Publicado en El Espectador, Abril 16 de 2020
Columna después de los memes
Nunca sugeriría una conspiración de la alcaldesa con sectores clientelistas. Constato que sus ideas, personalidad y habilidades se adecúan perfectamente a circunstancias que convergen hacia el neoperonismo. Aunque el modelo de gobierno macro redentor con micro gerencia ya era familiar, e indigesto, ahora tendrá menos CD y exóticos ingredientes: PhD, políticas públicas con fundamento científico y primera dama congresista. Con aprendices de puntero valorizados, la nueva receta la cocinamos entre ciudadanos, medios, academia e intelectuales atónitos, ocasionalmente sorprendidos por una tecnocracia jubilosa.
REFERENCIAS
Auyero, Javier (2004). “Política, dominación y desigualdad en la Argentina contemporánea”. Nueva Sociedad 193
Besana, Patricio (2014) "Relato sobre el rol de un puntero en la provisión de servicios básicos colectivos en un asentamiento de la Región Metropolitana de Buenos Aires, Argentina". Revista de Ciencia Política, Vol. 52, Nº 1
EE (2020). "Día 18 de cuarentena en Colombia: Así se vive el aislamiento en Ciudad Bolívar". El Espectador, Abril 11
EP (2020) "Alcaldía inicia nueva estrategia para entregar mercados por comunas en Cali" El País, Abril 12
López, Juan Manuel (2016) “Toca reducir la corrupción a sus justas proporciones”. Las2Orillas, Agosto 3
Columna después de los memes
La fijación colombiana con el uribismo y el castrochavismo traerá, con impulso del coronavirus, una variante moderna del peronismo.
La semana pasada apareció un inusitado hilo en tuiter. Sin alusión a plazos o límites, un grupo de poverty economists celebró con júbilo la repartición de ayudas para estratos bajos en Bogotá. “¡Qué belleza!”, empezaba la ovación a la “focalización de transferencias monetarias” que coincidía con la distribución de la pobreza multidimensional. “¡Una maravilla, increíble sistema de información!”. Quejas aisladas fueron atendidas: había bonos canjeables o subsidios en especie. Se reconocieron “errores de exclusión”, personas necesitadas pero invisibles, que implicaron “ventanas de actualización”: información de otras fuentes y trabajo de campo con “microfocalización geográfica”. Hasta críticos de la alcaldesa por megalómana compartieron el entusiasmo con unos mapas tan bien coloreados.
Esta tecnocracia no era de epidemiólogos sin conocimientos de hacienda pública. Quienes silenciaron interrogantes elementales -¿Habrá repetición? ¿Cuántas veces? ¿Cómo se financiará?- eran economistas con impresionante currículum. Evadieron preguntas intrínsecas a su especialidad: ¿Quiénes sufren errores de exclusión? ¿Estarán pasando hambre? La fascinación por la logística de punta les permitió ignorar barrios enteros no referenciados en los mapas.
El énfasis en la información y las protuberantes lagunas me recordaron El Puntero de Netflix, vívida descripción de un personaje de los barrios marginales en Buenos Aires. Este heredero del peronismo resuelve problemas cotidianos de la gente, controlando “el acceso a un conjunto amplio de recursos materiales y de información sobre los mismos”. Su intermediación abarca subsidios estatales, alimentos, medicinas, cupos de colegio, adjudicación de vivienda, conexión a servicios públicos, pavimentación de calles, violencia doméstica y lo que surja.
El papel electoral del puntero es fundamental: negocia con políticos en campaña los votos en bloque del barrio a cambio de infraestructura eternamente aplazada, cuya construcción dará empleo en el vecindario. Sus contactos llegan a todas las instancias relevantes: agua potable, alcantarillado, electricidad, salud, asistentes sociales, maestros, policía, jueces… Por represalias o defensa recurre a la fuerza, incluso a las armas. Las lealtades dentro de su territorio son cruciales. La serie no se preocupa mucho del suministro de recursos antes de entrar al erario pero menciona negocios entre grandes empresas y la administración pública también con marrullas o coacción. Estas prácticas mafiosas silenciadas, comunes en guiones de TV, hacen parte del negacionismo oficial latinoamericano, de izquierda y derecha.
La primera transferencia de recursos hacia familias bogotanas confinadas fue transparente. La trayectoria profesional de la alcaldesa y su equipo permiten descartar corruptelas. Algunas reacciones al hilo sobre mala calidad de las bases de datos por falsificación de cédulas son muy difíciles de sopesar. Pero testimonios desde barrios capitalinos, sumados a los de Soacha, estropean cualquier regocijo. “No podemos dejar morir los hijos de hambre, no nos vamos a alimentar de teja ni ladrillo.. somos ilegales pero también comemos… lo del ingreso solidario es mentira… que dejen trabajar, va uno con su bolsita de basura, viene a reciclar y el policía coge y le hace el comparendo”.
Pronto la tecnocracia dejará de asignar ayudas sin amplia colaboración multidisciplinaria. Políticos, burócratas, auditores y hasta jueces querrán participar en el reparto. Miseria, descontento y protestas fortalecerán la demanda por símiles del puntero peronista que peleen por servicios básicos, canalicen el rebusque y hagan cumplir acuerdos electorales. “¿Dónde están los ediles que vienen a buscar votos de nosotros?” se quejan en Ciudad Bolívar. Para legitimar los intermediarios con un partido político y dar línea desde arriba, brotarán distintos ismos de centro, buena parte antiuribistas, todos con arandelas retóricas a la medida: en algunos barrios hasta sermón evangélico. En Argentina, el esquema ha sobrevivido por décadas gracias a su versatilidad; en Colombia se adaptará bien a manzanillos y mafiosos. Hasta la corrupción podría reducirse a las célebres “justas proporciones” del presidente Turbay.
Para impulsar una política barrial redistributiva, democrática, protectora y autoritaria, difícil concebir alguien tan idóneo como la lideresa más visible del confinamiento. Claudia López ha pulido con esmero su imagen de mujer diversa: guerrera, maternal, profesional, trabajadora incansable, comunicadora locuaz, escuelera, minuciosa y didáctica. Tendrá un apoyo internacional tan contundente que provocará la envidia del heteronobel. Con actitud mesiánica, ferviente intervencionista, ya anunció cómo abonará un terreno fértil para punteros. Sabe que si asfixia, dirige o Evita mercados neoliberales logrará que innumerables transacciones, trueques y hasta multas requieran su visto bueno.
Auyero, Javier (2004). “Política, dominación y desigualdad en la Argentina contemporánea”. Nueva Sociedad 193
Besana, Patricio (2014) "Relato sobre el rol de un puntero en la provisión de servicios básicos colectivos en un asentamiento de la Región Metropolitana de Buenos Aires, Argentina". Revista de Ciencia Política, Vol. 52, Nº 1
EE (2020). "Día 18 de cuarentena en Colombia: Así se vive el aislamiento en Ciudad Bolívar". El Espectador, Abril 11
EP (2020) "Alcaldía inicia nueva estrategia para entregar mercados por comunas en Cali" El País, Abril 12
López, Juan Manuel (2016) “Toca reducir la corrupción a sus justas proporciones”. Las2Orillas, Agosto 3