martes, 29 de abril de 2014

El Flaco y la Bella, seductores fuera de serie

Publicado en El Espectador, Mayo 1 de 2014

Una posible explicación para el embrujo del Flaco, máximo lider del M-19, sobre quienes lo conocieron es la alquimia del amor. 


Su atractivo no dependía de los poderes sobrenaturales que algunos le atribuyen, ni de sus excepcionales dotes de conversador y rumbero, que por supuesto ayudaban. Había algo más instintivo, corporal, con los sentidos, la biología y las feromonas. Una periodista señala que “cuando el Flaco llegaba, lo primero que percibías era su olor. No recuerdo haber conocido a nadie que tuviera un almizcle tan peculiar. Se sentía su olor antes que su presencia”. Peggy su novia también menciona el “olor fuerte, olor a sudor”. Es ese el aroma que utilizan los sitios de encuentros de alta tecnología: las mujeres entrevistan sólo a quienes las han impresionado con feromonas en una camiseta impregnada de sudor. 


Una anécdota ilustra la versatilidad y rapidez del flechazo del comandante. Cuando los del Eme alquilaron un apartamento en la playa, en un piso 17, la dueña vivía aún más arriba y a Bateman le caía tan mal que había advertido que si se encontraban con esa burguesa ni se la presentaran. Al cruzarse con ella en el ascensor, “no habíamos terminado de subir cuando el Flaco ya había establecido una relación maravillosa con esa señora, ella lo había invitado al penthouse a mirar el mar desde allá”. Su arte no dependía de la comunicación verbal. En un viaje a Rusia estuvo hospitalizado y tras una complicada operación permaneció dos semanas “con las piernas cruzadas e inmovilizadas”. Aún así, “hizo el amor con una enfermera”. Conquistó a otras para que le llevaran vodka y tomar con ellas. Cuando se mejoró “se iban para un bosque y las hacía bailar vallenatos. Él era muy malo para hablar ruso. Para bailar, no”.  


La magia del Flaco volvía trizas cualquier pretensión de reciprocidad. Una novia acepta que “siempre hay una manera, espacio y tiempo para la convivencia de varios amores … usted sabrá a cuantas más, pero a mí me tramó, songo sorongo. Me empezó a invadir el amor. Incondicional y total. Sin chistar ni preguntar. Daba gracias a la vida por su amor, sin sentir derecho a exigir nada”. Todas sus amantes y la madre de sus hijas padecieron esa misma entrega total. 


Es inevitable con esos testimonios no pensar en otras personas famosas por la fascinación que lograron sobre sus seguidores. Evita Perón se acerca, pero el descomunal magnetismo del Flaco se asemeja más al de otra mujer que, sin ser particularmente hermosa, se inmortalizó como la Bella Otero. Su intrigante vida la resume una reunión en 1898 en un lujoso hotel de Montecarlo a la que asistieron el zar Nicolás II, Leopoldo II de Bélgica, Eduardo de Gales, Alberto I de Mónaco y Nicolás de Montenegro. El propósito de tan exclusiva cumbre: celebrarle los treinta años a la Bella, amante de todos. Simplemente con verla en un escenario, el empresario que la lanzó al estrellato quedó perdidamente enamorado. Por fortuna se dio cuenta de que el mismo flechazo afectó a muchos de los que la vieron dizque bailando aquella noche. Decidió gastar todo su patrimonio preparándola para una presentación en Nueva York. Allí la Bella cautivó a quien le serviría de trampolín para conquistar industriales, nobles europeos y hasta al Sha de Persia. Los dejaba tan deslumbrados como adolescentes enamorados. Uno de los pocos que pudo verle defectos fue el crítico, seguramente gay, que escribió “anoche vimos cantar y oímos bailar a la señorita Otero”. 


Como la actividad política del comandante, el oficio de bailarina de la Bella Otero era lo de menos. Se trataba de una fachada para reclutar un séquito de adeptos útiles a sus propósitos, tan hechizados e incondicionales que vieron en ellos sólo cualidades. Las víctimas del Flaco y quienes no lo conocimos podemos recordar que ese hombre tan adorado también fue secuestrador, cómplice de asesinato de civiles, narco, traficante de armas, instigador del MAS y promotor de la guerra sucia. Tragarse el sapo de los crímenes de las FARC sería más sencillo si Tirofijo, Cano o Timochenko hubieran tenido algo del encanto de Bateman, quien blanqueó su imagen seduciendo a una élite de intelectuales. Los demás comandantes del M-19 aprendieron de él que en la lucha por el poder el amor es tan importante como la guerra. No cometieron el error fariano de seducir sólo guerrilleras y mantuvieron románticas aventuras con periodistas influyentes comprometidas con la paz. Eso sí, sin la magia e infalibilidad del Flaco, o de la Bella. 



REFERENCIAS

Lewis, Arthur (1968). La Belle Otero. A Biography. New York: Pocket Books

Prioleau, Betsy (2003). Seductress. Women Who Ravished the World and Their Lost Art of Love. Penguin

Tournier, Paul (2003). Las cortesanas. Barcelona: Manontropo

Villamizar, Darío (2007). Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario. Bogotá: Intermedio Editores






miércoles, 23 de abril de 2014

Un comandante arrollador

Publicado en El Espectador, Abril 24 de 2014

Pasó otra efemérides de “aquel 19 de Abril”, el chocorazo que llevó al líder más alucinante de la subversión colombiana a organizar su grupo, el M-19. 


Durante años he leído cuanta biografía, reportaje, entrevista o comentario se ha escrito sobre Jaime Bateman Cayón, el Flaco, buscando primero un tratado, después un ensayo, luego unas tesis y por último un par de frases rescatables como ideario político. No hay mucho más allá del “sancocho nacional”, que es a la ciencia de Maquiavelo lo que el dinosaurio de Monterroso a la literatura. Así de escueta es la contribución del Flaco a las ideas políticas colombianas. Sus seguidores afirman que no necesitaba ideología: le bastaban su carisma y la “cadena de afectos” que, según un exégeta, fue un “enlace político poético” para ese poder que “residía en la fuerza irresistible del amor”. Pero sin sustancia ni chef la receta ha resultado insípida, y los sancochos recientes dan grima.


La estéril incursión política en la literatura sobre Bateman fue fructífera en testimonios sobre su descomunal destreza para seducir. “Los hombres que no tienen amores constantes, absolutos, inflexibles están solos. Hay que amar con verraquera y hay que despertar el amor con verraquera” reflexionaba el irresistible líder. Quienes lo conocieron cayeron rendidos para siempre ante su encanto, que no era algo tan evidente y baladí como la pinta de Carlos Pizarro, el Comandante Papito. No sólo sus amantes o compañeros de armas lo veneran, aunque ahí dejó las huellas más profundas. “Desde el primer instante sentí su magnetismo -anota una de sus novias- él utilizó a todo el mundo, pero todo el mundo se dejaba utilizar. Sabía que uno se volvía su incondicional”.  “Me conmueve, me emociona tener un jefe como él” afirma otra amante guerrillera. “Usted era como el príncipe azul, un ideal de hombre para tantas mujeres que lo adoraron y lo debieron soñar” recuerda una tercera enamorada. “Siempre lo veías rodeado de mujeres -confirma el representante internacional del Eme- era mágico todo en él; incluso hasta la manera como desaparece, el misterio que rodea su muerte”. Un poeta añora las “noches de diálogos humeantes con florecimientos de fantasías en medio del único mandamiento que debía ser respetado con fe de carbonero: el júbilo de ser amigos y poder estar juntos … ¡Volvé Flaco!”. Un curtido político y militante con quien el líder había roto relaciones y casi enloquece al enterarse de su fatal accidente confiesa: “desde que lo ví el tipo me manejó, me impregnó, me obnubiló. Fue exactamente el olor de la guayaba, tierno, lúcido. El Flaco es la selección Colombia, es Higuita”.


Aún fuera del grupo quienes lo vieron y escucharon sucumbieron a su embrujo. “Generaba una enorme simpatía en la gente más sofisticada y también en la más sencilla… tenía completamente seducida y encantada a la pequeña burgesía de este país” comenta un compañero de la Juco. Una dirigente de la Anapo destaca su “capacidad increíble de ligarse con todo el mundo. Yo no he conocido una persona más carismática”. “Era un hombre que enamoraba” corrobora la hermana de Pizarro. Desde influyentes periodistas hasta encumbrados artistas e intelectuales, los huesos más duros de roer, cayeron encantados. “Él es un loco y yo también soy un loco. De la locura de él yo me alimento y de la locura mía él se alimenta. Me seduce su versatilidad…  con mucho amor, lleno de amor todo el tiempo ” anota un dramaturgo. Tras su muerte, la vocera del M-19 en Nicaragua sacó un disco en su honor, “La certeza del amor”, con poemas de Afranio Parra. El inconmovible y escéptico Antonio Caballero admite que “el Flaco me pareció un tipo absolutamente arrollador. Arrollador de simpatía y de inteligencia”. Tal vez por su experiencia de viajero incansable, conocedor de brujos y chamanes, uno de los pocos prudentes con la nostalgia es Alfredo Molano. “Me quedó faltando el cobre del hombre, los lados flacos del Flaco, sus contradicciones, sus vicios, sus bajezas… Los que lo conocimos quedamos debiendo ese capítulo”. 


Como nadie ha demistificado al Flaco, el embrujo pasó magnificado a las generaciones jóvenes. ¡Bateman está vivo! es una nueva selección de escritos en su honor, que incluye poemas. “Porque no se llora una estrella ida, se espera que renazca en una rosa. Porque llegará ataviado de naranjas al encuentro de las amapolas. Y la penumbra no alcanzará jamás su marinero corazón. Comandante”. “Hermano de mi piel, como está de sola la calle de la filosofía doméstica que alimentaste de pasión”. “Nos dicen que se mató, mentiras que está volando”. Qué alivio tan berraco no haber conocido al  Flaco. 


REFERENCIAS

Bateman, La Revolución es una fiesta

Bateman está vivo

Jaime Bateman. Un profeta de la paz

Villamizar, Darío (2007). Jaime Bateman. Biografía de un revolucionario. Bogotá: Intermedio Editores









martes, 15 de abril de 2014

Colombianas con papito europeo

Publicado en El Espectador, Abril 17 de 2014

Dos amigas charlan en un taxi madrileño y el chofer, que reconoce el acento, confirma entusiasmado su sospecha de que son colombianas. 

El taxista se embarca entonces en un emotivo inventario de las maravillas de ese país. “¿Cuando estuvo en Colombia?” le preguntan. “¡Nunca he podido ir! -responde apesumbrado- pero hace años tuve una novia de allá y no la olvido ¡Ha sido la única vez en la vida que me han llamado papito!”. Del éxito de las colombianas con europeos hay indicios adicionales a este nostálgico español. Una persona que trabajó muchos años con una multinacional francesa en Bogotá recuerda que la mayoría de los gerentes desbarataron su matrimonio con coterráneas elegantes y educadas tras enamorarse de empleadas locales de origen modesto, poco intelectuales y, sobre todo, muy cariñosas y serviciales. Hace poco, al hablar de esto con tres amigas francobogotanas, una de ellas anotaba que dentro de las primeras recomendaciones que recibe una esposa de expatriado recién llegada al país está la de cuidarlo. 

Con las colombianas que conocí en Madrid trabajando como niñeras, empleadas domésticas o meseras, o las dueñas de restaurante organizadas con un español, en la inevitable charla sobre las razones para emigrar surgía como complemento del “ganar más” la alusión a buscar alguien distinto al tomatrago y mujeriego de su tierra. Los datos censales españoles muestran que la inmigración colombiana es una de las más feminizadas y que la proporción de esas mujeres unidas con un ibérico (30%) es casi cinco veces la de compatriotas varones en situación equiparable (6.5%). Las uniones mestizas presentan menos riesgos que aquellas entre compatriotas, como las ecuatorianas, en donde se concentra la violencia doméstica. En Francia, en los matrimonios binacionales, la participación de los hombres con extranjera es similar a la de mujeres pero por cada unión de francesa con colombiano hay más de tres de colombiana con francés. 

El flujo de latinoamericanas autónomas hacia Europa es importante. Ante leyes de inmigración pensadas para esposas de trabajadores, las no profesionales enfrentan dificultades consiguiendo empleo, visa o ciudadanía. A pesar de su participación mayoritaria en la inmigración colombiana, las mujeres recibieron apenas el 37% de las visas de “residencia y trabajo” expedidas por España en 2009. Para las de estudiante, la proporción femenina fue del 53%. Entre las latinas, las agresiones de pareja se asocian con su estatus inmigrante: si llegaron por reagrupación familiar o necesitan apoyo masculino, la dependencia se puede volver dominación; cuando su situación de papeles es precaria, temen denunciar. 

Sigue siendo insuficiente el interés por las inmigrantes latinas no calificadas. Una medida simple para mejorar su situación, no sólo económica, sería facilitarles una residencia provisional sin depender de ningún hombre, para que busquen in situ tanto nuevas opciones de trabajo como un parejo menos machista. Se sabe que la demanda europea por mano de obra femenina es sólida, y creciente, pero por empleadores sin capacidad para tramitar visas a distancia. Los datos demográficos, múltiples testimonios y la aparición de agencias especializadas en contactar latinas con europeos también sugieren buenas perspectivas para las relaciones de pareja, pero cuando estas contaminan el trámite de los papeles ponen a las mujeres en situación de dependencia. 

Con contadas excepciones, es difícil encontrar ONGs o activistas que propongan flexibilizar las leyes de inmigración para adaptarlas a la realidad de las latinoamericanas en Europa. Por el contrario, buscan estropear e ilegalizar cualquier actividad que facilite la unión de un europeo maduro con una extranjera más joven y humilde. Aunque sea no sólo consensual sino buscada por ambos, este tipo de relación ha sido asimilada a la “trata de personas para fines de explotación sexual”. Ya bordeando la tercera edad, los hombres menos machistas del mundo se transformaron en abusadores pervertidos y las extranjeras en sub-mujeres incapaces de saber lo que les conviene y de tomar sus propias decisiones. 

El saboteo ha funcionado para la prostitución, con leyes represivas que se ensañan con las inmigrantes más pobres mientras fortalecen a las mafias. Siguen en la mira el turismo masculino, las agencias matrimoniales y los portales de encuentros. La cruzada es tan delirante que ya se consideran sospechosos los lugares “frecuentados por mujeres como discotecas, peluquerías o almacenes de calzado” pues es en esos sórdidos escenarios donde “el reclutamiento se realiza a partir de ciudadanos europeos que se encuentran en Colombia”. Terminará estigmatizado el empleo de latinas en oficios que “perpetúan los estereotipos de género”, como el cuidado de niños y ancianos, el servicio doméstico o la atención en hoteles, bares, cafés y restaurantes. Quedarán vetados precisamente aquellos trabajos con mejores oportunidades para que las colombianas sin muchos estudios, cariñosas y serviciales, se levanten un papito. Y de paso confirmen que su estrategia de emancipación femenina es políticamente incorrecta, paradójica, pero eficaz. 





Desafiando cualquier evidencia sobre las emigrantes está "Colombiana" la película del director francés Zoe Saldana.  El guión es tan idóneo como común el nombre de la heroína en su país natal. 

“Colombia 1992. Cataleya, de 9 años, presencia el asesinato de sus padres. Escapándose a la masacre se refugia en los EEUU donde su tío Emilio, in gangster … 15 años después ella trabaja para él como sicaria. Firma sus asesinatos con una orquídea dibujada en el cuerpo de sus víctimas: un mensaje dirigido a los asesinos de sus padres. Cataleya está decidida a llevar hasta el final su venganza … así pierda a todos los que ama”. 

Difícil saber si ese estereotipo es peor que el de la "Esclavitud moderna". Así es el título con el que se anuncia en El Mundo español la noticia sobre la presentación del libro “La trata de personas para fines de explotación sexual de Colombia a España” del politólogo "experto en migraciones Michele Concato". El rigor con que los medios españoles -que no renuncian a tener avisos clasificados en los que esas mismas esclavas anuncian sus servicios- lo refleja la siguiente perla estadística: "de 2 a 10 mujeres colombianas ejercen la prostitución en España". La síntesis es suficiente para ahorrarse la consulta del libro.


REFERENCIAS

Boyd, Monica & Elizabeth Grieco (2003). “Women and Migration: Incorporating Gender into International Migration Theory”. Migration Policy InstituteMarch 1

Salazar Torres, Carol (2009). “La Situación de las Mujeres Latinoamericanas Víctimas de la Violencia de Género en España en Función de su Situación Administrativa”. Revista de Estudios Jurídicos. Universidad de Jaén, Septiembre

VVAA (2009). Parejas binacionales en la sociedad avanzada: realidades y tendencias de la hibridación transcultural. Ponencias de Seminario. Fundación Centro de Estudios Andaluces. Junta de Andalucía. Versión digital

Palós, Albert Esteve (2009).  “Las parejas mixtas en España: crecimiento, singularidades  demográficas y pautas diferenciales de origen en VVAA (2009) pp 4 a 29

Collet, Beate (2009). “Parejas mixtas en Francia. Datos estadísticos, definiciones  y realidad social”  en VVAA (2009) pp 66 a 81

INSEE varios años. “Mariages mixtes et mariages entre étrangers par nationalité du conjoint” Tableau 22  200420082009 y 2011

sábado, 5 de abril de 2014

Cínicos Sin Fronteras

Publicado en El Espectador, Abril 10 de 2014
Columna después de los memes

Solidaridad Sin Fronteras


“Las diferencias de ingresos resultantes de cualquier forma de discriminación, como raza o género, son minúsculas comparadas con las brechas que causan las fronteras nacionales”.

Ignorando esta sentencia de un artículo de Slate del 2008, los políticos europeos llevan años reforzando fronteras. Ahora presionan a países expulsores de migrantes para embarcarlos en su lucha contra el “tráfico de seres humanos”. La cumbre euro-africana que acaba de darle un nuevo apretón a los ilegales, sumada a la dádiva del turismo Schengen, me recordaron la charla con Eulalia, una ecuatoriana que conocí tramitando mi residencia española en 1999. Su hermano albañil no lograba salir de la clandestinidad y ella no entendía el lío para trabajar legalmente: le sobraban oportunidades, no perjudicaba a nadie, sus contratantes no tenían otras opciones y el salario era más que competitivo. No pagaba impuestos, no cotizaba a la salud y no podía salir del país ni alquilar vivienda. “Todos pierden”, concluía. La sorprendió mi visa, especial para profesores universitarios, futbolistas, actores y músicos: al empleador no le incumbe si el trabajo ofrecido lo puede realizar un español. Eulalia se extrañó no sólo por lo regresivo de un sistema laxo con los mejor remunerados sino por ese favoritismo incompleto que me obligaba a hacer fila de madrugada ante la Policía, como a ella.

Meses después el Banco Mundial me invitó como comentarista a la conferencia anual sobre economía del desarrollo. El anfitrión era Joseph Stiglitz –luego premio Nobel y ahora gurú de la equidad- quien al final hizo un balance del evento. Consideraba discutidas todas las áreas importantes para el apoyo del Banco a las naciones pobres. Por no dejar, preguntó si había temas pasados por alto pero relevantes para la agenda del desarrollo. Sabiendo poco de migraciones, dudé en intervenir pero recordé a Eulalia, la mencioné como “experta en latinos en España” y anoté que ella propondría una evaluación de las leyes de inmigración, ineficientes, inequitativas e incoherentes con la apertura de los demás mercados. Varios tecnócratas subrayaron la complejidad política del asunto y dos de los asistentes –ambos inmigrantes- replicaron que al recomendar abrir las economías las dificultades políticas y legales parecían infranqueables pero los defensores de la apertura no se detuvieron por la falta de claridad sobre cómo se haría efectiva. Sin comentarios adicionales, Stiglitz cambió de tema.

El artículo de Slate resume un trabajo sobre migrantes en el que los autores estudiaron personas situadas bien por encima de la linea de pobreza. Se centraron en ingresos superiores a diez veces el limite de un dólar diario por persona. Los impactó el resultado para los haitianos: 82% de esos privilegiados vivían en los EEUU y sólo 18% en Haití. Para subrayar la ineficiencia de las fronteras sugieren “medir el desarrollo como si la gente importara más que los lugares”. Proponen destronar el PIB, centrado en un territorio, y reemplazarlo por los ingresos de los nacidos en cada país. Los haitianos ganan 38% más que quienes viven en Haití y cada nuevo emigrante ayuda a mejorar ese ingreso nacional propuesto. Para Colombia, la diferencia es mucho menor (3%) y el máximo mundial corresponde a Guyana (104%).

Los haitianos emigrantes confirman una perogrullada: para dejar de ser pobre conviene alejarse de la pobreza. Así lo entendieron quienes, desde siempre, buscaron oportunidades en regiones prósperas. El libre desplazamiento ha permitido evitar otros males: guerra, dictadura, fundamentalismo, crimen, enfermedades o corrupción. Dentro de las fronteras nacionales, esos flujos espontáneos sólo han sido restringidos por regímenes totalitarios. En la sociedad globalizada la función arbitraria y regresiva de impedirlos la cumplen, por ahora, las leyes de inmigración de países democráticos. Aquellos cuyos líderes deploran la pobreza y la desigualdad, critican el despotismo y monitorean el respeto por las libertades y los derechos humanos en el resto del mundo. Eso sí, siempre intra-muros y secundados en su paternalismo territorial por un amplio abanico de ONGs y una pujante actividad asociativa de solidaridad Sin Fronteras que incluye desde médicos hasta payasos. SF, sufijo infalible del sector, machaca la libertad con la que los europeos se mueven por el mundo. Quienes con menos ingresos y estudios intentan migrar en contravía se estrellan con fronteras reforzadas físicamente. La amnesia y la desvergüenza son tales que los políticos europeos, en armonioso coro con voces de izquierda y derecha, aprietan a los africanos para que emulen dictaduras represoras de emigrantes, como añorando réplicas del muro de Berlín. En cuanto al “tráfico de personas”, secuela inevitable de las fronteras cerradas, el cinismo alcanza para calificarlo de “nueva forma de esclavitud”.

Charles Tiebout acuñó una poderosa metáfora para la migración: “votar con los pies”. No alcanzó a vivir el absurdo escenario de todos los mercados abiertos menos uno: precisamente el que permitiría votar contra los tiranos y, literalmente, salir de la pobreza. Le parecería un mal chiste la declaración de Mariano Rajoy, promotor del uso de la cooperación europea en África como palanca para progresivos controles a la emigración: “(debemos) colaborar con la Unión Africana para intentar sacar de la pobreza a muchas personas que viven en estos países… que la gente no tenga que irse de su casa”. La frase tiene la autoridad moral de quien no le dio la gana quedarse de registrador en su Galicia natal.

                 
VARIEDAD SIN FRONTERAS

Las más conocidas son las de médicos y reporteros, pero es impresionante la cantidad y variedad de asociaciones solidarias de profesionales que han surgido en los últimos años para contribuir con su conocimiento y "expertise" al desarrollo de los países del tercer mundo. No creo haber hecho el barrido exhaustivo, y ni siquiera busqué las WB, Without Borders. Aún así la lista es larga y no parará de crecer. Hay 

y hasta payasos.

Sin duda el caso más ilustrativo de la dimensión paternalista, al borde del cinismo, es el de Navegantes Sin Fronteras. Pensando en los migrantes sub saharianos que buscan entrar a Europa en pateras, o sea que también son navegantes pero con fronteras, tanto el sitio web como el folleto de esta asociación ganadora del premio Just d'Or 2003 no podían ser más desafortunados. 


Es bueno hacer explícito que la crítica principal no va dirigida a estas asociaciones solidarias, la mayoría de las cuales trabajan de manera generosa y desinteresada por personas en países lejanos sabiendo que no retribuirán ese apoyo más allá de su agradecimiento. La crítica principal es contra al sistema legal y político que las generó, las mantiene y las hace cada vez más necesarias, y cómplices de unas leyes de inmigración discriminatorias. 

Dicho esto, sí cabe un pequeño reproche a todas ellas puesto que se prestan para una especie de "colaboracionismo" ligero con un orden internacional asimétrico e injusto. Esos expertos SF con experiencia en el terreno -o en el agua como VSF- deberían cuestionarse las leyes de inmigración, porque tienen demasiados aspectos perniciosos que son evidentes: son económicamente ineficientes, regresivas, arbitrarias, opacas y contrarias a la noción misma de derechos humanos universales. Tampoco se puede descartar que algunos de estos Profesionales SF tengan contratada "en la metrópoli" a una empleada doméstica inmigrante no legalizada a la que le pagan un salario inferior al que les cobraría una compatriota por esa tarea, si es que la consiguen. O que para hacer reformas en su residencia contraten al equivalente del hermano de Eulalia, la ecuatoriana que a punta de observación y sentido común aprendió economía de la inmigración ilegal. 

La legislación debería por lo menos, como simple contraprestación, permitir la creación de asociaciones de trabajadores no profesionales  Sin Fronteras (SF): Albañiles SF, Plomeros SF, Pintores SF, Niñeras SF, Camareras SF e incluso, por qué no, Prostitutas SF. Todas ellas le suministrarían una valiosa colaboración a europeos sin muchos recursos que simplemente ya no consiguen quien les preste ciertos  servicios. 

Las Nuevas Fronteras







Una nueva forma de Esclavitud *

* No es fácil seguirle el rastro a la autoría intelectual de esta perla que  apareció recientemente en un  artículo, sobre la cumbre entre mandatarios europeos y africanos, publicado en El País y firmado por dos periodistas españoles que la transmiten como una opinión anónima, sin comentarios, como si no los necesitara.

Lo más probable es que venga del activismo contra la prostitución, en donde ya está bien arraigada la idea de que todas las mujeres (de los hombres no se habla) que venden servicios sexuales en la calle han sido forzadas a hacerlo. En un artículo del 2013 con el llamativo título de "Tráfico de personas, la nueva forma de esclavitud humana"  se señala que "el propósito principal del tráfico de personas es la explotación ya sea en forma de prostitución u otras clases de abuso sexual, trabajo forzado o servidumbre". 

Algo llamativo en esta  literatura es la descripción y tipificación de los supuestos mafiosos que trafican con personas. Por un lado "el tráfico sexual utiliza la coerción física y el engaño como armas fundamentales para que las víctimas caigan en la trampa, se les promete una mejor vida y un nuevo trabajo en algún país del primer mundo y una vez llegan allí les son confiscados sus pasaportes y dinero y quedan en deuda con el traficante para poder recuperarlos". Por otra parte, "los traficantes de personas son básicamente cualquier sujeto que esté dispuesto a explotar a otro ser humano con fines de lucro. Pueden ser miembros de la familia de la víctima, pareja, conocidos o un total extraño".  

REFERENCIAS

Castro, Cristina (2014) “Stiglitz: ‘Si yo fuera Santos...’”. SemanaAbril 9

Clemens, Michael (2010). “The best way nobody’s talking about to help Haitians”. Aidwatch Blog, Enero 25


Clemens, Michael & Lant Princhett (2008).  “Income per natural: Measuring development as if people mattered more than places”. Centre for Global Development, Working Paper 143

Easterly, William (2013). The Tyranny of Experts. Economists, Dictators and the Forgotten Rights of the Poor. Basic Books

Fariza, Ignacio (2014). “Rajoy busca en Bruselas cerrar un plan contra la inmigración irregular”. El País, Abril 2

González, Miguel e Ignacio Fariza (2014). “La UE logra el compromiso de los países africanos contra la inmigración irregular”. El PaísAbril 3

Harford, Tim (2008). “What Is Income per Natural?”, Slate Abril 19

WB (1999) “The World Bank's 11th Annual Bank Conference on Development Economics (ABCDE)” Junio 1999, Washington, D.C.Comentarios al trabajo de François Bourguignon 



miércoles, 2 de abril de 2014

Perdone señor cónsul, ¿puedo reunirme con mi familia?

Publicado en El Espectador, Abril 4 de 2014
Columna después de los memes



Campaña por los derechos del ciudadano en Bello, Antioquia
Está implícito en el logo que se trata de algo "universal" 

Viajeros de 1ª con visa tramitada de oficio. Sería más eficiente 
incorporarla en los tiquetes de business y primera clase. 
Abajo, ciudadanos de 2ª haciendo cola ante los consulados 


Marcha de familiares de migrantes en la parroquia 
de Totoracocha en Cuenca, Ecuador


François Hollande en 2013, Leonarda Dibrani, protestas de estudiantes


La burocracia comunitaria anunció que la visa de turista ya no será necesaria para viajar a Europa.

Desmontarán el ritual basado en la clarividencia de funcionarios consulares que mirándole la cara y los extractos bancarios a un colombiano vaticinan si va a pasear, contrabandear, robar, poner bombas o sufrir la metamorfosis que lo convertirá en “extranjero ilegal”, el gran oxímoron del mundo globalizado.

De las demás visas y sus inconvenientes ni se habla. Altos ejecutivos y cerebros fugados cambian de empleo y país cuando les conviene, pero los trabajadores no calificados enfrentan tales obstáculos que el de los pasajes se vuelve un costo irrisorio del viaje. Y quien tenga algún vínculo con los cerca de dos millones de compatriotas que residen donde exigen papeleo para verlos, tendrá que aguantar una abusiva intromisión en los asuntos familiares. En los últimos años, innumerables familias colombianas tuvieron que convencer a algún funcionario consular que la navidad, el día de la madre, un cumpleaños o un grado, son eventos que ameritan “reagrupación”. Ahora tendrán que seguir rogándole por una enfermedad, un accidente, un embarazo, un deceso o cualquier circunstancia que requiera un tiempo de estadía en el exterior superior al del turista. Y, por supuesto, tranquilizarlo sobre la temida mutación a la clandestinidad. “Pocas cosas me producen más pavor que me nieguen una visa, que me hagan pasar el ridículo en inmigración o que me deporten simplemente por estar ahí” anota un viajero disuadido. Este tipo de atropello individual no da para grandes escándalos, pero es mucha la gente que lo sufre. Las estadísticas de “turismo emisor” no separan a quienes visitan parientes de los paseantes pero, con esa colonia expatriada y las tarifas de los hoteles, su participación en el millón y pico de viajeros que salen anualmente con visa de turista debe ser abrumadora.

Es chocante que la interferencia consular en la vida privada la determine el lugar de nacimiento y, encima, que esa arbitrariedad se considere completamente normal. Se refinaron los eufemismos para la discriminación basada en un menjurje de nacionalismo, racismo, corporativismo y clasismo cocinado con criminología barata. No se abandonará la bola de cristal para la amenaza extranjera, simplemente se sofisticará pues de ella depende la tranquilidad del viejo continente. La tecnocracia europea anuncia que realizará “un análisis de riesgo, según una serie de criterios como el peligro que puede suponer la inmigración ilegal, el impacto para el orden público y la seguridad”. Centralizada, la clarividencia consular parece ser capaz de pronosticar atentados en Bruselas en función de distintos escenarios de desempleo y endeudamiento de los hogares en Colombia.

El entrometimiento del visado va más allá de tener que caerle bien a un cónsul para que autorice una reunión familiar. En Cuenca, Ecuador, una provincia de altísima emigración durante la década pasada, se dispararon los divorcios y más de la mitad de los casos que atendía un centro de conciliación tenían que ver con inusuales conflictos de familias fracturadas: disputas entre abuelos por nietos receptores de remesas, celos posesivos, violencia y abusos del suegro con la nuera retenida por el papeleo o jóvenes con muchas divisas y escasa supervisión reclutados por las pandillas. Los pequeños dramas hogareños desencadenados por las visas no conmueven a nadie pero al agregarse y extenderse ya califican para que un gobierno europeo o alguna ONG financien un estudio de diagnóstico que recomiende cualquier cosa menos corregir su principal causa, unas leyes de inmigración vetustas, ineficientes y regresivas. Entre más pobre es quien necesita viajar, más chances tiene de que el sistema lo desprecie y lo empuje a los coyotes y traficantes, siniestros personajes que desvelan a esos mismos  gobiernos y ONGs, pero que existen gracias a las visas, como los narcos viven de la prohibición.

Fuera de impulsar la futurología de la inseguridad y apadrinar la trata de personas, la inmigración ilegal logró eliminar discrepancias entre reaccionarios y progresistas europeos. “Que el inmigrante que entró clandestinamente en Francia sea expulsado fuera de nuestras fronteras tiene algo de doloroso, pero el derecho es el mismo para todos y debe aplicarse, pero aplicarse humanamente… Sea lo que sea, les pido alejar de nosotros la locura racista… No ignoro la extrema sensibilidad que este problema despierta entre todos los compatriotas que viven en los barrios de alta inmigración”. Estas tortuosas declaraciones no son de Marine Le Pen enternecida por el triunfo electoral de su Frente Nacional en unos municipios. Son del mismísimo François Mitterand y resonaron décadas antes de que el gobierno francés se pusiera realmente duro con los inmigrantes, como cuando en octubre pasado deportó a Leonarda Dibrani, de 15 años, y a su familia gitana kosovar. Varios policías la detuvieron frente a su colegio, el templo republicano de l’égalité. El socialista François Hollande declaró después que “si ella quiere seguir escolarizada en Francia, será bien acogida, pero sola”. “No quiero estar sola, no dejaré a mi familia”, respondió desagradecida la joven, rechazando la ganga. La nivelación ideológica se hizo por lo bajo, el humanismo europeo ya no es sensible a los vínculos entre una menor de edad y su familia. Ahora tiene un deje de estalinismo soft que en los consulados se disfraza con rituales kafkianos.

REFERENCIAS

Grieco y Bavio, Alfredo (2013). “El socialismo deportador”. Veintitres, Abril 2

Mitterand, François (1988). “Lettre à tous les Français”, Avril

Rubio, Mauricio (2011). La Catedral y el Bazar. Reflexiones profanas sobre la justicia. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. Versión Digital

           Capítulo sobre Emigración y Justicia en el Ecuador


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