. De hecho, fue bajo esa presidencia que se agudizó el acoso a los hackers.


En su discurso del Estado de la Unión en 2015, Obama anunció el endurecimiento de las penas por atentar contra la seguridad en la red. Franquear con tecnología una barrera de acceso, o sea hackear un sistema informático, dejó de ser un delito menor para convertirse en crimen grave con penas entre 3 y 10 años. Se buscaba legalizar lo que los organismos de seguridad ya hacían con maromas y manipulación de pruebas. Barret Brown, periodista especializado en la privatización del espionaje, alcanzó a enfrentar cargos que sumaban penas por más de 100 años. Jeremy Hammond, programador y músico, fundó un sitio web de capacitación en seguridad informática. En 2013, tras colarse en el sistema de una empresa de espionaje privada, fue condenado a 10 años de prisión por fraude. La persecución al grupo Anonymous durante la administración Obama fue implacable. 


Un fiscal envuelto en el acoso al más eficaz e incómodo de los genios informáticos anotó con claridad. “Sabemos que tienen el poder para desafiar al establecimiento y usaremos el ejemplo de Aaron Swartz para asustar a la mayoría de ustedes”. Conviene reiterar que esta fanática represión no sucedió bajo el arbitrario y delirante republicano Donald Trump sino durante la administración del progresista y demócrata Barack Obama.


https://www.washingtonpost.com/news/the-switch/wp/2013/08/05/sopa-died-in-2012-but-obama-administration-wants-to-revive-part-of-it/

https://hipertextual.com/2012/01/sopa-forzara-a-obama-a-elegir-entre-sillicon-valley-y-hollywood

https://www.lavanguardia.com/internacional/20170503/422235722502/clinton-elecciones-eeuu-fbi-hackers-rusos.html

https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-guerra-en-ucrania-rompe-otro-mito-el-poder-de-los-hackers-rusos-al-servicio-del-kremlin-nid01052022/

https://www.eleconomista.es/telecomunicaciones-tecnologia/noticias/6775185/06/15/Obama-says-US-needs-to-aggressively-bolster-defences-against-hackers.html

martes, 6 de diciembre de 2022

Guerrilla contra la SOPA

Publicado en El Espectador, Diciembre 8 de 2022


El sistema judicial norteamericano es menos flemático y democrático que el inglés. A veces se ensaña con particular sevicia contra quienes desafían al establecimiento. Tal fue el caso de Aaron Swartz, el prodigioso hijo de internet. 


En enero de 2013 fue hallado muerto en su apartamento de Brooklyn un genio de los hackers dedicado a promover el libre acceso a la información en la red. Este brillante programador, emprendedor, escritor y activista no soportó la implacable persecución montada en su contra por los fiscales que manufacturaron un vergonzoso expediente para acusarlo penalmente. Terminó suicidándose. Con 13 cargos criminales obscenamente manipulados,  enfrentaba una pena de 50 años y una multa millonaria. 


Casi niño, participó en el desarrollo del formato RSS para intercambio de archivos y colaboró en el diseño de Creative Commons, una organización sin ánimo de lucro para promover el intercambio gratuito de conocimiento digital. También participó en la arquitectura inicial de Open Library una base de datos colaborativa y gratuita. 


Una de las obsesiones de Swartz fue lograr acceso libre a la información de dominio público, algo que no siempre ocurre. Un caso aberrante contra este principio básico es el PACER (Public Access to Court Electronic Records), un sistema de pago para leer los registros enviados de oficio por las Cortes Federales que definen la jurisprudencia. De manera ilegal, cobran 10 centavos de dólar por página. Un abogado montó un esquema para reciclar esta información: quien hubiera pagado la transmitía para ser almacenada y luego libremente consultada. Bajo presión, el gobierno puso PACER gratuito en 17 bibliotecas. Swartz mejoró un programa para bajar material automáticamente. Pronto se habían almacenado 20 millones de páginas de acceso gratuito. A mediados de 2009 explicó en el NYT lo que había hecho y el FBI empezó a vigilarlo. 


Fue invitado a aprender la mecánica de la actividad legislativa en el Capitolio y amplió el abanico de causas por las que debería luchar. Comenzó a usar el hackeo con fines políticos, en particular, cómo organizar a la gente por internet. 


Muy conocido y respetado en el entorno de los programadores, se volvió famoso en los medios por sus incursiones en los archivos del JSTOR, un sistema de almacenamiento en línea de publicaciones académicas. A finales de 2010 logró descargar a su computador portátil el 80% de esa base de datos desde un sótano del MIT. Estas acciones llevaron a su detención, a pesar de que la parte afectada manifestó tener un acuerdo con él y no estar interesada en perseguirlo. 


Es probable que a la tirria de los fiscales hubiera contribuido el Manifiesto por la Guerrilla del Acceso Abierto que Aaron escribió años antes, invitando a la lucha. “La información es poder. Pero como todo poder, hay quienes quieren mantenerlo para ellos mismos… compartir no es inmoral, es un imperativo moral. ¿Te unirás a nosotros?”. 


Encima, Swartz había mostrado capacidad para superar la retórica. Su más contundente victoria fue parar la SOPA (Stop Online Piracy Act) el mayor atentado contra la libertad de expresión en la red camuflado en una ley supuestamente orientada a detener la piratería informática. En una magistral combinación de sus obsesiones y habilidades Aaron orquestó un cambio masivo de la opinión pública contra ese esperpento legislativo. Millones de personas se dirigieron por correo electrónico y redes sociales a sus congresistas para frenar una iniciativa apoyada por el establecimiento económico, político y burocrático que ya estaba prácticamente aprobada por fuera del debate público. 



El asunto empezó en 2010 con el proyecto de ley COICA (Combating Online Infringement and Counterfeits Act) presentado por el comité judicial y apoyado por todos los congresistas, republicanos y demócratas. Quienes votarían a favor lo habían respaldado con su firma, las grandes empresas de internet hicieron poco pues no arriesgaban mucho. Swartz tenía experiencia en peticiones en línea y organizó varias listas pidiendo pasar la voz y mensajes a los políticos. La primera semana se recogieron 100 mil firmas, a la tercera ya iban 300 mil pero el proyecto fue aprobado por unanimidad. 


Por casualidad el finiquite del proceso se detuvo y se retrasó un par de años. Al retomarlo se transformó en SOPA. En ese lapso todos en la industria buscaron cómo ayudar y los congresistas por fin comprendieron y revelaron su principal miedo: creían que en internet podría suceder cualquier cosa desde lanzamiento de misiles hasta tráfico de menores. En las nuevas discusiones el ambiente ya había cambiado. Dejó de ser aceptable no entender cómo funciona internet. Quedó al desnudo la prevención irracional de los legisladores. Los republicanos comunicaron que ya no aprobaban la censura, la Casa Blanca los siguió y por último se unieron los demócratas. Se reportó una caída en Wikipedia, luego en Reddit y también en Craiglist. Quienes apoyaban la iniciativa se retractaron pidiendo disculpas. 


Una guerrilla desarmada volteó la moda de tragar SOPA sin saber de qué es. Pero sabuesos y fiscales envalentonados continuaron acosando sin control. 


Cómo detuvimos SOPA

El hijo de internet 

Guerrilla Open Access Manifesto



lunes, 28 de noviembre de 2022

Otra víctima de la violencia política

Publicado en El Espectador, Diciembre 1 de 2022


Después de firmar con Irene Montero, ministra de Igualdad española, un memorando de entendimiento contra la discriminación, la vicepresidenta colombiana Francia Márquez declaró que así se garantizará “la equidad entre todas las identidades de género”. 




Lo que no tuvo en cuenta la vice es que la credibilidad de la célebre política feminista está en caída libre a causa del impacto inicial y contraproducente de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual, mejor conocida como ley del 'solo sí es sí’. En una lamentable y soberbia reacción la Montero responsabilizó al machismo que "puede hacer que haya jueces que apliquen erróneamente la ley o que la apliquen de forma defectuosa… hay jueces que no están cumpliendo la ley… Vamos a reforzar la formación a todos los operadores judiciales para que ese machismo no lleve a comprometer la imparcialidad de los sistemas de justicia”. 


En el pleno del Congreso, Carla Toscano, diputada de Vox, le reprochó a la ministra el insulto a toda la judicatura, sin siquiera tener en cuenta que los casos de violencia sexual los resuelven en su inmensa mayoría juezas, no jueces. “Hay que tenerla de cemento armado para insultar a profesionales que han pasado años estudiando derecho y una oposición, cuando el único mérito que tiene usted es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. 


Aunque quien presidía la sesión parlamentaria propuso no registrar el procaz comentario, la Montero solicitó lo contrario, “que se incorpore al diario de sesiones la violencia política, que se está ejerciendo en este momento… para que se pueda saber que las feministas y las demócratas somos más y les vamos a parar los pies a esta banda de fascistas”. 


Carmen Herrarte, concejala de Ciudadanos en Zaragoza, tuvo una percepción de la Montero aún más contundente que la opinión de Carla Toscano. “Está donde está porque la ha fecundado un macho alfa”, anotó. No era la primera vez que los reparos a la misma ley se descalificaban por machistas y luego venía una irónica alusión al reino animal. 


En marzo de 2020 hubo tensiones dentro del gobierno por el anteproyecto elaborado por el Ministerio de Igualdad. Pablo Iglesias, esposo de la Montero, anotó que en las "excusas técnicas" señaladas al texto había “mucho machista frustrado”. La entonces portavoz parlamentaria del Partido Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, anotó que “no me puedo imaginar mayor humillación, condescendencia y machismo. La señora Montero es la mujer más humillada de la política española”: su marido, el vicepresidente, había “salido cual macho alfa a defender a su hembra de un colega de un ministerio”.




En aquella ocasión la ministra de Igualdad se refirió de manera despectiva a su adversaria recordándole que era la viva prueba de la existencia de clases sociales en España pero que, viniendo de un medio favorecido, no le habían enseñado “educación ni respeto”. La tolerancia con las alusiones al machismo dentro de su pareja ha descendido tanto como su popularidad. Ahora se auto proclama víctima de la “violencia política” ejercida por la “banda de fascistas”, calificativo con el tranquilamente se refiere a sus colegas. 


Por su lado, el energúmeno cónyuge nada que aprende la lección que quiso darle la implacable opositora del gobierno socialista: cual macho alfa continua insultando no solo a quien manifiesta un desacuerdo con su mujer sino a quien no la reconoce como víctima. “La tensión mayor en esta crisis no se ha vivido con los socialistas, sino dentro de UP (Unidas Podemos), con el durísimo ataque de Pablo Iglesias a Yolanda Díaz, a la que tildó de cobarde, miserable y estúpida por no defender a Montero”.


El desacierto con la judicatura requirió control de daños urgente del gobierno socialista. La ministra de Hacienda anotó que habría que estudiar una eventual reforma de la ley porque el efecto buscado no era el que se estaba produciendo sino todo lo contrario. Igualdad reviró que la ley era intocable. La asociación Jueces para la Democracia, que difícilmente puede calificarse de reaccionaria, consideró inaceptable no haber previsto como consecuencia la reducción de penas y que “se arremeta contra los jueces/zas tachando sus decisiones como justicia machista o considerando que se trata de una aplicación defectuosa de la ley”. 


Lo más irónico del caso es que la posibilidad de reducir la sanción a violadores proviene del hecho que la ley, inspirada en el lema “no es abuso, es violación”, fusionó varios tipos penales que tenían penas mínimas diferentes. Es precisamente la manía de irrespetar la doctrina penal, que históricamente ha tipificado de manera minuciosa las conductas punibles, lo que pretende seguir haciendo la Montero al declararse damnificada por la violencia política cuando la indigna un chiste machista.  Francia Márquez debería ir a España a explicarle a UP lo que es una verdadera víctima.  



martes, 22 de noviembre de 2022

El decadente monarca de izquierda

Publicado en El Espectador, Noviembre 24 de 2022


Algunos líderes autoritarios de izquierda tienen una vida útil cada vez más corta. Los que desafían esa dura realidad se tornan patéticos.


Hace unos días el cantautor español Joaquín Sabina causó revuelo al confesar que “ya no soy tan de izquierdas porque tengo ojos y oídos para ver lo que está pasando”. Remató anotando que “la deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón justamente por haber sido tan de izquierdas”.





Aunque justificó su viraje mencionando el “fracaso feroz del comunismo” y la deriva de esta ideología en América Latina es imposible que en su diagnóstico no hayan influido las recurrentes pataletas de Pablo Iglesias, volátil gurú del socialismo indignado y extremo, además de fundador y cuasi propietario del simil de partido político llamado Podemos. 


“Lo personal es político” podría ser el principal eslogan ideológico heredado de los movimientos feministas de la segunda ola. Para el polémico profesor universitario y luego caprichoso, autoritario y buscaplueitos líder Iglesias la consigna más adecuada sería la inversa: lo político es un asunto personal y privado, que maneja a su antojo. Así como para los muchos corruptos del mundo la política es un negocio para enriquecerse hay otros para quienes el nombre del juego es levantarse lo que se atraviese, en sus términos. 


En “Aquí mando yo. Historia íntima de Podemos” el periodista Luca Constantini relata el recorrido de Pablo Iglesias desde sus épocas activistas de estudiante universitario, hasta el declive de su conflictiva carrera política “indisolublemente asociada a las mujeres con las que ha tenido 'rollo'. Desde sus años de Erasmus en Bolonia hasta su relación con la número dos de su propio partido, Irene Montero, los "líos de faldas" son un elemento determinante de la experiencia Podemos”. Al cambiar de pareja, favorecida y mimada, busca aislar a la anterior, incluso hundirla y hacer públicos sus desacuerdos.


Con Dina Bousselham, su asistente en el Parlamento Europeo, tuvo una relación confusa que terminó mal: ella denunció el robo de su teléfono, que estaba en poder de Iglesias. Se demoró varios meses en devolverlo y luego explicó que era para protegerla. Cuando terminó su relación con Tania Sánchez, ella perdió cualquier relevancia en Podemos. “De la noche a la mañana sus intervenciones dejaron de importar y fue enviada al ‘gallinero’ del Congreso, detrás de una columna”. Cuando aún salía con Tania conoció a Irene Montero, a quien pronto le ofreció que si ganaba las elecciones sería su vicepresidenta. Se casaron, tuvieron tres hijos y en este momento ella se siente tan insegura que monta continuamente escandalosas escenas de celos en el ministerio de la Igualdad. 


Su último conflicto es con la vicepresidenta segunda y ministra de educación Yolanda Díaz con quien Iglesias prácticamente no habla desde octubre de 2021. “Ni una reunión, ni un café, ni una comida, ni una cena. Apenas algunos mensajes. Solo se han visto dos veces en el último año, cuando han coincidido rodeados de gente en un par de eventos públicos… La división es tan profunda como probablemente irreparable”. 


A finales de 2020 Yolanda Díaz quería renunciar al cargo de ministra, dejar la política y regresar a su Galicia natal para dedicarle más tiempo a su hijo. Pablo Iglesias la disuadió y tres meses después anunció que dimitía como vicepresidente para ser reemplazado por ella. También la postuló como futura candidata socialista para la presidencia. El pequeño detalle que ocultó es que su sucesora seguía pensando en dejar la política y que la estaba lanzando al ruedo sin consultarlo con ella. “Sabía que no podía decírselo a Yolanda. De hecho, si se lo hubiera comunicado no me habría dejado hacerlo” admitiría después. Ella se enteró por la prensa de la decisión que él tomó sin su permiso. Su equipo cercano la convenció de que aceptara. Decidió entonces apartarse de la influencia y supuesta protección del dominante colega. 


En síntesis, Podemos es para Iglesias un coto de caza personal en el que hace y deshace a su antojo sin que nadie se atreva a contradecirlo, incluso cuando dice sandeces. Hace unos años, con la mayor tranquilidad, proclamó en una entrevista con el psicoanalista argentino Jorge Alemán que “los hombres feministas follan mejor”. Tratando de controlar el ridículo se refirió a  “un dicho entre los sectores más gamberros del feminismo”. Su verdadera intención, concluyó, era ilustrar que “puede existir una masculinidad feminista”. Da grima pensar que semejante personaje pueda tener todavía cierta influencia no sólo dentro de la izquierda española sino latinoamericana. 


Como acertadamente se preguntaba Carolina Sanín sobre Podemos, “¿es una especie de franquicia de la demagogia? ¿Una especie de MacDonald's de la política, instalable en cualquier lugar del mundo, con el combo de las cuatro o cinco consignas?”. 

domingo, 13 de noviembre de 2022

Alcahuetas de Su Majestad

 Publicado en El Espectador, Nov 17 de 2022


Los servicios de inteligencia españoles malgastaron ingentes fondos para satisfacer los caprichos de un macho alfa insaciable. 


Narcis Serra es un político socialista español, alcalde de Barcelona y ministro de Defensa de Felipe González entre 1982 y 1991. Hace un par de semanas admitió en una entrevista haber autorizado que el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) contribuyera a “ocultar los devaneos” del entonces rey Juan Carlos I. Reconoció que con fondos públicos se alquilaban casas para que Su Majestad tuviera citas clandestinas con sus amantes. 


“No me arrepiento” dijo con desparpajo. “Cuando se tienen responsabilidades altas, hay muchas decisiones difíciles y en aquel momento, sobre todo después del 23F -intento fallido de Golpe de Estado de Febrero 23 de 1981- yo creía que había que ayudar a apuntalar totalmente la figura del Rey”.




La alcahuetería real no fue un gasto despreciable para el CESID. Mantenerle nidos de amor al entonces monarca era un propósito costoso, por calidad y cantidad. En 2017 la revista colombiana Semana titulaba “Juan Carlos I de España habría tenido más de 5.000 amantes”.


En asuntos de cuernos, los medios anglosajones son menos condescendientes que los hispanos. “Juan Carlos I ha estado siempre obsesionado con las faldas. Le gustan tanto las mujeres como el poder, el dinero y el deporte” anota la serie “Salvar al Rey” lanzada recientemente por HBO. Después de muchos años y varios documentales o reportajes que tapaban su escándalos o “los cubrían con una capa de campechanidad y espíritu de transición” esta producción incluye audios inéditos grabados por una de las ex amantes más descaradas del monarca, Bárbara Rey. 


Esta mujer fue una atractiva presentadora, cantante y vedette. Bastante cotizada dentro en el cine del destape, empezó su carrera en 1977 apoyando la candidatura de Adolfo Suárez para la primera presidencia de la democracia. Hacía parte de la farándula reclutada por el hermano menor del político que lucía una camiseta con el lema “Vota Centro”. Suárez se la presentó al Rey quien de inmediato se encaprichó con ella. “Tanto se veían, que los servicios secretos, el Cesid, alquilaron un chalet para sus encuentros”. 


Pronto la inteligencia española tuvo que pagar bastante más que un arriendo para los encuentros amorosos. Consciente del calibre de su affaire, Bárbara cobró 25 millones de pesetas (150.000 €) para “frenar la publicación de unas fotos de Juan Carlos tocándole un pecho”. Luego apareció material más sensible, como videos de alcoba y audios en los que el Rey denigraba de gente importante. Convertida en amenaza, se volvió costumbre silenciarla con efectivo. “La parienta va mal de dinero y pide más” comunicó alguna vez Su Majestad para satisfacer su chantaje. Se calcula que en 1997 le dieron 100 millones de pesetas (600.000 €) y muchas más en cómodas mensualidades. La vedette obtuvo además un contrato con TVE -la televisión oficial- en horario triple A.


No todas las amantes de Juan Carlos I fueron arpías de ese calibre. Una de las más duraderas y desconocidas fue la fotógrafa Queca Campillo con quien mantuvo una relación de tres décadas hasta que ella murió. La vio por primera vez en un evento político en el que “quedé impresionada cuando ví que en todas las fotos el Rey miraba a mi cámara”. Empezaron una relación, “difícil porque no teníamos dónde citarnos… Nos veíamos en una furgoneta que él tenía en un camino cerca de la Zarzuela”. Tales incomodidades serían luego superadas gracias a los servicios de inteligencia. 


La reportera nunca pretendió la exclusividad de su amante, sabía que tenía muchas rivales. No le importaba siempre que no buscaran aprovecharse de él. Fue Queta quien desde el principio desconfió de Corinna Larsen, la empresaria Alemana de origen danés que el Rey conoció como organizadora de una cacería, y con la que “quedó deslumbrado y se enamoró como un colegial”. Por ella estuvo a punto de divorciarse pero se arrepintió. “Nunca me sentí tan casada antes como me sentí con el Rey de España. En mi corazón, él era mi marido… Me llamaba al menos 10 veces al día. Enviaba flores y cartas. Cientos de cartas”, explica Larsen en medio de su actual batalla legal contra Juan Carlos ante la justicia británica. En su demanda también cuenta que su amado aparecía en casa con bolsas de dinero, regalos de sus amigos.


La indemnización por daños que pretende Larsen es a causa del acoso sufrido del Rey emérito y de personas en su nombre, como un ex director del Centro Nacional de Inteligencia, para recuperar unos 65 millones de euros transferidos a la empresaria en 2012. Entre las amistades del enamoradizo monarca que lo ayudaron a mantener sin tropiezos sus aventuras parecen confundirse jeques petroleros con sabuesos convencidos de que una de las labores de los servicios inteligencia es la alcahuetería. Exactamente eso pensaba también el monarca.







Salvar al Rey


Bárbara Rey y  Adolfo Suárez

Corinna Larsen vs Juan Carlos

domingo, 6 de noviembre de 2022

Cuba y la inteligencia militar venezolana II

Publicado en El Espectador, Noviembre 10 de 2022 


Un grupo de militares que solían reunirse disgustados por el acercamiento de Chávez a Cuba, Irak e Irán preparó un pronunciamiento para las marchas de abril del 2002. Al anochecer del 11, el comandante del ejército anunció que no acataría órdenes presidenciales. Otro general comunicó que el presidente había renunciado. Pedro Carmona aclaró que estaba al frente de un gobierno de transición cívico militar y que revertía varias medidas adoptadas por el régimen socialista. 


Como respuesta surgió un cacerolazo para que Chávez aclarara su situación. Quienes apoyaron la insurrección no salieron a defenderla mientras que los sectores populares se tomaron las calles en un claro contragolpe. El comandante del ejército condicionó su respaldo al nuevo gobierno: debía rectificar las medidas dictatoriales. Los militares se dividieron. El 15 de abril Chávez retornó a Miraflores. 


El fallido golpe reforzó los vínculos del régimen con Cuba. “Con la bendición de Castro, Chávez colocó cubanos dentro de su círculo íntimo para reforzar la seguridad… Comenzó una purga del servicio de inteligencia y de altos rangos militares”.


Hugo Carvajal, un teniente coronel que había colaborado en el golpe de 1992, fue nombrado en la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). En dos años llegó a manejarla y quedó luego al mando del servicio de contrainteligencia con una importante inyección de capital en nuevas tecnologías. Años después, ya fuera del cargo, fue sancionado por el Departamento del Tesoro norteamericano por ayudar a la guerrilla colombiana a contrabandear cocaína. Los cargos por tráfico de drogas siguen pendientes. En septiembre de 2021, Carvajal fue detenido en Madrid. Tratando de evitar su extradición hacia los EEUU logró que le permitieran confesar ante la Audiencia Nacional sobre los vínculos entre ETA y las FARC, que conoce en detalle. Este siniestro personaje pudo ser más relevante para el conflicto colombiano que varios comandantes farianos, para no hablar del pueblo campesino. La necesidad de no menospreciar las decisiones individuales de ciertos personajes también aplica para la guerra.



 

En julio de 2007 Chávez nombró ministro de defensa a Gustavo Rangel  quien al posesionarse proclamó la conveniencia de “un nuevo pensamiento militar para contrarrestar el enemigo real”. Negó que Venezuela fuera refugio de la guerrilla colombiana. Cuando en 2008 el ministro de Defensa Juan Manuel Santos señaló que Iván Marquez, Timochenko y Grannobles se encontraban bien protegidos del otro lado de la frontera Rangel reviró: “no aceptamos, no permitimos y no somos afectos a la idea de que se viole nuestra territorialidad”. En pocos años, el realismo santista mutó hacia el cliché de la guerrilla campesina más vieja del mundo consistente con el relato colectivista de Rangel.


A final de ese año Chávez fue derrotado en el referendo sobre los límites a su mandato. Prometió entonces una nueva ofensiva para alcanzar sus objetivos. Impulsó conversaciones sobre seguridad con Cuba que condujeron a la firma de dos acuerdos cruciales para los servicios de inteligencia. Según el primero, el ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba “supervisaría una reestructuración del DIM y asesoraría para la creación de nuevos órganos dentro del servicio”. A su vez, Venezuela enviaría grupos de hasta 40 oficiales a La Habana para entrenamiento en espionaje, con hojas de vida previamente supervisadas. Parte fundamental de la formación consistía en infiltrarse dentro del ejército para controlarlo. El segundo acuerdo creó un grupo de especialistas cubanos que enviaría asesores para inspeccionar unidades militares y entrenar soldados en Venezuela. 


En 2011 el DIM se transformó en Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) para incluir tareas como frustrar sabotajes surgidos desde adentro en las FFAA. Con el nuevo entrenamiento cubano, los agentes se infiltraron en los cuarteles estableciendo férreos controles. “Historias de detenciones y torturas por parte de agentes de DGCIM, a veces con máscaras de esqueleto y pasamontañas, se extendieron por las filas”. 


Un año después de la muerte de Chávez en Cuba se desplomó el precio del petróleo. Los esfuerzos de Nicolás Maduro por reactivar la economía fracasaron. Las condiciones de los miembros de las FFAA se hicieron aún más duras, hasta afectar la alimentación y su peso corporal. Aumentaron las deserciones y la DGCIM se tornó verdaderamente implacable. Se extendió la vigilancia y se generalizaron las escuchas telefónicas, incluso a oficiales superiores. 


Lo que ocurre hace años en Venezuela, sin que nadie lo entienda a cabalidad, ha tenido repercusiones definitivas en el conflicto colombiano. Esta evidencia se podría seguir ignorando, pero mejor sacar de ella algunas lecciones. Uno, la guerra no fue un mero problema campesino doméstico: siempre tuvo una dimensión internacional. Dos, aunque haya mercados e instituciones globales, la realidad es local, no nacional, ni continental. Tres, una democracia no puede permitir que gobiernos extranjeros definan su agenda de seguridad. Cuatro, el objetivo de los servicios de inteligencia debe ser la verdad, no defender un líder, un partido o una ideología. Cinco, el fanatismo político mata la verdad. 


REFERENCIAS


Berwick, Angus (2019). “Represión importada: cómo Cuba enseñó a Cuba a sofocar el disenso militar”. Reuters Investigates, Agosto 22


López Maya, Margarita (2002). “El golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela y sus causas”. Revista Sociedad y Economía, núm. 3, octubre, Universidad del Valle, Cali, Colombia


Márquez, Luis Manuel (2022) “30 aniversario del golpe de estado de Hugo Chávez”. The Political Room, Febrero

martes, 1 de noviembre de 2022

Cuba y la inteligencia militar venezolana

 Publicado en El Espectador, Noviembre 3 de 2022


A pesar de tener mayor cercanía con Nicolás Maduro, el régimen cubano se tomó las Fuerzas Armadas venezolanas y sus servicios de inteligencia desde el gobierno de su antecesor. 


Cuando fracasó el golpe de Estado liderado por Hugo Chávez en febrero de 1992, los servicios de inteligencia ya le habían advertido tanto al presidente Carlos Andrés Pérez como a su ministro de defensa sobre esa posibilidad sin que tomaran las medidas preventivas necesarias. Al final, los mismos rebeldes constataron que habían fallado, se rindieron y fueron detenidos. 


Dos años después, el cabecilla del fracasado golpe salió de prisión gracias al sobreseimiento de su causa que firmó el nuevo presidente Rafael Caldera. “La única condición fue que abandonara las Fuerzas Armadas”. A los pocos meses, Chávez viajó a La Habana en donde Fidel Castro, con quien nunca se había visto, lo recibió en el aeropuerto, al pie de la escalerilla del avión, como si se tratara de un jefe de Estado. Se refirió a él como “un líder izquierdista de ideas afines”. El comandante cubano se convirtió así en el primer mandatario internacional que vio en Chávez a un político importante en ascenso. Sin duda también tuvo en cuenta la riqueza petrolera de Venezuela para una economía debilitada por el colapso de la Unión Soviética. 



En ese primer viaje, Chávez dictó una conferencia magistral en la Universidad de La Habana. Expuso ideas y proyectos de transformación para su país.“Primera vez que vengo físicamente, porque en sueños, a Cuba, vinimos muchas veces los jóvenes latinoamericanos… (es) un bastión de la dignidad latinoamericana y como tal hay que verla, como tal hay que seguirla, y como tal hay que alimentarla”, anotó el futuro líder socialista.


Según fuentes oficiales cubanas Fidel “descubrió en Chávez a un diamante que alcanzaría las cotas más altas en el discurso político, revolucionario e internacionalista… lo vio todo con claridad, nitidez y visión”. Teniendo en cuenta que se trataba de un “bastión de la dignidad latinoamericana”, Castro prometió “curar la gangrena capitalista que afligía a Venezuela”. 


A lo largo de esa década, el estancamiento económico y el considerable aumento de la pobreza en Venezuela hicieron que el mensaje socialista, con un definitivo respaldo de Cuba, resultara atractivo para un número cada vez mayor de votantes. En 1998 Hugo Chávez resultó elegido presidente. Así, en un país seriamente afectado por la corrupción, la miseria y la desigualdad llegó al poder un antiguo militar golpista que prometía regenerar la política para alcanzar por fin la tan anhelada justicia social. 


Con la victoria chavista, se reforzaron de manera automática los vínculos formales con Cuba. Muy pronto empezaría a llegar petróleo venezolano a la isla, a razón de unos 50 mil barriles por día. A cambio, Cuba “mandó a miles de médicos, maestros y especialistas agrícolas para ayudar a diversificar la economía” venezolana.


Ya en el 2002 parte de la élite venezolana empezaba a desconfiar de Chávez y sus políticas. A raíz del nombramiento, anunciado en febrero de ese año, de una nueva directiva para la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) se convocó un paro laboral que fue apoyado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), por un amplio sector empresarial aglutinado en Fedecámaras y por el episcopado. Sin embargo, no se logró la participación del sector de transporte colectivo, ni de los bancos, ni de la distribución de alimentos y el cese de actividades no alcanzó suficiente contundencia. A pesar de esto, la CTV anunció una huelga general indefinida que equivalía a una rebelión frente al gobierno. Esta decisión fue respaldada tanto por empresarios organizados como por partidos de oposición.


Para el 11 de Abril se convocó una marcha hasta la sede de PDVSA. Animados por las dimensiones de la manifestación contra el gobierno los organizadores arengaron a las multitudes para de una vez sacar a Chavez del Palacio Presidencial de Miraflores. “Vamos hasta el final, hasta que caiga (Chávez)” anunció un dirigente. Al evidente levantamiento se unieron jefes militares, incluidos algunos altos funcionarios de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) que detuvieron a Chávez. La marcha fue ampliamente difundida por los medios de comunicación. 


Por su lado, los simpatizantes del presidente se agolparon alrededor de la residencia presidencial gritando “no pasarán”. Así, al entrar la marcha al centro de Caracas, comenzaron los disturbios. Hacia las 2 pm multitudes prochavistas tiraban piedras hacia el Hotel Edén desde donde salían disparos de francotiradores. En Puente Llaguno, cerca de las oficinas de la Alcaldía, que estaba en manos del partido chavista -Movimiento V República (MVR)- los empleados no pudieron  salir por la violencia que se había desatado en la calle. Aparecieron personas armadas que se enfrentaron a los francotiradores y se armó una balacera. Al final de la tarde el saldo era de 19 muertos. Continúa



REFERENCIAS


Berwick, Angus (2019). “Represión importada: cómo Cuba enseñó a Cuba a sofocar el disenso militar”. Reuters Investígates, Agosto 22


López Maya, Margarita (2002). “El golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela y sus causas”. Revista Sociedad y Economía, núm. 3, octubre, Universidad del Valle, Cali, Colombia


Márquez, Luis Manuel (2022) “30 aniversario del golpe de estado de Hugo Chávez”. The Political Room, Febrero

martes, 25 de octubre de 2022

Nicolás Maduro, subversivo profesional

 Publicado en El Espectador, Octubre 27 de 2022


A finales de los años 80, Nicolás Maduro vivió en La Habana. Había sido reclutado por la inteligencia cubana para impulsar la subversión en América Latina. 


Estudió en la Escuela Superior Ñico López del Partido Comunista Cubano (ESPCC). Aunque este antecedente ha sido silenciado con esmero, en 2013 el Diario del Huila, publicó unas fotos de Maduro suministradas por un compañero suyo quien relata que recibieron cursos de “filosofía marxista, economía política, historia de América Latina y de la Revolución Mexicana”.


Así, Maduro tuvo una formación marxista definida, como Chávez, pero sin divagaciones ni aportes personales. Su formación es comunista ortodoxa. También recibió instrucción práctica como subversivo. “Domina el lenguaje de la preparación política de las masas. Fue el alumno aventajado de Raúl Castro. Es un subversivo profesional”, precisa Hernando, un ex oficial de inteligencia y luego desertor, quien aclara que al haber sido preparado y apoyado por los servicios de inteligencia y el gobierno cubanos se trata de alguien bastante respetado entre la extrema izquierda latinoamericana. Maduro viene promoviendo la revolución mucho antes de Hugo Chávez. En el Departamento de América, dirigido por Manuel Piñeiro, Barbarroja, conocieron primero al actual presidente venezolano que a su antecesor. 


Su imagen de luchador en contacto directo con el pueblo es antigua: no es un simple conductor de bus. Fue un dirigente sindical combativo que participaba en pedreas y quemas de buses. “Maduro era de los hombres que bajaban de los cerros a incendiar las calles y a pelear contra la policía”. 


Con la subida de Chávez al poder el gobierno cubano tuvo poco que ver. Cuando se decidió impulsar la revolución chavista, Maduro ya estaba en la lista de dirigentes políticos que recibirían apoyo en América Latina. A diferencia de su predecesor, un líder nato con muchos seguidores, Maduro es un insurgente con experiencia en la lucha urbana callejera, un conocedor de los bajos fondos. 




El contraste entre Chávez y Maduro fue siempre marcado. Mientras el primero era “entusiasta, extrovertido, agitador de las masas” y no recibió ninguna preparación para llevar sacar adelante su revolución Maduro establecía contactos no sólo con los chavistas y la izquierda de Venezuela sino con toda la subversión armada que recibía entrenamiento político y militar en Cuba. De ahí surge su cercanía con las FARC, con el ELN y con todos los movimientos guerrilleros de América Latina. 


Maduro ya era familiar con la dirigencia comunista cubana cuando en el continente nadie lo conocía. Allí consideraron que para gobernar Venezuela le faltaba pulir sus habilidades internacionales. Por esa razón decidieron presionar a Chávez para que lo nombrara en la Cancillería. Así, fue Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores desde 2006 hasta 2013.


Su gestión como canciller se centró en organismos de integración regional como el Alba, Unasur y Mercosur. La primera, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América es una organización internacional promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), impulsada por Estados Unidos.


A diferencia de la mayoría de carteras del gabinete chavista que rotaban con frecuencia, Maduro fue inamovible por siete años. Dejó su cargo después de que Chávez, a finales de 2012, anotara que en caso de incapacidad suya Maduro asumiría la presidencia hasta la convocatoria a nuevas elecciones. Al fallecer el líder bolivariano hubo un intenso debate sobre la constitucionalidad de la presidencia de Maduro. 


A la familiaridad con la lucha urbana insurgente en Venezuela Maduro sumó luego el contacto con representantes de la subversión armada latinoamericana en Cuba a donde iban a refugiarse o entrenarse. “Todos los hombres dedicados a la subversión en América Latina han recibido entrenamiento o apoyo del Departamento de América, (que) es una unidad de inteligencia para la subversión. Lo dirigían personalmente Fidel y Raúl Castro. Cuando alguien iba a pasar a la clandestinidad, el refugio era Cuba. Donde se entrenaban era allí: inteligencia, contra inteligencia, lucha subversiva, en la calle y en las montañas”, anota Hernando.


Es este contacto directo con la acción subversiva lo que le ha permitido a Nicolás Maduro mantener a raya la delincuencia en las ciudades venezolanas, un factor crucial de su permanencia en el poder. 


Dentro del Departamento de América, Hernando fue por varios años el encargado de las relaciones con la subversión colombiana. Sorprendentemente, no menciona al M-19. Aclara que las FARC se demoraron en establecer una relación cercana con Castro “padre del ELN”, quien a principios de los noventa declaró caduca la lucha fariana. Por eso, desde que aceptó que la mesa de negociación con Santos se instalara en La Habana, sabía que las FARC no se levantarían de la mesa sin un acuerdo firmado. Le faltó comunicar esa certeza a De la Calle y su equipo, varias veces asustados con el retorno de la guerra.





EP (2018) "Inteligencia cubana conoció primero a Maduro que a Chávez". El Político, Feb 28