viernes, 11 de abril de 2025

La Biblia no es un libro, es una librería. Cristianismo, amor y política

 Publicado en El Espectador, 17 de abril de 2025



La lectura que inspira y guía a Gustavo Petro es Cien Años de Soledad, que manipula a su antojo. También invoca el mensaje cristiano de manera pobre, oportunista, reaccionaria y pendenciera. Ignora que la Biblia ofrece gran diversidad, contraste de opiniones e instancias para reflexionar y dialogar. 


El discurso presidencial el día del paro por la reforma laboral compite en surrealismo con el primer consejo de ministros televisado. “Que la selva amazónica vuelva a la cordillera oriental… Ahora vemos los pastores traicioneros vendidos al rico Epulón… alcalduchos pisoteando la Constitución… el pueblo sacará del congreso a quienes no lo obedezcan…”. Tras mucho desvarío vino el clímax de las mariposas amarillas. Los Aurelianos, señala el último, “le vendieron el corazón a la violencia antes de amar como en la Vorágine… por eso olvidamos a Bolívar cuando nos empezamos a matar entre nosotros… a dejarnos engañar en la barrrborrachera… a pesar que Colombia no tiene salvación pues otra vez caen y vuelan las mariposas amarillas… Aquí tienen que caer las flores y volar mariposas amarillas por todos los rincones de la patria. Porque las flores amarillas huelen a salvación y porque las mariposas amarillas anuncian revolución”.


Así, uno de los iconos de la obra macondiana deja de ser magia alrededor de Mauricio Babilonia -aquel que “levantaba las tejas para entrar en el baño donde Meme lo esperaba, desnuda y temblando de amor entre los alacranes y las mariposas”- para convertirse, cual proclama insurgente, en antesala de una revuelta popular. El símbolo del amor apasionado, secreto e imposible, casi un presagio de fatalidad, pasa a ser la culminación de la lucha armada, con reinserción, triunfo electoral, enorme desencanto de votantes más victimismo en la cumbre con un triste rebaño que traga cualquier sapo y delega en un líder mesiánico las indicaciones para recuperar la victoria popular que no supieron manejar. 


Para un análisis de los delirios petristas, Carlos Granés releyó a García Márquez. “Sus gestas de salvador enfebrecido y tuitero delirante se le mezclan en la mente con las andaduras revolucionarias del coronel”. Un buen ejemplo es el desafío a Donald Trump con trinos de madrugada. “Colombia es el corazón del mundo y usted no lo entendió… esta es la tierra de las flores amarillas, de la belleza de Remedios, pero también de los coroneles Aurelianos Buendía, de los cuales yo soy… quizás el último”.


A diferencia del personaje de novela que estuvo con Pilar Ternera a los 14 años, la vida amorosa de Petro empezó a los 10 años, después de sus inquietudes políticas. “Viví el fraude electoral porque mi mamá era anapista”. A los 11, un tío le anunció la revolución por la toma de tierras en Córdoba. En bachillerato leía a Marx, Lenin y Engels. Todo eso “sin fiestas ni fútbol ni amores… vivíamos en un mundo frío, encerrados, sin discotecas, sin mujeres, sin saber qué era una novia y con muchas ganas de saberlo”. Nada que ver con Carlos Pizarro quien, según un amigo de juventud, era “oligarca, orgulloso, petulante y vanidoso. Egocentrista, narcisista, ególatra y buen mozo… el Dios de las mujeres… el conquistador del mundo… el Don Juan de la República (sin) mujer que se resista”. Lo que sí compartían estos gérmenes de prócer era la entrega al pueblo que llevó al futuro Comandante Papito al seminario de La Ceja: “voy a ser sacerdote (para) trabajar por los pobres”.


También a diferencia del Aureliano de Macondo, Petro busca refugio en la literatura cristiana, con muy poca modestia: “Jesús era el mayor amante de la justicia social… de los pobres”. Como él, “había crecido entre trabajadores… es en esa gente humilde y trabajadora en dónde está Jesús el justiciero”. Además, desvela su visión deficiente y monótona de las Sagradas Escrituras. Un comentarista de A History of Sex and Cristianity, anota que “la Biblia es una librería, no un libro, con diferentes puntos de vista y narrativas contrastantes”. O sea, la antítesis del petrismo: simplista, dogmático y monolítico. 


Es inevitable insistir en la mojigatería del último Aureliano al convertir el sexo y erotismo de las mariposas amarillas en amor político por el pueblo. Y cabe señalar una semejanza tácita con la recurrente obsesión de la Iglesia, en distintas épocas, por los peligros del deseo sexual, especialmente en estos días santos. Además, no encajan en esa tradición los ataques a alcalduchos que pisotean la Carta Magna, un asunto judicial, ni odiar a presuntos victimarios y mucho menos invitar al pueblo a defenestrar representantes que no obedezcan al autócrata. Tampoco, por supuesto, la doble moral, la corrupción galopante, el arribismo y el consumo conspicuo del devoto séquito. 


REFERENCIAS


Bonnet, Piedad (2025). "El estilo es el hombre". El Espectador, Abril 13


EH (2024) "Lujos repentinos ponen en tela de juicio a hermano de Laura Sarabia". El Heraldo, Junio 23


Granés, Carlos (2025). “Petro Tuiteando en Macondo”. La Silla Vacía, Febrero 9


Gutiérrez, Carolina (2020). “Las luchas del compañero Aureliano”. El Espectador, Mayo 11


Lane, Allen (2025). “Take a Cold Bath” - Review of Lower than the Angels: A History of Sex and Christianity  by Diarmaid MacCulloch, 2024. London Review of Books Vol. 47 No. 4 · 6 March 2025


Ortiz, Diego /2028). "Gustavo Petro: Desafiando a la historia". Rolling Stone, Febrero 5


Pardo, Johan (2025). “Este sería el ‘batallón’ de influenciadores que Gustavo Petro tendría para impulsar al Pacto en 2026: hay más de 15 contratados con el Estado”. Infobae, Abril 6


Rubio, Mauricio (2020). “Oligarca, cristiano, narcisista y violento”. El Espectador, Mayo 12. Blog personal


Stacey, Diego (2025). “Los escándalos alrededor del Gobierno de Petro lastran la percepción de corrupción de Colombia”. El País, Febrero 11