lunes, 24 de agosto de 2015

Quinceañeras casadas y atraso rural

Publicado en El Espectador, Agosto 27 de 2015








REFERENCIAS


EWN (2015) “Bolivia: Adolescente embarazada fue obligada a casarse con su violador Enlaweb.netJulio 6.  

Hartman, Mary (2004). The Household and the Making of History. A Subversive View of the Western Past. Cambridge University Press


Hymowitz, Kay et.al (2013). "Knot Yet. The Benefits and Costs of Delayed Marriage in America". The Family WatchVersión digital

(Agradezco este link a "Germinacion", comentarista de la columna)

Parker, Stephanie (2015). "Friends help eighth-grade Syrian girl escape arranged marriage to 22-year-old man". Women in the WorldJune 15


Rubio, Mauricio (2006). "De la moralidad militar y episcopal en la colonia al desempeño económico contemporáneo. ¿Qué pudo pasar?". Revista de Economía Institucional, 2006, vol. 8, Nº 14, pp. 289-297

______ (2013). "Las 'auyamas' y el 'apecho' de los esmeralderos". El Malpensante, Septiembre, Nº 145


______(2014) "Fotografías, Corte Constitucional y menores indígenas". El Espectador, Feb 19 

______(2015). "¿Cuál es el afán? Aguantemos un poco". EL Espectador, Jun 18



ESTIMACIONES

Para las estimaciones del impacto de la edad de la primera unión sobre la violencia de pareja se utilizó la ENDS 2010 . El estimativo de 6-7% de reducción en el riesgo de ser golpeada es bastante robusto. Se mantiene después de controlar por la edad y el nivel educativo. No cambia si se consideran las cohortes de mujeres por edades separadamente. Su magnitud es similar tanto para haber sido golpeada “alguna vez” como el “último año”. 


















golpeAVG : si ha sido amenazada o atacada alguna con un cuchillo o un arma
edad1u       : edad a la que se casó o unió por primera vez
edad           : en años cumplidos
educación  : nivel educativo, ninguno, primaria, secundaria o superior

viernes, 14 de agosto de 2015

"Denuncias puntuales" sobre abusos a niñas indígenas

Publicado en El Espectador, Agosto 20 de 2015





REFERENCIAS

Mejía, Ángela y Jineth Bedoya (2015). “La justicia que no llega para niñas indígenas violadas”. El TiempoAgosto 9

NC (2015) "Abusos sexuales, prostitución, drogadicción: ¿es suficiente la justicia indígena?" Noticias Caracol - Séptimo DíaJulio 26



Rodríguez, César (2015). "Los indígenas de Séptimo Día". El Espectador, Agosto 13

Wasserman, Moisés (2015). "Actualizar lo ancestral". El TiempoAgosto 6


viernes, 7 de agosto de 2015

Matrimonio, lavado de calzoncillos y cuernos

Publicado en El Espectador, Agosto 13 de 2015






Caricatura traducida de Dubuisson y Perrolet. 
Hasta el debate sobre el lavado de calzoncillos fue importado. 


Cuando el matrimonio parecía insalvable, hubo en la prensa colombiana unas reflexiones íntimas y agudas sobre sus problemas. 


"Es fatal, quedó mal inventado… Por fortuna, el hombre que quiero y que comparte la filosofía del 'mejor juntos pero no revueltos', lava -mejor dicho, le lavan- los calzoncillos en su propia casa", escribía María Elvira Samper. "Veo hombres que no saben llorar.. hombres incapaces de lavar un calzoncillo” anotaba Florence Thomas. "Ya puede hablarse de una generación de mujeres que les temen a los compromisos profundos; con ellas no es eso de casarse.. y lavarle los calzoncillos a un señor, a cambio de un programado polvo semanal", remataba Esther Balac. 


El meollo de la tragedia era un trueque injusto: ellas los lavan y ellas lo dan; doble jornada con esclavitud sexual. El mensaje implícito era que comprometerse con alguien no vale unos calzoncillos sucios. Para ensalzar la soltería, se recurrió al testimonio de una misteriosa ejecutiva japonesa que rechazaba a todos sus pretendientes. No soportaba la idea de lavar calzoncillos y tener sexo con ellos para siempre. “El matrimonio se va convirtiendo en una jaula. Por eso odio todos su rituales, sus grillos y sus cadenas”, concluía una de las disertaciones con una contundencia que hoy sonaría ruda y excluyente con las casadas y los casados. 


Cuando el amor conyugal volvió a ponerse intensamente de moda, a su promoción acudió la misma vanguardia intelectual que lo consideraba asfixiante y que, acostumbrada a elucubrar sin abordar los verdaderos dilemas, recibió en silencio la reciente sentencia del Consejo de Estado que asimila la infidelidad a una forma de maltrato. La novedosa doctrina, formulada a raíz del asesinato de una mujer por su esposo policía, hizo evidente la falta de sustancia de un debate sobre el matrimonio despreocupado por los cuernos. 


Lo bueno del fallo es que pone el foco sobre la principal causa de separaciones y violencia de pareja en el país. Ya no será fácil descalificar las críticas a una vida sexual que haga caso omiso del estado civil. La sentencia es positiva porque una instancia no religiosa contribuye al desprestigio de la infidelidad, resaltando la dimensión más dañina del machismo sin preocuparse por quien lava la ropa íntima.


Lo malo de la decisión es que está basada en un mal diagnóstico: da por descontado que los cuernos son una conducta que se enseña, de manera desigual, a hombres y mujeres. Con supuestos flojos, y sin una discusión previa informada, la jurisprudencia será un saludo a la bandera. No tiene dientes, ni podrá tenerlos. ¿En qué momento las infidelidades dejarán de ser asunto privado? ¿Quién y dónde las denunciará? ¿Cuáles serán sancionadas? ¿Será más grave el maltrato con muchas prepagos o con una querida? No es por descuido que los países no gobernados por fanáticos religiosos renunciaron a combatir el adulterio. 


Sorprende por su ingenuidad la recomendación general de la sentencia: el Estado debe empeñarse en generar un cambio cultural para civilizar a los machos, o sea emprender a las carreras, sin la más remota sugerencia de prioridades, lo que unas pocas sociedades tardaron siglos en lograr, con la ayuda de una institución hoy desacreditada.  


No es fácil racionalizar que el fallo responsabilice a la Policía Nacional más allá de no haber denunciado la violencia que sufría la mujer asesinada, exigiendo que la institución garantice una conducta intachable de sus miembros. ¿Qué deberá hacer un comandante de policía al enterarse que un subordinado casado es mujeriego? ¿Y si la infiel es la esposa? ¿Una empresa de seguridad privada también deberá responder por los ataques contra la pareja de sus empleados? En este caso fallaron todas las instancias. La justicia no penalizó unos ataques que sí son de interés público, y están tipificados como delito. No funcionó la crianza, ni la educación, ni la presión social, ni el autocontrol, que no dependen de un empleador. Hasta la vulnerabilidad económica de la esposa ante un maltratador fue irrelevante para una organización que traslada familias como si fueran un ente subordinado y que, sin meterse en la vida privada, podría preocuparse por apoyar la capacitación y vinculación laboral de las mujeres.  


Lo feo de la sentencia es el riesgo de que la adopten como estandarte instituciones que no requieren mucha cuerda para inmiscuirse en asuntos de alcoba. Con el fundamentalismo latente, y la evidencia de que la infidelidad es desequilibrada y dañina, el fallo recuerda que es indispensable un debate serio, pragmático y laico sobre matrimonio y sexualidad. 


REFERENCIAS

Balac, Esther (2009). “La excitante cama prohibida”. El TiempoOctubre 19

Colprensa (2105) "La infidelidad es considerada como maltrato en Colombia". El Colombiano, Julio 30

Dubuisson, Marc y  Pauline Perrolet  (2010). Le Sexe Fort est en Péril. Paris: Hachette


ET (1996). “Las Japonesas Rompen la Tradición”. El TiempoDiciembre 8

Forero, Andrea (2015). "En Colombia, la infidelidad es una forma de maltrato". El Tiempo, Julio 30

Rubio, Mauricio (2015). “Zángano o mujeriego, ¿quién es más macho?”. El Espectador, Julio 15

____ (2015). "Crimen pasional o sexista". El Espectador, Marzo 11

____ (2014). "Violencia machista, violencia política y reconciliación". El Espectador, Octubre 8

____ (2012) “Las raíces profundas de la violencia contra las mujeres”. La Silla Vacía, Abril 4


____ (2012) “Si no eres mía no serás de nadie”. La Silla Vacía, Marzo 6


____ (2011) “La infidelidad en Colombia golpea más a las mujeres”. La Silla Vacía,  Oct 11

Samper, María Elvira (2010). “Mi Problema con el Matrimonio”. SoHo


Thomas, Florence (2000). "Los Hombres". El TiempoOctubre 11

martes, 4 de agosto de 2015

La confusión notarial con la cédula trans

Publicado en El Espectador, Agosto 6 de 2015








Un vocero de los notarios vaticinó que con la posibilidad de elegir M o F en la cédula, “una persona podría abusar del derecho y cambiarse el sexo”. 


Mostrando su desconocimiento de las minorías sexuales, el letrado teme que esta facultad se convierta en atajo para el matrimonio gay. No es el único despistado. La Superintendencia de Notariado sugirió negarles el matrimonio a quienes hagan el cambio; al divulgar el Decreto 1227, los medios anotaron que favorecía a homosexuales y transexuales cuando no lo hará con todos ellos. Incluso el Minjusticia que tiene las ideas claras olvidó que señalar que también se beneficiarán las personas intersexuales: con toda una gama de genitales atípicos, algunas operadas al nacer, a veces declaradas del otro sexo y registradas así oficialmente, sin su autorización ni conocimiento. El caso extremo, conocido antes como hermafroditismo, es bien raro, pero Alice Dreger, historiadora especialista en abusos médicos a intersexuales, estima que alcanzan a ser una de cada 300 personas.


Quedó certificado notarialmente el lío para entender al colectivo LGBT, enredo al que ha contribuído el activismo. Michael Bailey, psicólogo especialista en trans de hombre a mujer nunca aceptó la explicación, contraria a la evidencia, que impuso la militancia. Tras años de entrevistar y observar esta minoría, a la que apoyó con certificados para cambios de sexo, Bailey relanzó una teoría basada en el deseo, definiendo dos tipos de trans. Por un lado quienes desde pequeños son afeminados, prefieren juegos y vestidos de niñas, se sienten inequívocamente atraídos por hombres y tienen, según él, oportunidades sexuales limitadas: los heteros los rechazan y muchos gays, atraídos por la masculinidad, tampoco les paran bolas. Muy femeninas, parecen mujeres con sólo travestirse. Con hormonas y cirugías terminan atrayendo a muchos hombres. Bailey menciona a Juanita, extremadamente atractiva, con una sexualidad (masculina) desbordada incluso, o sobre todo, con desconocidos. Estas personas, anota el investigador, “se adaptan especialmente bien a la prostitución”.


Otros trans no necesariamente son gays, ni afeminados durante la niñez. Juegan con carros o pistolas, hacen mucho deporte y eligen oficios típicamente masculinos. Los atraen exclusiva o primordialmente las mujeres, se casan y tienen hijos pero, en algún momento, sienten un fuerte impulso por cambiar. Bailey plantea que esa decisión también depende del deseo sexual: la idea de ser mujer les resulta excitante. Resume así su teoría: “quienes aman a los hombres se vuelven mujeres para atraerlos. Quienes aman a las mujeres se convierten en la que aman”. 


A pesar de su conocimiento, experiencia y respaldo a esta minoría, tres influyentes académicas trans decidieron rechazar, acosar y linchar virtualmente a Bailey. Ignorando que antes habían hecho pública su transición -cargada de erotismo, desde el travestismo ocasional hasta el cambio de sexo- no aceptaron discrepancias con el guión político de una identidad femenina atrapada en un cuerpo de hombre. La consigna militante, anota Alice Dreger, es erradicar el sexo del debate, como los gays que “desexualizaron la homosexualidad buscando el matrimonio igualitario”. 


Las activistas trans atacando a Bailey encarnan la perniciosa supeditación del conocimiento a la política, y los notarios colombianos ilustran las secuelas de esa seudociencia estalinista: ignorancia, incomprensión y desconfianza. El enredo conceptual que ha armado el activismo LGBT forzando la agrupación de minorías sexuales tan disímiles es monumental. Ni siquiera lo que ya debería darse por descontado y disminuiría la homofobia -que los gays nacen y no se hacen- está claro en el pastiche militante que sacrifica evidencia y congruencia con tal de no herir susceptibilidades igualitarias ni contrariar alianzas ideológicas mencionando la biología o las predisposiciones innatas.


El temor de los notarios no tiene asidero: gays y lesbianas buscan casarse de frente, no con engaños. Pero poder alterar a voluntad el “sexo” en la cédula tiene otros líos, como el servicio militar. En un país tan tramposo que en un banco le hacen a cualquiera -en persona, con identificación y huella dactilar al alcance- preguntas capciosas para verificar de quien se trata, esta observación no es transfobia. Resolver el problema puntual del cambio oportunista de género en los documentos para evadir el reclutamiento sin afectar los derechos de verdaderas trans o intersexuales, exige medidas concretas basadas en conocimiento pragmático y riguroso, como el de Bailey, con apoyo de esas minorías sexuales específicas. Lo demás es ruido, en especial los aspavientos de militantes que sólo toleran explicaciones incluyentes y correctas que acaban confundiendo al notariado, y a todo el mundo. 


REFERENCIAS

Dreger, Alice (2015). Galileo's Middle Finger. Heretics, Activists and the Search for Justice in Science. New York: Penguin Press 

Rubio, Mauricio (2014). "El misterioso encanto de las trans". El Malpensante Nº 156, Septiembre


Semana (2015). "Los transexuales cambian su cédula". SemanaJunio 13

Decreto 1227 de 2015