domingo, 17 de agosto de 2025

Zapatero, Sánchez, Maduro, Petro & Cía reverdecen la Leyenda Negra

 Publicado en El Espectador, agosto 21 de 2025



Mª José Pizarro agradeció el respaldo de José Luis Rodríguez Zapatero a su pre candidatura presidencial. Al apoyar a Gustavo Petro en 2020, el líder socialista destacó que “una victoria de Petro es caminar hacia la igualdad y el fin de la violencia… Su experiencia es clara y la paz posible”. 


Zapatero no se limita a Colombia. En Chile, Ecuador y Bolivia respaldó candidatos socialistas. En México, sus alabanzas al presidente AMLO enfatizaron que era “oxígeno para la democracia en el mundo” y “renacimiento de México”. Desde 2022 utiliza la Internacional Socialista que preside su pupilo, Pedro Sánchez. Para ese cargo, hizo intenso lobby. En 2022, al clausurar el Congreso que eligió al líder del PSOE, Zapatero destacó su “honestidad” y “valentía”. Por otro lado, Víctor de Aldama, colaborador de la justicia contra la corrupción sanchista, asegura que “Maduro ayudó a Sánchez a presidir la Internacional Socialista”. 


Sorprendió que Petro pretenda liderar una “OTAN de Macondo” añeja, bicentenaria. “Colombia y Venezuela son el mismo pueblo, la misma bandera, la misma historia. Cualquier operación militar es una agresión contra latinoamérica y el caribe”. Así, prometió al dictador enviar tropas (gran)colombianas para “levantar con orgullo el estandarte… herederos de la libertad jurada por Bolívar”.


Un aglutinante de esta alianza transnacional de izquierda, desmarcada de la socialdemocracia europea, es la narrativa, hoy conocida como Leyenda Negra, impulsada por anglosajones en el sXVI para desprestigiar la intolerancia religiosa hispana y la falta de civilización. Círculos intelectuales acusaron a España y a la Iglesia de llevar sólo desgracias al Nuevo Mundo. Los próceres libertadores, pertenecientes a élites criollas, que buscaban poder monolítico en las nuevas repúblicas independientes, fueron beneficiarios de los mitos anti hispanos. En 1898 la prensa amarilla norteamericana amplificó la imagen cruel y decadente de España para justificar la intervención de EEUU en Cuba y Filipinas. 


El término, acuñado a principios del siglo XX, significó “una interiorización de esa propaganda por los propios españoles”. En los años treinta la izquierda latinoamericana, marxista e indigenista, fomentó el “fundamentalismo nativo… fundar repúblicas indígenas que desestabilicen el patio trasero de los EE UU”. Después, el separatismo catalán y el vasco señalaron una España opresora, acorde con la narrativa. AMLO solicitó al Rey de España y al papa Francisco pedir perdón por los abusos de la Conquista. Un analista hispano plantea que al capital financiero internacional le interesan “estados pequeños y débiles … (y defiende) la Leyenda Negra”. El summum: Gustavo Petro endosa a un ex diplomático que lo declara víctima del racismo. High-finance con fusión de ideologías y discriminación en la cumbre. 


Para contrarrestar algo tan entroncado ha surgido la Leyenda Rosa: todo bien, todo bien. “El Imperio español fue un éxito. Eso explica esa reacción adversa… una propaganda antiespañola agresiva, moderna y sofisticada”, sentencia  un  historiador. Un asunto tan controvertido debe abordarse con escepticismo. Una mentira enorme es que los españoles llegaron a eliminar población aborigen: buscaban evangelizar. La desaparición de nueve de cada diez habitantes de culturas como la azteca y la inca era imposible en términos militares. Se hubiesen requerido todos los ejércitos, las armas y la pólvora disponibles entonces en Europa. Se sabe que las enfermedades introducidas por los españoles fueron la principal causa de muertes indígenas. Viruela, sarampión, influenza y tifus explican caídas hasta del 90% en la población de ciertos grupos. 


El activismo rara vez menciona el mestizaje como factor que redujo drásticamente el porcentaje aborigen en la población. Ese entrecruce racial es el gran distintivo latinoamericano y el antídoto más eficaz contra el racismo. Fue un permanente desafío para los gobiernos criollos adaptar las instituciones clasistas que, bajo la Corona, funcionaban: idioma y leyes comunes, convivencia pacífica, universidades, hospitales y urbanismo. Pero la mezcla de orígenes, culturas y costumbres permitió cierto desarrollo empresarial, legal e ilegal, desigual por regiones, e irrealizable de manera planificada y centralizada por un Estado benefactor todopoderoso. Ese que aún sueñan caudillos, autócratas y dictadores para quiene la corrupción endémica es un bulo. 


Pablo Victoria, hispanista colombiano, se pregunta por qué aquellos criollos que no sabían si eran más españoles que indígenas permanecieron “en esas tierras, no devolviéndolas a sus antiguos moradores”. Considera a Bolívar un “falso héroe” responsable de muchas muertes. "Exterminio de indígenas nunca hubo… (fueron) criollos contra españoles”, anota. Casi dos siglos después, movimientos insurgentes urbanos, también de la élite, adoptaron símbolos bolivarianos para una guerra popular contra un sistema capitalista utilizado para configurar un invasor reaccionario, ultraderechista, codicioso, que toca evitar como sea. Esa narrativa divisionista y pendenciera, con retórica incluyente, ha sido la labor obsesiva y muy rentable de Zapatero, aliado con tiranos y aprendices que comparten ese enemigo demonizado. Nunca pensaron que la justicia negociada, otro mestizaje, terminaría acorralándolos en el Viejo y el Nuevo Mundo.    


REFERENCIAS


Acuña-Soto, Rodolfo et-al. (2002). "Megadrought and Megadeath in 16th Century Mexico". Emerg Infect Dis, pmc.nim.nih.gov, Apr; 8 360-362


Attanasio, Angelo (2025). “La Historia de España como Imperio es una Historia de Éxito”- Entrevista a Manuel Lucena Giraldo. National Geographic - Historia, Junio 9 


Delgado, Antonio María (2025). "De aviones a mansiones y casas en la Florida: EEUU incauta una fortuna a Maduro". El Nuevo Herald, Agosto 14


Read more at: https://www.elnuevoherald.com/noticias/america-latina/venezuela-es/article311695080.html#storylink=cpy


Diamond, Jared (1999). Guns, Germs, and Steel. The Fates of Human Societies. New York: W.W. Norton


EP (2024). "De Aldama asegura que el gobierno de Maduro ayudó a Pedro Sánchez a presidir la Internacional Socialista". El Pitazo, Dic 26


Herzog, Richard (2020). “How Aztecs Reacted to Colonial Epidemics”. JSTOR, Sep 23 


Kalmanovitz, Salomón (2011). “Las consecuencias económicas de la independencia en América Latina” en Berola Luis y Pablo Gerchunoff Comp. Institucionalidad y desarrollo económico en América Latina. Documento de Proyecto, CEPAL- AECID


Marcial Pérez, David (2020). "Zapatero elogia en México al Gobierno de López Obrador: “Es oxígeno para la democracia en el mundo”". El País, Feb 14


PD (2025). "Zapatero y la venta exprés y al contado de su chalet en el ‘Beverly Hills’ madrileño que huele a chamusquina". Periodista Digital, Agosto 12


Roca Barea, María Elvira (2017). Imperofobia y Leyenda Negra. Biblioteca de Ensayo Siruela 


Rubio, Mauricio (2018). "La Leyenda Negra". El EspectadorBlog personal, Agosto 16


Rubio, Mauricio (2019). "¡El mestizaje es la hostia, carajo!". El EspectadorBlog personal, Abr 4


Rubio, Mauricio (2024). "López Obrador, su pupila y la hipocresía de los reclamos a Felipe VI". El Espectador, Blog personal, Oct 4


Solinet (2022). “¿Quiénes mantienen viva la Leyenda Negra y por qué?” Entrevista a Marcelo Gullo. Solidaridad.net,  Octubre 11

viernes, 8 de agosto de 2025

El uso del humor por Gustavo Petro: maquiavélico, torpe, hasta ridículo

 Publicado en El Espectador, agosto 14 de 2025

           



La última entrevista de Juanpis Gonzalez a Petro fue criticada por falta de seriedad o, en el otro extremo, bastante apreciada. Hay más acuerdo en que fracasó. Pero no queda claro para quién. 


Me interesó oír este show para clasificar el humor presidencial: si era negro, sarcástico, irónico o simplemente malo. Resultó evidente que las payasadas no correspondidas de Juanpis fueron una disculpa para que Petro, más amable y distendido que con periodistas de grandes medios, repitiera y profundizara sus narrativas. Difícil entender por qué el presidente recibió a Alejandro Riaño, creador e intérprete de Juanpis, “heredero de una familia muy adinerada”, graduado en el Gimnasio Moderno, dónde se forma y educa la más rancia oligarquía bogotana, para que le hiciera preguntas impertinentes. 


Hay varias posibles explicaciones. Uno, la monumental audiencia de Juanpis. En mayo de 2022, tenía “casi 1.8 millones de seguidores en Youtube”. Como aumentaron 33%, Petro hubiese buscado parte de ese público. Una chanza pesada para el pueblo, poco hincha de Juanpis. Dos, soñar con cierta inercia política. Riaño apoyó las protestas de 2019 y salió a marchar “contra los Juanpis”. Celebró la histórica victoria en redes. El antipático personaje hubiera podido mantener ese respaldo. Pero desde finales de 2023, como tantos petristas, Riaño se arrepintió de su voto, e hizo pública la voltereta. Eso tenía que saberlo el Gobierno. Así, el sainete habría tenido el insólito objetivo de convencer a un oligarca bastante taquillero que volviera al redil. El Maquiavelo voluntarista es un chiste muy flojo. Tres, Riaño conoce bien la élite rola. Para su personaje observó detenidamente el entorno. “Su voz, sus movimientos, su estilo, están inspirados en personas de la vida real… Los gomelos son impunes en todo”, desde violaciones hasta manejar borrachos. Alguien tan crudo molestó a los ridiculizados, cuyo imagen se deterioró. En últimas, entre el pueblo y la oligarquía, ¿quiénes se ríen con Juanpis? Es la pregunta del millón, ala. Evaluar el impacto de la entrevista sobre las adhesiones al petrismo ya es cosa bien seria. El rechazo a Petro no ha sido fortuito. Ha tenido descaches colosales que mucha gente joven, de cualquier “estrato”, no pasará por alto. El más protuberante fue la deslealtad con Francia Márquez, agravada con machismo y racismo, una afrenta que ni siquiera Levy Rincón, leal escudero, perdona. 


Hay confusión sobre quién promovió la entrevista. Según Laura Arrieta, “desde Palacio buscaron con insistencia al comediante”. Pero Riaño matiza: “(esperamos) esta entrevista unos dos años y medio, nos buscaron y se dio”. Tal indecisión ilustra la conflictiva relación de Petro con los humoristas. Hace más de un año trinó que “el humor siempre fue usado por las clases populares para burlarse de quienes los oprimían…. después del asesinato de Jaime Garzón terminó usándose al servicio de opresores y narcos…. Los humoristas fueron asesinados, los bufones se arrodillaron al dinero”. Esa generalización gratuita y ofensiva, por supuestos vínculos de un humorista con el Clan del Golfo, provocó la airada reacción del gremio. En esa colada estigmatizada entraría “Sábados felices” que al empezar el Gobierno del Cambio cumplió 50 años y había entregado 320 centros escolares con la campaña “Lleva una escuelita en tu corazón”. 


No es el único mensaje del presidente que alude al gigante del humor. Hace poco trinó “Jaime Garzón fue mi amigo… Hace 25 años fue asesinado, apagando su humor que hacía reflexionar a las clases populares sobre las realidades del país”. Sin detenerse en la precaria evidencia sobre esa amistad, o si al menos se conocieron, difícil respaldar la figura de Garzón poniendo al pueblo a pensar. Dioselina Tibaná, Heriberto de la Calle o Nestor Elí, portero del edificio Colombia, eran personajes populares ridiculizados que también se burlaban de “los de arriba”, para hacer reflexionar, eventualmente reír y a veces rabiar a la élite social, económica, política, militar y mediática. Las lecciones eran para esas clases dirigentes. 


Antonio Morales, creador del Noticiero Quac y muy cercano a Garzón desinfla “el mito del humorista como líder de izquierda. Era un burletero del poder”. Estira la herejía: “si Garzón hubiera podido votar, su candidato habría sido Sergio Fajardo… Más que la política, le interesaba el poder… con imaginación tan poderosa que se inventó haber militado en el ELN” como Heidi. Recuerda que la mayoría de sus amigos políticos eran de derecha, por ejemplo César Gaviria, a quien visitaba en Palacio para los chismes que volvía chistes de sus programas. Morales plantea que Garzón no habría votado por nada que “sonara a Uribe” pero tampoco por Petro a quien “estaría sacándole la piedra para cumplir el sagrado mandamiento del humor político: nadie es digno de ser encumbrado”. Juanpis resultó más manipulable, y mucho menos chistoso, que Nestor Elí.


REFERENCIAS


Entrevista de Juanpis a Gustavo Petro


Alvarez, Nelson (2025). “Carolina Sanín atacó con todo entrevista de Juanpis González a Gustavo Petro”. Infobae, mayo 7


Arrieta, Laura (2025). “La entrevista”. El Espectador, mayo 11


Castro, Nicole (2025). “Juapis González entrevistó al presidente Gustavo Petro: “no habla del presente, ni del futuro””. PubliMetro, Abril 30


Hernández Sebastián (2023). “Alejandro Riaño confirmó que votó por Gustavo Petro: “Siempre nos vamos a arrepentir todos”” Infobae, dic 13


L2O (2018). “Jaime Garzón era de derecha, nunca votaría por Petro”. Entrevista a Antonio Morales. Las2Orillas, mayo 31


L2O (2022). “Jaime Garzón no hubiera votado por Gustavo Petro”.  Entrevista a Antonio Morales.  Las2Orillas, junio 20


Lombrado, Mª Eugenia (2019). “Si Jaime Garzón estuviera vivo hoy, ya lo habrían matado”- Entrevista a Antonio Morales. El Tiempo, agosto 12


Osorio, Camila (2022). “Juanpis González y el poder político del influencer ‘gomelo’ en Colombia”. El País, mayo 15


Pardo, Daniel (2022). “Juanpis González | "Los gomelos en Colombia son impunes y con plata logran limpiar sus cagadas, sean estas violar a una mujer o estrellar el carro borrachos””. BBC Mundo, Feb 4



Perilla, Natalia (2025). “Alejandro Riaño entrevistó al presidente Gustavo Petro en The Juanpis Live Show: “Lo que sí sé es que no nos volverán a llamar””. Infobae, abril 30


jueves, 31 de julio de 2025

Los restos de intelectualidad petrista y las bodegas

 Publicado en El Espectador, agosto 7 de 2025

Una de las primeras “Conversaciones pendientes” de Juan David Correa fue con Margarita Rosa de Francisco, quien confirmó su apoyo al Gobierno del Cambio. Anotó que Colombia “tiene que seguir empujando esa transformación… no hay vuelta atrás… Hay un odio de clase profundo contra Gustavo Petro”. Criticó su pasado reciente: “la alcaldía de Petro, que fue lo peor”. La célebre petrista enmudeció el día del consejo de ministros televisado: “sí, señoras y señores. Fue doloroso ver esa reunión. No tengo mucho más que decir. Me voy a llorar. Adiós”. Ante Alfredo Saade jefe de despacho, silencio ensordecedor. 


Semanas después, Ana Bejarano reprochó “las atribuciones que se han tomado ciertos funcionarios y el presidente”. Desde entonces, sigo el podcast de Correa. Constato su dificultad para invitar intelectuales que sean de izquierda -ese es un filtro-  y todavía petristas.


Con Carolina Sanín, fugaz admiradora del candidato Petro, evitaron hablar del presidente. En Octubre de 2023 ella lo calificó de “odiador", "vergüenza diplomática" y antisemita por sus declaraciones sobre Medio Oriente. En marzo de 2025, en su monólogo La Misa Negra, Sanín afirmó que “es hora de que, en defensa de la sensatez, aceptemos con firmeza que Petro se volvió loco”. 


Desde antes de charlar con Correa, Juan Carlos Botero es antipetrista (columnas, X). En agosto de 2023 escribió que “al iniciar su mandato, (Petro) tenía dos maneras de proceder. Una difícil y responsable; otra fácil y poco seria. Por desgracia, escogió la segunda…”. Su descontento aumentó. “Si crees que el creciente asalto a la institucionalidad colombiana… es inofensivo o está justificado, eres parte del problema”. La última columna describe un panorama catastrófico. 


De lejos, la conversación más placentera e instructiva para mí fue con Rubén Mendoza, cineasta que no conocía. Se destacan en él virtudes escasas en la izquierda colombiana: modestia, pragmatismo, creatividad, apertura mental, atención a los detalles, compasión genuina y sentido del humor. Observa minuciosamente la realidad para entenderla, sin dogmas que la encasillen. Su ópera prima, La Sociedad del semáforo, sobre un reciclador malabarista en las calles de Bogotá no solo fue aclamada por la crítica sino que ha encantado a audiencias muy jóvenes. Su nueva película la está haciendo con su hija de 11 años. Sobre cómo financiar la actividad, menciona el meollo de la distribución, controlada por pocas empresas. Correa mete la cuña del monopolio estatal como solución. Realista y ajeno al activismo, Mendoza no hizo comentarios, ni habló de Petro.


El polo opuesto del cineasta es Luciana Cadahia académica argentina experta en “filosofía política, estética, populismo y teoría crítica”. Ha sido profesora en seis universidades de distintos países y actualmente divide su tiempo entre Santiago de Chile como profesora universitaria y el Cauca como maestra. Tiene algunas publicaciones académicas sobre Colombia, casi todas en la misma revista. La más citada es la reseña de un libro homónimo, publicado años antes en Argentina. El marco conceptual parte de “Foucault, con Hegel, Schiller, Agamben y Esposito, para analizar su relevancia desde la perspectiva latinoamericana”. Considera clave la dimensión cultural de la “herida colonial” y cómo seguir “habitando la paradoja señorial”: élites que fingen defender instituciones para perpetuar la exclusión social y evitar el uso público de la palabra. Anota que las formas correctas de comportarse y hablar mantienen al pueblo alejado de los debates. Parte de su evidencia para Colombia son los escritos del siglo XIX de Soledad Acosta de Samper. 


Con semejante bagaje, Cadahia ha cultivado certezas sobre el país y el petrismo: “para la tradición bolivariana, independentista y emancipatoria, Venezuela y Colombia son los países más importantes”; definirán lo que ocurra este siglo. Prejuiciada y pendenciera, sentencia que Ana Bejarano Ricaurte, cuyo segundo apellido es el del prócer “en átomos volando”, “suda clasismo por todos lados”. Implícitamente asimila al anfitrión y parte de sus invitados a castas señoriales que le niegan voz al pueblo. 


Las mejores reflexiones sobre el clasismo son de Levy Rincón quien reconoce ser bodeguero. Lástima su añeja y dogmática visión de Colombia; peor aún, que exalte tan abiertamente el resentimiento. Critica al Pacto Histórico por haber abandonado a Francia Márquez y responsabiliza a Petro de ese distanciamiento… Agrega que “la izquierda de este país también es clasista y es racista y es homofóbica y es machista”. Anota que una élite intelectual no le permite hablar en foros públicos por falta de estudios. Correa reacciona y le sugiere no generalizar (como Cadahia). La propuesta de Levy contra el clasismo es insuperable: “desclasarse”. Muchos burgueses caleños van a conocer cómo vive la gente en barrios marginales en una especie de safari: “ay, mirá, los pobres comen eso, mirá cómo rumbean, mirá, son más alegres que nosotros”. Aunque se queden a vivir, no duran. Siempre tienen la opción de volver al nido protector. 


REFERENCIAS


Conversaciones pendientes, Juan David Correa


Margarita Rosa de Francisco


Ana Bejarano


Carolina Sanín


   Entrevista a Gustavo Petro

   Monólogo en Cambio


Juan Carlos Botero


Rubén Mendoza


Luciana Cadahia


Levy Rincón



sábado, 26 de julio de 2025

Sueños y revoluciones desde arriba, curiosidad y diagnóstico desde abajo

Publicado en El Espectador, julio 31 de 2025 

Al posesionarse Gustavo Petro, Hernando Gómez Buendía proclamó: “el proyecto Petro-Márquez es una revolución cultural. Pasamos de gobiernos de técnicos obtusos a uno de intelectuales e idealistas”. Compartía ese sueño, pero advirtió: “un sueño mal conducido puede acabar en desastre”.



Después de Patricia Ariza e Ignacio Zorro, en agosto de 2023, Juan David Correa fue nombrado Ministro de Cultura. Duró 18 meses y renunció súbitamente. Una entrevista a Vera Grabe revela lo que la izquierda democrática y mentalmente desarmada piensa de una “revolución cultural”, o al menos de “políticas” al respecto.


Tras reconocer a Colombia como "intercultural, (con) diversidad intelectual y humana muy grande…”, Grabe destaca la necesidad de “cambiar la mentalidad… Cultura no es sólo costumbres, tradiciones, artes, sino el conjunto de la mentalidad… Es entender educación (como) familia, trabajo, organización social, barrio, comunidad…”. Entusiasmado, Correa imagina un Ministerio de la Cultura de Paz con “un Instituto Nacional de las Artes que se ocupe de las convocatorias, de la acción de los artistas, ser un brazo ejecutor de dineros… transversalizar esta acción… Falta entender que la transformación cultural es definitiva para cualquier acción, en transporte, militar, acción exterior…”. 


El objetivo explícito es cambiar mentalidades, donde sea, transversalmente. El silencio sobre cómo lograr esa mágica metamorfosis de la diversidad cultural colombiana genera la inquietud sobre el eventual denominador común. ¿Lo definirá un líder visionario e infalible? Preocupa que burócratas estatales, incluso orientando las artes, fijen prioridades no “compartimentalizadas” ni neoliberales sino basadas en la voluntad popular. ¿Seguirán indicaciones y caprichos del mismo caudillo mesiánico? Después podrían confundir desacuerdos con odio o enemistad para proceder a perseguir la oposición y la codicia capitalistas. 



El carácter poco democrático de ese cambio cultural desde el Olimpo, contrasta con otro enfoque para los asuntos culturales. Primero, de Perogrullo, toca observar y comprender las diferencias históricas y culturales en un país tan diverso. Segundo, se debe analizar cómo esas discrepancias afectan la manera de relacionarse, coordinar, intercambiar, producir. Es lo que expone Juan Luis Mejía, ex rector de EAFIT, en una entrevista sobre las peculiaridades antioqueñas. Eso mismo hizo magistralmente hace décadas, para varias regiones del país, Virginia Gutiérrez.  


“La sociedad española que vino a América era absolutamente jerarquizada: el Rey, los 25 grandes, la nobleza, la hidalguía y el pueblo llano”… Los conquistadores aspiraban a ser hidalgos, hijos de algo. “No venían por tierra sino por oro y quien les trabajara”. En Antioquia, la población indígena desapareció rápido, por dispersa y propensa a nuevas enfermedades. Pero había oro. Aunque convenía ser hidalgo para no trabajar con las manos, un oficio vil, ni pagar impuestos, en Antioquia tocó hacerlo, por el oro. En cartas de estos aventureros se lee, “por favor que mi familia no se entere que he tenido que trabajar”. 


Mejía plantea que los antioqueños “no nos podemos entender sin la fiebre del oro”, que aún persiste y ayudaría a explicar, por ejemplo, la violencia en Buriticá. También enumera singularidades paisas como el temprano desarrollo del mercado crediticio, de las sociedades accionarias, de prácticas contables y administrativas, con hijos de empresarios educados en Inglaterra, llegada de europeos que entrenaron mano de obra local y luego establecieron alianzas matrimoniales con las élites y un largo etcétera de prácticas, costumbres y saberes en las que Antioquia fue precursora. Donde hubo tradición colonial más fuerte se mantuvo la mentalidad poco innovadora de tener “quien me trabaje”.


Mejía no es sólo historiador o rector. Como Correa, trabajó en el sector cultural. Dirigió la Biblioteca Piloto de Medellín, la Nacional en Bogotá, la Cámara Colombiana del Libro y transformó EAFIT. Siendo director de Colcultura lideró la creación del Ministerio de Cultura que tuvo bajo su responsabilidad. 


Incluso deseando un Cambio, muchos preferiríamos que su componente cultural estuviese coordinado por alguien pragmático como Mejía, buen armador de equipos, con curiosidad inagotable, que celebre la iniciativa individual y el emprendimiento. Sería arriesgado un voluntarista como Correa, aferrado a la narrativa simplista de castas coloniales opresoras, obsesionado por financiar lo colectivo con fondos públicos pero acrítico de cómo los despilfarra la nueva izquierda corrupta tolerada por Petro. Desde que este soñador frustrado dejó el gabinete, el visionario bolivariano rabiosamente intolerante a cualquier desacuerdo escaló sus descaches a niveles inauditos. Marginó a quien le ayudó a ganar las elecciones, nombró jefe de despacho a un fanático de la reelección, acordó una "zona binacional" que legitima al dictador Maduro y trata a los medios como meros contratistas del gobierno cuyas concesiones puede terminar unilateralmente. 


Del ex zar del cambio cultural cabía esperar un mínimo reproche al líder. Gómez Buendía se volvió escéptico: el presidente “ya no espera lograr cambios”. Esteban Piedrahita, director de ICESI, otra escuela de negocios, curioso por su región, el Valle, ofrece algo de sosiego: “la geografía nos ha hecho inmunes a la dictadura”.  


REFERENCIAS


Acevedo, Andrés (2025). “Fiebre de oro y sicarios” - Entrevista a Juan Luis Mejía. Atemporal Podcast, julio 16


Correa, Juan David (2025). Entrevista a Vera Grabe. Conversaciones pendientes, Podcast, julio 14


Gómez Buendía, Hernando (2022). “Petro, o la revolución cultural”. Razón Pública, agosto 14


Gutiérrez de Pineda, Virginia (1993). Familia y Cultura en Colombia, Biblioteca Básica Colombiana


Gómez Buendía, Hernando (2025). “La recta final”. El Espectador, julio 27


Niño, Luciano (2025). “Petro arremetió contra los críticos del acuerdo binacional con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro: “No es cesión de soberanía””, Infobae, Jul 26


LSV (2025). “Nueva Amenaza de Petro a la Prensa. Ahora con Contratos a Radio y TV. La Silla Vacía, Julio 26


Oquendo, Catalina (2025). “Saade y la democracia”. El País, Jul 23


Osorio, Camila (2025). “Segunda renuncia en el gabinete de Petro tras el consejo de ministros televisado: Juan David Correa deja el Ministerio de Cultura”. El País, febrero 5


Pastrana, Elisa (2025). “La historia de la mina de oro de Buriticá que le ha hecho fortuna a muchos y hoy es de los chinos”. Las2Orillas, julio 20


VR (2025). “Palabras Vicepresidenta Francia Márquez en encuentro Juntas por la Restauración de Nuestra Dignidad”. Vicepresidencia de la República, Youtube.com, julio 25