Publicado en El Espectador, Noviembre 13 de 2014
Texto de la columna después de las fotos
Texto de la columna después de las fotos
Llevo años criticando al M-19 y estoy
lejos de ser petrista, pero aplaudo la construcción de viviendas de interés
prioritario en lotes estrato seis, unas casitas de barrio alto.
Es refrescante una propuesta concreta y
factible en medio de tanta retórica grandiosa. Pazólogos empedernidos pelaron
el cobre: incondicionales de la Nueva Colombia se aculillaron con el Nuevo
Barrio y acogieron el rechazo clasista. En general las reacciones fueron fofas,
taparon la molestia con criminología burda, paternalismo, saboteo culturalista
o cargos de populismo. Algunos expertos creyeron que se trataba sólo de un
programa de vivienda cuando es ante todo una iniciativa contra el clasismo, y
por eso la secundo.
Varias casitas quedarán cerca de la
sede de SoHo, que acaba de publicar una fotonovela clasista que pasó sin
escarnio público, un pésimo síntoma. En 2012 la foto de matronas caleñas con
dos empleadas “afrodescendientes” en el fondo sí recibió condena masiva. Semana
reviró citando a Pierre Bordieu y SoHo se fajó un “Elogio de la mujer negra”
engalanado con mulatas en cueros. “El negro baila poseído de la gran bestia
original” anota el ensayista fascinado. “Así tenemos la espléndida y lujuriante
presencia de modelos que adornan esta edición” remata reforzando el estereotipo
más clasista que racista de mujeres negras tentadoras, disponibles, calientes e
irascibles originado según las entendidas en las subastas de esclavas desnudas.
Las exhibieron con pelo alisado, al gusto de la clientela de señoritos
lectores. Ignoraron que en otros lugares la foto equivalente a la tomada en
Cali hubiera tenido fondo distinto, desde mestizo oscuro hasta clarito. La
verdadera ofensa no era el color de piel, pero en Colombia es más cómodo declararse
antirracista sin cambiar de costumbres que anticlasista con empleada doméstica que
no comparte la mesa sino que come en la cocina.
Como algunos tuiteros ante las casitas,
la SoHonovela expele clasismo sin agüero. En una elegante boutique, la empleada
con delantal, gordita y torpe, le riega encima el café a Emperatriz la
protagonista. La patrona la regaña: “Pajarito, ¡vuélese de acá!”. “Esa” ni
siquiera tiene nombre. Al igual que las fotos del Elogio, el guionista plantea
que las rígidas barreras sociales se brincan con un cuerpazo femenino.
Emperatriz imagina que en SoHo “la de los tintos debe ser una hembra”. En el
Parque de la 93 “la de la caseta” es una hermosa joven y confirma que en ese
barrio todo es bello. Por eso angustian las casitas y por eso tiene valor
simbólico construírlas, diría Bordieu. Por supuesto que es una provocación,
como los robos de leche para repartir en barrios populares. Petro sacó del
cajón la expertise del Eme, pero esta vez sin violencia, todo legal, y contra
el clasismo. Difícil no aplaudir.
Para reforzar mi apoyo a la audacia me
atrevo a soltar algunas ideas. Es fundamental que las casitas sean, por
siempre, para mujeres pobres cabeza de familia con hijos escolarizados. Sobran
razones a favor de este requisito, que hace más recomendable un esquema de
alquiler, con rotación de beneficiarias, que de propiedad. Portería y mejoras
del edificio de casitas pueden autofinanciarse con parqueaderos y locales
alquilados sin subsidio. Así se evita el papayazo del deterioro y se desbarata
la objeción del detrimento patrimonial. El proyecto debe ir apuntalado con
becas para los hijos de las inquilinas en colegios de primer nivel, una tarea
igualitaria siempre pendiente que es una chichigua frente a las promesas de
gasto habaneras. El trabajo para las mujeres abunda en esos barrios, y la idea
de acercarlas es gana gana: sin perder varias horas diarias en transporte se
beneficiarán ellas, sus hijos y también sus patrones. Y no sólo por la mayor
productividad: la dueña de una exclusiva boutique dirá “soy capaz” de tolerar
una vecina distinta, emplearla, no decirle Pajarito sino aprenderme su nombre,
y algún día, quizás, invitarla a comer, en la mesa. Le hablará de eso a sus
clientas, y así.
Nadie tiene ni idea de lo que
pueda pasar ahí, pues no hay antecedentes locales de ese experimento, común en
otros países. Sin intentarlo, nunca se sabrá si funciona. La propuesta con
madres cabeza de familia debería tranquilizar opositores: el riesgo es bajo y
los beneficios sociales esperados importantes. Jamás imaginé que acabaría
acudiendo al principio tupamaro que tanto inspiró al M-19: no lo piense más
Alcalde, hágale.
REFERENCIAS
Álvarez Ramírez, Sandra (2009). “La
sexualidad y la belleza de la mujer negra, una aproximación desde Cuba” Sexología y Sociedad. Versión digital
Jaramillo Escobar, Jaime (2012). "Elogio de la mujer negra". SoHo
LSV (2014). "¿Qué opina de propuesta de Petro de que desplazados vivan en barrios estrato seis?". La Silla Vacía, Noviembre 16
Rosette, Ashleigh (2012) “Mujer negra e
irascible: ¿Un estereotipo beneficioso?”. America Economía.
Semana (2011). "A propósito de una polémica imagen: "Violencia simbólica y medios de comunicación"", Diciembre 7
Semana (2014). "Fuerte reacción por las VIP en el norte". Noviembre 10
Sóñora Soto, Ivette (2010) “La mujer negra. Aproximación al
estudio de los estereotipos trazados por los códigos negros”. IS Soto.