Publicado en El Espectador, Junio 9 de 2016
Columna después de los memes
Agacinsky, Sylviane (2009). Corps en Miettes. Paris: Flammarion
Kamin, Debra (2015). "Israel Evacuates Surrogate Babies From Nepal but Leaves the Mothers Behind". Time, Apr 28
Levin, Joe (2015). “Babies Born To Surrogate Mothers In Nepal For Gay Israeli Couples Flown Out From Nepal To Tel Aviv”. Totpi.com, April 28
Madsen, Elainie et. al. (2010) . “Kinship and altruism: A cross-cultural experimental study”. British Journal of Psychology, Volume 98, Issue 2, pages 339–359, May
Palomino, Sally (2014). “El alquiler de vientres aún no tiene reglas claras en Colombia”. El Tiempo, Sep 6
_______________(2015) "Colombia busca casa para todos sus niños huérfanos", El Tiempo, Nov 13
Rubio, Mauricio (2013). “El meollo de la adopción por parte de parejas gays”. El Espectador, Feb 6
Uprimny, Rodrigo (2013). “Adopción igualitaria y alquiler de vientres”. El Espectador, Mar 16
Columna después de los memes
El debate sobre adopción igualitaria en
Colombia fue tan pobre que ignoró los vientres de alquiler.
Quienes atacan la jurisprudencia se
espantan con una pareja gay, mientras la militancia tapa cualquier
inconveniente. Son historias de horror contra cuentos de hadas que silencian el
abismo entre la adopción lesbiana y la gay, menospeciando la maternidad. Desde
Darwin se conocen, en todas las especies, estrategias evolutivas basadas en la
selección por parentesco. Hace medio siglo, la “regla de Hamilton” en biología
postuló que el altruísmo depende de la cercanía genética, desde hormigas hasta
seres humanos; el vínculo primordial, incontestable, es el maternal. Ante estas
realidades de la evolución, sumadas a la importancia que diferentes culturas,
sistemas legales y disciplinas le reconocen a la madre, el activismo pretende
que esa presencia es inocua para la crianza. Encima, queda flotando la idea de
que contratar una gestante para quitarle el hijo es una nimiedad compensable con
dinero.
La procreación asistida ya permite
adopciones sofisticadas, y escabrosas: óvulos premium, escogidos a la carta, bien
remunerados –hasta cien mil dólares si es de una universitaria “inteligente,
atlética, alta y rubia”- fecundados in vitro y luego implantados en un vientre
alquilado en tierras lejanas donde una pobre mujer, que ya ni transmite sus
genes, no importunará al arrepentirse de haber vendido parte de sí, su
embarazo, ese complejo proceso físiológico, hormonal y psicológico que se sabe
genera estrechos vínculos; aceptará alguna retribución, colosal para ella,
irrisoria para quien adopta pagando. Con retórica progresista se impulsó la
utilización del cuerpo de mujeres marginadas en beneficio de una élite
transnacional. La esencia de ese mercado la ilustró en 2015 un grupo de gais
israelíes: ante la prohibición para alquilar vientres en su país, habían
viajado al Nepal; tras el terremoto, fueron evacuados por su gobierno con sus
bebés, dejando en medio del desastre a las madres subrogadas, incluso algunas
hindúes que habían sido llevadas allá por agencias de adopción. Úsalas y
despreocúpate, parece ser el lema.
“Las formas antiguas de esclavitud y
servidumbre nos indignan. Pero, extraño fenómeno, que los cuerpos femeninos
sean parte de un mercado y se vuelvan mercancía nos deja tranquilos”, anota
Sylviane Agacinski, filósofa francesa, socialista y feminista, orgullosa de que
su país prohíba lo que nuestros insignes magistrados, congresistas, fundamentalistas
del derecho y militantes no se han dignado debatir. Ni siquiera han
reflexionado sobre ese arreglo que algunos, con arrogancia, decretan
irrelevante.
Cuando señalé que la adopción gay incrementaría
la demanda por madres sustitutas, Rodrigo Uprimny replicó que estaba equivocado
pues el problema “existe también para parejas heterosexuales. La adopción
igualitaria y el alquiler de vientres son claramente diferenciables… Es un tema
difícil; no lo he estudiado suficientemente”. Para valorar este planteamiento,
basta pensar en otro escenario, el transporte urbano, e imaginar un vendedor de
buses diesel que propone esa opción para renovar el parque existente. Ante la
protesta ambientalista por las emisiones, el astuto promotor responde que él de
carbono negro no sabe, pero como hay taxis, vehículos particulares y
tractomulas que también usan ese combustible, la objeción es irrelevante; sus
autobuses contaminantes pueden circular sin problema.
La falta de regulación del alquiler de
vientres por parejas heterosexuales no disculpa haber impulsado sin discusión
otra fuente de demanda por esa manera de tener hijos. El descache de Uprimny refleja
el nivel del debate, y muestra los riesgos de reformas sin controversia
política, presionadas por militantes aliados con académicos en quienes prima la
defensa de su clientela particular sobre la consideración de todas las partes
afectadas y el interés públlico.
Una activista anota que, con
homosexuales, "los hijos adoptados, siempre, son hijos deseados". Las
ganas de ser padre -mejor biológico, por la “regla de Hamilton”- pueden ser tan
intensas que conlleven alta disponibilidad a pagar, desde cualquier lugar del
mundo: el mercado es global. Las restricciones en muchos países aumentaron la
presión sobre aquellos con “laisser faire”, insólitamente respaldado en
Colombia por intervencionistas convencidos. Qué hipócrita el argumento de que
se aliviará la sobre oferta de menores abandonados en el país, provocada por un
arranque de legalismo hamiltoniano de la Corte Constitucional: “indagar hasta
el sexto grado de consanguinidad por algún familiar dispuesto a quedarse con un
niño” antes de darlo en adopción.
La demanda -gay, heterosexual,
monoparental- por madres subrogadas es sólida internacionalmente. Aprobar la
adopción igualitaria, sin regulación, ni un mínimo diagnóstico sobre los riesgos
y costos de las colombianas que alquilan su vientre, es una irresponsabilidad
supina. Tal vez los mismos litigantes que celebraron una jurisprudencia que
prescinde de estas mujeres, les recomendarán demandar al Estado por permitir
que forasteros ricos les compren un hijo para expatriarlo.
REFERENCIAS
Agacinsky, Sylviane (2009). Corps en Miettes. Paris: Flammarion
Caballero, María
Cristina (2006) “Spar takes on boom in baby biz. Harvard Business School
professor delves into commerce of conception”. Harvard
News Office, March 16
Hernández Mora,
Salud (2013). “Herodes con toga”. El Tiempo, Junio
8
Kamin, Debra (2015). "Israel Evacuates Surrogate Babies From Nepal but Leaves the Mothers Behind". Time, Apr 28
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Palomino, Sally (2014). “El alquiler de vientres aún no tiene reglas claras en Colombia”. El Tiempo, Sep 6
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Ramos, Carlos
(2006). "Se busca óvulo de mujer, 5.000 dólares". El País, Abr
2
Rubio, Mauricio (2013). “El meollo de la adopción por parte de parejas gays”. El Espectador, Feb 6
Uprimny, Rodrigo (2013). “Adopción igualitaria y alquiler de vientres”. El Espectador, Mar 16
Uribe Rueda, Nicolás
(2013). “La Corte debe rectificar”. El Espectador, Jul
5
Twine, France
Winddance (2011). Outsourcing the
Womb. Race, Class, and Gestational Surrogay in a Global Market. New York:
Routledge