martes, 25 de octubre de 2022

Nicolás Maduro, subversivo profesional

 Publicado en El Espectador, Octubre 27 de 2022


A finales de los años 80, Nicolás Maduro vivió en La Habana. Había sido reclutado por la inteligencia cubana para impulsar la subversión en América Latina. 


Estudió en la Escuela Superior Ñico López del Partido Comunista Cubano (ESPCC). Aunque este antecedente ha sido silenciado con esmero, en 2013 el Diario del Huila, publicó unas fotos de Maduro suministradas por un compañero suyo quien relata que recibieron cursos de “filosofía marxista, economía política, historia de América Latina y de la Revolución Mexicana”.


Así, Maduro tuvo una formación marxista definida, como Chávez, pero sin divagaciones ni aportes personales. Su formación es comunista ortodoxa. También recibió instrucción práctica como subversivo. “Domina el lenguaje de la preparación política de las masas. Fue el alumno aventajado de Raúl Castro. Es un subversivo profesional”, precisa Hernando, un ex oficial de inteligencia y luego desertor, quien aclara que al haber sido preparado y apoyado por los servicios de inteligencia y el gobierno cubanos se trata de alguien bastante respetado entre la extrema izquierda latinoamericana. Maduro viene promoviendo la revolución mucho antes de Hugo Chávez. En el Departamento de América, dirigido por Manuel Piñeiro, Barbarroja, conocieron primero al actual presidente venezolano que a su antecesor. 


Su imagen de luchador en contacto directo con el pueblo es antigua: no es un simple conductor de bus. Fue un dirigente sindical combativo que participaba en pedreas y quemas de buses. “Maduro era de los hombres que bajaban de los cerros a incendiar las calles y a pelear contra la policía”. 


Con la subida de Chávez al poder el gobierno cubano tuvo poco que ver. Cuando se decidió impulsar la revolución chavista, Maduro ya estaba en la lista de dirigentes políticos que recibirían apoyo en América Latina. A diferencia de su predecesor, un líder nato con muchos seguidores, Maduro es un insurgente con experiencia en la lucha urbana callejera, un conocedor de los bajos fondos. 




El contraste entre Chávez y Maduro fue siempre marcado. Mientras el primero era “entusiasta, extrovertido, agitador de las masas” y no recibió ninguna preparación para llevar sacar adelante su revolución Maduro establecía contactos no sólo con los chavistas y la izquierda de Venezuela sino con toda la subversión armada que recibía entrenamiento político y militar en Cuba. De ahí surge su cercanía con las FARC, con el ELN y con todos los movimientos guerrilleros de América Latina. 


Maduro ya era familiar con la dirigencia comunista cubana cuando en el continente nadie lo conocía. Allí consideraron que para gobernar Venezuela le faltaba pulir sus habilidades internacionales. Por esa razón decidieron presionar a Chávez para que lo nombrara en la Cancillería. Así, fue Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores desde 2006 hasta 2013.


Su gestión como canciller se centró en organismos de integración regional como el Alba, Unasur y Mercosur. La primera, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América es una organización internacional promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), impulsada por Estados Unidos.


A diferencia de la mayoría de carteras del gabinete chavista que rotaban con frecuencia, Maduro fue inamovible por siete años. Dejó su cargo después de que Chávez, a finales de 2012, anotara que en caso de incapacidad suya Maduro asumiría la presidencia hasta la convocatoria a nuevas elecciones. Al fallecer el líder bolivariano hubo un intenso debate sobre la constitucionalidad de la presidencia de Maduro. 


A la familiaridad con la lucha urbana insurgente en Venezuela Maduro sumó luego el contacto con representantes de la subversión armada latinoamericana en Cuba a donde iban a refugiarse o entrenarse. “Todos los hombres dedicados a la subversión en América Latina han recibido entrenamiento o apoyo del Departamento de América, (que) es una unidad de inteligencia para la subversión. Lo dirigían personalmente Fidel y Raúl Castro. Cuando alguien iba a pasar a la clandestinidad, el refugio era Cuba. Donde se entrenaban era allí: inteligencia, contra inteligencia, lucha subversiva, en la calle y en las montañas”, anota Hernando.


Es este contacto directo con la acción subversiva lo que le ha permitido a Nicolás Maduro mantener a raya la delincuencia en las ciudades venezolanas, un factor crucial de su permanencia en el poder. 


Dentro del Departamento de América, Hernando fue por varios años el encargado de las relaciones con la subversión colombiana. Sorprendentemente, no menciona al M-19. Aclara que las FARC se demoraron en establecer una relación cercana con Castro “padre del ELN”, quien a principios de los noventa declaró caduca la lucha fariana. Por eso, desde que aceptó que la mesa de negociación con Santos se instalara en La Habana, sabía que las FARC no se levantarían de la mesa sin un acuerdo firmado. Le faltó comunicar esa certeza a De la Calle y su equipo, varias veces asustados con el retorno de la guerra.





EP (2018) "Inteligencia cubana conoció primero a Maduro que a Chávez". El Político, Feb 28



viernes, 14 de octubre de 2022

Mitología de la marihuana

 Publicado en El Espectador, Octubre 20 de 2022


Aunque todavía faltan debates, pues requiere reforma constitucional, parecería que esta vez sí se aprobará la descrimilización del consumo de marihuana en Colombia. 


La progresiva prohibición de esta sustancia tiene varias capas de mitos superpuestos. El primero es que los males atribuidos a la hierba llegaron a Colombia del exterior y del imperio. Aunque hubo un gran aumento de la demanda norteamericana que, sumado a la represión en México, trajo la bonanza marimbera de los años setenta, en el país ya existía un importante mercado doméstico de marihuana.


El tabaco, el yahé, el yopo o el hayo han sido sustancias utilizadas en rituales místicos por las culturas indígenas americanas. El cannabis lo introdujeron los españoles en el siglo XV pero su uso fue siempre profano. 


Desde 1925 “las autoridades ya tenían noticia de la existencia de cultivos de marihuana… lo mismo que de su consumo por parte de marineros, estibadores y prostitutas en los puertos”. Un informe oficial anterior de 1939 señalaba que en la Costa Caribe los cigarrillos de marihuana "se expenden en los lupanares o en los establecimientos frecuentados por los bajos fondos sociales. También en fritangas y en ventas de guarapo”.


Lo que vino desde el norte fue la presión para ilegalizar una sustancia con pésima reputación por supuestamente provocar comportamientos irracionales, violentos y criminales. Un artículo de la Revista de Higiene publicado en 1939 se titulaba "Marihuana, la hierba que enloquece”. En Cuba, las campañas contra la marihuana repetían el discurso gringo que asociaba su uso con la delincuencia. En México hubo esfuerzos de algunos sectores de opinión por desafiar esa visión pero acabó imponiéndose la represión del consumo.  


La evidencia a favor de la yerba como detonante de ataques era inexistente. Tras una intensa arqueología de prensa y registros policiales en los estados  norteamericanos que lideraron la prohibición se encontró el incidente que desencadenó la ola de pánico. El 1 de enero de 1913, en Ciudad Juárez, un enmarihuanado mexicano con cuchillo "comenzó a perseguir turistas americanos por la calle mientras gritaba ¡muerte a los protestantes! Después apuñaló unos caballos y asesinó a un policía que lo perseguía antes de ser capturado en un salón de billar”. El caso aterrorizó al alguacil de El Paso, Texas quien logró que el Concejo Municipal y el Gobierno Federal endurecieran la legislación. En 1915 la marihuana ya estaba prohibida en esa ciudad y muchas otras que adoptaron en cadena medidas restrictivas. 



Ese mismo año, el Departamento del Tesoro introdujo una enmienda a la Ley de Alimentos y Medicamentos que en la práctica ilegalizó la importación de cannabis a los EEUU. En 1917, el Departamento de Agricultura envió un equipo para investigar los efectos de la medida sobre el tráfico de marihuana hacia Texas. Se hicieron casi cien entrevistas con funcionarios de aduanas, farmacéuticos, empleados de tiendas de comestibles y policías. Es la mejor evidencia disponible sobre uso y tráfico de sustancias psicoactivas a principios del siglo XX. Esa información desbarata el mito de una supuesta cadena de suministro que se iniciaba en la capital mexicana y era mantenida por emigrantes víctimas de la precariedad laboral. Lo que muestra el trabajo de campo es que “la fuente más importante de suministro en el sur de Texas durante la década de 1910 era el cannabis empacado y comercializado por las principales compañías farmacéuticas de EEUU, la mayoría de las cuales probablemente lo importaban de la India”.



Este hallazgo corrobora varios trabajos que desafiaron el mito que a principios del siglo XX oleadas de inmigrantes mexicanos consumidores de marihuana en su país la llevaron a los EEUU. Este proceso, según la leyenda, habría inspirado las primeras leyes prohibicionistas mientras “alimentaba fantasías racistas de que la droga causaba locura, crimen, y violencia entre sus usuarios”. La asociación era paralela a la que se hizo con el opio vinculado a los chinos y la cocaína a los afroamericanos. En realidad, la marihuana en México prácticamente no la consumían los emigrantes y su uso estaba concentrado en prisioneros y militares. 


Incluso antes de esta “hipótesis mexicana” sobre el origen de la prohibición, estuvo de moda responsabilizar a Harry Anslinger, controvertido director del Federal Bureau of Narcotics (FBN) con enorme influencia sobre el Marihuana Tax Act de 1937 que en la práctica consolidó la ilegalización de facto en todo el país. Esta explicación fue bastante popular entre quienes plantean que muchas políticas públicas resultan del “emprendimiento moral” de algunos burócratas. Una debilidad de esta hipótesis es que la criminalización no se dio de manera simultánea en todo el territorio norteamericano sino que fue progresiva y a nivel local, municipal o estatal. 


Al levantamiento de esta absurda restricción a la libertad individual no le hacen falta iluminados con la pretensión de ser los primeros en entender su sinsentido. La sensatez se impuso hace rato, y en muchos países. 




REFERENCIAS


Campos, Isaac (2018) “Mexicans and the origins of marijuana prohibition in the United States: a reassessment”. Social History of Alcohol and Drugs, Volume 32 


EE (2022). "Por fin se avanza hacia el cannabis legal y regulado" Editorial, EL Espectador, Octubre 13


Sáenz Rovner , Eduardo (2007). “La Prehistoria de la Marihuana en Colombia: Consumo y Cultivos en los años 30 y 60”. Cuadernos de Economía, vol.26 no.47 Julio/Dic

lunes, 10 de octubre de 2022

La izquierda: más inquietudes que soluciones

 Publicado en El Espectador, Octubre 13 de 2022

Aún en democracias consolidadas, la izquierda pierde prestigio ante una derecha delirante. En los dos extremos la soberbia impide emprender una verdadera autocrítica. 


Entrevistado en un tik tok que parece un mal chiste, ante una pregunta sobre si “con su gobierno nos volveremos otra Venezuela”, Gustavo Petro afirma muy serio que “ya somos como Venezuela.. se trata de que Venezuela y Colombia cambien”. Su flamante embajador en Caracas corrobora el exabrupto: “la pobreza es la misma en Colombia y en Venezuela”. La irresponsabilidad de estos comentarios que ignoran le emigración masiva de refugiados venezolanos atravesando el tapón del Darién, así como todos los indicadores imaginables de situación económica, fiscal, cambiaria, social, educativa, sanitaria, de seguridad y un largo etcétera para implícitamente destacar que tanto Maduro como Petro representan gobiernos de izquierda preocupados por el pueblo y su pobreza ilustran el monumental vacío conceptual y práctico que caracteriza esos términos.  




Como señala Fernando Savater, “llamamos de izquierda a todas las inquietudes irreprochables: la preocupación por los pobres, por los marginados, por los excluidos del banquete capitalista, por los explotados, por los discriminados por su raza o sus creencias, por los débiles… O sea que es izquierdismo todo lo que nos queda de cristianos”. 


El aparente programa de la nueva izquierda -cuyos pregoneros hacen llevadero con un tren de vida arribista y derrochador- corresponde fundamentalmente a las preocupaciones nominales del cristianismo. 


La bondad universal de las inquietudes contrasta drásticamente con la viabilidad y humanidad de las soluciones que, precedidas por un voluminoso historial de errores y horrores, son cada vez menos explícitas. Los supuestos remedios para el largo inventarios de preocupaciones son “colectivistas y partidarios de la intromisión estatal no en la gestión social sino en la orientación de la vida individual… resuelven poco aunque perjudican mucho”. 


Desde que a finales del s. XVIII se acuñaron en París los términos izquierda y derecha, relacionados con la legitimidad de las fuentes de autoridad, la segunda ha sido menos controversial en su definición. Sus adversarios planteaban que el gobierno ideal estaba basado en unos derechos naturales y en la “voluntad del pueblo", no en la religión o la tradición. Pero dentro de la misma izquierda ha sido siempre muy debatida la cuestión de qué significan esas cualidades básicas. 


Poco después de la Revolución, Francia estrenó la democracia basada en el sufragio masculino casi universal. El esquema duró poco y pronto vinieron las dictaduras. Tanto Jacobinos como Girondinos apoyaban el uso de la fuerza para defender los avances de la revolución y tenían una actitud francamente agresiva contra los poderes extranjeros. Argumentaban que los mecanismos democráticos podrían suspenderse para facilitar una purga rápida del poder aristocrático. Algunos pedían la ejecución del rey a pesar de haber pregonado antes la abolición de la pena de muerte. Muy pronto aparecieron diferencias irreconciliables entre distintas facciones. Mientras unos defendían darle el poder a las masas enardecidas otros pregonaban democracia, justicia y orden. Muchos líderes girondinos fueron detenidos y ejecutados dando vía libre al terror. Después de la purga, el término jacobino adquirió un sentido más estrecho, con acciones revolucionarias vigorosas, intransigentes y violentas como pregonaban los Montagnards más radicales. 


No sólo la aplicación de una pena ejemplar al rey bajo la premisa que cualquier castigo extremo es siempre una amenaza contra la libertad generó profundas e interminables discusiones. Hubo gran confusión entre la noción de “soberanía popular” y la de democracia. Algunos consideraban un error concluir de manera automática que los representantes de la naciente dictadura dejaban de ser de izquierda, pero era realmente arduo defender la idea que la “voluntad popular” estaba resguardada por gobernantes totalitarios. Mientras unos defendían el sufragio universal otros exigían ciertas condiciones basadas en los ingresos y la propiedad. Condorcet alcanzó a proponer darle el voto a las mujeres pero no fue secundado. Aunque hubo quienes se oponían tenazmente a la suspensión del poder democrático, otros alegaban que eran necesarias ciertas interrupciones en épocas de emergencia. Resumiendo las discusiones, el ensayista David Caute afirmaría luego que “un hombre, un voto… logra solo un remedo de soberanía popular mientras los medios de producción permanezcan bajo control privado”.


Tal como pregonaron antes los Niveladores ingleses (1640s) y los revolucionarios norteamericanos (1770s), inicialmente los líderes de la izquierda revolucionaria francesa defendían una economía de mercado individualista, con muchos pequeños propietarios, como lo eran casi todos ellos. Habían experimentado los efectos nefastos de los monopolios estatales y otras grandes concentraciones de poder económico. Tras ser liberado de prisión, François Babeuf defendió la propiedad comunal y la abolición de la propiedad privada, incluso con métodos de terror. 


Los desacuerdos intestinos, que han sobrevivido en la izquierda de muchas sociedades y la intransigencia que impide negociar, han tenido como principal consecuencia un marcado déficit de soluciones concretas para los problemas reales. Quién sabe qué podrá lograr ni cuánto podrá durar un Pacto Histórico aceitado con tanto oportunismo.



REFERENCIAS


Hodgson, Geoffrey (2018) Wrong Turnings. How the Left Got Lost. The University of Chicago Press

Infobae (2022). "La pobreza es la misma en Colombia y en Venezuela, aseguró el embajador en Caracas Armando Benedetti". Septiembre 


Savater, Fernando (2022). "Inquietudes". El País, Septiembre 3 





lunes, 3 de octubre de 2022

Erizos en globo pensando en relojes

 Publicado en El Espectador, Octubre 6 de 2022


Los acuerdos alcanzados por el gabinete petrista tras el retiro en Hatogrande se centran en dos ejes transversales, unificadores y mágicos: el cambio y la paz total.


La visión del mundo implícita en las divagaciones que se debieron dar en esa cumbre para llegar a tales derroteros recuerdan las pinturas medievales donde figuraban ciudades vistas en perspectiva desde una posición que la tecnología aún no había permitido alcanzar. Se simulaba la fotografía aérea. El pintor imaginaba la panorámica y el vuelo que la hacía posible. Esta ficción transformaba al espectador medieval en un ojo celeste. 


“¿Alguna vez alguien ha visto la tierra descrita de manera tan armoniosa, tan poética? Las fotografías aéreas son tan perfectas que parecen pinturas, sin importar si representan la belleza única del planeta tierra o las huellas dejadas por el hombre … Cualquier espectador queda abrumado ante estas imágenes”.  


En Cinco Semanas en Globo, Julio Verne describe la sensación. “El Victoria subió casi perpendicularmente a una altura de mil quinientos pies. ¡Qué magnífico espectáculo se extendía ante los ojos de los viajeros! La isla de Zanzíbar… Los habitantes parecían insectos.

-¡Qué hermoso es todo esto! -exclamó Joe. Los ¡oh!, los ¡ah! y los ¡eh! brotaban de sus labios a borbotones.

-¡No hay como un globo! Se anda sin sentir, y la naturaleza se toma la molestia de pasar ante tus ojos.

-¡Qué espectáculo! ¡Qué asombro! ¡Qué éxtasis! ¡Un sueño en una hamaca!” 


Sin duda el mundo es más claro, ordenado y armonioso cuando se ve desde las alturas. Entre más lejos, mejor: se está cerca del cielo, de la luz, de la verdad. Además, como simple espectador, el individuo puede pensar que la realidad que observa es fácilmente alterable, cambiable.


Es abajo, sin embargo, en donde viven y se mueven los seres humanos. También es en la tierra donde cotidianamente funcionan las empresas, las familias y demás organizaciones. Además, todas ellas actúan en espacios y con vínculos que no se aprecian a simple vista. Es abajo donde surgen las muchas imperfecciones y las injusticias de la vida en sociedad. La visión que se obtiene desde la calle es menos nítida y produce desconcierto, incluso rechazo. Prima el desorden y es más ardua la simple tarea de describir. Por eso se recurre a una amalgama: el pueblo. 


No es casual que entre profanos el entorno intelectual se denomine torre de marfil. Una atmósfera donde académicos, y muchos funcionarios o políticos, divagan aislados de la preocupaciones prácticas de la vida cotidiana. La altura de la torre es lo que les permite distancia, perspectiva.


La metáfora propuesta por Karl Popper para describir las dos maneras opuestas de ver la realidad es la de nubes o relojes. Están por un lado quienes centran su atención en las primeras, desordenadas, irregulares e impredecibles. En el otro extremo quedan quienes asimilan cualquier movimiento o cambio al de mecanismos inertes que representan sistemas físicos regulares, ordenados y con funcionamiento perfectamente predecible. Desde abajo se ven nubes y desde arriba se percibe que todo se mueve como un relojito, que un gobernante iluminado puede controlar a su antojo. 




Se atribuye al poeta griego Arquíloco (680-645 AC) el haber dicho que “el zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una sola gran cosa”. Para Isaiah Berlin estas palabras ayudan a ilustrar una de las más profundas divisiones entre pensadores, filósofos y en general entre seres humanos. Para él, existe un abismo entre quienes relacionan todo, desde arriba, con “una gran visión central, un sistema más o menos coherente o articulado en términos del cual ellos entienden, piensan y sienten. Un principio único, universal y organizador que define lo que son y le da significado a lo que dicen y, en el otro lado, quienes persiguen muchos fines, a veces no relacionados e incluso contradictorios, conectados, si acaso, por alguna vía de facto, por alguna causa psicológica o fisiológica, pero no por principios morales o estéticos”. Los primeros son los erizos, los segundos los zorros que, dispersos  y difusos, se mueven en muchos niveles y tratan de captar las esencia de una vasta gama de experiencias sin querer acomodarlas en una visión unitaria.


Las declaraciones del primer mandatario -el visionario mayor- luego del sínodo ministerial son reveladoras. “El legado que queremos es el cambio… El eje central es que vamos a cambiar el país, vamos a cambiar políticas públicas”. Petro reiteró que su política de “Colombia potencia mundial de la vida” solo puede ser articulada “a través de un gran cambio en el país”. La estrategia de comunicación para un objetivo tan concreto es igualmente unificadora, articuladora: la paz total. 


Una peculiaridad de este gobierno es que al lado de erizos idealistas en la estratosfera fantaseando con el cambio absoluto rondan zorros y aves rapaces, al amparo de sapos o avestruces que se niegan a ver sus fechorías.