Publicado en El Espectador, Marzo 30 de 2023
Hasta ahora Gustavo Petro parece haber gobernado respetando la Constitución y las leyes, sin beneficiarse indebidamente de la cosa pública. Ojalá de todas sus amistades se pudiera decir lo mismo.
Un caso llamativo es el independentista catalán Xavier Vendrell, personaje “de dudoso pasado y aún más inquietante presente” a quien el presidente otorgó la nacionalidad colombiana. La movida, rodeada de misterio, suscita muchos interrogantes.
A finales de octubre de 2020, Vendrell fue detenido como presunto organizador de las violentas manifestaciones del año anterior en Cataluña e impulsor del procés que llevó al exilio o a la cárcel a varios líderes independentistas. En el referéndum del 1 de octubre de 2017 -declarado ilegal por el Tribunal Constitucional- y en la preparación previa fue crucial su participación. Se le considera pieza clave en la estrategia de manifestaciones violentas y fue el cerebro detrás de la manipulación de urnas para la votación irregular. “El procés y la organización del referéndum se hicieron al ritmo que marcaba Vendrell”.
Su pasado de agitador profesional se remonta a la época de Tierra Lliure, grupo del terrorismo separatista catalán. Aunque en principio Vendrell hacía parte del brazo político, no del ala militar, y que luego impulsó el abandono de la lucha armada para la transición al movimiento independentista parlamentario Esquerra Republicana (ERC), Vendrell confesaría después que en marzo de 1989 y junio de 1991 participó en atentados con bombas. Al archivarse la investigación por esos ataques fue nombrado secretario de Organización y Finanzas de ERC. Allí empezaría su carrera política como secretario de la vicepresidencia de la Generalitat. Siguió como consejero de Gobernación y luego como diputado. “La logística del referéndum lleva el sello inconfundible de él y su equipo. La estrategia de ocultamiento de las urnas… es copiada de la que llevaba a cabo cuando, siendo miembro de Terra Lliure, se movía con facilidad entre Cataluña y el sur de Francia. De su paso por ERC le quedó una impresionante agenda para mover a gente… Y de la clandestinidad le quedó la impronta de una altísima capacidad de organización milimétrica de todas sus acciones”.
Desde los inicios, su actividad política estuvo respaldada por negocios alrededor de una Fundación que agrupaba una red de sociedades mercantiles en los campos más variados: impresión y publicación, comunicaciones, TV, transportes, promoción inmobiliaria… Así, después de un tiempo como “servidor público”, aterrizó en el entorno empresarial, esta vez dentro del sector salud ligado a la burocracia estatal.
Fue durante su etapa en la Gobernación que Vendrell estableció contacto con quien sería alcalde de Bogotá. “Conocí a Petro hace muchos años, por un amigo común… Coincidimos cien por cien en nuestra ideología, en nuestra forma de entender el mundo. Él era alcalde electo no posesionado. Desde entonces, siempre estuve a su lado”. Le dio su apoyo cuando la Procuraduría lo inhabilitó por el cambio de modelo de recogida de basura en Bogotá. “En el 2013 en la Plaza de Bolívar ahí estaba con él cuando la derecha lo intentaba hundir”, aclaró en una entrevista.
Vendrell creó la consultora Barcelona Export Group. También impulsó la Cámara de Comercio Colombo Catalana que llegó a presidir. Ha diversificado sus negocios con una enfoque rentista. “Logró posicionarse como intermediario de las empresas catalanas con Colombia. Cualquier negocio que se quisiera hacer en Bogotá no tenía éxito si no iba de la mano de Vendrell”. En pocos años consolidó un monumental imperio económico en el país.
A pesar de su indudable éxito como empresario, “Xavi no puede abandonar la política porque la lleva en la sangre”. En 2018 asesoró a Petro en su candidatura a la presidencia no sin antes invitarlo a observar el referéndum independentista.
Para tranquilizar malpensados sobre su nacionalidad colombiana express, Vendrell aclara que no huye de la justicia española por investigaciones sobre “tráfico de influencias y desvío de fondos”. Simplemente quiere hacer contratos en Colombia para “poder trabajar por este país”. Con humildad anota ser tan sólo “un enlace entre el presidente y el pueblo”. Aunque habría estado involucrado en los Petrovideos de la última campaña presidencial, que explicarían la solidez de sus vínculos con el primer mandatario, aclara que su relación es técnica. “Voy a trabajar con el gobierno porque presenté un proyecto que se llama Campo Digno, para impulsar cooperativas en las que se asocien las familias campesinas y generen riqueza”.
A tan loable propósito no ayuda que su relación con el campo haya sido tan esporádica. Su verdadera especialidad sería el capitalismo urbano, rapaz y con dinero estatal. “Si quieren pleitear que pleiteen, y como me hinchen mucho los huevos les enviaré a un colombiano y les daré dos hostias a cada uno” dijo acerca de una licitación que ganó una entidad pública catalana de su entorno. No sorprende que haya quien lo llame “el duro de la camorra indepe”.