sábado, 26 de julio de 2025

Sueños y revoluciones desde arriba, curiosidad y diagnóstico desde abajo

Publicado en El Espectador, julio 31 de 2025 

Al posesionarse Gustavo Petro, Hernando Gómez Buendía proclamó: “el proyecto Petro-Márquez es una revolución cultural. Pasamos de gobiernos de técnicos obtusos a uno de intelectuales e idealistas”. Compartía ese sueño, pero advirtió: “un sueño mal conducido puede acabar en desastre”.



Después de Patricia Ariza e Ignacio Zorro, en agosto de 2023, Juan David Correa fue nombrado Ministro de Cultura. Duró 18 meses y renunció súbitamente. Una entrevista a Vera Grabe revela lo que la izquierda democrática y mentalmente desarmada piensa de una “revolución cultural”, o al menos de “políticas” al respecto.




Tras reconocer a Colombia como "intercultural, (con) diversidad intelectual y humana muy grande…”, Grabe destaca la necesidad de “cambiar la mentalidad… Cultura no es sólo costumbres, tradiciones, artes, sino el conjunto de la mentalidad… Es entender educación (como) familia, trabajo, organización social, barrio, comunidad…”. Entusiasmado, Correa imagina un Ministerio de la Cultura de Paz con “un Instituto Nacional de las Artes que se ocupe de las convocatorias, de la acción de los artistas, ser un brazo ejecutor de dineros… transversalizar esta acción… Falta entender que la transformación cultural es definitiva para cualquier acción, en transporte, militar, acción exterior…”. 


El objetivo explícito es cambiar mentalidades, donde sea, transversalmente. El silencio sobre cómo lograr esa mágica metamorfosis de la diversidad cultural colombiana genera la inquietud sobre el eventual denominador común. ¿Lo definirá un líder visionario e infalible? Preocupa que burócratas estatales, incluso orientando las artes, fijen prioridades no “compartimentalizadas” ni neoliberales sino basadas en la voluntad popular. ¿Seguirán indicaciones y caprichos del mismo caudillo mesiánico? Después podrían confundir desacuerdos con odio o enemistad para proceder a perseguir la oposición y la codicia capitalistas. 


El carácter poco democrático de ese cambio cultural desde el Olimpo, contrasta con otro enfoque para los asuntos culturales. Primero, de Perogrullo, toca observar y comprender las diferencias históricas y culturales en un país tan diverso. Segundo, se debe analizar cómo esas discrepancias afectan la manera de relacionarse, coordinar, intercambiar, producir. Es lo que expone Juan Luis Mejía, ex rector de EAFIT, en una entrevista sobre las peculiaridades antioqueñas. Eso mismo hizo magistralmente hace décadas, para varias regiones del país, Virginia Gutiérrez.  


“La sociedad española que vino a América era absolutamente jerarquizada: el Rey, los 25 grandes, la nobleza, la hidalguía y el pueblo llano”… Los conquistadores aspiraban a ser hidalgos, hijos de algo. “No venían por tierra sino por oro y quien les trabajara”. En Antioquia, la población indígena desapareció rápido, por dispersa y propensa a nuevas enfermedades. Pero había oro. Aunque convenía ser hidalgo para no trabajar con las manos, un oficio vil, ni pagar impuestos, en Antioquia tocó hacerlo, por el oro. En cartas de estos aventureros se lee, “por favor que mi familia no se entere que he tenido que trabajar”. 


Mejía plantea que los antioqueños “no nos podemos entender sin la fiebre del oro”, que aún persiste y ayudaría a explicar, por ejemplo, la violencia en Buriticá. También enumera singularidades paisas como el temprano desarrollo del mercado crediticio, de las sociedades accionarias, de prácticas contables y administrativas, con hijos de empresarios educados en Inglaterra, llegada de europeos que entrenaron mano de obra local y luego establecieron alianzas matrimoniales con las élites y un largo etcétera de prácticas, costumbres y saberes en las que Antioquia fue precursora. Donde hubo tradición colonial más fuerte se mantuvo la mentalidad poco innovadora de tener “quien me trabaje”.


Mejía no es sólo historiador o rector. Como Correa, trabajó en el sector cultural. Dirigió la Biblioteca Piloto de Medellín, la Nacional en Bogotá, la Cámara Colombiana del Libro y transformó EAFIT. Siendo director de Colcultura lideró la creación del Ministerio de Cultura que tuvo bajo su responsabilidad. 


Incluso deseando un Cambio, muchos preferiríamos que su componente cultural estuviese coordinado por alguien pragmático como Mejía, buen armador de equipos, con curiosidad inagotable, que celebre la iniciativa individual y el emprendimiento. Sería arriesgado un voluntarista como Correa, aferrado a la narrativa simplista de castas coloniales opresoras, obsesionado por financiar lo colectivo con fondos públicos pero acrítico de cómo los despilfarra la nueva izquierda corrupta tolerada por Petro. Desde que este soñador frustrado dejó el gabinete, el visionario bolivariano rabiosamente intolerante a cualquier desacuerdo escaló sus descaches a niveles inauditos. Marginó a quien le ayudó a ganar las elecciones, nombró jefe de despacho a un fanático de la reelección, acordó una "zona binacional" que legitima al dictador Maduro y trata a los medios como meros contratistas del gobierno cuyas concesiones puede terminar unilateralmente. 


Del ex zar del cambio cultural cabía esperar un mínimo reproche al líder. Gómez Buendía se volvió escéptico: el presidente “ya no espera lograr cambios”. Esteban Piedrahita, director de ICESI, otra escuela de negocios, curioso por su región, el Valle, ofrece algo de sosiego: “la geografía nos ha hecho inmunes a la dictadura”.  


REFERENCIAS


Acevedo, Andrés (2025). “Fiebre de oro y sicarios” - Entrevista a Juan Luis Mejía. Atemporal Podcast, julio 16


Correa, Juan David (2025). Entrevista a Vera Grabe. Conversaciones pendientes, Podcast, julio 14


Gómez Buendía, Hernando (2022). “Petro, o la revolución cultural”. Razón Pública, agosto 14


Gutiérrez de Pineda, Virginia (1993). Familia y Cultura en Colombia, Biblioteca Básica Colombiana


Gómez Buendía, Hernando (2025). “La recta final”. El Espectador, julio 27


Niño, Luciano (2025). “Petro arremetió contra los críticos del acuerdo binacional con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro: “No es cesión de soberanía””, Infobae, Jul 26


LSV (2025). “Nueva Amenaza de Petro a la Prensa. Ahora con Contratos a Radio y TV. La Silla Vacía, Julio 26


Oquendo, Catalina (2025). “Saade y la democracia”. El País, Jul 23


Osorio, Camila (2025). “Segunda renuncia en el gabinete de Petro tras el consejo de ministros televisado: Juan David Correa deja el Ministerio de Cultura”. El País, febrero 5


Pastrana, Elisa (2025). “La historia de la mina de oro de Buriticá que le ha hecho fortuna a muchos y hoy es de los chinos”. Las2Orillas, julio 20


VR (2025). “Palabras Vicepresidenta Francia Márquez en encuentro Juntas por la Restauración de Nuestra Dignidad”. Vicepresidencia de la República, Youtube.com, julio 25

sábado, 19 de julio de 2025

China y la educación pública colombiana: el nefasto legado del maoísmo

 Publicado en El Espectador, julio 24 de 2025


“Yo creo que China es el futuro en un montón de cosas”, afirmó Jorge Espinosa, editor general de Caracol Radio, tras visitar ese país invitado por la agencia de noticias Xinhua. Su interés por las sociedades orientales surgió de practicar artes marciales. Sobre eso quiso escribir su tesis en Uniandes pero pensó que nadie podría dirigirla. De haber estudiado después, tal vez hubiese encontrado a alguien. Allí existe, desde 2007, el Instituto Confucio -espacio para “fomentar el aprendizaje de la lengua y cultura china”- que también tiene acuerdos con otras universidades privadas, no solo motivadas por la codicia. 


Los acuerdos del gigante asiático con la universidad pública colombiana son más recientes y gaseosos, casi simbólicos: un “Memorando de entendimiento”  para intercambio de jóvenes científicos (2023) y otro sobre la Nueva Ruta de la Seda (2025). De resto, no ha habido interés de la educación publica superior por el gigante asiático.


Espinosa, asalariado de un medio capitalista, muestra enorme curiosidad y opiniones ponderadas sobre la China actual. Se asombra ante el monumental milagro económico pero señala los excesos del Gran Timonel, en particular la muerte por hambre de millones de personas causada por la colectivización forzada. El contraste entre esta visión del maoísmo con el melancólico “sembraste ilusiones a la juventud del mundo y abriste el camino para que tu pueblo fuera grande” de Gustavo Petro en su visita de mayo, no podía ser más elocuente. Del engañoso e inconducente mensaje, lo único rescatable es que ayuda a recordar que el maoísmo, violento y destructor, fue muchísimo más influyente en la universidad pública y en la insurgencia colombianas de lo que acabó siendo en la China. Allí, el salto hacia la modernidad ocurrió al abandonar las prácticas revolucionarias extremas y reducir el maoísmo a un símbolo inane. Sólo así pudo surgir una potencia mundial y superar el pasado de miseria, atraso, dogmatismo y violencia que Petro añora.


El maoísmo tuvo enorme influencia entre la izquierda mundial. Por ejemplo, impulsó el Mayo 68 francés y el movimiento contra la guerra de Vietnam. Los líderes de la protesta estudiantil alabaron la Revolución Cultural ignorando los efectos deplorables del ataque fanático contra cualquier expresión burguesa, “especialmente en el arte y la cultura, así como en el avance tecnológico”. 


Desde la muerte de Mao en 1976 China dio un contundente viraje. Cayó la “Banda de los Cuatro”, una facción radical que buscaba aislar y matonear a los enemigos del partido y del gran líder. Entre los perseguidos estuvo Deng Xiaoping, después impulsor de la apertura que transformó el país en potencia económica. En su época oscura, el régimen marcó estudiantes en universidades públicas colombianas, incluso impulsó grupos insurgentes, pero el descomunal éxito del capitalismo reformista quedó silenciado por completo. 


La herencia del maoísmo sobre los líderes guerrilleros universitarios de los 60s-70s fue lamentable, empezando por la práctica, copiada de los Guardias Rojos, de reclutar estudiantes muy jóvenes en la secundaria. El régimen cubano fortaleció y sofisticó esa política, hábilmente mezclada con la educación publica gratuita, para garantizar lealtad en los servicios de inteligencia. Con esos dos maestros, un aventajado émulo del infame reclutamiento de menores en Colombia fue el M19. 


El historiador Mauricio Archila, profesor de la Nacional e investigador del CINEP, anota que en “la inclinación hacia la izquierda de los jóvenes estudiantes se percibe la influencia de algún profesor durante los años de secundaria”. El panorama descrito es deplorable. “Si la izquierda colombiana reproducía el machismo de nuestra cultura, el maoísmo sería tal vez de los más rígidos en este sentido… En el viejo dilema entre reforma o revolución… sin duda el maoísmo toma partido por el segundo polo… llevó al extremo la defensa del dogma… Fue igualmente intransigente, bordeando en rampante sectarismo… El dogmatismo maoísta se aferraba a un “pensamiento” y a una figura carismática, hasta caer en la veneración religiosa… (Algo) como una subvaloración de las condiciones objetivas, que favorece cierto voluntarismo… (Como) las elites decimonónicas, las vanguardias de izquierda se sintieron conductoras iluminadas de una gente atrasada… un dogmatismo que se siente poseedor de la verdad absoluta”. Difícil ignorar el tufo maoísta del presidente  Petro que, reforzado por el M19 y Macondo, condujo a un gran sancocho nacional indigesto. Además, infalible timonel, el líder pretende que todos “veamos el mundo con ojos petristas”. 


Un impacto menos letal pero lamentable de la politización en la universidad pública aupada por el maoísmo fue el deterioro del nivel académico por continuos cierres y la consecuente emigración de estudiantes y profesores. Clara Helena Enciso, paradójico ejemplo, única guerrillera sobreviviente del Palacio de Justicia, “entró en 1968 a estudiar economía en la Universidad Nacional, pero salió al año siguiente por los paros”.




REFERENCIAS


Acevedo, Andrés (2025). “La radio mañanera y el estado de ánimo de Colombia” - Entrevista a Jorge Espinosa, Enero 29 


Acevedo, Álvaro y Emilio Lagos (2022) “Protesta estudiantil en la crisis universitaria de 1971 en Colombia - La Juventud Patriótica (JUPA) y la Nueva Izquierda”. Ciencia Política, Universidad Nacional, Vol. 17, Nº. 33,


Archila Neira, M. (2008). “El maoísmo en Colombia: la enfermedad juvenil del marxismo-leninismo”. Revista Controversia, (190), 148-195.


ES (1998). “Sobreviviente”. Especiales Semana, Dic 19


Rubio, Mauricio (2019). "Cuba, M-19 y reclutamiento de menores". El Espectador, Sep 26 


Rubio, Mauricio (2019). “El M-19 y la muchachada del barrio”. El Espectador,Dic 12  


Rubio, Mauricio (2025). “China incomprendida, Mao Zedong, instituciones, Tigres y Moscas”. El Espectador, Mayo 22 Blog personal


Smil, Vaclav (1999). “China's great famine: 40 years later”. PubMed, 319(7225)


Szczepanski, Kallie (2019). “What Was the Gang of Four in China?”. ThoughtCo, July 23


Urrego, M (2022). “Movimiento estudiantil de 1971 y surgimiento del maoísmo en Colombia: una lectura en perspectiva global”. Ciencia Política, Universidad Nacional de Colombia, V17 Nº33



sábado, 12 de julio de 2025

Las hipótesis razonables y verosímiles sobre el Palacio de Justicia

 Publicado en El Espectador  julio 17 de 1015

Un ex guerrillero del M19 entrevistado después del hallazgo de los restos de Pilar, una compañera muerta en la retoma, explica el objetivo del grupo con el ataque. “Se esperaba salir airosos, luego salir del país con parte de los rehenes, allá hacer la negociación”.


En 1986 Clara Helena Enciso, única guerrillera sobreviviente de la retoma, trabajó por un mes en largas jornadas con Olga Behar. De ese esfuerzo surgió “Noches de humo”. Allí aparece la idea inicial. "En Bogotá, el turco Fayad le dijo a uno de sus colaboradores: Hermano, ¿por qué no enjuiciamos a ese señor (Belisario Betancur) que está incumpliendo los pactos? Enjuiciarlo significa un Tribunal… La Corte es un edificio que se puede tomar”. Behar también relata las dimensiones que tomó el operativo. “Se pensaba en una acción de dos meses… el comando se trasladaría al Cauca. Dentro del plan tendría que pensarse en helicópteros que recogieran a los miembros del comando y a los civiles en la azotea del edificio… la negociación no se realizaría en la Corte sino en el Cauca y los guerrilleros que salieran del Palacio serían trasladados a Siloé y Aguablanca, barrios populares de Cali donde el M19 tenía gran influencia”.


Ramón Jimeno entrevistó a la misma guerrillera. Lo habían llamado por ser un conocedor del M19 con audiencia internacional. El periodista vio que ella leía respuestas previamente redactadas. Le molestó que buscaran pasar por reportaje lo que en realidad era propaganda. Insistió en hablar a solas con ella por dos horas. Aceptaron con la condición de revisar lo que publicaría. El visto bueno tardó casi un año. La entrevista complementó el libro “Noche de Lobos” publicado en 1989. Allí relata cómo, después de los acuerdos iniciales, el M19, “intuía la posibilidad de llegar al poder como una alternativa real e inmediata”. Anota que en 1982 habían “contemplado la posibilidad de tomarse el Congreso”, pero renunciaron y después Fayad optó por el Palacio de Justicia, “allí encontraría valiosos rehenes para presionar cualquier negociación”. El M19, continúa Jimeno, “fiel a su voluntarismo… creía que podía encargarse de convertir (la toma) por la fuerza de la historia en escenario de juicio excepcional que debía concluir con una sentencia llamando a la formación de un nuevo gobierno”. 


Del  relato de Ana Carrigan sobre lo ocurrido la madrugada del 7 de noviembre en un baño del Palacio queda claro que los mismos rehenes, sobre todo Manuel Gaona y Carlos Urán, se indignaron con el cuento de Andrés Almarales que preparaban un juicio político al presidente. Sabían que eran rehenes, que cumplían órdenes para salvar su vida, mientras quien los “retenía” buscaba responsabilizar al Ejército de lo que pasara.


Novia de Pablo Escobar, entrenada para ser su relacionista pública y biógrafa, menospreciada como testigo, Virginia Vallejo supo, en vivo y en directo, que su amado le había dado un avance en dólares a Iván Marino Ospina. 

  • ¿Para qué es ese millón?
  • Para recuperar mis expedientes y meterles candela 

Al ser abatido Ospina antes de la toma que iba a dirigir, Escobar pensó irse del país para evitar su extradición. “Me da a entender que el plan ha sido abortado”, anota la novia del capo que, sorprendida después al ver por TV el Palacio en llamas, decide cortar con él. 


En el informe final de la Comisión de la Verdad sobre el Palacio de Justicia (CVPJ 2010 p. 339) Adriana Echeverry y Ana Mª Hanssen, periodistas (P), entrevistaron a Gustavo Petro (GP) entonces Representante a la Cámara.  

  • (P) ¿Qué habría pasado si el Ejército cesa el fuego?
  • (GP) Yo creo que el Ejército pensó una cosa que podría ser cierta: si la toma del Palacio de Justicia salía bien, llegaríamos al poder porque el apoyo popular era manifiesto. Y con una toma de esas, después de poner al gobierno a negociar, lo que seguía era la toma del poder. Y eso, más que asustar al Ejército, asustó a la oligarquía colombiana
  • (P) ¿Cuál era el plan que debían seguir si hubieran logrado retener vivos a los Magistrados?
  • (GP) Comenzar con el juicio, iniciar un proceso político y tomarse el poder. No desde el Palacio, pero sí concentrar la capacidad política más grande, la capacidad de convocatoria popular más grande posible, con un conocimiento militar muy fuerte y con una fuerza militar igualmente fuerte. Y hacer lo que se hizo en Nicaragua: entrar con fusiles, tanques, guerrilleros y centenares de miles de personas, todos al mismo tiempo. 


El sueño de Petro, muchos del M19 y sus adláteres sigue siendo el mismo: “con el pueblo, con las armas, al poder”. Las instituciones que lo impidieron en 1985 sí muestran un Cambio, por fortuna irreversible: cada vez dificultan más ese anhelo tan violento.


REFERENCIAS

Bidegain, Ana María (2013). “A Search for Justice - After the Colombian Holocaust”. ReVista- Harvard Review of Latin America, Oct 17


Cote, Jhoan Sebastian (2023). “La historia secreta del papel de EE. UU. en el holocausto del Palacio de Justicia”. El Espectador, Septiembre 21


EE (2023). “La historia de Pilar: la guerrillera de la élite colombiana que se tomó el Palacio”. El Espectador, Noviembre 7


ES (1998). “Sobreviviente”. Especiales Semana, Dic 19


Jimeno, Ramón (1989). Noche de Lobos. Ediciones Folio


RS (2010). “¿Qué tienen que explicar tres generales en el caso del magistrado Urán?” semana.com, septiembre 1


Restrepo, Ana Cristina (2023). “EE.UU. sabía que la Toma del Palacio iba a ocurrir” . Entrevista a Helena Urán, Cambio, Octubre 8


Rubio, Mauricio (2025). "Los rehenes y la explicación del M-19 sobre el Palacio de Justicia". El Espectador Julio 10Blog Personal


Urán Bidegain, Helena (2020). “La verdad no acaba con la impunidad, pero me ha dado libertad”. Comisión de la Verdad, Septiembre 29


Vallejo, Virginia (2007). Amando a Pablo - Odiando a Escobar. Grijalbo


viernes, 4 de julio de 2025

Los rehenes y la explicación del M-19 sobre el Palacio de Justicia

 Publicado en El Espectador, Julio 10 de 2025


Según Ana Carrigan en su libro “El Palacio de Justicia”, la madrugada del 7 de noviembre de 1985, segundo día de la Toma, el Ejército se retiró del edificio en llamas. Varios guerrilleros y rehenes pudieron instalarse en un baño para descansar. Por primera vez hablaron. 


Gabriel recuerda una discusión con Andrés Almarales. “Le suplicamos que se rindiera y que no permitiera que nos mataran a todos”. El comandante del asalto, abogado, les respondió que no estaban entendiendo lo que pasaba. Explicó por qué el M19 había tomado la Sala de la Corte Suprema de Justicia y lo que pretendían hacer. “Nosotros no vinimos aquí a matar a nadie. Vinimos a presentar nuestro caso contra el presidente y contra los militares. Queríamos que todos los magistrados actuaran como jueces”. Agregó que Belisario Betancur había traicionado los acuerdos con ellos y contó que venían preparados para resistir ocho horas de combate con el Ejército. Después, esperaban sentarse con los jueces para exponer sus posiciones. De ahí el nombre de la operación: “Antonio Nariño por los Derechos del Hombre”. 


El magistrado Manuel Gaona reaccionó y le increpó a Almarales: “¿cómo se pueden llamar defensores de los derechos humanos cuando hacen lo que nos están haciendo a nosotros?”. Los rehenes presentes se involucraron en la discusión, todos de acuerdo con Gaona y en contra del guerrillero. Una mujer joven, secretaria, se atrevió a gritarle. “¡Usted es un asesino! ¿Cómo nos puede mantener aquí encerrados? ¡Todos vamos a morir!”. Quien dirigía el ataque, a pesar de ser jurista y ex parlamentario, no pudo responder, no logró justificar lo que estaban haciendo. Se limitaba a repetir “esto es diferente. Es distinto. No hemos matado a nadie ¡No vinimos a hacerle daño a nadie!”. Salió del lugar para evitar el alegato. Cuando volvió el silencio era sepulcral. Gabriel recuerda que “por supuesto sabíamos que ellos nos estaban protegiendo, como decían, porque representábamos su única oportunidad de salir vivos de allí. Sabíamos que nunca nos dejarían ir porque finalmente éramos su pasaporte a la libertad”. 


A las 5am una guerrillera entró al baño con un radio transistor. Contó que el Ejército anunciaba el inicio de la Operación Rastrillo, como se conocía la táctica militar utilizada para buscar guerrilleros escondidos en los pueblos. “Van de puerta en puerta, casa por casa, disparando primero y preguntando después”. Dio nuevas órdenes a los rehenes: tenían que salir y volver a gritar informando quiénes y cuántos eran. “Manuel Gaona encabezó la iniciativa. Él y otros magistrados se turnaban, yendo a la puerta del baño y gritando ¡Soy tal y tal, magistrado de la Corte Suprema o del Consejo de Estado! Por favor ¡No disparen! ¡Nos van a matar a todos!… Pero no hubo respuesta. Nada. Y finalmente nos cansamos de gritar. Nos cansamos de suplicar por nuestras vidas”, concluye Gabriel. Para reforzar la sensación de miedo, media hora después, cuando se reinició el tiroteo -en el que “Violeta disparaba la gran ametralladora del M19 con efecto mortífero”- Almarales reiteró que el peligro lo causaba el Ejército: “si esta es la Operación Rastrillo, estamos acabados. Simplemente entrarán y acabarán con todo lo que tengan en frente”.


A las 8am los rehenes lanzaron otra idea para alterar el dominio militar. La propuesta vino de Carlos Horacio Urán, joven magistrado asistente del Consejo de Estado. Le pidió al líder guerrillero que lo dejara salir. Le insistiría a un oficial que llamara a alguien del Gobierno para que viniera a hablar con él y así comunicarle la solicitud del M19: "dejarlos salir a cambio de entregar los rehenes”. Almarales manifestó que le gustaba la idea pero veía problemático que él fuera el emisario. Por dificultades políticas asociadas a su vinculación con la ANAPO y haber apoyado la paz de Belisario, Urán tendría problemas con el ejército. De inmediato Manuel Gaona se ofreció como voluntario pero también fue rechazado por ser ponente de la decisión sobre la extradición y haberse opuesto al deseo de Turbay de aumentarle poder a los militares. Tampoco le permitieron salir. 


A pesar de que el M19 ejercía control absoluto, y armado, sobre lo que tenían que hacer los rehenes, sobre su vida, la responsabilidad por el peligro, aseguraba el líder atacante, no era suya sino que recaía sobre quienes pretendían liberar a los cautivos. No falta ser experto en negociación bajo amenaza para argumentar que Almarales, supuestamente escogido para dirigir la toma por su formación de jurista y su actitud dialogante, actuaba magistralmente, pero en el arte de manipular y amedrentar rehenes temerosos de morir encerrados a la fuerza. La vocación y el entrenamiento del M19 incluían el secuestro extorsivo, que requiere armas, pero no el debate jurídico, siempre inerme.


REFERENCIA


Carrigan, Ana (209). El Palacio de Justicia - Una Tragedia Colombiana. Icono