Publicado en El Espectador, Septiembre 19 de 2019
Texto de la columna después de las gráficas
Echandía, Camilo (2019). “FARC y ELN: ¿se van a unir?”. Razón Pública, Sep 9
Duncan, Gustavo (2019) "Farc 3.0". El Tiempo, Sep 4
Gonzales, Teófilo (2019). “Iván Márquez le debe una explicación al pueblo colombiano”. El Espectador, Sep 2
Orozco, Cecilia (2019) “Los contendores políticos están contratando sicarios”. Entrevista a Ariel Ávila. El Espectador, Sep 14
Pulzo (2019) “El ‘poético’ discurso de guerra con el que ‘Márquez’ anuncia el retorno a las armas”. Ago 29
Ronderos, María Teresa (2019). “Sincerémonos: la democracia local cojea”. El Espectador, Sep 16
Rubio, Mauricio (2019) “Pazología en aprietos”. El Espectador, Sep 5
Vargas, Mauricio (2019). “No la tiene fácil”. El Tiempo.
Vélez, Luis Carlos (2019). “Gracias, Iván Márquez”. El Espectador, Sep 1
Texto de la columna después de las gráficas
El discurso de
levantamiento de Iván Márquez no ha sido calibrado detenidamente.
Tras las
reacciones vergonzosamente pueriles de Santos, su equipo, los pazólogos sorprendidos
por la “torpeza política” de un guerrero y los halcones exigiendo plomo, hubo
análisis decantados. Gustavo Duncan atribuye la escapada de Márquez y Santrich
a la celada montada por la DEA. Considera que “más temprano que tarde, la
justicia de EE. UU. les iba a echar mano”. Para él, “un nuevo proceso es
inviable, mucho menos ahora que se rearmaron”.
Camilo Echandía
destaca grandes diferencias, enfrentamientos y concepción divergente de la paz entre
las Farc y el ELN, para ver improbable que “se logre establecer una
coordinación” con la disidencia liderada por Márquez. Nadie vaticina que estos
sublevados, ya con sus años, vuelvan al monte para que “los den de baja o los
capturen y extraditen”. Los operativos en el terreno correrán a cargo de gente
como el Paisa. Hay consenso en señalar que el grupo vivirá de la extorsión aunque
no se han desmenuzado las variantes de esa práctica tan arraigada.
Un aspecto
positivo del alzamiento sería acercar posiciones antagónicas, para cumplirles a
quienes respetan el Acuerdo y perseguir implacablemente a los disidentes. Pero
la violencia no cesa y “la democracia local cojea”. Refiriéndose a los ataques
contra candidatos a las próximas elecciones regionales, Ariel Ávila anota que “se
trata de sicarios para quitar a competidores políticos del camino… un ejército
de mercenarios que son contratados por muchos políticos para amedrentar a la
competencia”. Cae de su peso que esa masa sicarial con alta demanda no está conformada
exclusivamente por exparamilitares, como taimadamente sugiere Ávila, y que tampoco
se limitará a la esfera política. Las licitaciones estatales y en general todos
los grandes negocios pueden beneficiarse hostigando o eliminando competidores, sobre todo cuando hay un
mercado de matones con reputación suficiente para hacer creíble cualquier
amenaza. Ese know-how y prestigio los
tienen de sobra Márquez y su grupo.
Toda esta
prospectiva, incierta y especulativa, recuerda el panorama descrito en La Ley Secreta, serie de TV sobre
mujeres policías que se infiltran en distintos grupos armados colombianos. Supuestamente
basada en hechos reales, aparecen tramas espeluznantes en las que antiguos
guerrilleros y paramilitares trabajan en llave con constructores bogotanos
corruptos. Tal como describe Ávila que está ocurriendo en la política: para
amedrentar y eventualmente eliminar rivales. Sería la variante moderna y empresarial
del clientelismo armado.
Después de décadas
de negocios criminales como droga, secuestro o lavado de dinero, las mafias
italianas se dedicaron a actividades legales reforzadas con su principal
activo, la capacidad de amenazar. Asuntos tan variados como la intermediación
de ayudas de la Comunidad Europea, la aprobación de licencias de construcción, los
cambios de uso del suelo o la adjudicación de licitaciones se convirtieron en importantes
fuentes de recursos. Obviamente, si hace falta, también eliminan adversarios. Así
parece ocurrir en varios lugares pues es un tema recurrente en series y
películas de países como Italia, España, Argentina o México.
Sería ingenuo
descartar los servicios mafiosos marca Farc porque un proceso de paz diseñado
por voluntaristas insistió que mejorando las condiciones del campo llegaría la
paz estable y duradera: que la guerrilla campesina no buscaba poder crudo sino participar
con corbata en debates parlamentarios. Ignoraron que el bajo mundo está plagado
de oportunidades. El sobrino de Márquez, presunto socio de Santrich y contacto
con el cartel de Sinaloa “era el líder de la corruptela con los recursos que
debían ser destinados a la base guerrillera”.
A pesar de sus
vínculos con el narcotráfico, es apresurado pensar, como Mauricio Vargas, que
las nuevas Farc se limitarán a eso: “lo que Caracas requiere de ‘Márquez’ y
compañía es cocaína, cientos de toneladas”. Parafraseaando a Darío Echandía, “la
droga, ¿para qué?”. Ni los disidentes, ni los militares venezolanos ni los
asesores cubanos infiltrados hasta la médula en la burocracia son yuppies buscando hacerse millonarios. Siguen
tras el poder y no solo municipal o nacional sino con visión bolivariana: lo
que se pueda hasta la Patagonia.
Las
organizaciones crecen y evolucionan de manera impredecible pero rápidamente se
desprenden de sus orígenes. Esa verdad de a puño no la han asimilado los pazólogos.
La fijación con la historia y la memoria, convertida en obsesión con la JEP, es
tal que para controlar gigantes como Apple o Microsoft tranquilamente propondrían
enmendar los errores del pasado, con reglamentación urbana contra los negocios
en garajes y negándole permisos a empresas cuyo fundador haya abandonado la
universidad.
Las nuevas Farc dejaron
atrás a Tirofijo hace rato. Aunque no vuelvan al monte y permanezcan
cómodamente protegidos por Maduro, el comandante Márquez y sus secuaces tienen
un futuro promisorio. Saben que ser violento paga, no solo en la guerra sino en
la política y los negocios.
REFERENCIAS
Echandía, Camilo (2019). “FARC y ELN: ¿se van a unir?”. Razón Pública, Sep 9
Duncan, Gustavo (2019) "Farc 3.0". El Tiempo, Sep 4
Gonzales, Teófilo (2019). “Iván Márquez le debe una explicación al pueblo colombiano”. El Espectador, Sep 2
Orozco, Cecilia (2019) “Los contendores políticos están contratando sicarios”. Entrevista a Ariel Ávila. El Espectador, Sep 14
Pulzo (2019) “El ‘poético’ discurso de guerra con el que ‘Márquez’ anuncia el retorno a las armas”. Ago 29
Ronderos, María Teresa (2019). “Sincerémonos: la democracia local cojea”. El Espectador, Sep 16
Rubio, Mauricio (2019) “Pazología en aprietos”. El Espectador, Sep 5
Vargas, Mauricio (2019). “No la tiene fácil”. El Tiempo.
Vélez, Luis Carlos (2019). “Gracias, Iván Márquez”. El Espectador, Sep 1