sábado, 7 de octubre de 2023

Libertades post Covid

Publicado en El Espectador, Octubre 12 de 2023 

Lea Ypi, la académica del London School of Economics cuyos recuerdos de infancia sobre su Albania natal se vendieron como pan caliente, critica al socialismo y al capitalismo en materia de libertades ciudadanas. 


“Suele asociarse el liberalismo con la libertad y el socialismo con la igualdad. Creo, sin embargo, que comparten una preocupación solapada por la libertad”.




Se define socialista pero con severas críticas a la socialdemocracia de izquierda. “No creo que las democracias liberales occidentales sean liberales ni democráticas” en buena parte porque persisten desigualdades inaceptables. Y por haberse estancado en las estrategias electorales ligadas al poder dentro del Estado nación cuando un pilar fundamental del socialismo era precisamente superar la noción de fronteras nacionales. Por oponerse al internacionalismo de la Ilustración también le disgustan, la irritan, las políticas identitarias. “Atrincherarse en una identidad en conflicto con otras es completamente alienante respecto a esa aspiración universalista que ha definido históricamente a la izquierda”. En cuanto al capitalismo, tiene una crítica escueta, esa sí compartida con el socialismo electoral: es un sistema que “solo emancipa a unos pocos”. 


Libre, su gran éxito editorial, es una reflexión sobre las libertades ciudadanas y cómo se puede diferenciar “la libertad como ideal de la libertad como ideología” y a veces como simples “eslóganes propagandísticos”. Escribió el libro durante la pandemia, un evento que generó inquietudes sobre la relación entre la sociedad idealizada por el discurso democrático y las realidades que vive la gente. En particular, aumentó la sensibilidad ante el dilema de libertad individual versus responsabilidad social, porque esta la asumieron funcionarios públicos con poder ilimitado y arbitrario no siempre en aras del bien común. 


Personalmente, recuerdo con pánico a Claudia López en la televisión comunicando sus preparativos para una economía de guerra: controlar a fondo la actividad productiva bogotana. El 30 de Marzo de 2020 la entusiasta burgomaestre anunció con tono castrense que “vamos a lograr de común acuerdo, sin pánico económico,  bajar nuestra economía, apagarla tres meses, que produzca sólo lo básico: salud, servicios públicos, cuidado, alimento y abastecimiento. El resto va a tener que estar casi cerrado”. Anticipaba un decrecimiento económico pero ya tenía previsto el plan de recuperación para el año siguiente. 


El desvarío de pretender manejar la actividad privada, incluso la informal, con planificación centralizada como en una sociedad comunista con empresas estatales, no fue óbice para los aplausos. Sus medidas de confinamiento bastaron para, desde la izquierda, venerarla sin reservas. “Fue como un chorro de luz en medio de las tinieblas. A esta pobre Colombia, vapuleada por vergüenzas y ruines intereses que medran en la complacencia de un Gobierno quebradizo, veleta de terceros, le apareció gobernanta, la líder que faltaba: Claudia López”.  


En general, el coronavirus incrementó súbitamente el afán de intervenir a fondo la vida privada y los negocios. El voluntarismo se tornó epidémico, delirante. La crisis disparó el entusiasmo por revolcar el neoliberalismo. Soñando con Edenes y Arcadias, casi se aplaudió una epidemia mortal. Se apreció de nuevo “la hora del encuentro familiar” mientras llegaba “una civilización por la que valga la pena vivir y morir”. Reverdeció el resentimiento contra la actividad empresarial: “el trance ha desnudado las purulencias de un modelo económico” para alabar el triunfo del estatismo redentor: “nunca antes habíamos mirado todos hacia el Estado, demandándole no sólo acciones sino indicaciones de cómo proseguir”. La pretensión pedagógica era ambiciosa, de nuevo universal: “todos los países del orbe están urgidos a adoptar un nuevo modelo económico”. Covid-19 fue la disculpa para que la burocracia se sintiera capaz de decidir no solo quién sale a la calle sino qué se produce.


El entonces senador Gustavo Petro mostró prudencia y sensatez durante la pandemia. En una charla desde su biblioteca hizo énfasis en las dos medidas eficaces para contener el virus y su letalidad: uno, “confinar drásticamente la población en sus casas” y dos, “aumentar sustancialmente la capacidad hospitalaria medida en camas de cuidados intensivos”. Tuvo la deferencia de trinar respaldando el encierro decretado por el gobierno al que le hacía oposición: “fue difícil pero es una buena decisión… Con disciplina se superará la adversidad. Mi apoyo a su medida de confinamiento obligatorio, Duque”. 


Eso sí, no desaprovechó la ocasión para echar línea contra el capitalismo ni para dramatizar: “el virus llegó en avión a Bogotá, a sus barrios ricos, y por transmilenio se repartió a toda la ciudad… Ha muerto un médico en Bogotá por el virus. A los médico(a)s lo(a)s transformaron en obreros mal pagos y sin estabilidad, a los pacientes los transformaron en clientes. A la ciencia la volvieron negocio… No salgan a comprar por favor. Los padres valen más que un televisor importado”. 


Lea Ypi advierte que la propaganda que simplifica, desinforma y, en últimas, coarta libertades no es monopolio de la izquierda ni de la derecha. Eso estamos constatando en Colombia, con un centro pusilánime y lentejo temeroso de criticar.

REFERENCIAS




Amat, Yamid (2020). Entrevista a Claudia López, Pregunta YamidYouTubeMarzo 30 


De la Torre, Cristina (2020). “Claudia: habemus mando”. El EspectadorMarzo 24 


De Miguel, Rafa (2023) "El capitalismo solo emancipa a unos pocos". El PaísAbril 2


Haman, Michael, Milan Školník & Jan opík (2022). “Colombian political leaders on Twitter during the Covid‐19 pandemic”, Lat Am Policy ;13:104–121  


Petro, Gustavo (2020). "Análisis sobre el coronavirus en Colombia". YouTube


Ramírez, María (2023). “La libertad a veces es sólo propaganda sobre la libertad”. Entrevista a Lea Ypi, El PaísMayo 6

Ypi, Lea (2021). Free. Coming of Age at the End of History. Penguin Books