sábado, 3 de mayo de 2025

Petro, el papa Francisco y la izquierda selectivamente anticlerical

 Publicado en El Espectador, Mayo 8 de 2025

Hay una izquierda que, definiéndose atea y tolerante, guarda una actitud ambivalente hacia los clérigos. La muerte de Francisco sugiere que, como en tantas dimensiones, su aceptación depende de que condenen las ideas de derecha.  


“Un pontífice que pontificó contra el mercado” tenía que ser alabado al morir por una izquierda visceralmente anticapitalista como la colombiana. Un papa que “en su homilía de Bogotá (2017) llamó sembradores de cizaña a los enemigos del proceso de Paz” había que utilizarlo políticamente. Incluso incurriendo en imprecisiones como “se ocupó de la naturaleza, descuidada por sus 265 antecesores”. 


“No soy católico, pero se necesitaría a alguien con la sabiduría de Francisco para entender algunos de los misterios de nuestra política” anota quien desearía una Iglesia entrometida sólo para respaldar sus intereses políticos, como la reforma laboral que hundió el Congreso. 


El entusiasmo de la izquierda colombiana con Francisco no es nuevo. El cenit se observó en su visita del 2017, también rica en contradicciones. Un columnista que destaca “la venida de este líder espiritual carismático, abierto, que predica en el tono y lenguaje correctos la tolerancia” recuerda que recibió de Uribe “una epístola que tendrá que entrar en las futuras antologías de la ridiculez, acumulando ínfimas querellas provincianas… La manía de darle quejas a Francisco sobre una sarta de pequeñeces no se circunscribe al uribismo”. 


Bastante franco y transparente fue en esa ocasión Alfredo Molano. En persona, Francisco le pareció  “bondadoso, alegre, atento, inteligente. Confieso que me emocionó sentir su humanidad. Su carisma transmite la poderosa energía que la atención de medio mundo pone sobre él. Yo no había visto ningún papa, ni me interesaba. Pero a Francisco lo tengo como uno de mis maestros políticos, un tema que en el fondo considero espiritual”.


Con su habitual modestia, Gustavo Petro reaccionó a la muerte del pontífice con un trino: “se me fue un gran amigo. Me siento algo solo”. Acto seguido, aprovechó esa camaradería para obtener réditos políticos. Primero, anunció que “como el presidente que aún soy… y un poco más solo sin tí, voy a ordenar que se imprima por millones la "laudato si" para que se lea en las escuelas, para que el campesino lea tus palabras, hermosas y libres, infinitas; para que tu energía pase de mano en mano, de los niños y las niñas, y que lean lo que es la libertad, y el cuidado de la vida y aprendan a amar con tus palabras, la vida, compañero, a la que le han declarado la guerra”. Después, de manera francamente abusiva, colgó un video que empieza con la voz de Francisco en el fondo y se transforma en arenga del tribuno: “el primero de mayo es la hora del pueblo, es la hora de la esperanza, de la libertad y de la dignidad”. 


El anunciado día del trabajo, en vivo y en directo, Petro completó el show en términos poco franciscanos, esgrimiendo la espada de Bolívar, mostrando su nueva, amenazante e indudablemente violenta bandera. “¿Por qué roja, y por qué negra? Porque el negro es la muerte y el rojo es la libertad. Significa esta bandera libertad o muerte. El pueblo vuelve a levantar(la) para que no nos tomen por pendejos… Esta bandera que yo antepongo contra esas rejas y mortajas negras que tiene el Capitolio significa que hoy por hoy el pueblo en todos los rincones del país… dice que llegó la hora del pueblo ¡No hay paso atrás! Llegó la hora de la República y está en manos del pueblo. Por eso se esconden allá, entre la mortaja negra”. 


En El loco de Dios en el fin del mundo, Javier Cercas relata cómo, al ser elegido papa en 2013, un cardenal se acerca a Bergoglio para preguntarle si acepta. Él responde que sí y agrega, “aunque soy un gran pecador”. Luego el escritor aprende que, después de las misas en la Casa Santa Marta donde vivía, el papa prefería pedir a los presentes que rezaran por él y recibir su bendición, en lugar de impartirla. La razón era la misma, saberse pecador. Por eso Jesús había elegido a Pedro, un traidor, el más pecador de sus apóstoles, como primer papa. “No se trata de dirigir con la cabeza alzada como los dominadores; no, sino de dirigir con humildad, como hizo Jesús”, precisó Francisco. Petro tendrá que empezar a creer en la resurrección de la carne y la vida eterna para preguntarle a su amigo si sus excesos fueron perdonados. 


De todas maneras, no es indispensable la actitud franciscana para gobernar. A muchos ciudadanos nos bastaría la norma básica de la vida en comunidad, la Regla de Oro: no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”.


REFERENCIAS


Cercas, Javier (2025). El loco de Dios en el fin del mundo. Random House 


De Miguel Josú (2025). “La muerte política del Papa Francisco”. El Mundo, Abril 23


Gutiérrez Sanín, Francisco (2025). “La guerra sí tiene rostro de mujer”. El Espectador, Sep 8


Gutiérrez Sanín, Francisco (2025). “Misterios insondables”. El Espectador, abril 25


Lomonaco, Amedeo (2022). “Los Papas y los animales, criaturas en el corazón de Dios y de la Iglesia”. Vatican News, Enero


Londoño, Julio César (2025). “El evangelio de Francisco”. El Espectador, abril 26


Molano, Alfredo (2017). “Reconciliación concreta”. El Espectador, Sep 9 


Rubio, Mauricio (2017). “Papa, laicismo y paz”. El Espectador, Sep 10, Blog personal

sábado, 26 de abril de 2025

Petro y la conmemoración, lánguida en 2025, de “aquel 19 de Abril”

 Publicado en El Espectador, Mayo 1 de 2025 




En 2024, el cumpleaños del presidente, que coincide con el del nacimiento del M-19, se celebró en todo el país. En Bogotá, la Plaza de Bolívar se llenó con banderas de la organización. Se armaron tarimas y se invitaron artistas. Los empleados públicos disfrutaron el Día Cívico de la Paz con la Naturaleza  decretado para esa fecha.


Este año, en un tiktok de esa lamentable efemérides, la escasa asistencia ocupaba una ínfima fracción del espacio programado. En su cuenta oficial, Petro colgó un conmovedor collage de abrazos con ancianos y ancianas, con su familia, bailando y hasta con Pepe Mujica. Las banderas del M-19 se esfumaron. 


Entre los factores que pudieron contribuir a esa conmemoración tan lánguida está el manejo de imagen del responsable de la Paz Total, al que se le fue la mano machacando su glorioso pasado guerrillero. Semejante yerro se devolvió como “tiro por la culata”. El harakiri tocó fondo con su descache sobre el atentado terrorista en Huila: “Ejemplo del Catatumbo para el mundo. Así se pasa de la guerra a la paz”. El séquito enmudeció, observadores ecuánimes lo calificaron de demencial y fue rápidamente borrado. 


Ilustrativo de haber abierto esa dolorosa caja de Pandora con las víctimas es un artículo, el pasado 10 de marzo, de Paulina Mesa Loaiza, joven periodista de El Espectador, medio difícilmente asimilable a la extrema derecha. El título ya es sugerente: “Las heridas abiertas en las víctimas de los crímenes del M-19”. El contenido, con acceso al archivo de ediciones impresas, es devastador con la romántica imagen impuesta por los compañeros de armas de Aureliano que él busca perpetuar. 


El citado artículo anota que el secuestro y vil asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, precisamente el 19 de abril de 1976, “marcó un punto de quiebre entre los ideales de esa guerrilla… fue uno de los primeros y grandes errores en la historia del M-19”. Además, ofrece detalles de ese crimen infame: como la foto enviada por los secuestradores “con un ojo golpeado y morado, custodiado por dos encapuchados con ametralladora y la espada de Bolívar, atrás una bandera del M-19”, o el sainete de juicio popular por “traición a la Patria, traición a la clase obrera, enemigo del pueblo”. Quienes mutarían luego a luchadores por la paz montaron entonces una consulta popular para la decisión de asesinar a Mercado. “La guerrilla publicó en los principales periódicos once preguntas para juzgarlo… (por) su supuesta relación con la oligarquía”. Después de un angustioso silencio de varios días, el rehén indefenso fue condenado a muerte y luego asesinado a mansalva “aquel 19 de abril”. Basado en “historias que circulaban entre los del Eme”, el escritor Ramón Molineras, en El saxofón del cautivo, narra que esta ejecución fue decidida en Bogotá, en casa de una "novia de la High de Bateman mientras desayunaban fresas con crema”. 


Paulina Mesa recopila luego crímenes atroces, como los secuestros para “financiación del M-19 a costa de las víctimas” incluyendo el fracaso con Martha Nieves Ochoa que condujo al grupo Muerte a Secuestradores que consolidó alianzas dentro del Cartel de Medellín y con otros sectores. Recuerda la toma de rehenes en la Embajada Dominicana que anticipa “la herida profunda y abierta: la toma del Palacio de Justicia”. El artículo concluye que el perdón individual y parcial de algunos ex guerrilleros es insuficiente. “Aunque el indulto fue la única salida que se le ofreció al M-19 para hacer la paz, ese proceso dejó una gran deuda con la verdad y el perdón”. Un detalle anodino pero revelador es que el único comentario de lectores a este trabajo periodístico es “Petro la debe”. A años luz del lodazal después de las columnas de opinión a favor o en contra del Gobierno del Cambio. La lucha encarnizada es por la narrativa, no por la evidencia, considerada inocua. 


Al enorme déficit de debate sobre el pasado del M-19 hay que sumarle la reticencia de la élite progresista para dar el paso crucial de condenar cualquier forma de violencia con fines políticos. Ante esa aprobación tácita, Aureliano resurgió con brío: para el 1º de mayo, ya anunció que “desenvainaré la espada de Bolívar ante el pueblo”. En medio de fotos con actitud desafiante y discursos combativos de Carlos Pizarro -“nuestro comandante es el pueblo”- las amenazas a la democracia son explícitas: “El día que vuelva a la Presidencia de la República será porque el pueblo ha hecho una revolución”. Esta, anuncia, podrá emprenderse con decretos, sin engorrosas leyes: una institución como el Congreso “se vuelve ilegítima si le quita la voz al mandante… El pueblo tendrá entonces la posibilidad de actuar de otras maneras…”


REFERENCIAS


González, Luis Eduardo (2025) "El día que vuelva a la Presidencia será tras una revolución: Petro aviva debate sobre la reelección". El Olfato, Abril 25


Hernández, Gustavo (2024). “Petro decretó este 19 de abril de 2024 como día cívico para ahorrar agua y energía”. PortafolioAbril 18


Mesa Loaiza, Paulina (2025). “Las heridas abiertas en las víctimas de los crímenes del M-19”. El EspectadorMarzo 10


Sánchez Moreno, Juan (2025). “Petro aseguró que Catatumbo es ejemplo de paz con un video de civiles apagando un incendio de un atentado: políticos reaccionaron”. InfobaeAbril 18

sábado, 19 de abril de 2025

Vargas Llosa, Javier Cercas y Enric Marco, un impostor espantoso y genial

Publicado en El Espectador, Abril 24 de 2025



En mayo de 2005 el recién fallecido Nobel de Literatura escribió sobre Enric Marco, un personaje real que parecía de ficción. Como presidente de Amical Mauthausen, una asociación de españoles que sobrevivieron a los campos de concentración, había viajado a Alemania para la conmemoración de los 60 años del final del nazismo. Un quisquilloso historiador español concluía por esos días que Marco nunca había sido deportado. Ante tal engaño, quienes sí lo fueron pidieron a su líder volver a España para aclarar la situación. Le solicitaron aportar pruebas para desmentir la acusación. Marco reconoció haber sido descubierto: “era un impostor, nunca había estado en un campo de concentración nazi y desde hacía 30 años engañaba a todo el mundo”. 


Lo había hecho con esmero, publicando libros en los que narraba con “atroz dramatismo las infinitas crueldades, humillaciones y vejaciones” padecidas por los deportados antes de ser “exterminados por sus verdugos nazis”. También había dado un centenar de charlas anuales en colegios catalanes para educar jóvenes sobre los crímenes del nazismo. Por décadas, había mentido a sus amigos, vecinos y familiares, hasta en programas de radio y TV. “Para perpetrar una farsa de este calibre no basta carecer de escrúpulos; es preciso ser un genio, un fabulador excepcional” anotó Vargas Llosa quien, desde el escándalo, estaba obsesionado por el personaje, “con la fascinación que me han merecido las novelas más queridas”. 


Javier Cercas, otro célebre escritor, también quedó deslumbrado por Marco y estaba decidido a investigarlo a fondo. Acababa de publicar Anatomía de un instante, extraña novela sin ficción, un “relato rigurosamente real, desprovisto del más mínimo alivio de invención o fantasía” y lo atormentaba la idea que “la realidad mata, la ficción salva”. Una amiga historiadora, que además conocía afectados reales por el nazismo asociados a Amical, buscaba disuadirlo del absurdo proyecto sobre “un sinvergüenza, un mentiroso compulsivo y sin escrúpulos que se había burlado de todo el mundo”. Cercas sopesaba el dilema entre entender y justificar. Por un lado, pensaba, el deber del arte es “mostrarnos la complejidad… analizar cómo funciona el mal, para poder evitarlo”. Pero por el otro, detenerse a comprender el comportamiento de Marco era “menospreciar el legado de los deportados”.


Cercas fue invitado a una cena donde Vargas Llosa en la que se habló del escrito que le daba a Marco “la bienvenida al gremio de los fabuladores”. Cuando expuso sus inquietudes, el anfitrión lo amonestó. “¡Pero Javier! ¿No te das cuenta? ¡Marco es un personaje tuyo! ¡Tienes que escribir sobre él!”.  Para la sobremesa habían esbozado dos conclusiones. Una, “Marco no sólo era fascinante por sí mismo sino por lo que revelaba de los demás” y dos, la diferencia entre él y un novelista es que sólo este último “tiene licencia para mentir”. Secuela importante de aquella reunión fue El impostor, una rigurosa biografía publicada por Cercas en 2014. Cinco años antes, ya proponía una hipótesis sobre el sorprendente triunfo de la farsa de Marco: lo consideraba el fruto de “dos prestigios paralelos e imbatibles”, el de la víctima y el del testigo, cuya respectiva autoridad nadie se atreve a poner en duda. A eso contribuyen, según él, la relativa ignorancia del pasado, en particular del nazismo y, de manera menos evidente, que “el peor enemigo de la izquierda es la propia izquierda… la conversión del discurso de izquierda en una cáscara hueca, en el sentimentalismo hipócrita y ornamental”. Así, la genialidad de Marco habría sido “encarnar con maestría esa prostitución o derrota de la izquierda”. Sus mentiras  “vinieron a satisfacer una masiva demanda vacuamente izquierdista de venenoso forraje sentimental aderezado de buena conciencia histórica”. 


Algún discípulo de Enric Marco, especie común en España, podría servirle de coach a Aureliano para lograr discursos y trinos menos impetuosos y pendencieros, para combinar más hábilmente los infundios con verdades bien manejadas y, además, para ofrecer una batería de razones que justifiquen manipular información y mentir. Marco aseguraba que todo lo hizo por una buena causa: “ser más convincente y efectivo en sus campañas contra el totalitarismo”. Con los leales seguidores, le confirmaría que una estrategia invaluable es recuperar la importancia del pasado sin enredarse en los vericuetos de la historia, ahorrándose “las ironías y contradicciones y desasosiegos y vergüenzas y espantos y náuseas y vértigos y decepciones que ese conocimiento depara”. Más expedito invocar mariposas amarillas. 


La buena ficción, sin embargo, se utiliza para reproducir “una sensación, íntima, profunda, de realidad”, lo que Vargas Llosa bautizó “la verdad de las mentiras”. Los personajes “no son entelequias para ilustrar un propósito ni marionetas sin alma. Es la esencia del liberalismo”. La persona, no el pueblo etéreo, en el centro de la política. Nada que ver con el ocaso del Pacto Histórico.


REFERENCIAS


Antón, Jacinto y Carlos Cué (2005). “El deportado que nunca estuvo allí”. El País, Mayo 11


Cayuela, Ricardo (2025). “Mario Vargas Llosa: las tres geografías de un escritor liberal”. The Objective, Abril 15


Cercas, Javier (2009). “Yo soy Enric Marco”. El País Semanal, Diciembre 27


Cercas, Javier (2014). El Impostor. Penguin Random House. Libro Electrónico


Rubio, Mauricio (2025). "La Biblia no es un libro, es una librería. Cristianismo, amor y política". El Espectador, Abril 17 


Vargas Llosa, Mario (2005). “Espantoso y genial”. El País, Mayo 15


viernes, 11 de abril de 2025

La Biblia no es un libro, es una librería. Cristianismo, amor y política

 Publicado en El Espectador, 17 de abril de 2025



La lectura que inspira y guía a Gustavo Petro es Cien Años de Soledad, que manipula a su antojo. También invoca el mensaje cristiano de manera pobre, oportunista, reaccionaria y pendenciera. Ignora que la Biblia ofrece gran diversidad, contraste de opiniones e instancias para reflexionar y dialogar. 


El discurso presidencial el día del paro por la reforma laboral compite en surrealismo con el primer consejo de ministros televisado. “Que la selva amazónica vuelva a la cordillera oriental… Ahora vemos los pastores traicioneros vendidos al rico Epulón… alcalduchos pisoteando la Constitución… el pueblo sacará del congreso a quienes no lo obedezcan…”. Tras mucho desvarío vino el clímax de las mariposas amarillas. Los Aurelianos, señala el último, “le vendieron el corazón a la violencia antes de amar como en la Vorágine… por eso olvidamos a Bolívar cuando nos empezamos a matar entre nosotros… a dejarnos engañar en la barrrborrachera… a pesar que Colombia no tiene salvación pues otra vez caen y vuelan las mariposas amarillas… Aquí tienen que caer las flores y volar mariposas amarillas por todos los rincones de la patria. Porque las flores amarillas huelen a salvación y porque las mariposas amarillas anuncian revolución”.


Así, uno de los iconos de la obra macondiana deja de ser magia alrededor de Mauricio Babilonia -aquel que “levantaba las tejas para entrar en el baño donde Meme lo esperaba, desnuda y temblando de amor entre los alacranes y las mariposas”- para convertirse, cual proclama insurgente, en antesala de una revuelta popular. El símbolo del amor apasionado, secreto e imposible, casi un presagio de fatalidad, pasa a ser la culminación de la lucha armada, con reinserción, triunfo electoral, enorme desencanto de votantes más victimismo en la cumbre con un triste rebaño que traga cualquier sapo y delega en un líder mesiánico las indicaciones para recuperar la victoria popular que no supieron manejar. 


Para un análisis de los delirios petristas, Carlos Granés releyó a García Márquez. “Sus gestas de salvador enfebrecido y tuitero delirante se le mezclan en la mente con las andaduras revolucionarias del coronel”. Un buen ejemplo es el desafío a Donald Trump con trinos de madrugada. “Colombia es el corazón del mundo y usted no lo entendió… esta es la tierra de las flores amarillas, de la belleza de Remedios, pero también de los coroneles Aurelianos Buendía, de los cuales yo soy… quizás el último”.


A diferencia del personaje de novela que estuvo con Pilar Ternera a los 14 años, la vida amorosa de Petro empezó a los 10 años, después de sus inquietudes políticas. “Viví el fraude electoral porque mi mamá era anapista”. A los 11, un tío le anunció la revolución por la toma de tierras en Córdoba. En bachillerato leía a Marx, Lenin y Engels. Todo eso “sin fiestas ni fútbol ni amores… vivíamos en un mundo frío, encerrados, sin discotecas, sin mujeres, sin saber qué era una novia y con muchas ganas de saberlo”. Nada que ver con Carlos Pizarro quien, según un amigo de juventud, era “oligarca, orgulloso, petulante y vanidoso. Egocentrista, narcisista, ególatra y buen mozo… el Dios de las mujeres… el conquistador del mundo… el Don Juan de la República (sin) mujer que se resista”. Lo que sí compartían estos gérmenes de prócer era la entrega al pueblo que llevó al futuro Comandante Papito al seminario de La Ceja: “voy a ser sacerdote (para) trabajar por los pobres”.


También a diferencia del Aureliano de Macondo, Petro busca refugio en la literatura cristiana, con muy poca modestia: “Jesús era el mayor amante de la justicia social… de los pobres”. Como él, “había crecido entre trabajadores… es en esa gente humilde y trabajadora en dónde está Jesús el justiciero”. Además, desvela su visión deficiente y monótona de las Sagradas Escrituras. Un comentarista de A History of Sex and Cristianity, anota que “la Biblia es una librería, no un libro, con diferentes puntos de vista y narrativas contrastantes”. O sea, la antítesis del petrismo: simplista, dogmático y monolítico. 


Es inevitable insistir en la mojigatería del último Aureliano al convertir el sexo y erotismo de las mariposas amarillas en amor político por el pueblo. Y cabe señalar una semejanza tácita con la recurrente obsesión de la Iglesia, en distintas épocas, por los peligros del deseo sexual, especialmente en estos días santos. Además, no encajan en esa tradición los ataques a alcalduchos que pisotean la Carta Magna, un asunto judicial, ni odiar a presuntos victimarios y mucho menos invitar al pueblo a defenestrar representantes que no obedezcan al autócrata. Tampoco, por supuesto, la doble moral, la corrupción galopante, el arribismo y el consumo conspicuo del devoto séquito. 


REFERENCIAS


Bonnet, Piedad (2025). "El estilo es el hombre". El Espectador, Abril 13


EH (2024) "Lujos repentinos ponen en tela de juicio a hermano de Laura Sarabia". El Heraldo, Junio 23


Granés, Carlos (2025). “Petro Tuiteando en Macondo”. La Silla Vacía, Febrero 9


Gutiérrez, Carolina (2020). “Las luchas del compañero Aureliano”. El Espectador, Mayo 11


Lane, Allen (2025). “Take a Cold Bath” - Review of Lower than the Angels: A History of Sex and Christianity  by Diarmaid MacCulloch, 2024. London Review of Books Vol. 47 No. 4 · 6 March 2025


Ortiz, Diego /2028). "Gustavo Petro: Desafiando a la historia". Rolling Stone, Febrero 5


Pardo, Johan (2025). “Este sería el ‘batallón’ de influenciadores que Gustavo Petro tendría para impulsar al Pacto en 2026: hay más de 15 contratados con el Estado”. Infobae, Abril 6


Rubio, Mauricio (2020). “Oligarca, cristiano, narcisista y violento”. El Espectador, Mayo 12. Blog personal


Stacey, Diego (2025). “Los escándalos alrededor del Gobierno de Petro lastran la percepción de corrupción de Colombia”. El País, Febrero 11


domingo, 6 de abril de 2025

La fascinación con algunos guerreros: extensión del Síndrome de Estocolmo

 Publicado en El Espectador, Abril 10 de 2025 




Sorprende y preocupa que los líderes del M-19 afianzaran la fábula de su lucha armada por la paz. Se sabe que, dirigidos por un seductor colosal, encantaron militantes, incluso menores. Además, conquistaron periodistas influyentes que relataron sus hazañas silenciando un evidente conflicto de intereses. Esa complicidad clasista no existió con las FARC ni con otras guerrillas. Nadie glorifica a Tirofijo, o al Cura Pérez, como adalides de la paz. 


En 1973, una cajera de banco sueca se enamoró del asaltante que la mantuvo retenida varios días. Los efectos hormonales y psicológicos propuestos para explicar el Síndrome de Estocolmo -eventual vínculo entre captores y rehenes- también ayudan a entender la atracción, reforzada, cuando quien los padece comparte las razones del violento para atacar al enemigo. El miedo con empatía potencia el enamoramiento: este sería el Síndrome de Esto-es-el-colmo. Unos ejemplos lo ilustran. 


Cuando Antonio Navarro ayudaba a Laura Restrepo a recuperarse del susto por un tiroteo, Olga Behar andaba con Iván Marino Ospina y su combo. Había decidido exponerse pidiéndole a Álvaro Fayad que la llamara cuando fueran a firmar la paz. Quería “ir al monte para bajar con la guerrilla hasta Corinto”, participar en la guerra, y lo logró. Eran las 11 am cuando “sentimos el ruido de las aspas. Bajemos, fue la orden y comenzó la caminata… Íbamos muy cargados… descendimos por trochas angostas, enredadas en un paisaje paradisíaco… Los guerrilleros cantaban… De pronto… la ráfaga. Era un ataque hacia nosotros”. Ospina comandaba: “hay unos sesenta hombres, son soldados que nos disparan…fusiles adelante, pistolas y desarmados atrás”. Había desventaja. “Ráfagas de metralleta y fusiles y cohetes hacían un dramático coro. El ejército estaría a unos 1.000 metros”. La intrusa pidió “una chaqueta oscura, para no ser blanco de ataques”. No aceptó la retaguardia: “me quedo, a ver si aprendo algo… Todos los disparos venían del lado izquierdo (después) desde el lado derecho”. Creían estar rodeados cuando llegó corriendo un campesino y gritó “no disparen, es Navarro Wolff”. Tan peligroso ajetreo deja marcas indelebles que pueden después parcializar relatos como “Las Guerras de la Paz” o “Noches de Humo”. 


Antes de elecciones de mitaca en 1982, el M-19 invitó a María Jimena Duzán a un campamento. Tras varios días “en poder de la guerrilla”, el pánico empezó de madrugada con un guardia: “levántese y póngase las botas. Estamos en emergencia. Interceptamos una radio de los chulos (Ejército) y decían avancen”. En segundos temblaba del susto. Alguien gritó: “Alto, ¿quién es?”. Inmediatamente todos al suelo. “Allí estaba yo, sumergida en la inmensidad del fango, con tipos armados, en posición de ataque, en una noche sin luna. Ví la muerte cerca. Y todo por un armadillo”. A pesar del pánico no huyó. Para reiniciar el diálogo le comunicó a Bateman que “si no me enseñaba a manejar una pistola, me volvería loca”. 


Alexandra Pineda, “invitada” con Pacheco para entrevistar al líder, describe la eficacia de mezclar intimidación con gestos cordiales. Bateman “soltó una carcajada que estalló como una gran insolencia en medio de aquel ambiente salpicado de temores y amenazas. Tiene risa fácil, casi permanente, que no desaparece ni siquiera cuando profiere amenazas tan terribles como impedir las próximas elecciones… Estábamos allí, sentados con ese costeño indolente y audaz. Y se ríe. Se ríe a carcajadas del temor y del peligro, de la guerra y del susto que por su culpa se lleva la gente… pero asegura que ama la paz, que la desea y cree en ella. Es imposible negar el valor y la honestidad de alguien que se juega la vida por un ideal tan noble como la patria”. El reportaje termina con una exhortación. “Entonces uno piensa que con esa misma sonrisa en los labios es capaz de todo lo que dice: de desatar una guerra y hacer correr la sangre pero no sólo en los campos sino en las calles. O crear las condiciones para un golpe de Estado, convertir este país en un volcán en erupción, hacer estallar el polvorín de una lucha fratricida … Y entonces uno se pregunta si no vale la pena evitarlo”. Como pregona el fascismo, la paz estable y duradera se construye con intimidación, reflexiona la progre cronista. 


Hace años, pensé que si contactaba a estas periodistas, directamente o por amistades comunes, podríamos hablar del asunto. Qué ingenuidad. La connivencia con el Eme está sellada con evasivas, incluso indignación con quien pretenda desafiarla. Es la misma actitud de Aureliano: asustar a quien discrepe y machacar la quimera de una gesta insurgente por la paz. La izquierda no petrista mantiene su silencio sepulcral sobre la violencia del M-19, sin molestarse por entender los ya inocultables delirios y desvaríos presidenciales.


REFERENCIAS


Behar, Olga (1985). Las Guerras de la paz. Planeta


Dutton, Donald & Arthur Aron (1974). "Some evidence for heightened sexual attraction under conditions of high anxiety". Journal of Personality and Social Psychology, Vol 30, nº 4, 510-517. Versión digital 


Guéguen, Nicolas (2014). Psychologie de la séduction. Paris: Dunod


Meston, Cyndy & Penny Frhlich (2003). "Love at First Fright: Partner Salience Moderates Roller-Coaster-Induced Excitation Transfer". Archives of Sexual Behavior, Vol. 32, No. 6, December 2003, pp. 537–544. Versión digital


MJBC (1992). “Bateman. La Revolución es una fiesta”. Movimiento Jaime Bateman Cayón, Scribd


Rubio, Mauricio (2011). “Un legado del M-19: el síndrome de Esto-Es-El-Colmo”. La Silla VacíaNov 8


Rubio, Mauricio (2014). "Un comandante arrollador". El EspectadorAbril 24


Rubio, Mauricio (2014). "Entre la ansiedad y el deseo". El Espectador, Agosto 21


Villamizar, Darío (1995) Comp. Jaime Bateman. Profeta de la paz. COMPAZ, Compañía Nacional para la paz