viernes, 23 de agosto de 2019

Feminismo desconectado, surrealista

Publicado en El Espectador, Agosto 29 de 2019





Hilo en Twitter


De La Hoz Serrano, Jorge (2019). “La 'negra palenquera' que encanta por sus dulces y curvas”. El Tiempo, Abr 20

Dubuisson, Marc et Pauline Perrolet  (2010). Le sexe fort est en péril. Hachette

Guerrero Duque, Nathalia (2018). “Marta Lucía Ramírez de vicepresidenta es una derrota para el feminismo colombiano”. Vice, Jun 20

Herranz, Carmen (2019). “Las escritoras deben remar más, especialmente si no son feas". El Espectador, Jul 17


LSV (2016). "Ningún hombre puede ser feminista, pero sí solidario” Florence Thomas - La Silla Llena, Jul 1

Orozco, Tascón Cecilia (2011). "La política es el espacio más machista que hay" – Entrevista a Florence Thomas, El Espectador, Marzo 5

Rubio, Mauricio, (2011). "Feminismo versus flominismo". Blog Personal, Junio 3


__________________ (2011). "La Oda a la Infidelidad de Florence Thomas". Blog Personal, Oct 9

_________________ (2011). "Geografía del machismo colombiano". La Silla Vacía, Dic 4


_________________ (2016). "Otra mujer no feminista". El Espectador, Ago 3

Ruiz-Navarro, Catalina (2016). "¿Pueden los hombres ser feministas?" El Espectador, Jul 6

_____________ (2019). “Amigotes machiprogres”. El EspectadorAgo 15

Sánchez, López Sandra y Angélica Bernal Olarte (2019). “Las mujeres en las presidenciales: ¿vamos avanzando?”. Razón PúblicaJun 18

lunes, 12 de agosto de 2019

Rappi contratos no laborales

Publicado en El Espectador, Agosto 15 de 2019




Un arcaísmo de izquierda es la distinción marxista entre asalariados y capitalistas, que al confundir servicios con industria obstaculiza el empleo. 


Después de 30 años de trabajar para Apple, Jonathan Ive, diseñador conocido como iGod por sus creaciones -iPod, iMac, iPhone, iPad- renunció para manejar su propio negocio, que tendrá como cliente al antiguo empleador. El fundamentalismo laborista estará pendiente de que la empresa le pague vacaciones, primas y horas extras. 


Daniel Coronell, columnista dizque empleado de Semana, fue destituído por supuesta censura patronal. Retomó su tribuna gracias a un acuerdo cuyos términos jamás se sabrán pero que seguramente no salieron del código laboral. Como iGod, el esquema pactado por la multinacional periodística de Coronell con la publicación será una relación mercantil de servicios. 


Rappi opera con contratos mucho más precarios, pero también voluntarios. Trata a los tenderos como “emprendedores independientes” aunque algunos de ellos muestren ex post marcado apego al esquema laboral con prestaciones: de haberlo exigido previamente no harían parte del servicio. Protestan y hacen plantones aupados por una élite progre que desde la barrera no arriesga nada. En redes sociales se dijo, difícil comprobarlo, que la app había bloqueado a los huelguistas y que la “hijueputez” capitalista del servicio a domicilio era equiparable a la de Transmilenio que no construyó baños para empleados en algunas estaciones. 


La solidaridad con rappitenderos insatisfechos recuerda la que despertó la huelga de pilotos de Avianca, antítesis del trabajador explotado, que se extinguió antes de discutir cómo acabaron quienes sí estaban protegidos por un contrato laboral en una empresa con reglamento de trabajo, escalafón y sindicato. Tampoco ha habido alboroto por docentes de planta en universidades privadas, con contratos laborales a término, renovables anualmente. Es fácil imaginar la eventual reacción de esos centros de reflexión y diálogo cuando enfrenten manifestaciones públicas por bajos salarios o excesiva carga académica. El anticapitalismo no cuestiona los arreglos a destajo en tanques de pensamiento o medios de comunicación de vanguardia.


El asunto Rappi sorprende en una sociedad donde un altísimo porcentaje de la fuerza laboral es informal, sin salario mínimo, ni prestaciones, ni seguridad social. Thierry Ways asimila el arreglo a un intermediario que cobra por hacer mandados y trata de elucidar las razones para el rechazo. Plantea dos hipótesis: aversión a la eficiencia por economías de escala y tecnología o, simple y llanamente, tirria con el lucro ajeno por pura envidia. Este obstáculo al desarrollo tan pertinente como poco debatido, tal vez heredado de España, me intriga hace un tiempo y merece reflexión aparte. 


Por ahora, aventuro conjeturas sobre otro legado hispano útil para desmenuzar el rappidrama. Los latinos padecemos la manía de entrometernos en asuntos ajenos para dar instrucciones. Llevamos en el corazón un cura, un burócrata y una maestra de escuela que sermonean sobre lo que debe hacerse y amonestan infractores o pecadores. Ese triunvirato mangoneador quisiera por sus consejos salario fijo con arandelas hasta pensionarse. Al llegar al anhelado empleo público manda hacia abajo y adula hacia arriba para conservarlo. Para trámites, “entre más ínfimo el cargo, más plenipotenciario el ocupante”. 


En los debates, las tajantes indicaciones muestran la añoranza de un puesto con poder para construír la sociedad soñada. Por la justicia social, palo a las empresas e ilusiones con resentimiento al proletariado oprimido. No existen preocupaciones pedestres como producción y empleo: la consigna es igualdad o morir pobres. Por algo se admira más a Cuba que a la China.


Además de la academia que educa nuevas generaciones, ciertas profesiones exacerban el gusto por la política de escritorio que tanto impulsaron los foros virtuales y las redes sociales: filosofía, derecho, sociología e incluso economía que, poco empresarial, machaca directrices para alcanzar al equilibrio general.   


El ejemplo más ilustrativo que recuerdo del “yo sí entiendo lo que le conviene a otros” fue un profesor universitario francés férreamente opuesto a que se levantara la prohibición de abrir comercios los domingos, atavismo religioso que impide redondear ingresos con empleos parciales. Cuando el entrevistador le recordó que él, docente investigador, trabaja los días festivos, por ejemplo leyendo, sentenció tranquilo: “la gente con malos salarios no toma buenas decisiones”. Es la misma actiutud clasista y condescendiente de tener lástima por los rappitenderos pero no por Coronell, que sí pudo negociar un contrato no laboral satisfactorio. 


Cualquier propuesta sobre Rappi, como aportes voluntarios para prestaciones, será vetada por las barras bravas, que hasta piden cobrar “externalidades sobre movilidad y seguridad vial”. Habrá escándalo porque la clientela recompense diferencialmente según la calidad del servicio. Esa flagrante discriminación agravará la desigualdad. Vendrán otros reparos: ¿por qué tan pocas rappitenderas? ¿acoso de clientes y compañeros con masculinidad de explotador capitalista misógino? Aspirantes a ejercer sus dotes de supervisión y mando en la burocracia Humana tienen otro motivo para manufacturar un desastre: achacárselo a Duque.


Bradshaw, Tim (2019). "Jony Ive, iPhone designer, announces Apple departure". Financial TimesJune 27

Dinero (2018). “Grupo de 'rappitenderos' protesta frente a sede de Rappi en Bogotá”. Oct 19

Patiño, Linda (2019). “Tras quema de maletas, ¿por qué se quejan los Rappitenderos?”. El TiempoJul 5

Pozzi, Sandro (2019). "El diseñador del iPhone deja Apple". El PaísJunio 29

Standing, Guy (2019). "Es urgente una nueva agenda de izquierdas". El País, Junio 30

Ways, Thierry (2019). “Aventones y mandados”. El TiempoJul 24

viernes, 2 de agosto de 2019

China incomprendida

Publicado en El Espectador, Agosto 8 de 2019
Columna después de las gráficas






El gran descache de la élite intelectual, económica y politica en el siglo XX tiene nombre de bolero, o bambuco bogotano.

Nadie entendió lo que pasaba en China. Todavía incomoda analizar su extraordinario desarrollo. Aunque negocios y ayudas en yuanes siempre son bienvenidos, no se sabe si criticar un partido único atornillado al poder o pedirle consejos. 

El enredo alcanzó el debate laissez faire versus intervencionismo. En 2017, durante la reunión de ricos en Davos, Xi Jinping, presidente chino, defendió el libre comercio mundial contra el proteccionismo de Trump. Tras décadas de propaganda norteamericana para liberar flujos internacionales de bienes y capitales, el liderazgo recae ahora en un Estado monolítico y represivo. Parece Alicia en el País de las Maravillas. El mundo patas arriba lo confirma el primer ministro inglés aliado de Trump contra Europa, el libre comercio y la economía de mercado. Adam Smith se retuerce en su tumba. 

Dos acontecimientos históricos, un estudiante desafiando tanques de guerra en Tiananmen y la caída del muro de Berlín, ocurrieron en 1989. Tal vez eso llevó a la falsa expectativa que la democratización del gigante asiático era inevitable. “China sorprendió por ser mucho más resistente al cambio político de lo que se pensó”, anota Gideon Rachman, gurú del Financial Times que hace una década predijo una potencia capaz de enfrentarse al Tío Sam. En estos días, después de  advertirle a Washington que no negociará bajo presión Pekín disparó el dólar hundiendo el yuan. 

Muy pocos previeron la magnitud del coloso. En 1902 el historiador británico John Hobson anotó que cuando China resurgiera “voltearía las mesas”; aún dependiente del capital y la ciencia occidentales, podría “restablecer su independencia económica encontrando sus propios recursos”. En 1973 Alain Peyreffitte vaticinó que “cuando la China despierte, el mundo temblará”. Ni siquiera esas profecías aisladas calibraron las dimensiones del cambio, nunca vistas en la historia de la humanidad. A finales de los setenta la participación China en el comercio mundial apenas llegaba al 1%. Hoy se acerca al 30%. Un salto similar dio un mercado mundial especializado en clientela rica, el de arte. Como celebrando el aniversario de Apolo 11 en la luna, la aeronave espacial Tiangong-2 regresó a la tierra. Mientras las principales urbes del mundo enfrentan un agudo déficit de vivienda, en las ciudades chinas 22% del parque inmobiliario, suficiente para 50 millones de hogares, permanece vacío. Un profesor que nadie empleaba fundó y dirige Alibaba, que compite con Amazon. Otro chino de 36 años, creador de TikTok, la app viral para compartir videos cortos, está entre los 10 hombres más ricos del planeta. Y así, cascada permanente de sorpresas.

En retrospectiva, los chinos predijeron mejor las tendencias del comercio mundial que el resto del mundo, una vergüenza para economistas neoclásicos obsesionados con el Estado mínimo. Nadie imaginó que un factor crucial de poder serían las multinacionales que localizaron parte de sus cadenas de producción en China. Hoy, la mayor parte del comercio internacional “es un movimiento de productos a medio producir que hacen internamente las empresas”. Un iPhone se produce en nueve economías diferentes. Nada que ver con la antigua estructura fabril con componentes y producto final hechos en un mismo sitio. Con flujos de insumos intermedios, el manejo de tarifas arancelarias para asimilar tecnología cambió por completo. Los principales aliados de Xi Jinping en Davos pidiendo reducción de aranceles eran ejecutivos de multinacionales. 

El tradicional esquema de dueños particulares del capital que evaden un alcabalero se voltea cuando las políticas laborales, financieras o comerciales faclitan alguna etapa de sus procesos productivos. El Estado se vuelve socio del capitalista, un arreglo que las disciplinas surgidas a raíz de la revolución industrial europea estaban mal preparadas para digerir. 

Más alianzas entre entes privados y públicos en lugar de confrontaciones son la principal lección que la administración Duque y la oposición o resistencia deberían sacar de la visita oficial al nuevo epicentro del poder económico global. Por fortuna en la delegación con empresarios no se colaron intelectuales exmamertos, ahora personajes políticos o formadores de opinión, tan divididos y peleones que serían capaces de revivir sus viejas rencillas entre la linea Mao y la ortodoxia soviética. Algo así de caduco surgió en redes sociales: indignación o burlas porque Duque le rindió homenaje a la revolución. Las pasiones decimonónicas, como aquellas a favor o en contra del mercado, o de Uribe, son un lastre monumental para el desarrollo. Las recetas ideológicas caducaron, el mesianismo trascendental y parlanchín estorba. Se impuso el pragmatismo sin retórica: trabajar, administrar, aceptar errores, corregirlos y avanzar dentro del marco legal. Mientras buscábamos nuestro mito fundacional, añorábamos a Bolívar, Núñez o Gaitán y discutíamos acaloradamente si fue primero el huevo o la gallina, sin saber a qué horas, ni cómo, calladita, la China se creció. 


REFERENCIAS


Bohórquez Aya, Edwin (2019). “Es mejor cooperar que poner sanciones”. Entrevista a Zeng Li, de Huawei Colombia. El EspectadorJul 10

De Miguel, Rafa (2019). "EEUU ve a China como un rival de su mismo nivel" Entrevista a Gideon Rachman. El PaísJul 7

Doncel, Luis y Sandro Pozzi (2019). “China desafía a Trump, hunde el yuan y dispara el temor a una guerra de divisas”. El País, Ago 6 

EFE (2019).”Duque considera su visita a China trascendental para aumentar las exportaciones”. eldiario.es, Jul 31

EFE (2019)."China avisa de represalias si EE UU sube los aranceles". El País, Ago 3

Fukuyama, Francis (1992). The End of History and the Last Man. The Free Press. PDF

González, Alicia (2019). “China busca estrechar lazos con la UE a través de su banco global”. El País, Jul 12

Luce, Edward (2017). The Retreat of Western Liberalism. New York, Atlantic Monthly Press

Merelli, Annalisa (2019) “How China took the emerging art market by storm”. Quartz

Pinkstone, Joe (2019) “China's space station will plummet back down to Earth”. Mailonline, July 19

SCMP (2018). “A fifth of China’s urban housing supply lies empty, equivalent to 50 million homes”.  South China Morning Post, Nov 9


Vidal Liy, Macarena (2019). "El visionario que apostó por el vide". El País, Ideas, Agosto 4

Yan, Sophia (2019). “Alibaba founder Jack Ma says staff should have sex six times in six days”. The Telegrah, May 14